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SANTANA

2020

SANTANA

Año de publicación: 1969

Puntuación:

1) Waiting; 2) Evil Ways; 3) Shades Of Time; 4) Savor; 5) Jingo; 6) Persuasion; 7) Treat;

8) You Just Don't Care; 9) Soul Sacrifice.

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2020

Como primera aclaración para quien se acerque por primera vez a la figura de Carlos Santana, debe saber que lo que representaba el nombre Santana en sus inicios no era él mismo, sino la banda completa que le acompañaba y de la cual era, por supuesto, el guitarrista. El resto era un teclista/organista (Gregg Rolie), un bajista y varios percusionistas donde destacaban Michael Shrieve y José Areas. Desde el principio, establecieron en San Francisco su estilo característico de rock latino que les abrió las puertas del Festival de Woodstock en agosto de 1969, momento en el que se consagraron y despegó su trayectoria discográfica.

 

Si alguien pensara: “yo lo que quiero es escuchar un tema que me resuma el disco y de qué rollo van estos tipos”, entonces puede y debe dirigirse inmediatamente al último tema del álbum, ‘Soul Sacrifice’. Su interpretación en directo es precisamente lo que les había consagrado en el festival de Woodstock y contiene solos de batería, de órgano y, lo más destacado, uno de los mejores solos de guitarra del álbum. Todo enfundado en ese estilo de rock latino tan característico que pusieron entonces de moda. De todas maneras, quien empiece a escuchar este disco desde su lógico principio, notará enseguida la peculiar y prominente percusión en ‘Waiting’ que recalca el carácter latino de esta música.

 

‘Savor’ es un festín de percusión y órgano que da paso a la pieza más conocida del álbum, ‘Jingo’, que en realidad es un tema de un músico nigeriano, de ahí que su exigua letra sea ininteligible. En cualquier caso, su ritmo es muy pegadizo y es un caso más de utilización de grandes ideas musicales salidas de África. No es la única versión incluida aquí, sino que también podemos encontrar la de un músico de jazz, titulada ‘Evil Ways’, aquí totalmente alejada de ese estilo y convertida en otro ejemplo de rock latino. Este tema fue el seleccionado como segundo single del álbum (el primero fue ‘Jingo’) y tuvo unas considerables ventas al llegar al top ten, pero sin embargo las melodías vocales más interesantes las encontraremos en la siguiente canción, ‘Shades Of Time’, de unos aires pop más acorde con los tiempos y localización en que fue grabada. Más comercial y discreta es ‘Persuasion’, un relleno sin más.

 

Para cuando llegan ‘You Just Don't Care’ y el instrumental ‘Treat’, ya no hay factor sorpresa y es más de lo mismo que hemos escuchado previamente. Eso sí, con suficiente gusto y buen hacer como para poder disfrutarlo igualmente. En el caso de ‘Treat’, presenta la curiosidad de su inesperado cambio súbito que nos deja algo más de un minuto final de relajado piano jazzístico. En cualquier caso, la uniformidad del sonido es la única objeción importante que se le puede hacer a este debut, un intento de capitalizar el éxito cosechado en Woodstock al ser publicado tras la finalización del festival, si bien había sido grabado con anterioridad. El grupo muestra sus cartas desde el principio y faltaba que, con el transcurso del tiempo, se dieran cuenta de que la guitarra de Carlos debía tomar mayor protagonismo, ya que era él quien elevaba la calidad del producto final, siendo los percusionistas quienes establecían de alguna manera el estilo.

ABRAXAS

Año de publicación: 1970

Puntuación:

1) Singing Winds, Crying Beasts; 2) Black Magic Woman/Gypsy Queen; 3) Oye Como Va;

4) Incident At Neshabur; 5) Se A Cabo; 6) Mother's Daughter; 7) Samba Pa Ti;

8) Hope You're Feeling Better; 9) El Nicoya.

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Amortizado ya el efecto sorpresa que la aparición de Santana produjo en la escena musical tras el festival de Woodstock, quedaba por ver si lograrían progresar de alguna manera dentro del estilo de fusión latina que habían puesto en primer plano. La continuación del debut fue este exitoso disco que incluso les llevó al número uno de ventas, todo un prodigio para una banda de estas características. Uno de los artífices, el principal, era sin duda Carlos Santana, pues su guitarra sigue brillando y marcando las diferencias respecto a otros grupos similares. Para ayudar a su popularidad, en este disco los de Santana echan mano de algunas conocidas canciones para ejecutarlas en su estilo propio y así aprovecharse de algunas pegadizas melodías que ellos todavía no eran capaces de producir en cantidad suficiente.

 

La fama de este álbum se debe sin duda a que contiene tres de las piezas más recordadas de la carrera de Santana, aunque la mayoría no sean composiciones originales. La primera parte de la dupla ‘Black Magic Woman/Gypsy Queen’ se puede definir de manera tan simple como la versión instrumental en clave de rock latino de la famosa pieza de Fleetwood Mac compuesta por Peter Green. Más interesante por lo novedosa (es de un músico húngaro) resulta el otro tema añadido como coda, ‘Gypsy Queen’, que es un rápido ritmo bajo el cual Carlos mete varios guitarrazos y también pone a prueba su velocidad siguiendo el ritmo. De Tito Puente es la famosa ‘Oye Como Va’ (sic), en la cual faltaría un mayor protagonismo de la guitarra para conseguir elevarla a la excelencia. La única composición original de estas piezas más conocidas es ‘Samba Pa Ti’ (sic), una excelsa balada instrumental donde la guitarra de Santana transmite toda la emoción posible con una expresividad tan solo al alcance de los maestros de la guitarra, como ya había demostrado ser él.

 

Como el rock progresivo era ya la nueva moda, ‘Singing Winds, Crying Beasts’ es un intento de subirse al carro de este género a base de recrear una ambientación espacial basándose en una movida percusión y en la adición posterior del resto de instrumentos, incluyendo atonalidades varias y sin buscar ningún objetivo melódico (más bien amoldarse al evocador título), motivo por el cual se hacen demasiado largos sus casi cinco minutos. La tribal ‘El Nicoya’, aunque posea algo de canto, no es más que la excusa para introducir un solo de percusión que afortunadamente dura muy poco. En ‘Incident At Neshabur’ colocan en primer plano un prominente riff al estilo de los Allman Brothers, pero los dos últimos minutos se ceden a Rolie y se rompe toda la ambientación. En cuanto a ‘Se A Cabo’ (sic), es una combinación lineal de las ideas principales de los dos temas que le preceden. Por tanto, lo único que chirría es el título mal escrito, que en este álbum parece una norma.

 

La composición de temas con aires de pop-rock ha mejorado respecto al debut, de tal manera que aquí ‘Mother's Daughter’ resulta emocionante por una convincente parte vocal y por dejar tiempo para que Carlos brille en la coda, todo un detalle de su compañero Rolie porque este último es el compositor. Mejor todavía resulta la otra composición de pop-rock de Rolie, puesto que ‘Hope You're Feeling Better’ suena tan gloriosa como los primeros Chicago gracias a un pegadizo estribillo sazonado con la incisiva guitarra de Carlos, quien poco a poco se va haciendo dueño y señor de la canción para elevarla a los altares del rock.

