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WIRE

2022

PINK FLAG

Año de publicación: 1977

Puntuación:

1) Reuters; 2) Field Day For The Sundays; 3) Three Girl Rhumba; 4) Ex Lion Tamer;

5) Lowdown; 6) Start To Move; 7) Brazil; 8) It's So Obvious; 9) Surgeon's Girl;

10) Pink Flag; 11) The Commercial; 12) Straight Line; 13) 106 Beats That; 14) Mr. Suit;

15) Strange; 16) Fragile; 17) Mannequin; 18) Different To Me; 19) Champs;

20) Feeling Called Love; 21) 12 X U.

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2022

Aunque la imagen que ha quedado del movimiento punk es la de un grupo de amigos que no sabían tocar ni cantar pero se juntaban para tocar y gritar lo más alto posible para desahogar su frustración, hubo también algún que otro grupo (no muchos) que abordaron ese nuevo género más básico desde un punto de vista artístico, intentando llevarlo a territorios inexplorados. Uno de ellos, probablemente el mejor en esos comienzos del punk, fue Wire, impulsado por unos miembros con ideas e ilusión, donde destacaban el vocalista y guitarrista Colin Newman y el bajista Graham Lewis, aunque también cabe destacar al otro guitarrista, Bruce Gilbert. En este debut asombra la diversidad de sonido que consiguen con una aproximación en algunos casos minimalista, de tal manera que la denominación punk se queda muy corta y tan solo puede aplicarse a algunos temas del álbum. Aquí hay rock y pop-rock de muchos tipos, pero en la mayoría de casos con un sentido, con ideas reales que mostrar.

 

El sonido consistente y pesado de ‘Reuters’, mediante el cual se inicia el álbum, casi que podría hacernos pensar erróneamente en un grupo tipo AC/DC, pero ya iremos comprobando que los polifacéticos Wire no escatiman en estilos ni influencias. Todo sirve cuando se tiene entusiasmo, emprendimiento y actitud proactiva. Es por ello que ellos mismos servirán a su vez de influencia para generaciones futuras de músicos asombrados por la inventiva de estos chicos. Tan pegadizo es el ritmo de ‘Three Girl Rhumba’ que ese grupo prometedor de los noventa (uno de tantos que hubo y que acabó decepcionando) llamado Elastica lo retomó para crear su éxito ‘Connection’. Es de Wire el original y podemos comprobar que prácticamente le dieron a Elastica el tema hecho con esas estrofas robóticas aquí finiquitadas en un estribillo imprevisible y pegadizo, que curiosamente no se volverá a repetir, demostrando que estos chicos anteponían el sentido artístico al comercial.

 

Lo más largo de ‘Field Day For The Sundays’ es el título, pues se trata de apenas treinta segundos de desahogo punk, pero realizado con gusto. Algo más de breve punk encontraremos en las interesantes ‘Start To Move’ y ‘Mr. Suit’, así como en las más discretas ‘Different To Me’, ‘Brazil’ e ‘It's So Obvious’, pero lo peor es cuando se ponen al nivel de los más deficientes grupos de ese movimiento en ‘Surgeon's Girl’. Por fortuna, tenemos igualmente excelentes píldoras de glorioso pop-rock repleto de memorables melodías como ‘Ex Lion Tamer’, ‘Fragile’, ‘Mannequin’, que son breves y concisas pero no pierden un ápice de emoción. Estas canciones son de lo mejor del álbum y elevan a Wire a la categoría de gran grupo. Más aguerridos se muestran en ‘Champs’ pero sin olvidar la excelencia melódica demostrada y añadiendo un épico estribillo: “You've still got speed / You'll maybe bleed / But there's less time”. Están tocados por la musa del gancho pop y con ello consiguen que una canción aparentemente más discreta como ‘Feeling Called Love’ acabe enganchando porque el riff y las melodías vocales acaban envolviendo al oyente. Hasta en el contenido de relleno como el de ‘106 Beats That’ o ‘Straight Line’ se aprecia el entusiasmo y una voluntad de impactar al oyente.

 

Demuestran también que lo suyo no es quedarse en los ritmos rápidos y dinámicos, sino que también en los medios tempos como el de ‘Lowdown’ (donde emplean el mismo riff de ‘Little Queen’ de Heart), ‘Strange’ y ‘Pink Flag’ demuestran consistencia y consiguen acabar elevando gradualmente el tono para que no se pierda la fortaleza rockera que ofrecen, sobre todo en la canción que da título al álbum, cuyo último tercio es de un desenfreno absoluto. Finalizan el álbum aunando punk y experimentación, todo un sacrilegio en un año en que se denostaba todo lo que no fuera la vuelta a las raíces, pero unas raíces bien primarias. Pero ’12 X U’ demuestra que se podía ser joven y tener inquietudes y, sobre todo, ideas. No era necesario ponerse a berrear como Johnny Rotten y tocar el bajo sin saber como Sid Vicious. Se podía hacer música de verdad, música como arte, y en eso Wire merecen un reconocimiento todavía mayor que el de los Sex Pistols, que son quienes se llevaron la fama en 1977 y casi para la posteridad.

