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SMALL FACES

2021

SMALL FACES

Año de publicación: 1966

Puntuación:

Puntuación:

1) Shake; 2) Come On Children; 3) You Better Believe It; 4) It's Too Late;

5) One Night Stand; 6) Whatcha Gonna Do About It; 7) Sorry She's Mine; 8) Own Up Time; 9) You Need Loving; 10) Don't Stop What You Are Doing; 11) E Too D;

12) Sha-La-La-La-Lee; [BONUS TRACKS:] 13) Shake (French EP version); 14) Come On Children (French EP version); 15) Whatcha Gonna Do About It (French EP version);

16) Own Up Time (extended version); 17) E Too D (French EP version).

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2021

Un poco tarde parecían llegar los Small Faces a la escena musical ateniéndonos a su propuesta musical, pues el R&B modernizado ya lo habían consagrado en los años previos grandes grupos como The Yardbirds, The Who o The Rolling Stones. La diferencia quizá sea que estos grupos citados, para 1966, ya estaban desarrollando una vertiente más artística y enfilada al pop-rock, mientras que los Small Faces representaban una nueva actualización del mismo R&B pero también a la altura de los nuevos tiempos. En este debut ya está conformada la formación de cuarteto que se mantendrá durante su efímera carrera, si bien en casi la mitad de los temas encontramos al primer teclista del grupo: Jimmy Winston. En el resto participa Ian McLagan, acompañando así al baterista Kenney Jones y los dos grandes puntales de los Small Faces: el guitarrista y vocalista Steve Marriott y el bajista (y a veces también vocalista) Ronnie Lane, ambos con fatídicas muertes en los años noventa.

 

Pronto percibimos la fuerza especial que desprendía este grupo. Ciertamente suenan más afilados en ‘Shake’ que el propio Sam Cooke, el intérprete original y autor de esta canción, pero no mucho tiempo después llegaría un tal Otis Redding para dejar a todos a la altura del betún con su propia y espectacular versión. Al mejor estilo del r&b de aires Motown se desarrolla ‘You Better Believe It’, mientras que la vertiente más pop del grupo aparece en ‘Sorry She's Mine’ o en ‘Sha-La-La-La-Lee’, cuyo título es bastante clarificador. Marriott se muestra como un miembro más y por ello podemos encontrar hasta un potente instrumental sin su subyugante voz: ‘Own Up Time’. Como curiosidad, la famosa canción de Willie Dixon ‘You Need Love’ que sirvió a Led Zeppelin para componer su no menos famosa ‘Whole Lotta Love’ tiene aquí un precedente de vampirismo, pues ‘You Need Loving’ es la apropiación indebida por parte de Marriott y Lane, que son quienes firman como autores de esta versión mod. El caso es que Dixon llevó a los tribunales a Jimmy Page y Robert Plant por plagio y les ganó, pero no denunció a Marriott y Lane. Se nota que sabía dónde estaba el provecho económico. Y el caso es que lo importante de ‘Whole Lotta Love’ era el apartado instrumental, mientras que la acusación de plagio era por la irrelevante parte vocal (sin desmerecer por ello los implacables aullidos de Plant).

 

Pero dejemos a Led Zeppelin, que en 1966 todavía no existían ni como idea, y sigamos con ‘Come On Children’, la cual podría ponerse como ejemplo de por qué al principio existió una rivalidad ficticia (como la de los Beatles y los Rolling Stones) con The Who. La catarata de sonido descomunal con Kenney Jones descuartizando la batería y Marriott deconstruyendo la guitarra mediante distorsión y feedback, bien podía optar a competir con la banda de Pete Townshend, pero pronto observamos que los Small Faces no podrían aguantar cuatro minutos a ese ritmo y se lanzan a un r&b más convencional y con un fragmento de dos minutos de palmas que se vuelve cansino, deshaciendo así todo el encanto conseguido. Esas palmas serían geniales para entretener al público en un concierto, pero no en una grabación de un disco. Por otra parte, ‘It's Too Late’ parece que sea su versión de ‘The Good's Gone’, lo cual significa que The Who vuelven a salir vencedores porque la comparación no resiste mucho tiempo. Algo más experimentales suenan en ‘E Too D’, donde demuestran más determinación en la sustentación de una estructura instrumental que verdadera convicción en explotar la energía que desprende el tema. Cabe señalar también que la inspiración de ‘Whatcha Gonna Do About It’ viene claramente de la famosa ‘Everybody Needs Somebody to Love’ de Solomon Burke.