 

En resumen, el grupo había progresado de manera evidente, pero a costa de emplear composiciones ajenas. Si querían convertirse en un grupo serio de verdad, debían evolucionar más con las composiciones o interpretar las versiones con mayor originalidad, esto es, no limitándose a reproducir otras canciones en clave latina, sino aportando algo verdaderamente original. En cualquier caso, estaban en línea ascendente y este álbum merece ser escuchado y recordado como buen ejemplo de música de fusión que al mismo tiempo es expresiva y no tan solo una mera excusa para mostrar la técnica de los músicos.

SANTANA III

Año de publicación: 1971

Puntuación:

1) Batuka; 2) No One To Depend On; 3) Taboo; 4) Toussaint L'Overture;

5) Everybody's Everything; 6) Guajira; 7) Jungle Strut;

8) Everything's Coming Our Way; 9) Para los rumberos;

[BONUS TRACKS:] 10) Batuka (live); 11) Jungle Strut (live); 12) Gumbo (live).

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Seguía el éxito de la banda y mediante este tercer álbum volvían a conseguir otro número uno en ventas en Estados Unidos, que se dice pronto. La experiencia proporcionaba mayor cohesión todavía al grupo y cada vez quedaba más claro cuáles eran sus puntos fuertes. En realidad el toque de distinción lo aportaba Carlos Santana con su guitarra. Quizá por ello en este álbum podemos escuchar a Gregg Rolie tocar su teclado mejor que nunca, demostrando que, cuando uno se rodea de gente competente, eso lleva directa o indirectamente a querer mejorar para equipararse a ellos. En cualquier caso, es Carlos quien sale ganador, como no podía ser de otra manera.

 

Aparte, por el comienzo del álbum parece que el grupo haya evolucionado musicalmente, aunque en realidad no lo ha hecho demasiado. En ‘Batuka’ parecen preludiar, desde el otro lado del atlántico, la próxima transformación del grupo alemán Can en unos maestros de los ritmos complejos. En el polo opuesto se sitúa la canción que llega a continuación, ‘No One To Depend On’, que suena demasiado convencional para lo que esperamos de Santana a estas alturas. De manera bastante discreta comienza también ‘Taboo’, tan solo redimida por su último minuto y medio donde la guitarra suena más emocionante que nunca, como si quisiera desahogar la rabia contenida. Pero bueno, con los grandes intérpretes se ha de tener siempre paciencia. El dominio de los tempos y de la tensión musical que habían alcanzado tiene su mejor reflejo en la espectacular ‘Toussaint L'Overture’, cuyo potente comienzo no es nada en comparación con la recta final donde todos los músicos dan lo mejor de sí, lo cual significa que la guitarra de Carlos (como también el órgano de Rolie) llega a un desenfreno total, alcanzando unas cotas de expresividad solo al alcance de los más grandes. Más amigable se presenta ‘Everybody's Everything’ al colocar unos vientos casi de entrada, como si quisieran avisarnos de que es el momento de relajarse y disfrutar de una pieza igual de animada pero de sonido festivo.

 

De Tito Puente volvemos a encontrar una versión en clave rockera, esta vez del tema ‘Para los rumberos’, que es una garantía de buen resultado. Aunque no tenían problema en hacer versiones de temas clásicos de salsa, también aportan su propio tema bailable mediante ‘Guajira’, al cual Rolie añade algunas atonalidades con su piano para darle el toque especial, sin perder por ello el gancho melódico que presenta la salsa. La versión de ‘Jungle Strut’ del saxofonista Gene Ammons, de la cual podemos disfrutar también de una interpretación en directo en los bonus tracks, es otro prodigio de espectacular técnica y demostración de poderío de este grupo. Que nadie piense que va a escuchar aquí un saxofón, puesto que Rolie y Santana se bastan ellos mismos para no echar en falta ningún instrumento. La guitarra sigue sonando sensacional, consagrando a Carlos como uno de los grandes intérpretes. También como compositor denota un instinto melódico para el pop poco usual en los músicos que destacan como intérpretes de una manera tan clara como él, pues ‘Everything's Coming Our Way’ es una pequeña joya donde se aúna una estructura instrumental densa y repleta de detalles melódicos junto a una pegadiza parte vocal.

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En los bonus tracks encontramos tres interpretaciones en directo correspondientes a un concierto en el mítico Fillmore West, entre ellas una pieza instrumental titulada ‘Gumbo’, de ritmo más rockero de lo habitual (enfatizado por la guitarra rítmica) pero donde no faltan afilados solos de nuestro héroe. La única objeción, bastante importante, que se le puede hacer a este álbum es la uniformidad del sonido, pues algunos temas podrían pasar por ser los mismos pero divididos en varias partes. En un día bueno incluso se le podría otorgar una estrella más, pero afortunadamente el grupo iba a mejorar un poco más y a diversificar su sonido en el próximo álbum, la verdadera gran obra de Santana.

CARLOS SANTANA AND BUDDY MILES! LIVE!

Año de publicación: 1972

Puntuación:

1) Marvels; 2) Lava; 3) Evil Ways; 4) Faith Interlude; 5) Them Changes;

6) Free Form Funkafide Filth.

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Previamente a la grabación del soberbio Caravanserai, Carlos Santana se desmarcó de su banda para publicar su primer álbum en solitario. Bueno, en este caso no tan en solitario porque fue publicado junto al nombre de Buddy Miles, aquel último baterista que había tenido Jimi Hendrix y que pecaba de afán de protagonismo cuando estaba claramente a un nivel inferior al de los grandes guitarristas con los que se estaba juntando. Como ya reza el título, se trata de una actuación en directo, extraída de un festival en Hawai donde se juntaron más de diez músicos, algunos de Santana y el resto quizá los acompañantes habituales de Buddy Miles.

 

Como era de esperar, lo peor es asistir al excesivo protagonismo de Miles, no solo con la batería (lo cual hasta resulta normal y deseable), sino como vocalista. Sus falsetes y gritos agudos en los temas con parte vocal pueden resultar irritantes. Todo esto llega en la segunda mitad del álbum, con el prólogo de ‘Faith Interlude’ como presentación del verdadero show de Buddy que está a punto de comenzar. Luego llega ‘Them Changes’, que no es más que el nuevo nombre para ‘Changes’, la lamentable canción escrita por Miles e incluida en aquel nefasto Band Of Gypsys de Jimi Hendrix, donde únicamente se salva el primer riff de guitarra, aquí tocado sin problemas por Carlos. El solo de teclado se lo podían haber ahorrado, pero es que el resto de músicos parece mirarse el ombligo mientras tocan, no transmiten ninguna emoción. Con este adelanto, es fácil adivinar lo que va a llegar después si vemos el título y duración de ‘Free Form Funkafide Filth’, casi veinticinco minutos, cuyo único pasaje con algo de interés comienza avanzados los tres minutos para finalizar sobre los seis. Todo lo demás es una inane improvisación tras otra para aburrir como una ostra. Bueno, para quien tenga paciencia y, sobre todo, valor para escucharla entera, comprobará que la recta final no está nada mal porque Carlos se luce por fin con su guitarra pero con sentido de la melodía y expresividad. Pero esto no puede compensar todo el desaguisado previo.

