CLÁSICOS DEL ROCK 2
THE STOOGES
2022
THE STOOGES
Año de publicación: 1969
Puntuación:
Puntuación:
1) 1969; 2) I Wanna Be Your Dog; 3) We Will Fall; 4) No Fun; 5) Real Cool Time; 6) Ann;
7) Not Right; 8) Little Doll.
2022
Para una banda tan anárquica y liderada por una mente tan extravagante como la de Iggy Pop, quien sobre el escenario se dedicaba sobre todo a hacer su performance entre masoquista y hedonista, fue toda una lotería que acabaran fichando por la discográfica Elektra y que les pusieran a John Cale (ex Velvet Underground) como productor. Recordemos que esta discográfica fue la que lanzó a dos de las bandas más legendarias de Los Ángeles en los sesenta: The Doors y Love. A final de la década parece que dirigieron su mirada a Detroit, ciudad en principio identificada musicalmente con la Motown, para centrar sus esfuerzos en la promoción de dos nuevos grupos de similar energía aunque propósitos bien diferentes: mientras los MC5 fueron siempre más directos y políticos, The Stooges se dirigieron a una vertiente más artística y personalista. Esto era como canalizar el hastío de la juventud de la época en dos sentidos: o hacia el activismo para intentar cambiar el sistema, o hacia la indiferencia y mera búsqueda de placer. Sobra decir que los Stooges representaron esa segunda tendencia. El grupo estaba formado como un cuarteto básico de rock con Iggy de vocalista, los hermanos Asheton (Ron en la guitarra y Scott en la batería) y el bajista Dave Alexander. Como curiosidad, leemos en el libreto que Iggy Pop se hacía llamar Iggy Stooge en esa época.
Una vibrante guitarra distorsionada introduce la contagiosa ‘1969’, basada en un ritmo de Bo Diddley que es llevado junto a las guitarras a un terreno que ya preparaba de alguna manera y con años de antelación la escena punk de unos años después. Y bueno, la interpretación de Iggy transmite toda esa sensación entre la abulia y el hastío con el entorno social que acaba estallando en unos gritos de rabia acumulada. La canción va ganando en intensidad conforme la guitarra va subiendo en decibelios y distorsión, llegando a un tramo final vehemente y emocionante. Justo a continuación llega el himno de la dejadez, la sumisión y el hedonismo (todo junto) mediante ‘I Wanna Be Your Dog’, otra píldora de energía introducida por nueva distorsión, con un entramado sonoro envolvente, casi atmosférico, que los entronca más con la Velvet Underground de White Light/White Heat. Es la canción más conocida del grupo, como también lo es ‘No Fun’, aunque en este caso debido a que los Sex Pistols realizaron una versión todavía más desenfrenada y ruidosa, pues que los Stooges en el fondo tocaban muy ordenados en el estudio, gracias al orden que pudo establecer John Cale como productor. Aquí, Iggy suena como un Van Morrison que se hubiera tirado a la mala vida, mientras que la guitarra distorsionada mantiene el tono vicioso para un tema que trata de la imposibilidad de obtener placer si no es con compañía (en un sentido bien claro).
Mejor carta de presentación no podía tener este álbum, pero pronto se rompe el hechizo con los diez minutos de plomizo mantra de ‘We Will Fall’, donde parece que se hayan vuelto monjes gregorianos y que quizá debería tomarse como el corte de mangas que nos envía Iggy para quienes le escuchamos desde casa. A Cale le sirve de excusa para meter su viola por medio, pero ya podrían haberse ahorrado toda esta pérdida de tiempo insultante. Bien podría tratarse de una manera de rellenar espacio por falta de ideas, pues luego nos volveremos a encontrar tanto otro mantra (‘Ann’, donde Iggy puede resultar irritante) como una copia descarada y algo ralentizada de ‘1969’ titulada ‘Little Doll’, que al menos puede tolerarse aunque sea por disfrutar del potente entramado sonoro. El repertorio de trucos ya no es ninguna sorpresa cuando llega ‘Real Cool Time’, que reproduce los mismos efectos de guitarra ya vistos aunque sin perder nada de energía. Mejor impresión todavía deja ‘Not Right’, pues en ella todo el grupo se deja llevar por el dinamismo y poderío del momento, en lo que quizá sea un ejemplo de lo que podría ser una actuación de los Stooges en esos años. Aquí sí podrían haber estado unos minutos más tocando, no como en la metedura de pata de ‘We Will Fall’.