 

Al menos las canciones de relleno que encontramos, como ‘One Night Stand’ o ‘Don't Stop What You Are Doing’, tienen una apreciable ejecución donde los músicos derrochan energía, bastante para ser todavía 1966. Resultan curiosos los bonus tracks porque incluyen versiones diferentes de algunos temas del álbum que fueron publicados en Francia en formato de EP, aunque la calidad de sonido no es del todo buena. Pero este álbum de debut de los Small Faces queda como una irrelevante muestra de R&B británico que se salva del olvido absoluto por el alto grado de energía que derrochan en las interpretaciones, aunque también queden rezagados en comparación con los grandes nombres del momento.

FROM THE BEGINNING

Año de publicación: 1967

Puntuación:

1) Runaway; 2) My Mind's Eye; 3) Yesterday, Today And Tomorrow; 4) That Man;

5) My Way Of Giving; 6) Hey Girl; 7) (Tell Me) Have You Ever Seen Me?;

8) Take This Hurt Off Me; 9) All Or Nothing; 10) Baby Don't You Do It; 11) Plum Nellie;

12) Sha-La-La-La-Lee; 13) You've Really Got A Hold On Me; 14) Whatcha Gonna Do About It; [BONUS TRACKS:] 15) My Mind's Eye (French EP version);

16) Hey Girl (French EP version); 17) Take This Hurt Off Me; 18) Baby Don't You Do It;

19) Whatcha Gonna Do About It (BBC session).

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Los Small Faces decidieron cambiarse de casa discográfica porque no se sentían bien tratados en Decca (la misma compañía que desechó en su momento a los Beatles) y esta empresa no se quedó de brazos cruzados, sino que publicó este álbum que recopilaba la gran cantidad de singles que habían publicado entre 1965 y 1967, antes de la partida del grupo (incluso dos de las canciones ya habían sido publicadas en el álbum homónimo de debut, que son las tachadas arriba). Por ello, todavía encontramos una grabación con el primer teclista, Winston, que es quien canta también la versión de ‘Baby Don't You Do It’ pero toca la guitarra rítmica en ella. Que los Small Faces eran unos chicos que aprendían rápido (por eso echaron al primer teclista) lo observamos en la rápida evolución que permite entrever este segundo álbum, precisamente un compendio de esos años.

 

No obstante, como estas grabaciones abarcan la primera etapa de asimilación y evolución, es obvio que encontraremos similitudes con los grupos punteros de esos años. Por ejemplo, se notan que echan la mirada a los primeros The Who en ‘That Man’, donde vuelven a interpretar un pop de altos decibelios y algún resto de psicodelia, mientras que en ‘My Way Of Giving’ suenan demasiado a imitadores de las baladas más ostentosas de los Rolling Stones. Respecto a ‘Baby Don't You Do It’, parecía una predilección de los grupos mod porque da pie a desfogarse con los instrumentos. Es toda una descarga enérgica, aunque resulta imposible no acordarse de la versión que harían los ya tan citados The Who, todavía mejor y más perfeccionada. Por otra parte, The Beatles ya habían realizado su versión de ‘You've Really Got A Hold On Me’, de Smokey Robinson, y la solían interpretar en directo en su primera época, por lo que los Small Faces lo enfocan de manera diferente y la dejan en manos de Marriott, quien vuelve a mostrarse como un excepcional cantante y realiza una interpretación que no tiene nada que envidiar a ninguno de los cantantes de color de la época, que es con quienes se entronca su timbre y potencia sonora.