 

Lo único bueno es cuando en conjunto se parecen a Santana (la banda) y no a unos meros acólitos de Buddy Miles, que es en los tres primeros temas. Lo curioso es que el primero es una composición de John McLaughlin (en clave de fusión latina, aunque suena autocomplaciente) y el segundo del propio Miles, el frenético ‘Lava’ que en realidad solo tiene de interesante su velocidad. Lo mejor del disco es cuando se lanzan a tocar ‘Evil Ways’, perteneciente al disco de debut de Santana, aunque haya que soportar la voz de Buddy. Pero para escuchar estas interpretaciones, es mejor irse directamente al grupo Santana. Esto no es más que un divertimento para Carlos y Buddy sin ningún interés. Resulta impensable que alguien quiera volver a escuchar este álbum por segunda vez salvo para verdaderos fanáticos de Carlos Santana (de Buddy Miles es poco probable que haya fans, pero algún grupo de Facebook tendrá seguro).

CARAVANSERAI

Año de publicación: 1972

Puntuación:

1) Eternal Caravan Of Reincarnation; 2) Waves Within;

3) Look Up (To See What's Coming Down); 4) Just In Time To See The Sun;

5) Song Of The Wind; 6) All The Love Of The Universe; 7) Future Primitive;

8) Stone Flower; 9) La Fuente Del Ritmo; 10) Every Step Of The Way.

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Llegó el día en que el grupo Santana decidió que la etiqueta de grupo de fusión latina les estaba dejando muy encasillados y echaron su mirada hacia el rock progresivo que estaba triunfando esos años. Dirigirse por ese camino era una decisión inteligente porque les serviría para aumentar su prestigio si sabían aprovechar sus cualidades técnicas en pro de composiciones interesantes donde no se dedicaran simplemente a ser complejos por el afán de serlo. Y vaya si lo consiguieron. Antes de escuchar Caravanserai, hay que saber que deben tomarse sus primeros cuatro temas como cuatro movimientos de una misma suite, pues todo fluye con una continuidad, coherencia e inteligencia que abruman porque es lo que podríamos esperar de un grupo de rock progresivo consolidado, no de esta incursión de los Santana.

 

Así pues, sonidos de grillos inician el álbum en ‘Eternal Caravan Of Reincarnation’, pieza instrumental donde recrean una ambientación especial y misteriosa que permite adentrarnos con una suerte de continuidad en ‘Waves Within’, pieza todavía más evocadora y poseedora de un atrayente ritmo donde los instrumentos fluyen como las ondas que indica el título. La colocación de los temas es acertadísima, porque justo a continuación llega ‘Look Up (To See What's Coming Down)’ con un ritmo todavía más animado que la anterior, dejando una sensación de evolución metamusical que sirve para valorar todavía mejor esta primera mitad del álbum. De esta manera, ‘Just In Time To See The Sun’ puede tomarse como la culminación de todo este recorrido al llegar por fin a unos poderosos acordes de rock y llegar la primera parte vocal del álbum, de calidez y delicada melodía.

 

Si alguien echaba en falta los ritmos latinos, en la animada ‘Stone Flower’ tiene una muestra y esta vez con parte vocal y con una jovial melodía tropical para alegrar al personal, como también lo hace su coda instrumental. Estos aires tropicales se deben a que es una composición de Antônio Carlos Jobim. Si en cambio se buscan ritmos bailables, se puede un@ ir directamente a ‘La Fuente Del Ritmo’, donde todos los músicos tienen su momento de lucimiento y se van turnando para dejar su firma musical. Podrían haberla unificado sin problema con la final ‘Every Step Of The Way’, pues tras unos originales preliminares de más de dos minutos donde todos los músicos vuelven a demostrar su cohesión para contribuir democráticamente a la consecución de sus objetivos, nos desgranan otro frenético ritmo donde el término “fusión latina” ya se queda corto respecto a la aportación de los diferentes instrumentos, donde sorprende la adición de una maníaca flauta como si se hubiera colado sin permiso Ian Anderson. Y bueno, como final de álbum es brutal porque nos ofrece a Carlos Santana en toda su gloria. La segunda mitad de esta pieza es la reconfirmación de su maestría y grandeza, toda una lección de cómo llegar a las cotas más altas con la guitarra eléctrica. Una obligación escucharlo para todo amante del rock. Lo curioso es que el compositor sea el baterista Shrieve, aunque es evidente que la parte de guitarra la aportó Carlos.

 

La música española asoma en ‘All The Love Of The Universe’ gracias a esa parte flamenca iniciada a partir de los cuarenta segundos, donde incluso pueden escucharse castañuelas y unos inquietantes coros. Tiene una agradable parte vocal y un solo de guitarra que comienza en un estilo pop, lo cual es una manera de aportar diversidad a este estupendo disco. No obstante, nuevamente es en la segunda mitad de la pieza donde Carlos se desmelena y lidera con su guitarra al resto de compañeros. En ‘Song Of The Wind’ ya no descubren nada, pero nos deleitan nuevamente con una impecable interpretación donde el bajo adorna el ágil ritmo y Carlos da vía libre a su inventiva con la guitarra. Lo más flojo del álbum es previsible con solo echar un vistazo a los autores de ‘Future Primitive’, pues son los dos percusionistas José Areas y Mingo Lewis. Así, tras una introducción ambiental llega una batalla de percusión entre los dos que al menos no se hace muy larga y puede incluso ser entretenida si se presta atención para discernir lo que puede estar tocando cada uno de ellos.

 

Las ventas de este álbum volvieron a ser buenas aunque no llegó al volumen de los anteriores, pero aquí dejaron su impronta como notables músicos de su época. Las tensiones también afloraron y el teclista Gregg Rolie, tan importante en el teclado y en la composición, abandonaría el grupo incluso antes de finalizar la grabación del álbum. Esto significaba que el peso cualitativo de la música de Santana recaía, más si cabe, en Carlos, algo que comenzará pronto a notarse porque nunca volverán a lograr el excelso nivel de este álbum, el cual debería englobarse en el conjunto de otros grandes álbumes de rock progresivo de 1972 como Foxtrot de Genesis o Close To The Edge de Yes, aunque solo sea por los primeros cuatro temas.

LOVE DEVOTION SURRENDER

Año de publicación: 1973

Puntuación:

1) A Love Supreme; 2) Naima; 3) The Life Divine;

4) Let Us Go Into The House Of The Lord; 5) Meditation.

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Nuevamente se alejaba Carlos de su grupo, aunque en realidad no del todo, para juntarse con otro músico y hacer algo en colaboración. Esta vez fue nada menos que otro gran guitarrista de fusión como John McLaughlin, pero lo que les hizo encontrarse no fue la música, sino que ambos compartían gurú espiritual, quien fue el que bautizó a Carlos como Devadip, nombre que aparecerá en más de una ocasión como nombre artístico en solitario. Si nos paramos a leer los títulos, estos nos dan una idea del carácter espiritual de la música que vamos a escuchar. John y Carlos no tocan a solas, sino que tienen detrás a varios músicos de acompañamiento, una buena parte de ellos compañeros del grupo Santana. Tan solo encontraremos cinco temas, dos del gran John Coltrane, una pieza tradicional y dos composiciones originales de McLaughlin.