En definitiva, se trata de un álbum que dista de ser perfecto y que no supone la traslación de la experiencia de los Stooges encima del escenario. En los mejores momentos, es una muestra de la cohesión que tenían los músicos y de la energía que transmitían, mostrándonos también un instinto artístico que era lo que permitía albergar esperanzas de evolucionar positivamente. En su siguiente álbum demostrarán que no eran una extravagancia más de finales de los sesenta, sino que tenían inteligencia para ir más allá con su música, aunque esto no les servirá para trascender la etiqueta de banda de culto.
FUN HOUSE
Año de publicación: 1970
Puntuación:
1) Down On The Street; 2) Loose; 3) T.V. Eye; 4) Dirt; 5) 1970; 6) Fun House; 7) L. A. Blues.
A pesar de que el debut de The Stooges no tuvo unas ventas demasiado buenas y las críticas fueron en su mayor parte muy duras, Jac Holzman (el director de la prestigiosa discográfica Elektra) mantuvo su apoyo y les siguió proporcionando los medios necesarios para producir este segundo álbum. En esta ocasión ya no contaron con John Cale como productor y el sustituto se centró en mantener la idiosincrasia del grupo, explotando las virtudes de su sonido e intentando que las melodías (cuando las hubiera) tuvieran un papel principal. Sin embargo, tampoco encontraremos grandes novedades en el apartado musical, siendo lo más destacado la entrada del saxofonista Steve Mackay, que nada tiene que ver con Andy Mackay, el saxofonista de Roxy Music.
Más impactante no puede ser la primera mitad (algo más) del álbum, que es toda una descarga eléctrica para los sentidos. El adictivo ritmo de ‘Down On The Street’ ya nos prepara para el enérgico estribillo donde los chillidos de Iggy traspasan todas las barreras que el oyente precavido haya querido ponerse, aparte de contener un afilado solo de guitarra que incide en el carácter primario de esta música de garaje. Ese sonido primario y precursor del futuro punk tiene un ejemplo todavía más claro en ‘T.V. Eye’, donde el histrionismo de Iggy llega a sus cotas más altas, extrayendo también del oyente su lado más salvaje. Como si fuera el hermano menor de Keith Moon, el baterista Scott Asheton realiza una estruendosa entrada de caos controlado en ‘Loose’ para que luego todo se estabilice en una fiera sección rítmica donde la guitarra tiene un papel principal, sin que falte otro espeluznante solo.
La desidia existencial del grupo y de toda una generación de jóvenes viene plasmada musicalmente en el blues-rock llevado al extremo de ‘Dirt’, donde la estructura repetitiva recrea el estado de mantra necesario para adentrarse en esta píldora pre-punk que populariza de forma rápida el sadomasoquismo. A la Velvet Underground también les hubiera gustado ejecutar una pieza de este tipo (puede tomarse como una actualización enriquecida instrumentalmente de ‘All Tomorrow's Parties’), aunque le hubieran cambiado la letra. Parecía que estaban creando una tradición empleando fechas como títulos, pues aquí nos encontramos ‘1970’, que es como la secuela de ‘1969’ donde el protagonista sustituye la apatía por las ganas de fiesta. La canción es igualmente potente e incisiva y con un solo de saxofón como novedad. Tiene un menor impacto porque a los Stooges ya nos los conocemos de sobra, pero no se trata precisamente de un tema menor. También resulta llamativo el entramado rítmico de ‘Fun House’ al incluir un saxofón, si bien acaba resultando demasiado repetitivo y resulta excesiva a todas luces su duración de más de siete minutos.
Lo peor con diferencia de todo el álbum llega justo al final, pues probablemente ya no tenían ninguna composición nueva para completarlo y se dedicaron a improvisar para ver lo que les salía. Pero estos chicos no se distinguen por su aptitud técnica, por lo cual ‘L. A. Blues’ no es más que una caótica improvisación final para poner a prueba la capacidad de aguante del oyente, a ver si consigue soportarla más allá del primer minuto. También sirve para recordarnos que estos chicos tampoco eran unos genios, pero en cualquier caso Fun House queda como una excepcional obra de rock nihilista e igualmente precursora del punk. Ese nihilismo junto a la anarquía que reinaba en el seno de la banda (sin olvidar las drogas, por supuesto), llevaron a una primera y esperable disolución de la banda porque ni siquiera podían tocar en condiciones en el escenario. En 1999 saldrá publicado un mastodóntico box set de siete discos titulado 1970: The Complete Fun House Sessions que recoge una exhaustiva relación de tomas de grabación para cada uno de los temas que conforman el álbum, pero esto ya interesará únicamente a los/las fieles de esta banda.