 

Una de las primeras grandes composiciones propias del grupo es ‘My Mind's Eye’, donde aúnan una pegadiza parte vocal con celestiales armonías y el siempre cohesionado armazón instrumental, de potencia contenida para no interferir con los coros angelicales. Pero la canción que suele recordarse de los Small Faces es la balada de r&b ‘All Or Nothing’, donde Marriott se consagra como uno de los grandes vocalistas del Reino Unido, llevando su voz a los registros más altos con absoluta facilidad. Las melodías vocales también tienen su gancho por sí mismas, así como la reconocible introducción de guitarra. El comienzo de ‘(Tell Me) Have You Ever Seen Me?’ es similar al de ‘All Or Nothing’, pero presenta un tratamiento totalmente diferente con su rítmica y pegadiza parte principal que contrasta con la adición de arreglos de extrema psicodelia, incluyendo un puente en forma de súbito viaje lisérgico. ¡Y todo bajo un ritmo arrollador de guitarra acústica! Que es algo difícil de conseguir. Cautiva también desde el inicio esa mezcla de sonido duro con el r&b más comercial de ‘Hey Girl’, aunque es una lástima el estribillo simplón que meten luego con calzador.

 

Cuando alguien se atreve a versionar alguna canción legendaria que ya tiene su correspondiente interpretación insuperable para la posteridad, es muy difícil poder hacer una versión que no sea susceptible de ser menospreciada con la comparación. Eso es lo que ocurre aquí con la inolvidable ‘Runaway’ de Del Shannon, interpretada en clave de rock y añadiendo ritmos prestados de otras canciones, sin que Marriott demuestre tampoco su potencial como cantante. La grabación parece que sea en directo, pero quién sabe si el sonido ambiente es tan solo un efecto añadido en el estudio. Las piezas de pop más suave contrastan con la psicodelia pura que aparece en la tosca ‘Yesterday, Today And Tomorrow’, una tosquedad envolvente que junto a las voces corales, la distorsión y otros efectos, crea en conjunto ese efecto especial y lisérgico que consiguen las grandes composiciones en ese estilo. ‘Take This Hurt Off Me’ no es más que relleno agradable, mientras que el sonido pesado y proto-heavy de ‘Plum Nellie’ nos advierte de los tiempos que estaban por llegar.

 

En los bonus tracks volvemos a encontrar versiones alternativas de algunas de las canciones escuchadas pero con una calidad de sonido peor. A destacar la interpretación en directo para la BBC de ‘Whatcha Gonna Do About It’, donde observamos la energía que imprimían en sus actuaciones sin que la música se viera afectada. Más bien lo contrario. En resumen, este álbum en 1967 ya no representaba ninguna sorpresa, pero nos muestra a unos músicos con talento para la composición y determinación de crear un sonido cohesionado y potente que pudiera competir con las grandes figuras del momento. Quedaba por ver si serían capaces de seguir mejorando.

SMALL FACES

Año de publicación: 1967

Puntuación:

1) (Tell Me) Have You Ever Seen Me?; 2) Something I Want To Tell You; 3) Feeling Lonely;

4) Happy Boys Happy; 5) Things Are Going To Get Better; 6) My Way Of Giving;

7) Green Circles; 8) Become Like You; 9) Get Yourself Together; 10) All Our Yesterdays;

11) Talk To You; 12) Show Me The Way; 13) Up The Wooden Hills To Bedfordshire;

14) Eddie's Dreaming; [BONUS TRACKS:] 15) Donkey Rides, A Penny A Glass;

16) Green Circles (alternate take); 17) (Tell Me) Have You Ever Seen Me? (alternate take).