 

Las dos primeras piezas son las de Coltrane, un preludio de la futura colaboración musical con su viuda Alice, donde el saxofón del genio es sustituido por las guitarras de estos dos amigos. En primer lugar, nada menos que se inspiran en la obra sacra de Coltrane, por lo que en ‘A Love Supreme’ (escrito por error en algunas ediciones en CD como ‘A Love Surrender’) asistimos a la primera batalla de guitarras entre Carlos y John, donde se van pasando el testigo sin interrupción. Resulta inesperado que en la recta final podamos escuchar una voz como episcopal repitiendo el título. Justo a continuación, en ‘Naima’ la batalla de guitarras apenas se nota al tratarse de una calmada pieza interpretada con guitarras españolas.

 

‘Let Us Go Into The House Of The Lord’ es una improvisación de quince minutos sobre una pieza tradicional que deja indiferente salvo a quienes adoren los alardes de técnica sin más. Donde se adivina algo más de sentido es en la delirante ‘The Life Divine’, en la cual se escucha a los músicos con verdadera energía y como si estuvieran de verdad retándose a ver quien mantiene el ímpetu durante más tiempo sin desfallecer, aunque también acaban pecando de tecnicismo. McLaughlin se relaja al final y nos deja una pieza acústica propia titulada ‘Meditation’, que en realidad queda muy difusa y tan solo en su segunda mitad se puede apreciar un cierto propósito con la guitarra.

 

Lo más chocante de este disco es que resulta imposible, salvo para los verdaderos entendidos, saber quién está tocando la guitarra en cada momento. Que no presente apenas ninguna melodía reconocible es un contratiempo importante que obliga a ser estrictos con su valoración, pues tampoco resulta atractivo escuchar continuamente una música más técnica que melódica. Como curiosidad, el título de este álbum lo recuperaría Carlos para una canción de su próximo álbum con el grupo Santana.

WELCOME

Año de publicación: 1973

Puntuación:

1) Going Home; 2) Love, Devotion & Surrender; 3) Samba de Sausalito;

4) When I Look Into Your Eyes; 5) Yours Is The Light; 6) Mother Africa;

7) Light Of Life; 8) Flame – Sky; 9) Welcome.

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Tras un álbum de tintes progresivos como Caravanserai y la espiritualización del álbum paralelo de Carlos con John McLaughlin, Welcome supone en buena medida una fusión de ambas tendencias. Como ya se dijo, el teclista Rolie se había ido y a cambio entran dos nuevos para que no se eche de menos al anterior, siendo esto lo que caracteriza el sonido de este álbum. Poder sostenerse en dos teclistas es lo que quizá provoca que Carlos se relaje y la guitarra no tenga tanto protagonismo general como en otros álbumes, siendo en realidad su guitarra (o la de algún invitado ilustre) lo que eleva cualitativamente el sonido de la banda, como no podía ser de otra manera. Pero la primera precaución que ha de tomarse es que algunas de las composiciones son bastante contemplativas y requieren de paciencia para descubrir sus sutilezas. Por medio se añaden algunas canciones más accesibles o que entroncan más con el sonido característico del grupo.

 

Así pues, si no se le presta especial atención, ‘Going Home’ pasa por una extensa introducción sin mayor repercusión. Pero si nos fijamos en su estructura y desarrollo, comienza como un impecable crescendo para después solazarse entre las texturas de teclados y el particular timbre de la guitarra, la cual podría pasar por un instrumento étnico. En realidad se trata de una adaptación de la Sinfonía del Nuevo Mundo de Antonín DvoÅ™ák (que no es restarle mérito, sino todo lo contrario visto el resultado), con la participación de Alice Coltrane, la viuda de John Coltrane que grabará un disco de colaboración con Carlos. La final ‘Welcome’, de John Coltrane, no es más que el intento de acabar el álbum de una manera similar a como se empezó, pero con la mitad de inspiración porque este tema suena más monótono.

 

El primer tema queda más o menos enlazado con ‘Love, Devotion & Surrender’, el cual se acaba transformando en una pegadiza canción de fusión. Su título es el mismo que el del álbum de colaboración entre Carlos Santana y John McLaughlin, quien más adelante participa como invitado en una pieza instrumental de la cual también aparece acreditado como coautor: ‘Flame – Sky’. Esta es la pieza más importante, al menos por extensión, pues asistimos a una impecable sesión de guitarra de ambos músicos que desafortunadamente se turnan con los teclados. A partir de los cuatro minutos escuchamos aires españoles en el ominoso ritmo a partir del cual nos cuelan un solo de órgano. Ese modo jazz que sobrevuela parte del álbum tiene otro reflejo relevante en la interesante interpretación de ‘Mother Africa’ de Herbie Mann.

 

La prominente percusión de introducción de ‘Samba de Sausalito’ denota que su autor es José Areas, siendo una pieza instrumental que queda como intermedio transitorio entre la espiritualidad de los primeros temas y la mundanidad de ‘When I Look Into Your Eyes’, una canción que suena en su primera parte a soul, para después cambiar a partir de los cuatro minutos a un ameno funk. La cantante brasileña de jazz Flora Purim le da su toque nacional a ‘Yours Is The Light’, la cual no deja de ser una excusa, otro más, para que los músicos demuestren su técnica. ‘Light Of Life’ puede tomarse como el equivalente masculino a la citada canción.

 

Cuando llegamos al final del álbum nos queda esa sensación de que está perfectamente grabado pero no llama demasiado la atención. Hay grandes momentos pero acaban quedando difuminados dentro de un registro de jazz-fusión donde predomina más la técnica que la melodía. Por tanto, estamos ante una obra aceptable pero no destacable dentro de la discografía de Santana. Quien escuche este álbum por el apartado de guitarra, quedará satisfecho. Pero si alguien se esperaba que esto fuera el White Album de Santana, debido a la portada, le habrá quedado bien claro que no es así.

LOTUS

Año de publicación: 1974

Puntuación:

CD I: 1) Going Home; 2) A-1 Funk; 3) Every Step Of The Way; 4) Black Magic Woman;

5) Gypsy Queen; 6) Oye como va; 7) Yours Is The Light; 8) Batuka; 9) Xibaba (She-Ba-Ba); 10) Stone Flower (Introduction); 11) Waiting; 12) Castillos de arena Part 1 (Sand Castle);

13) Free Angela; 14) Samba de Sausalito.

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CD II: 1) Mantra; 2) Kyoto (Drum Solo); 3) Castillos de arena Part 2 (Sand Castle);

4) Incident At Neshabur; 5) Se a cabo; 6) Samba pa ti; 7) Mr. Udo; 8) Toussaint L'Overture.

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Un presentador hablando en japonés al inicio ya nos anuncia la procedencia de este concierto. En concreto, tuvo lugar en Osaka en julio de 1973, lo cual significa que Welcome ni siquiera había sido publicado (no lo sería hasta el mes de noviembre), aunque aquí podemos encontrar algunas de sus piezas porque el álbum ya había sido grabado antes de marcharse de gira. Por tanto, los músicos participantes son los mismos que habían grabado recientemente el citado álbum. En cualquier caso, las preferencias de la banda (y puede que del público también) quedan reflejadas en que tocan hasta seis de los nueve temas de Abraxas, aunque recorren los cinco álbumes que había grabado la banda Santana hasta la fecha. Desarrollan así el sonido clásico de fusión latina, que es por lo que había pagado el público japonés y es el medio ideal para extender las interpretaciones tanto como sea necesario, de ahí que Caravanserai o las piezas más espirituales de Welcome apenas tengan cabida. Se trata de animar al público, no de promover la meditación. El sonido de la banda es profesional y cohesionado, con tres percusionistas (o incluso cuatro, si contamos las maracas del vocalista) y dos teclistas que sirven de contrapunto a los alardes de técnica de Carlos, el verdadero líder y animador del concierto con sus entradas.