RAW POWER
Año de publicación: 1973
Puntuación:
1) Search And Destroy; 2) Gimme Danger; 3) Your Pretty Face Is Going To Hell;
4) Penetration; 5) Raw Power; 6) I Need Somebody; 7) Shake Appeal; 8) Death Trip.
Un hecho muy significativo podemos deducir si nos fijamos en lo que hay escrito por el disco. Ya no se trata de los Stooges, sino de Iggy and The Stooges, señalando de esa manera dónde estaba el interés comercial y qué imagen se había de potenciar de cara al futuro. De hecho, este álbum fue grabado en Londres porque a quien había contratado Columbia para grabar era a Iggy Pop en solitario gracias al apadrinamiento de David Bowie, quien por entonces ya era una celebridad del glam-rock que estaba de moda. Iggy se llevó a Londres al guitarrista James Williamson, quien había acompañado a los Stooges en la última gira antes de la separación y con quien escribirá conjuntamente Raw Power al completo. La falta de una sección rítmica que les inspirara confianza les indujo a llevarse a Londres a los hermanos Asheton, debido a lo cual Ron (el guitarrista de siempre) pasó a tocar el bajo. Todo parecía organizado y tan solo faltaba saber quién sería el productor, una tarea que recayó en el mismo David Bowie, quien ya conocía lo suficiente del mundo de la música para conseguir un buen resultado. Cabe señalar que, a lo largo de los años, se han publicado ediciones con los mixes originales y los que produjo Bowie, siendo motivo de controversia.
Pero que nadie se espere un álbum de glam-rock ni nada ostentoso, porque los Stooges van a lo suyo, que es un sonido básico pero extremo en su implementación. Muy pronto nos damos cuenta del sonido artesano que tiene este álbum, pues en ‘Search And Destroy’ no parece que estemos escuchando a un grupo con experiencia, sino a unos novatos que acaban de meterse en un estudio de grabación. Tal cual es el sonido amateur que escuchamos, aunque tampoco es un obstáculo para percibir todo el poderío y la energía que transmiten la fiera guitarra distorsionada y la potente sección rítmica. Pero no todo sonará amateur, como es obvio, pues justo a continuación en el entramado acústico que acompaña a ‘Gimme Danger’ nos muestra todo lo contrario al tratarse de una canción que aúna diversos estados de ánimo, memorables acordes de guitarra y un Iggy comedido que sabe dinamizar la tensión musical para llegar al clímax una vez nos hemos introducido en el ambiente particular del tema.
La melodía rítmica de ‘Raw Power’ les hace parecerse más a los 13th Floor Elevators que a The Velvet Underground. Incluso parecen estar dándoles una sugerencia directa a los futuros Ramones. Los berreos de Iggy en ‘Your Pretty Face Is Going To Hell’ sí que parecen anteceder el hedonismo y la dejadez que caracterizarán muy pronto el panorama punk que iba a aflorar en el mundo anglosajón, más centrado en epatar que en demostrar interés en el aspecto artístico. Aun así, ojalá que la mitad de todo ese movimiento hubiera sonado al menos tan mediocre como esta canción (bueno, si exceptuamos algunos punteos de guitarra) que aquí se alarga innecesariamente hasta los cinco minutos. El tiempo ideal son los tres minutos de ‘Shake Appeal’, lo suficiente para que su sonido de rock clásico pasado por la tosquedad de la grabación y la distorsión de la guitarra nos haga olvidar que es un tema de relleno. Por el contrario, para suavizar la ferocidad de ‘Penetration’ añaden una florida celesta que seguro que fue idea de Bowie.