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El comienzo con una nueva discográfica, tras pasar de Decca a Immediate, les llevó a bautizar su nuevo álbum igual que el primero, una idea que desde el punto de vista de la mercadotecnia no es nada acertada. La psicodelia hace aquí su aparición, aunque algunas trazas habíamos observado en From The Beginning, pero aquí ese r&b primigenio con desviaciones pop comienza a diluirse en favor de otras corrientes musicales que se puedan fusionar, especialmente el music-hall desarrollado en las aportaciones de Lane, quien comienza a destaparse como fuerza creativa al nivel de Marriott e incluso adopta el rol de vocalista más frecuentemente de lo que había sido hasta ese momento. En el aspecto musical, para hacernos una idea de quién posee el peso de cada composición, normalmente exclusivo aunque firmaran las canciones conjuntamente, puede decirse que es algo así como si Steve Marriott mirara más a The Who y Ronnie Lane a The Kinks. Como novedad, el teclista Ian McLagan se estrena también como compositor con un tema.

 

El comienzo del álbum es por todo lo alto, aunque ‘(Tell Me) Have You Ever Seen Me?’ ya la conocíamos de From The Beginning, pero dado el carácter bastardo de ese álbum y que fue una jugarreta de la discográfica donde estuvieron en sus inicios, podemos contar que pertenece con propiedad al presente álbum. Así que podemos seguir deleitándonos con su ingente energía y con esos geniales “hey, hey, hey, hey” cantados de manera arrastrada. Porque Marriott sigue siendo un gran cantante que sabe hacer recaer en él el peso de una canción, como ocurre por ejemplo en ‘Things Are Going To Get Better’, que pasaría por relleno si no fuera por la descomunal interpretación vocal de Marriott. Steve es también quien engrandece ‘Talk To You’, donde McLagan introduce también una juguetona melodía.

 

Ronnie canta en ‘Something I Want To Tell You’ como si estuviera borracho, en cierta manera emulando a cuando Lennon cantaba como si estuviera adormilado en ‘I'm Only Sleeping’. Lo mejor que tiene es la jovial melodía de órgano que suena en los primeros incisos instrumentales. El órgano también toma el liderazgo absoluto en el breve instrumental ‘Happy Boys Happy’, denotando la importancia que había adquirido McLagan en el seno del grupo. Este aporta una composición que es de lo mejor del álbum, la trepidante y psicodélica ‘Up The Wooden Hills To Bedfordshire’, cuyas pegadizas melodías vocales y su veloz ritmo repleto de destellos instrumentales son un portento. También se empieza a notar que a Lane le gustan las canciones que evocan la fiesta y el jolgorio, como ocurre nuevamente con ‘All Our Yesterdays’ y ‘Eddie's Dreaming’, esta última con trompetas y todo.

           

En baladas como ‘Feeling Lonely’ se muestran convincentes y vigorosos, pues que también debe haber momentos de tranquilidad sin que signifique desdibujar las propias características. Sin embargo, hay momentos en que recordamos a otros artistas en algunas de ellas. Al estilo de The Hollies encontramos la balada acústica ‘Become Like You’, cuyas melodías vocales podrían competir perfectamente contra los de Manchester, mientras que el comienzo de ‘My Way Of Giving’ recuerda inmediatamente a ‘I Am A Rock’ de Simon & Garfunkel, aunque luego prosigue en forma de balada de r&b. La mejor balada de todas es ‘Show Me The Way’, pues el clavicordio de entrada le proporciona esa magia barroca que tanto engrandeció la música rock. Nos muestra también lo expresivo que podía ser Lane cuando mostraba esa sensibilidad particular que luego aflorará en más ocasiones a lo largo de su trágica carrera en solitario.

 

En cuanto a ‘Green Circles’, es todo un tesoro de la psicodelia y está conformada por secciones bien diferenciadas en tono y tratamiento. Desde pasajes de clavicordio de sabor clásico hasta lisérgico music-hall cantado por Lane, pasando por el etéreo estribillo coral que más adelante se transformará súbitamente en un afilado rock donde Marriott repite el título de la canción con mayor fuerza. Toda una experiencia en menos de tres minutos. En los bonus tracks encontramos una cara B de single titulada ‘Donkey Rides, A Penny A Glass’ que nos muestra ese estilo tan particular del grupo donde mezclan rock, vodevil y psicodelia en un cóctel bien sugerente. Junto a las dos tomas alternativas de dos de los mejores temas aquí encontrados, son un gran complemento de este deslumbrante álbum que consolidaba a los Small Faces como uno de los grupos importantes del Reino Unido, pues por entonces estaban triunfando también en las listas de singles con ‘Itchycoo Park’ o ‘Tin Soldier’. Desgraciadamente, comenzaba a avistarse el final del grupo ante la tensión creciente y las desavenencias artísticas entre Marriott y Lane.