 

Aun no habiéndose publicado Welcome en esas fechas, sorprende encontrar un puñado de temas inéditos que ni siquiera formarán parte de este álbum. En directo no consiguen recrear la ambientación mágica de ‘Going Home’ tal cual harán en el citado disco, pues los músicos han salido para tocar sus instrumentos con alegría y fuerza. Así, esta fallida introducción espiritual deja paso a un extraño instrumental titulado ‘A-1 Funk’, que no es funk sino música latina sin melodías apreciables, basándose en el ritmo marcado al que añaden sonidos que podríamos denominar como futuristas. Una pequeña concesión experimental para comenzar. Bajo el título ‘Batuka’ se esconde un minuto de percusión latina que da paso al espectacular instrumental ‘Xibaba (She-Ba-Ba)’, donde los teclados alcanzan un estatus glorioso al nivel de cualquier grupo abanderado del rock progresivo. Como remate, en el último minuto tenemos una sesión de guitarra del maestro Carlos. El instrumental ‘Castillos de arena’, dividido en dos partes, no desentona con el resto del concierto y parece la excusa para que Carlos toque melodías prestadas, pues por el comienzo de la segunda parte puede escucharse la de ‘Within You Without You’ de los Beatles.

 

Si el título de ‘Free Angela’ se refiere a la misma Angela Davis que fue defendida por John Lennon en su ‘Angela’ de Some Time In New York City, de 1972, ciertamente los Santana llegaban tarde con su defensa y aparte ya podrían haber añadido alguna letra reivindicativa, porque en realidad este tema queda difuminado dentro de un repertorio similar e incluso mejor. Por otro lado, en ‘Mantra’ quieren jugar a ser los King Crimson latinos con una improvisación de disonancias que no va a ningún lado, mientras que el solo de batería que llega después (‘Kyoto (Drum Solo)’) y al cual le acompaña en algún momento un chirriante sintetizador, resulta ser todo un tormento de diez minutos de duración. Curiosamente, en la reedición en CD se cambió el nombre de ‘Savor’ por el de ‘Mr. Udo’, probablemente porque el ritmo es aquí más rápido que en la versión original de aquella pieza.

 

En cuanto al repertorio ya conocido, no hay sorpresas y solo cabe dejarse llevar porque todos los músicos están en buena forma. En un grupo como Santana es previsible que se extiendan en muchas ocasiones, dejándose los músicos llevar por la inspiración o por la inercia del resto. Eso lleva hasta los más de quince minutos de ‘Incident At Neshabur’, pero tampoco resulta un problema. Tan solo la similitud en el sonido puede objetarse, porque tanto la guitarra como los teclados van soltando sus destellos para que las ejecuciones contengan algo más sustancial. La existencia de dos teclistas consigue que ‘Waiting’ sea un verdadero duelo entre ellos, pero hay muchos otros momentos donde consiguen llegar, o simplemente recuperar, la grandeza de sus mejores temas. Se trata, pues, de un recomendable álbum donde demuestran que en directo eran todavía una fuerza a tener en cuenta. No buscan simplemente agradar al público, sino también agradarse a ellos mismos y divertirse, pero en general supone una experiencia aconsejable para quienes profesen un gusto por la música de fusión en su mejor acepción.

ILLUMINATIONS

Año de publicación: 1974

Puntuación:

1) Guru Sri Chinmoy Aphorism; 2) Angel Of Air/Angel Of Water; 3) Bliss: The Eternal Now; 4) Angel Of Sunlight; 5) Illuminations.

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Volvía Carlos Santana a publicar un álbum en solitario y en colaboración con otra artista musical de prestigio, en este caso con la pianista y arpista Alice Coltrane, la viuda de John Coltrane. Lo curioso es que en este álbum ambos músicos suenan comedidos y casi en segundo plano, pues sus instrumentos forman parte del mismo entramado instrumental conformado por el resto de músicos participantes. Más que el nombre de Alice Coltrane, deberían haber puesto en la portada el del saxofonista, pues a Alice apenas la escuchamos o cuesta apreciarla, pero el saxofón sí que toma protagonismo, casi al mismo nivel que la guitarra.

 

Las composiciones se introducen en el terreno del jazz, donde todos los músicos se desenvuelven con presteza. Eso sí, ‘Guru Sri Chinmoy Aphorism’ no es más que un breve canto espiritual, mientras que ‘Illuminations’ es una experimentación con disonancias orquestales que no llevan a ningún sitio. Si nos fijamos en ‘Bliss: The Eternal Now’, es como si estuviéramos escuchando una introducción que nunca llega a acabarse para dar paso a lo siguiente. Pero es que luego llega ‘Angel of Sunlight’ y casi nos deja esa misma sensación, aunque en este caso la guitarra de Carlos es más prominente y sus casi quince minutos dejan espacio para varias improvisaciones de diferentes músicos en un estilo de free-jazz que puede resultar demasiado largo para los no duchos en este estilo tan desembarazado.

 

De esta manera, el único tema que muestra algo de concisión y estructura reconocible, aunque esta contenga una buena diversidad de segmentos, es ‘Angel Of Air/Angel Of Water’. Aunque la primera impresión que transmite es la de ser más improvisada y dispersa, hacia la mitad nos sumergimos en una espiritual sección muy evocadora que llega a cotas emocionales altas, donde no faltan unos acertados arreglos orquestales que dirigen la composición. Si todo el álbum hubiera sido así, estaríamos hablando de una obra placentera para escuchar relajadamente en casa, aunque hubiera podido resultar algo monótono también si se tratara de cuarenta minutos similares. Así pues, este álbum no pasa de ser un entretenimiento de propósito espiritual para sus autores, sin pretensiones y sin interés musical, que puede escucharse por curiosidad o si se desea realizar alguna sesión de meditación.

BORBOLETTA

Año de publicación: 1974

Puntuación:

1) Spring Manifestations (Sound Effects); 2) Canto de las flores; 3) Life Is Anew;

4) Give And Take; 5) One With The Sun; 6) Aspirations; 7) Practice What You Preach;

8) Mirage; 9) Here And Now; 10) Flor de canela; 11) Promise Of A Fisherman;

12) Borboletta.

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Tanta espiritualidad en Carlos le llevó a asumir un rol humilde dentro del grupo Santana, de tal manera que Borboletta puede que sea el álbum con menos partes de guitarra de toda su discografía, aunque obviamente también dispone de muchos minutos de esparcimiento sin descanso. Igualmente, como si hubieran descubierto el saxofón en este disco, este instrumento cobra un protagonismo inusitado e incluso, en algunos momentos, desproporcionado para lo que puede aportar. El contenido de este álbum transita entre el jazz, la música ambiental y la fusión latina, sin conseguir nada novedoso en ninguno de esos campos.