La manera en la que convierten el blues de ‘I Need Somebody’ en una amenaza sonora es todo un prodigio, si bien puede acabar cansando el tono ya conocido de Iggy a pesar de que consigue transmitir mucha fuerza en el estribillo. Por otra parte, en la precuela de la novela Trainspotting que escribió su autor Irvine Welsh ya en 2012, con el título de Skagboys, se sugiere que el apodo de Sick Boy, uno de los personajes principales, proviene de la letra de la canción ‘Death Trip’. Este tema es un verdadero viaje eléctrico al hedonismo más extremo, toda una orgía de afilada guitarra y aullidos, con la sección rítmica más centrada de lo que cabría esperar, lo cual sirve para que sus seis minutos se nos pasen sin darnos cuenta. Toda esta música fue mucho más influyente de lo que sus escasas ventas parecen anunciar, pues muchos futuros músicos quedaron prendados de su carácter artesano y de cómo podía conseguirse un resultado tan demoledor con tan pocos ingredientes, aparte de que Williamson se consagraba como uno de los guitarristas admirados en el mundo del rock. Eso sí, The Stooges se disolverán para que Iggy Pop continúe en solitario y a trompicones, mientras que Williamson casi que abandonará la música hasta la reunión del grupo en el siglo XXI.
METALLIC 2X KO
Año de publicación: 1976
Puntuación:
CD I: 1) Heavy Liquid; 2) I Got Nothin'; 3) Rich Bitch; 4) Gimme Danger;
5) Cock In My Pocket; 6) Louie Louie.
CD II: 1) Raw Power; 2) Head On; 3) Gimme Danger; 4) Search And Destroy;
5) Heavy Liquid; 6) Open Up And Bleed.
Este álbum, publicado cuando el grupo ya se había disuelto, recoge actuaciones de dos conciertos, el segundo de febrero de 1974, que resultó ser la última actuación de The Stooges hasta su reunión en el siglo XXI. Originalmente era un LP sencillo, pero en la era del CD se amplió para incorporar más contenido de ambos conciertos. En la edición que vamos a comentar se separa en el primer disco el concierto citado de 1974, mientras que el segundo disco contiene una actuación de octubre de 1973. La calidad de sonido del segundo disco es mucho peor, que es la mayor diferencia aparte de que a Iggy Pop se le escucha también más pasado de rosca. Los músicos que le acompañan son los mismos de Raw Power, a quienes se ha de sumar un quinto miembro, el teclista Thurston.
Musicalmente no tiene mucho interés este álbum, pero sirve para hacernos una idea del desfase que había en los conciertos del grupo, donde no podía haber nada previsible, ni siquiera el repertorio porque la mitad de los temas son inéditos. La mitad de la duración total de ‘Search And Destroy’ la dedica Iggy a hablar con el público, denotando que su estado mental no era muy normal en el concierto de 1973 (lo cual no significa que en 1974 estuviera mucho mejor). Las canciones conocidas tampoco consiguen evocar de la misma manera que en el álbum la calidad musical del grupo, sin referirnos con ello a los aspectos técnicos de la grabación. De las dos interpretaciones de ‘Gimme Danger’, en la segunda cabe añadir, aparte de la mala calidad del sonido, que Pop comienza a desvariar demasiado y se convierte en una tortura para quien no sea adorador/a de las enajenaciones de este cantante. Los temas inéditos tampoco es que sean ninguna revelación en general. Aunque posean un ritmo rápido, ‘Heavy Liquid’ (cuya segunda interpretación ronda injustificadamente los diez minutos) y ‘Cock In My Pocket’ suenan igual que si hubieran acelerado alguna canción de Chuck Berry. Al menos ‘Head On’ sí que es heredera del espíritu nihilista de Raw Power y con un resultado potente y bien convincente.
Más artística parece ‘Rich Bitch’ por su comienzo, pero está claro que una interpretación de más de diez minutos de los Stooges es porque se van a desfasar un rato largo y aquí pronto lo comprobamos. No tardará Iggy demasiado en marcarse algún aullido y el resto de la banda a tocar y tocar sin parar, con algunos cambios de ritmo y alternando momentos más tranquilos con otros más enérgicos. Pero claro, los Stooges tampoco son un grupo muy técnico para poder mantener el interés tanto tiempo y acaba resultando aburrida en muchos momentos. Resulta gracioso que al acabar pregunte Iggy al público si quieren escuchar el clásico ‘Louie Louie’, puesto que lo volverá a preguntar al acabar ‘Cock In My Pocket’ (más bien como una provocación al público en ambos casos) y justo entonces podremos escucharla en una interesante versión porque la energía de este grupo es un punto a favor para este tipo de composiciones sencillas.