OGDENS' NUT GONE FLAKE

Año de publicación: 1968

Puntuación:

1) Ogdens' Nut Gone Flake; 2) Afterglow Of Your Love; 3) Long Agos And Worlds Apart;

4) Rene; 5) Song Of A Baker; 6) Lazy Sunday; 7) Happiness Stan; 8) Rollin' Over;

9) The Hungry Intruder; 10) The Journey; 11) Mad John; 12) HappyDaysToyTown;

[BONUS TRACK:] 13) Tin Soldier (live).

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Llegamos aquí a una de las consideradas como obras maestras de la psicodelia e incluso como la mejor obra de los Small Faces. Pero aun siendo un álbum notable, como mucho llega a obra maestra de los excesos de la psicodelia, pues comete varios de ellos aunque el grupo mantiene el tipo en todo momento. En ese sentido, se acerca bastante al Satanic Majestic Request de los Rolling Stones, si bien los Small Faces se vuelven algo más festivos con la inmersión psicodélica. En su momento fue bastante peculiar la funda redonda en forma de caja para el vinilo, parodiando las viejas cajas de tabaco que habrían visto desde su infancia. Respecto a su contenido, el álbum está estructurado en dos partes bien diferenciadas, pues para la segunda mitad de canciones se añade una historia narrada que no tiene interés alguno y que acaba siendo un lastre que no queda más remedio que soportar.

 

La pieza que da título al álbum es un instrumental psicodélico con arreglos orquestales que acercan los Small Faces a los Beatles, aunque momentos de arranque enérgico como ocurre hacia la mitad del tema nos recuerdan que los Small Faces tenían su propia personalidad. Podrían haberse ahorrado la introducción paródica de ‘Afterglow Of Your Love’, pero tampoco supone mayor problema cuando disfrutamos de todo el poderío que transmite esta canción, desde sus potentes acordes de guitarra hasta su batería penetrante y la impagable interpretación vocal de Marriott, aunque hayan doblado su voz en algunos momentos. El rock más fiero del grupo aparece en ‘Song Of A Baker’, algo devota del estilo de ‘Wild Thing’ de los Troggs (y con unas líneas de bajo a veces reminiscentes del ‘Hey Joe’ de Jimi Hendrix), pero con una parte vocal donde Steve se siente como pez en el agua, pasando de unas estrofas más pop a un estribillo potente y seco. El solo de guitarra es de los mejores que haya hecho.

 

En forma de balada astral se desarrolla ‘Long Agos And Worlds Apart’, la única composición solitaria de McLagan, con una voz que parece provenir de otra dimensión. El estribillo desenfadado produce suspicacias, pero forma parte de la vertiente infantil que distinguía la psicodelia británica. Esto también lo podemos apreciar en la siguiente canción, ‘Rene’, de inquietantes estrofas que desembocan en otro festivo estribillo. Su segunda mitad es una rayada instrumental que bordea los excesos que se cometieron en nombre del LSD, si es que alguna vez lo consumieron estos chicos. Este estilo festivo-costumbrista llega a su apogeo en la conocida ‘Lazy Sunday’, toda una llamada a la diversión con unas sencillas pero irresistibles melodías. También parece una obligación en la psicodelia realizar una imitación de clavicordio y eso es lo que hacen en ‘Happiness Stan’, cuya primera parte se desarrolla tomando el vodevil como inspiración y en la segunda parece que estemos escuchando a Love. Recordemos que este grupo en su país (EEUU) eran prácticamente desconocidos fuera de la órbita de Los Ángeles, pero en el Reino Unido tuvieron algo de repercusión con su Forever Changes.