 

Un minuto de efectos de sonido inician el álbum para dar pasa al inquietante instrumental ‘Canto de las flores’ que capta el interés desde el principio, apoyado en una percusión de timbales y el teclado. La primera canción con parte vocal que encontramos es la convencional ‘Life Is Anew’, que parece aprovechar el teclado del tema precedente y tan solo cobra algo de brío cuando entra la guitarra de Carlos, aunque esta composición resulta tan discreta como ‘Mirage’. Visto el tipo de sonido general de este álbum, es una alegría escuchar una guitarra con distorsión en ‘Give And Take’, aunque la voz como de barítono queda un poco fuera de lugar. En cambio, ‘Aspirations’ no es más que la típica pieza en forma de crescendo que acaba volviéndose aburrida por el poco interés que suscitan los detalles instrumentales que la acompañan. O siendo más concretos, ¿por qué emplean como elemento vehicular un solo de saxofón en modo free-jazz?

 

Lo más curioso de ‘Here And Now’ es que, de sus tres minutos de duración, lo que parece una típica introducción ambiental (con el omnipresente saxofón) les lleva casi dos, mientras que el último minuto suena experimental y genial gracias a la entrada de la guitarra. Si junto a ‘Flor de canela’ la tomamos como una misma composición, que sería quizá la mejor manera, entonces nos encontramos con un variado instrumental de propósito ambiental bien conseguido que luego enlaza directamente con la pieza más larga de todo el álbum, los ocho minutos de ‘Promise Of A Fisherman’, que serían la tercera parte de una misma composición, aunque en realidad esta última es una versión de un músico brasileño. Para quien desee experimentar lo que supone un empacho de guitarra de Santana, si es que alguna vez esperaba algo semejante, puede dirigirse directamente aquí. Todos los trucos ya vistos de Carlos los encontramos, pero sin alma, como si fuera un alarde de técnica y profesionalidad sin propósito de expresar nada concreto.

 

El misticismo le vuelve a imbuir a Carlos en ‘Practice What You Preach’, pues dispone de una introducción casi de guitarra sola donde se aprecia su espiritualidad, antes de transformarse en una canción de pop-rock con una interesante parte vocal. Por otro lado, ‘One With The Sun’ suena a más de lo mismo, pero como está interpretado con convicción y se aprecia la emoción de los músicos (en especial, Carlos), es suficiente para ser uno de los temas destacados de este álbum. ‘Borboletta’ parece una broma final, pues para tratarse de un solo de percusión no resulta nada atractivo. El canto étnico y los sonidos de pájaros nos indican que tiene un sentido antropológico, pero eso ya no está dirigido al público musical. De hecho, este álbum no parece dirigido a ningún público concreto, pues resulta complicado aunar en un mismo oyente una predilección por la música espiritual, el jazz y la fusión latina. En cualquier caso, para cualquiera de los temas de este álbum, podemos encontrar en los álbumes previos otros que los superan, así que solo está indicado para fans de Santana.

AMIGOS

Año de publicación: 1976

Puntuación:

1) Dance Sister Dance (Baila Mi Hermana); 2) Take Me With You; 3) Let Me; 4) Gitano;

5) Tell Me Are You Tired; 6) Europa (Earth's Cry Heaven's Smile); 7) Let It Shine.

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Tras unos frenéticos años de producción de Carlos Santana, un lapso de dos años parecía una eternidad. El tiempo transcurrido no comportó cambios significativos en la formación pero sí un poco en la dirección musical. En esta ocasión se dejan influenciar significativamente por la música funk, pero no para hacer fusiones sino para incluirla como nueva vertiente musical a la que recurrir. Después de tanta espiritualidad, se lanzan también a un sonido sobre todo de baile (es decir, en mayor cantidad de lo habitual en otros álbumes), como si se postularan como alternativa rockera a la música disco que comenzaba a asomar en las ondas, si bien todavía sin la expansión masiva a la que llegaría muy pronto.

 

A pesar de todo lo dicho, el tema más conocido de este álbum no tiene nada que ver con la música de baile, si acaso con un baile lento de parejas. Uno de los instrumentales más recordados de Santana es sin duda la balada ‘Europa (Earth's Cry Heaven's Smile)’, cuya reconocible melodía inicial deja el camino pavimentado para que la ambientación intimista fluya con naturalidad. Los solos de guitarra de Carlos son para quitarse el sombrero y no volvérselo a poner hasta que se acaba. El otro instrumental ‘Take Me With You’ tampoco puede calificarse como bailable aunque algunos de sus diversos cambios de ritmo sí que sean lo suficientemente dinámicos para ello, pero de todas formas su ejecución es intachable y es también de lo más destacado del disco.

 

El título de ‘Dance Sister Dance (Baila Mi Hermana)’ ya nos indica que se trata de un tema de ritmos latinos para que baile el personal, pues de alguna manera recoge el testigo de ‘Oye Como Va’ y en algunos momentos la recuerda directamente. Aparte, es el tema más extenso del álbum, sobrepasando los ocho minutos para que en el tramo final el teclista Coster pueda dedicarse a crear capas de sintetizador como base de los trallazos de guitarra de Carlos. Donde no se puede apreciar nada que nos haga recordar el nombre de Santana es en el acelerado funk de ‘Let Me’, totalmente despersonalizado hasta en el solo de guitarra. Al menos no deja la sensación de copia barata que provoca ‘Tell Me Are You Tired’.

 

Adivinamos pronto el porqué del título de ‘Gitano’ ya que tiene un inicio de guitarra flamenca, desviándose luego hacia ritmos latinos de una manera que al principio trae a la mente ‘Entre dos aguas’ de Paco de Lucía, que probablemente conociera Carlos al ser una muestra ejemplar de fusión a partir del flamenco. ‘Gitano’ queda al final más latino que otra cosa, pero posee un ritmo ultrapegadizo de baile y es una de las mejores aportaciones de Santana a la música latinoamericana, siendo además una composición del ya por entonces cincuentón percusionista cubano Armando Peraza, todo un veterano para un grupo de rock. Al final vuelven a retomar el funk con algo de sintetizadores y coros góspel mediante ‘Let It Shine’, en un extraño cóctel que cuando menos resulta entretenido.

 

Nos queda así un aceptable retorno del grupo que podría haber sido mejor de haber olvidado un poco más el funk, aunque en realidad la elección de abrazar con mayor profusión ese estilo era debido a la falta de ideas para seguir desarrollando un estilo más personal. Aun así, tenemos aquí algunos temas muy interesantes que permitían agrandar la leyenda de Carlos Santana como excelso guitarrista, reafirmando su importancia como único elemento que elevaba la música del grupo por encima de la media.

FESTIVÁL

Año de publicación: 1977

Puntuación:

1) Carnaval; 2) Let The Children Play; 3) Jugando; 4) Give Me Love; 5) Verão Vermelho;

6) Let The Music Set You Free; 7) Revelations; 8) Reach Up; 9) The River;

10) Try A Little Harder; 11) María Caracóles.

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Tras haberse dejado llevar un poco por el funk, la banda Santana se retrotrajo al rock latino de sus primeros años en un año poco recomendable para echar la mirada atrás porque explotaba el punk con fuerza para dejar obsoleto todo lo anterior. Quizá era el resultado de no saber hacia dónde tirar y la opción más sencilla era dedicarse a hacer lo mismo de siempre, esta vez ampliando el término latino hasta incluir también lo brasileño.