CHAIRS MISSING

Año de publicación: 1978

Puntuación:

1) Practice Makes Perfect; 2) French Film Blurred; 3) Another The Letter; 4) Men 2nd;

5) Marooned; 6) Sand In My Joints; 7) Being Sucked In Again; 8) Heartbeat; 9) Mercy;

10) Outdoor Miner; 11) I Am The Fly; 12) I Feel Mysterious Today; 13) From The Nursery;

14) Used To; 15) Too Late.

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El mismo cuarteto que había asombrado en el debut volvió aquí a deslumbrar con una continuación que representa una progresión sin perder un ápice de esa visión experimental de la música. La mayor novedad la representan la utilización más habitual de sintetizadores y la relajación del sonido respecto a tantas incursiones punk que cohabitaban en su disco de debut junto a aventurados juegos estilísticos. La creatividad asoma por todos lados y quizá el ímpetu por epatar les hace perder la oportunidad de dejar reposar las ideas y haber obtenido por ello una obra maestra. Pero no nos podemos quejar tampoco porque la propuesta del grupo es innovadora y sugerente.

 

Una intrigante línea de bajo nos introduce a ‘Practice Makes Perfect’ antes de que llegue su machacador riff de guitarra y entremos de verdad en esta brillante canción experimental que extrae oro de su minimalismo, un minimalismo que puede entenderse como una deconstrucción artística del punk. Llega a sonar más amenazante que el propio género punk, incluso por momentos aterradora. Porque si lo que buscamos son ejemplos de punk como los que había en Pink Flag, saldremos decepcionados porque no hay mucho más. Pero al menos temas como ‘Too Late’ sí son un acierto y un ejemplo para otros grupos de ese estilo. Igualmente punks se muestran en ‘Men 2nd’, pero con un futurista riff llevado por el bajo y la guitarra que se eleva por encima de cualquier adscripción circunstancial al género. Es simplemente que saben transmitir toda su energía de un modo más artístico que la gran cantidad de grupúsculos que surgieron en el Reino Unido en esa época.

 

Dentro de la New Wave basada en sintetizadores que afloraba a finales de los setenta, Wire nos ofrece su propia propuesta en ‘Another The Letter’, otra pieza que suena futurista, pero al futuro más inmediato de la década de los ochenta. Llama la atención el bajo pulsante que inicia ‘Mercy’, aunque luego se desarrolla por terrenos más convencionales y sus casi seis minutos no acaban de estar del todo justificados, pues llegan al cénit a los tres minutos y luego ya parece que estén alargando por el placer de alargar. Pero pocos temas pasan desapercibidos en este álbum, ‘From The Nursery’ de los pocos por ser similar a otros ya conocidos previamente. También bajo un ritmo pulsante que no nos hace prever nada, ‘French Film Blurred’ nos regala un precioso estribillo que, dentro de la idiosincrasia de imprevisibilidad que les caracterizaba, no se volverá a repetir más. Como una delicia que hay que saber degustar en su momento concreto.

 

Como si fueran un grupo de power-pop nos ofrecen pegadizos temas como ‘Outdoor Miner’, mientras que en ‘Heartbeat’, como su título indica, se obcecan demasiado en emular con el bajo el latido de un corazón, lo cual acaba resultando monótono a pesar de que lo emulen de una manera dinámica. Hay que tener un talento especial para conseguir una canción llena de sutilezas como ‘Marooned’, en la cual mantienen una intriga que capta la atención por completo. Y no es un acierto casual porque en ‘Used To’ consiguen algo similar pero al mismo tiempo diferente, sin que falte una memorable parte vocal con unas irresistibles melodías que no parecen acabar nunca, como si hubieran encontrado una sucesión armónica infinita y apoteósica.