 

Lo que ya se ha dicho del narrador que nos acompaña en la segunda mitad del álbum, comprobamos muy pronto el problema que supone, pues ya escuchamos demasiado parloteo antes de comenzar ‘Rollin' Over’. El riff de esta canción es claramente una imitación del de ‘Foxy Lady’ de Jimi Hendrix, pero al menos su desarrollo se mantiene gracias al empuje vocal de Marriott. A veces las voces se cuelan por medio de un tema, como en el relleno psicodélico de ‘The Hungry Intruder’, mientras que en la floja ‘HappyDaysToyTown’ nos toca aguantar un minuto y medio de speech antes de entrar en otro nuevo tema festivo donde estos chicos celebran su carácter inglés sin tapujos, pero esta vez de manera menos atrayente por la excesiva jarana que se montan. Pero cuando parece que van en plan más serio es también cuando más se les parece ir el viaje lisérgico de las manos, que es lo que ocurre en la apropiadamente titulada ‘The Journey’, una canción donde verdaderamente se luce Lane con el bajo.

 

El título de ‘Mad John’ parece ideal para otra rayada psicodélica, pero sorprendentemente lo que nos encontramos es una pieza acústica donde emulan el folk de regusto lisérgico patentado por Donovan. Como canción adicional (aunque existen recomendables reediciones con mucho contenido interesante como los singles de la época), encontramos una espectacular interpretación en directo de ‘Tin Soldier’ (si es que no se trata de una grabación retocada, como era costumbre en la época) donde asistimos a un ejemplo de la energía que transmitían en directo y que forjó su leyenda. Queda aquí como un acertado broche complementario a un álbum fascinante que únicamente adolece de pocos momentos realmente gloriosos en comparación con los altos niveles que habían logrado alcanzar previamente.

THE SINGLES As & Bs... PLUS

Año de publicación: 1990

Puntuación:

1) Whatcha Gonna Do About It; 2) I've Got Mine; 3) Sha-La-La-La-Lee; 4) Hey Girl;

5) All Or Nothing; 6) My Mind's Eye; 7) I Can't Make It; 8) E Too D; 9) Here Come The Nice; 10) Itchycoo Park; 11) Tin Soldier; 12) Lazy Sunday; 13) The Universal;

14) Afterglow (Of Your Love); 15) Wham Bam Thank You Man; 16) What's A Matter Baby; 17) It's Too Late; 18) Grow Your Own; 19) Almost Grown; 20) Understanding;

21) I Can't Dance With You; 22) Just Passing; 23) Patterns; 24) Talk To You;

25) I'm Only Dreaming; 26) I Feel Much Better; 27) Rollin' Over;

28) Donkey Rides, A Penny A Glass.

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Igual que para el resto de grupos británicos de éxito en los años sesenta, existía un mercado diferenciado entre el single y el LP, de tal manera que muchas veces los singles no aparecían posteriormente en un LP. Debemos recordar que From The Beginning fue la excepción al ser una compilación de los singles que habían grabado hasta ese momento. Esta nueva recopilación, entre tantas que saldrán de los Small Faces, recoge nada menos que veintiocho canciones en un solo disco, todo un gesto de decencia de quien preparó la recopilación. Los singles no están ordenados de forma cronológica, cuando eso hubiera sido lo lógico, pero en cualquier caso aquí se nos presenta una valiosa panorámica de la evolución del grupo durante su exigua trayectoria desde 1965 a 1968 (aunque en 1969, una vez separados, todavía se publicaría un single más).