 

Los tres primeros temas aparecen enlazados conformando una triada de música sudamericana de baile. ‘Carnaval’ no es más que una mera imitación de la música carnavalesca brasileña que luego enlazan con una pieza de ritmos latinos titulada ‘Let The Children Play’, del estilo de ‘Oye como va’ y con un interesante solo de guitarra al principio, mientras que en ‘Jugando’ el rol principal lo toma el teclista. Como puede percibirse por los títulos de los temas, la música brasileña reaparece luego mediante ‘Verão Vermelho’, esta vez con Carlos tocando la guitarra española y añadiendo unos coros femeninos que parecen de programa de televisión de variedades, como también encontramos elementos brasilerios (como silbatos) en la excesivamente repetitiva ‘Let The Music Set You Free’.

 

Por el contrario, ‘Give Me Love’ es una olvidable pieza relajada de estilo Filadelfia y compuesta por el nuevo bajista del grupo. El título de ‘Revelations’ nos hace pensar de entrada en la faceta espiritual de Carlos y la introducción minimalista lo confirma. Pero afortunadamente no se trata de ninguna pieza ambiental o sin estructura, sino de un sensacional instrumental en forma de crescendo donde la guitarra transmite una gran sensibilidad y nos deja un muestrario de memorables melodías. Lamentablemente, a partir de aquí el álbum ya no levanta cabeza al sumergirse en vulgaridades de rock latino ya conocidas y reconocidas de sobra. Una lástima que un álbum que podría haber resultado aceptable acabe quedando como una obra mediocre dentro de la carrera de Santana, pero se necesita esfuerzo y dedicación para lograrlo y eso no es lo que se aparenta aquí.

MOONFLOWER

Año de publicación: 1977

Puntuación:

CD I: 1) Dawn/Go Within; 2) Carnaval; 3) Let The Children Play; 4) Jugando;

5) I'll Be Waiting; 6) Zulu; 7) Bahia; 8) Black Magic Woman/Gypsy Queen;

9) Dance Sister Dance (Baila Mi Hermana); 10) Europa (Earth's Cry Heaven's Smile).

​

CD II: 1) She's Not There; 2) Flor d'Luna (Moonflower); 3) Soul Sacrifice/Head, Hands & Feet; 4) El Morocco; 5) Trascendance; 6) Savor/Toussaint L'Overture.

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Extraña decisión la de publicar un doble álbum que entremezcla nuevas composiciones grabadas en el estudio con otras ya conocidas interpretadas en directo. La primera conclusión a la que lleva tal forma de proceder es que el grupo no se sentía seguro con el material nuevo, que es más variado de lo habitual, como si estuvieran sin rumbo. La música en directo está extraída de unos conciertos realizados en Europa y por ello se incluyen varias piezas del álbum previo, aparte del repertorio previsible.

 

Precisamente lo primero que encontramos en directo es la trilogía de temas que iniciaba Festivál, precedida por una pieza nueva de estudio titulada ‘Dawn/Go Within’ que encaja a la perfección con la definición de “música para sala de espera de una consulta”. Las nuevas composiciones inciden sobre todo en el rock de fusión ya conocido, quizá con menos influencias latinas de lo esperable (‘I'll Be Waiting’), lo cual nos puede llevar desde temas de estilo funk (‘Zulu’) hasta el exquisito soul de ‘Trascendance’, el cual incluye otro maníaco intermedio instrumental. En cambio, el bolero de ‘Flor d'Luna (Moonflower)’ suena tan mediocre que en cualquier momento podríamos escuchar la voz de Julio Iglesias asomando por un rincón, aunque afortunadamente no presenta parte vocal. Luego cambia un poco el registro en su sección central, pero sigue sonando a música tradicional sin aliciente.

 

El fulgurante comienzo del instrumental ‘El Morocco’ crea unas altas expectativas de encontrar un tema épico, pero luego se transforma en el festín de guitarra de Carlos para que se esté mirando el ombligo durante unos minutos. Mucha técnica pero poca emoción. En cuanto a la versión latinizada de ‘She's Not There’ de los Zombies, no pasará precisamente a la historia y tan solo en la coda instrumental se aprecia convicción de querer hacer algo destacado, aunque llega tarde. Si nos fijamos en las actuaciones en directo, de los temas más antiguos poco cabe decir porque no nos enseñan nada nuevo que no hayamos escuchado con anterioridad. Eso sí, donde se aprecia que los músicos lo dan todo y confirman así su buena reputación en vivo es, por supuesto, en ‘Savor/Toussaint L'Overture’, todo un valor seguro. Así pues, es el contenido en directo lo que salva este álbum de ser un pequeño traspiés en la discografía de Santana.

2021

INNER SECRETS

Año de publicación: 1978

Puntuación:

1) Dealer/Spanish Rose; 2) Move On; 3) One Chain (Don't Make No Prison); 4) Stormy;

5) Well All Right; 6) Open Invitation; 7) Life Is A Lady/Holiday; 8) The Facts Of Love;

9) Wham!.

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2021

La apertura a nuevos estilos que habíamos observado en los temas nuevos del álbum previo prosigue aquí su camino. Sin miedo a probar nada, se inmiscuyen hasta en la música disco, que 1978 era el año ideal para ello. Vuelven los cambios en la formación, siendo la más relevante la sustitución del teclista Tom Coster por un tal Chris Rhyne, cuyo paso por la banda no irá más allá de este álbum.

 

Aires españoles afloran en la introducción de guitarra de la dupla ‘Dealer/Spanish Rose’ (siendo ‘Dealer’ un tema originalmente del álbum de debut de Traffic), aunque luego se desarrolla bajo los parámetros latinos habituales pero con una guitarra más dura de lo habitual. Lo mejor es el último tercio, donde Carlos se muestra en excelente forma. El sonido más duro de Santana aparece en ‘Open Invitation’ a partir de unos potentes acordes y luego un estridente solo de guitarra. Tal como ya estaba convirtiéndose en lo habitual, es la guitarra de Carlos la que salva algunos temas como ‘Move On’ de la mediocridad, siendo esta una composición conjunta junto al teclista nuevo. Los ritmos de música disco asoman en ‘One Chain (Don't Make No Prison)’, la cual alargan hasta los siete minutos quizá para aprovechar sus cualidades de baile.

 

‘Stormy’ es como si Steely Dan se dedicaran a hacer música destinada a reuniones snobs, mientras que ‘Well All Right’ es la versión de la misma canción de Buddy Holly que tocaron también los efímeros Blind Faith en su único álbum. De hecho, parece que los Santana se basan en esta última versión en vez de en la original. Muy diferentes son las dos partes de ‘Life Is A Lady/Holiday’, pues la primera de ellas es pura gloria emocional gracias a la catártica guitarra de Carlos, mientras que la segunda parte es mucho más convencional y no produce ninguna emoción.