 

Al grupo Elastica de los noventa debemos nombrarlos de nuevo porque tuvieron mucho éxito con su debut y en él parece que tomaron alguna influencia de ‘I Am The Fly’ para su gran tema ‘Line Up’. Más futurista no puede sonar ‘I Am The Fly’, una canción pegadiza y experimental que hace que estos dos adjetivos no parezcan antagónicos, que es lo habitual. Algo más mundana pero también con sabor experimental es la siguiente ‘I Feel Mysterious Today’, que acaba enganchando más con cada nueva escucha por esa brillante transición entre la estrofa y el estribillo, aparte de los múltiples detalles sonoros que aparecen. Hay tanto por descubrir en esta música que cada nueva escucha nos revela algo que no habíamos percibido con anterioridad, sea en conjunto o en conexión con otros elementos previamente detectados. Otro gran álbum que se ha de conocer.

154

Año de publicación: 1979

Puntuación:

1) I Should Have Known Better; 2) Two People In A Room; 3) The 15th;

4) The Other Window; 5) Single K.O.; 6) A Touching Display; 7) On Returning;

8) A Mutual Friend; 9) Blessed State; 10) Once Is Enough; 11) Map Ref. 41°N 93°W;

12) Indirect Enquiries; 13) 40 Versions.

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Llegamos aquí al final abrupto (a pesar de que se reunirán a finales de la siguiente década) de Wire, muy sorprendente porque su trayectoria no hacía prever el fin, aunque es evidente que las ventas de discos nunca fueron altas. Nuevamente hicieron acopio de todos los recursos a su alcance y así encontraremos diferentes músicos de sesión para individualizar más el sonido de cada canción respecto a las demás. Se atisba una mayor democratización a la hora de cantar y eso no sabe si es debido a tensiones internas, lo cual podría servir también de explicación para la consiguiente disolución de la banda. También se evidencia una apuesta mayor por la electrónica y los teclados, en detrimento de la aproximación tradicional de grupo guitarrero.

 

Y es que es evidente el cambio experimentado por la banda cuando empieza a sonar ‘I Should Have Known Better’ y la oscuridad nos envuelve tanto por el tono de la música (con más sintetizadores de lo habitual) como por la voz grave y sobria del bajista Lewis, dejando la impresión de que Joy Division se habían convertido en una influencia importante. Canciones como ‘On Returning’ resultan inclasificables pero su originalidad tampoco nos hace obviar que le faltan melodías atrayentes, aparte de que esos sonidos como de música de videojuegos que añaden (cuando todavía no existían los videojuegos), quedan ya un tanto desfasados. Es mejor dedicar el tiempo a ‘A Mutual Friend’ debido a sus cambios de ritmo y buena cantidad de matices que se van descubriendo en consiguientes escuchas. Si hubieran ejecutado mejor esos cambios de ritmo, esta canción habría sido una de sus grandes composiciones.

 

El extraño título de ‘Map Ref. 41°N 93°W’, del cual los más curiosos pueden acabar buscando la ubicación real, esconde bajo su capa experimental una exquisita pieza de pop melódico de las que el grupo había demostrado dominar, con otros ejemplos más directos como ‘The 15th’ o ‘Blessed State’, en esta última con un sonido de guitarra que los entronca con los The Cure de la época. Experimentan con sonidos industriales en ‘The Other Window’, obteniendo un sonido futurista con la entrada de la percusión sobria, aunque la voz recitada puede acabar cansando. Esa voz recitada vuelve a aparecer más adelante en ‘Indirect Inquiries’, pero la progresión instrumental resulta más interesante. Otras veces experimentan pero no se entiende que actúen con tanta tosquedad como la que se percibe en ‘Once Is Enough’.

 

Demasiado sosa queda ‘Single K.O.’ a pesar de su incursión punk cuando ha transcurrido su primer minuto, pero el punk era un género que ya prácticamente denostaban y por ello tan solo encontraremos algunos restos como los que asoman en ‘Two People In A Room’. De hecho, siete minutos para una canción de Wire era todo un récord que alcanzaron aquí mediante ‘A Touching Display’, quizá demasiado lenta aunque con suficientes detalles para que no caigamos en el aburrimiento. En cualquier caso, queda como un tema discreto porque no saben avanzar lo suficiente para justificar tal duración. Para finalizar la obra nos ofrecen ‘40 Versions’, que parece como si a ‘I Am The Fly’ la hubieran pasado por el tamiz del sonido electrónico de Kraftwerk, dejando un resultado bastante original.

 

En 1987 volverán a reunirse los cuatro miembros para grabar un nuevo álbum y proseguir la carrera de Wire, pero parece ser que nunca volverán a mostrar la creatividad y originalidad de sus tres primeros y sensacionales álbumes. Bueno, 154 es menos sensacional pero no deja de ser una muestra de inteligencia y dedicación. Y uno se ha de quitar el sombrero ante la alucinante evolución de este grupo en tan solo tres años, con un legado que sigue siendo una influencia y un ejemplo en la actualidad.

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