 

Es toda una sorpresa que en 1965 publicaran algo tan consistente y  maduro como ‘I've Got Mine’, que en cierta manera parece su respuesta a ‘The Good's Gone’ de The Who. De 1966 y similar contundencia son los instrumentales ‘Grow Your Own’ y ‘Almost Grown’, una demostración más de que la rivalidad de ambos grupos en el mundo de los mods era algo fácil de concluir aunque no se correspondiera con la realidad. También son muy devotos de The Who otros poderosos temas de aguerrida sección rítmica como ‘Talk To You’ (de 1967) o ‘Wham Bam Thank You Man’ (de 1969), este último publicado cuando el grupo ya no existía. Pero ya sabemos que en los inicios del grupo no era todo electricidad y energía, puesto que ‘What's A Matter Baby’ no es más que la olvidable versión de un tema estadounidense de soul. Demasiado torpes se muestran en ‘Understanding’ al parecer una imitación del sonido Motown pero con estridencias y que fue la cara B de ‘All Or Nothing’, aunque mucho peor resulta la caótica y desafinada ‘I Can't Dance With You’. De manera análoga, ‘Patterns’ hubiera quedado como relleno en cualquier álbum de la banda.

 

En la potente ‘Tin Soldier’ contaron con la participación en los coros de la cantante P.P. Arnold e incluso puede encontrarse en la red alguna actuación en televisión (en playback) donde ella les acompaña. La canción engancha desde su atrayente piano inicial, que pronto deja paso a una potente sección rítmica y a una de las mejores interpretaciones vocales que se recuerdan de Marriott. El genial vodevil psicodélico de ‘Itchycoo Park’ nos junta una sección de alegre costumbrismo finiquitado en el jovial estribillo “It's all too beautiful” con un puente absolutamente lisérgico donde todo está distorsionado, una distorsión que acaba alcanzando al estribillo, como si hubiéramos asistido a la conjunción final de estar en un parque con los efectos de una droga lisérgica. Es una pena que el estribillo de ‘I Can't Make It’ sea tan flojo, puesto que las estrofas tienen mucha fuerza. Por otro lado, podría decirse que ‘Here Come The Nice’ sería una reescritura mejorada de ‘I Can't Make It’ que compensa toda su estructura, con un mejor empleo de los coros y un final bastante desconcertante que quizá fuera la respuesta al empleo del feedback de Pete Townshend.

 

El estilo de country mundano al que tanto recurrirá Ronnie Lane en su carrera en solitario aparece aquí, pero paradójicamente escrito y cantado por Marriott, en ‘The Universal’, con efectos sonoros variados y algún punteo de guitarra que quedan como los últimos restos de psicodelia que quedaban en esta canción de 1968, que además fue también la última publicación de los Small Faces antes de su disolución. Los efectos sonoros ya aparecen en el año oficial de la psicodelia, como no podía ser de otra manera, que es 1967. De esta manera, ‘Just Passing’ ya queda como algo más que una canción folk, aunque en realidad ya tiene su propio tono psicodélico y desenfadado sin necesidad de efectos. La que consigue una ambientación interesante con una base acústica es ‘I'm Only Dreaming’, pero acaban deshaciendo todo lo bueno que han conseguido en la pueril coda de su último medio minuto. La que es psicodélica de verdad es ‘I Feel Much Better’, que es como si Syd Barrett hubiera querido incluir algo de R&B en The Piper At The Gates Of Dawn. Vuelve a ser una lástima que esas voces procesadas como si se trataran de duendes rompan el encanto y el onirismo alcanzado con la parte vocal principal. Como sorpresa final, llegando casi a los tres minutos le añaden una aguerrida coda con un incisivo ritmo marcado por el bajo y seguido por la guitarra, tan solo interrumpido por un falso final.

 

Como vemos, en este álbum encontraremos una gran cantidad de temas y suficiente variedad estilística, lo cual viene a demostrar la importancia de los Small Faces como grupo destacado de los sesenta. Y si añadimos las canciones que ya conocíamos (las sombreadas), se nos queda igualmente como una provechosa recopilación de la carrera de esta banda.

THE BBC SESSIONS

Año de publicación: 2000

Puntuación:

1) Whatcha Gonna Do About It; 2) Jump Back; 3) Baby Don't You Do It; 4) Shake;

5) Sha-La-La-La-Lee; 6) You Need Loving; 7) Hey Girl; 8) E Too D; 9) One Night Stand;

10) You'd Better Believe It; 11) Understanding; 12) All Or Nothing;

13) If I Were A Carpenter; 14) Lazy Sunday; 15) Every Little Bit Hurts;

16-19) Rare interviews with Steve Marriott; 20) Rare interview with Kenney Jones.