Más atípico del sonido de los Stooges que ‘I Got Nothin'’ no encontraremos nada en estos conciertos. En primer lugar escuchamos unos acordes de guitarra que bien podrían estar inspirados en los de ‘I Want To Hold Your Hand’ de The Beatles, para luego deslizarse en una especie de reggae al estilo de lo que hacía Eric Clapton por aquella época. De hecho, el solo de guitarra recuerda mucho a Clapton y tan solo el estribillo nos recuerda la fiereza habitual de The Stooges. También sorprende escuchar una armónica en primer término en ‘Open Up And Bleed’, una canción muy devota de la melodía y que busca agradar a pesar de los devaneos habituales de Pop. Así que es una lástima que no la podamos escuchar al completo porque asistimos a su desaparición antes de acabarse. En cualquier caso, este doble álbum en directo está indicado solamente a los/las fans del grupo o del Sr. James Newell Osterberg, Jr., alias Iggy Pop.
THE WEIRDNESS
Año de publicación: 2007
Puntuación:
1) Trollin'; 2) You Can't Have Friends; 3) ATM; 4) My Idea Of Fun; 5) The Weirdness;
6) Free & Freaky; 7) Greedy Awful People; 8) She Took My Money;
9) The End Of Christianity; 10) Mexican Guy; 11) Passing Cloud; 12) I'm Fried.
Esta inesperada reunión más de treinta años después de la disolución del grupo volvió a juntar a Iggy Pop con los hermanos Asheton y el saxofonista Mackay. A ellos se unió un nuevo bajista para completar la formación básica de siempre, sin teclados. Entre Iggy y los Asheton compusieron conjuntamente todo el contenido de nuevas canciones, pero se nota que ahora lo hacen como un trabajo divertido en vez de como una manifestación artística de impacto. Está claro que no se juntaron para demostrar algo al mundo.
En cualquier caso, el súbito inicio de ‘Trollin'’ con toda su energía de guitarra y sección rítmica es la carta de presentación ideal para demostrarnos que los miembros del grupo había envejecido en edad pero no en intenciones. El problema es que todo queda en eso, en intenciones de crear algo guitarrero que satisfaga el oyente medio de rock. Canciones como ‘ATM’ ya suenan cansinas por ser más de lo mismo, relleno demasiado fácil. De manera análoga, el riff de entrada de ‘You Can't Have Friends’ llama la atención, pero luego se desvanece en un desarrollo más vulgar. Un recurso fácil para hacer algo vistoso es acordarse de Bo Diddley para el ritmo de ‘Mexican Guy’, mientras que logran parecerse bastante a los Ramones en ‘Greedy Awful People’, aunque en la parte final se les acaba yendo demasiado la olla al repetir lo mismo sin cuidar la sintonía entre voz e instrumentación.
Se calman un poco en ‘The Weirdness’ y eso juega a su favor porque podemos apreciar mejor el solemne ritmo y la voz experimentada, y también melódica en este caso, de Iggy. El saxofón de Steve Mackay reaparece con gusto y para dar una mayor consistencia al armazón musical de ‘Passing Cloud’, pero lo más pop que puede sonar este grupo es en canciones amenas como ‘Free & Freaky’, lo cual nos muestra también el carácter distendido de esta reunión. Sin embargo, Iggy parece que busca sonar deliberadamente molesto en ‘The End Of Christianity’, un título más pretencioso de lo que refleja luego su letra, aunque para provocador se nos aparece en ‘My Idea Of Fun’ cuando canta con descaro y convencimiento “My idea of fun is killing everyone”, uno de los temas más atractivos del álbum.
Lo que podría haber sido el mejor tema de este álbum e incluso de la última época de la banda, ‘I'm Fried’, acaba lastrado por esa recta final donde el grupo no sabe hacer nada más que repetir sin gracia lo mismo una y otra vez. Pero al menos nos queda ese emocionante estribillo donde cantan con mucho gancho “Hey baby I don't wanna pay / Can I come back? / I'll give away a day”. En resumen, el tipo de música de este álbum es lo que podemos escuchar de cualquier grupo de rock experimentado y sin ganas de experimentar, dedicado a satisfacer el gusto por tocar canciones basadas en la guitarra. Pero para eso existen cientos de bandas, no es necesario acudir a los Stooges y admirar el torso avejentado de Iggy, aunque esto último quizá sea el elemento diferenciador de este grupo que resucitó sin motivo. Y decimos sin motivo porque ni podían aportar nada interesante al panorama musical ni podían ya realizar esos shows musicales extremos como cuando eran jóvenes.
READY TO DIE
Año de publicación: 2013
Puntuación:
1) Burn; 2) Sex & Money; 3) Job; 4) Gun; 5) Unfriendly World; 6) Ready To Die;
7) DD's; 8) Dirty Deal; 9) Beat That Guy; 10) The Departed;
[BONUS TRACK:] 11) Dying Breed.