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Entre tantas valiosas grabaciones que atesora la BBC no podían faltar las correspondientes a los Small Faces, ordenadas cronológicamente porque pertenecen a cinco sesiones diferentes, entre 1965 y 1968 (siendo tres de las sesiones de 1966), cada una de ellas con su correspondiente entrevista que se añaden al final para quien desee escucharlas. Esto quiere decir que de la época álgida del grupo no escucharemos nada, pues el material o es anterior o pertenece ya sus últimos coletazos de 1968, pero nada de 1967. Como curiosidad, en la primera de las entrevistas Marriott presenta a los miembros del grupo y a Lane lo llama por el mote de Plonk. En los tres primeros temas escucharemos al primer teclista del grupo, Winston, aunque la mayor sorpresa es la participación en las sesiones de 1968 (en concreto, en ‘If I Were A Carpenter’ y ‘Every Little Bit Hurts’) de la cantante P. P. Arnold. Así que es una lástima que no llegaran a tocar ‘Tin Soldier’.

 

El comienzo del álbum no puede ser mejor con la espectacular interpretación más eléctrica de ‘Whatcha Gonna Do About It’, donde al inicio ya se atisban algunos punteos de guitarra más afilados de lo habitual pero luego llega el brutal intermedio instrumental que, aun siendo breve, es de una fiereza superior a lo que se espera de una canción de r&B ligero como esta (ojalá pudieran haber hecho algo similar con ‘Sha-La-La-La-Lee’). Y bueno, la voz de Marriott también llega a sus registros más altos, quedando así la mejor versión posible de este tema. Donde pierde Steve la oportunidad de lucirse al máximo como cantante es en ‘Shake’, pero obviamente debe ser complicado estar tocando la guitarra y querer, cuando menos, estar a la altura de Sam Cooke como vocalista. Temas menores como ‘Baby Don't You Do It’ también dejan una mejor sensación en directo, denotando donde estaba el poderío del grupo.

 

Encontramos dos novedades en el repertorio incluido. Una es ‘Jump Back’, en ese estilo de r&b dentro de un caos ordenado que también tenían los primeros The Who, y la otra una estupenda versión de ‘If I Were A Carpenter’, el célebre tema de Tim Hardin que fue popularizado sobre todo por el cuarteto vocal Four Tops. Por otra parte, en ‘Lazy Sunday’ se lo pasan muy bien metiendo efectos de sonido y haciendo bromas, resaltando así el carácter distendido de esta canción, sin que ello repercuta en una interpretación excelente. La única pega que se le puede poner a este álbum es que a ‘Every Little Bit Hurts’ le sobra la segunda mitad, donde se acaban excediendo en ese plan de balada contemplativa que tampoco da para mucho más. Por lo demás, supone una buena oportunidad de ver la energía en directo del grupo y entender así por qué fueron una de las sensaciones de la ebullición musical de la ciudad de Londres en los sesenta.

RECOPILATORIOS

THE BEST OF SMALL FACES 

Año de publicación: 1995

De entre la gran cantidad de recopilaciones que pueden encontrarse de los Small Faces, lo que llama la atención de este es que no contiene absolutamente nada de su mejor álbum, el Small Faces de 1967. Si nos fijamos bien, el contenido son básicamente singles y casi todo lo podemos encontrar en la recopilación vista anteriormente The Singles As & Bs… Plus. Encontraremos dos temas que no hemos comentado previamente, al menos en su versión de estudio, que son sendas baladas. Una de ellas se titula ‘The Autumn Stone’ y es una delicia de escuchar por su delicada interpretación vocal y su comedida instrumentación que subraya la evocadora letra. La otra es la lentísima balada ‘Every Little Bit Hurts’, una versión de un tema de la Motown que contiene algunos detalles de interés para que no nos acabemos durmiendo, como esa pequeña aceleración del ritmo en los finales de estrofa.

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