En 2009 falleció el guitarrista Ron Asheton y parecía que el futuro de los Stooges quedaba en el aire. Pero, igual que ocurriera en la época de Raw Power, volvió a entrar en la banda James Williamson para liderar junto a Iggy Pop la creación de este último álbum de estudio que en realidad poco tiene que ver con lo que había significado el nombre de la banda. En cualquier caso, The Weirdness ya nos había enseñado que los Stooges ya no eran lo mismo y la edad de sus componentes era otra evidencia de que debían hacer otra cosa diferente si querían ser más honestos. Por suerte parece que se dieron cuenta de que habían vuelto con un sonido demasiado vulgar y aquí intentan diversificarlo de alguna manera, incluso en la voz.
Dejan una buena impresión nada más comenzar el álbum mediante un fiero rock que hasta suena épico, ‘Burn’, con una voz muy seria de Iggy y un denso armazón instrumental que muestra una consistencia inusitada para la rusticidad asociada comúnmente a los Stooges. Y no es solo que nos hayan querido colocar al principio lo más consistente, porque a lo largo del álbum encontraremos otros temas de índole similar como ‘Job’ o cuando entran en terreno más bien de AC/DC en ‘Ready To Die’. Todos han aprendido con la experiencia e incluso el saxofón de Mackay nunca había sonado tan sensacional como en ‘Sex & Money’, una canción que no hubiera desentonado en algún disco de los Rolling Stones cuarentones (los Stones septuagenarios no pueden competir en fiereza con los Stooges sexagenarios, por lo que vemos aquí). Esto no quita que nos encontremos relleno como el de ‘Gun’, que los Stooges no eran perfectos precisamente.
En ‘Unfriendly World’ parece que estemos escuchando a Leonard Cohen y no solo por la voz, sino también por tratarse de un tema pausado y con ritmo acústico. Igual no es gran cosa, pero para un grupo de este estilo queda muy bien tener una composición que sirve de respiro y transmite veracidad, aunque acaba resultando algo repetitiva. También parece que vuelva Cohen en ‘The Departed’, aunque los deliciosos punteos de guitarra slide nos mantienen en terreno del rock a pesar del ritmo marcial de batería, más propio de una tonada militar. Como curiosidad, en esta canción aparece como coautor el baterista Scott Asheton. Si alguien tiene la curiosidad de escuchar a Iggy como cantante de soul, aquí puede descubrirlo en ‘DD's’, si bien el guitarrista Williamson se encarga de que sea algo más que un simple soul. En ‘Beat That Guy’ es como si hubieran buscado un sonido épico al estilo de finales de los sesenta, pues incluso se llegan a escuchar coros femeninos. Pero no queda nada mal porque la fiereza de la banda sigue ahí.
‘Dirty Deal’ es quizá el momento en que más se acercan a la esencia de lo que fueron en los setenta, con un Iggy cantando de esa manera como de dejadez que tanto le caracteriza y que tan influyente fue en la generación punk posterior a sus inicios. En cambio, la canción adicional ‘Dying Breed’ busca el gancho melódico en las estrofas porque no tiene estribillo y no sirve más que para completar algo más de espacio. En definitiva, Ready To Die queda como un final digno para esta banda a pesar de no conservar más allá del nombre lo que les hizo importantes en su momento.
VÍDEOS
GIMME DANGER
Año de publicación: 2016
El reputado director Jim Jarmusch (ya curtido con Neil Young en la vertiente musical) dirige este documental que analiza la vida caótica y convulsa de los Stooges a partir de entrevistas y material audiovisual (de ínfima calidad en los años setenta). Si todo fue como nos lo cuentan sus miembros, en especial Iggy Pop, es un milagro que llegaran a grabar tres álbumes e incluso que siguieran vivos en los setenta. Penurias, drogas y todo tipo de excesos jalonan la efímera carrera de este grupo, aunque luego hicieran un último esfuerzo para retomarla tres décadas después. La lectura positiva que puede hacerse de todo ello es que fueron unos chicos que hicieron lo que les apeteció, sin imposiciones ni obligaciones, y podrían haber vivido bien con ello de no haber sido tan anárquicos en el trabajo y sus costumbres. Un interesante documental, incluso para quienes no hayan llegado a conocer todavía a este grupo.