 

Los rasgos más característicos de lo que había sido la música del grupo aparecen también en unos pocos temas, siendo uno de ellos el interesante instrumental latino ‘Wham!’. Como balada latina bien conseguida e impecablemente ejecutada, incluyendo notables pasajes instrumentales, tenemos ‘The Facts Of Love’. Estos temas no sirven para ocultar la constante falta de rumbo que tenía Santana, quienes se veían estancados si seguían con la música latina pero tampoco encontraban nada concreto hacia donde poder evolucionar. La guitarra de Carlos servía de garantía para conseguir un cierto nivel cualitativo, pero de poco sirve la técnica cuando no puede apoyarse en unas composiciones de cierto nivel.

ONENESS: SILVER DREAMS - GOLDEN REALITY

Año de publicación: 1979

Puntuación:

1) The Chosen Hour; 2) Arise Awake; 3) Light Versus Darkness; 4) Jim Jeannie;

5) Transformation Day; 6) Victory; 7) Silver Dreams Golden Smiles;

8) Cry Of The Wilderness; 9) Guru's Song; 10) Oneness; 11) Life Is Just A Passing Parade; 12) Golden Dawn; 13) Free As The Morning Sun; 14) I Am Free; 15) Song For Devadip.

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Un nuevo disco dedicado a su gurú espiritual, fue publicado bajo el nombre de Devadip Carlos Santana, siendo el primero de los nombres el elegido por el gurú para bautizarle en su nueva fe, tal como ya vimos al hablar de Love Devotion Surrender. Pero aunque esté publicado como Carlos Santana, lo cierto es que el resto de músicos de Santana (o al menos una buena parte de ellos) participan y la música desarrollada en su mayor parte no presenta diferencias hacia lo que hubiéramos esperada de la banda al completo. Lo cierto es que en Marathon llegarán algunos cambios en la formación, pero este álbum puede tomarse como la otra cara de la moneda de Inner Secrets, esto es, a qué hubiera sonado Santana de haber echado la mirada atrás (sobre todo en la vertiente más espiritual de su música), en vez de haberse abierto a nuevos sonidos que eran una incógnita.

 

Los seis primeros temas están grabados en directo y pertenecen a un mismo concierto en Japón. Las campanas y el canto budistas de ‘The Chosen Hour’ inician el álbum con la espiritualidad esperada en los discos en solitario de Carlos, pero el prominente Moog de ‘Arise Awake’ nos introduce de manera súbita en el mundo del rock progresivo. ‘Jim  Jeannie’ podría parecer una broma respecto a ‘The Jean Genie’ de David Bowie, pero en realidad es la versión de una composición del baterista de jazz Chico Hamilton. Así que es la excusa perfecta para que este instrumento tome el protagonismo, aunque pronto entra la guitarra de Carlos para dejar claro quién es el rey de verdad. A continuación llega ‘Transformation Day’, que es la adaptación de un fragmento perteneciente a una sinfonía del compositor Alan Hovhaness, concretamente la segunda, subtitulada como Mysterious Mountain. Es todo un acierto y luego la enlazan con ‘Victory’ como final apoteósico de la parte del álbum grabada en directo.

 

La parte grabada en el estudio no puede tener un peor comienzo que con la balada crooner de ‘Silver Dreams Golden Smiles’, que hará sonrojar a cualquiera porque suena a imitación barata de Frank Sinatra. Luego llegan unos estupendos instrumentales de diversa índole, pues en primer lugar llega la furia eléctrica de ‘Cry Of The Wilderness’ para relajarnos a continuación con las preciosas melodías de guitarra y teclado de ‘Guru's Song’. También cabe destacar la pieza final, ‘Song For Devadip’, por regalarnos otro reconocible riff bajo un rápido ritmo que lo convierte en otro tema destacado del álbum, cuya mejor composición es la que le da título. El comienzo de ‘Oneness’ casi podría tomarse como inspiración para ‘Californication’ de los Red Hot Chili Peppers, pero en general su cuidada estructura (donde todos los músicos dejan su impronta) sirve de perfecta matriz para que Carlos ofrezca toda una lección de guitarra, transmitiendo una gran emoción como en los mejores momentos de su carrera. Es justo lo opuesto a ‘Golden Dawn’, donde parece que simplemente esté practicando con la guitarra acústica.

 

Y es que encontraremos bastante variedad en este álbum, a pesar de ser más involutivo que evolutivo. El funky bailable de ‘Life Is Just A Passing Parade’ no deja separación visible respecto a lo que estaba haciendo el grupo Santana, pues la parte vocal es incluso del mismo vocalista que había entonces en la banda. La rumba flamenca asoma en ‘Free As The Morning Sun’, pero consiguen volverla una pieza pegadiza con el apartado vocal totalmente alejado del flamenco. Teniendo el álbum ese componente religioso, no podía faltar algo de doctrina espiritual y para ello la mujer de Carlos nos recita en ‘I Am Free’ unos versos a propósito, mientras suena de fondo un acompañamiento orquestal.

 

Nos queda así un álbum bastante bueno en general, mucho más de lo que cabría prever teniendo ese componente espiritualista que podría haber nublado el esfuerzo de Carlos. Pero queda como un compendio de varias de las virtudes que le habían convertido en uno de los grandes guitarristas del rock, sin que falten tampoco algunas debilidades inherentes a sus álbumes. A destacar la dedicatoria que podemos leer en el libreto del disco, pues aparecen en ella grandísimos nombres de músicos de jazz, así como el de Eric Clapton. Los grandes músicos a veces pueden tenerse envidia entre ellos, pero normalmente lo que demuestran es humildad y gratitud hacia quienes están a su altura o a quienes han sido una referencia en su aprendizaje.

MARATHON

Año de publicación: 1979

Puntuación:

1) Marathon; 2) Lightning In The Sky; 3) Aqua Marine; 4) You Know That I Love You;

5) All I Ever Wanted; 6) Stand Up; 7) Runnin; 8) Summer Lady; 9) Love;

10) Stay (Beside Me); 11) Hard Times.

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Seguían los cambios en la formación de Santana y para este nuevo álbum llegaron un nuevo teclista, que venía de grabar con Bob Dylan, y un nuevo vocalista, que no se sabe de dónde venía y al que mucho porvenir no se le veía (aunque permanecerá en el grupo durante muchos años en diferentes períodos). En cualquier caso, este álbum nos adelanta la comercialización más abyecta que llegará en los años noventa, dirigiéndose a un sonido estándar pero muy vulgar, destinado a sonar bien en las radiofórmulas y agradar a un público masivo. La música cada vez se iba despersonalizando más y el valor distintivo de la guitarra de Carlos no podía salvar los muebles todo el tiempo.

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Como introducción al disco, ‘Marathon’ no es mala opción, aunque suena a lo típico de siempre en Santana por sus notas alargadas de guitarra, percusión latina y sintetizadores algo más ostentosos de lo normal. Pero ya poco más encontraremos que suene a lo que entendemos por el sonido clásico/latino de Santana, pues la vulgaridad a la que se dirige este álbum no es debida a imitarse a sí mismos, sino a grabar unas canciones sin personalidad ni ningún detalle de interés. No será hasta la final ‘Hard Times’ que encontraremos de nuevo aires latinos, pero en su segunda mitad. El nuevo cantante, Alex Ligertwood, no transmite carisma ni personalidad alguna a lo largo del álbum. Suena tan vulgar como cualquier otro cantante con voz agradable, incluso parece que por ello esté imitando a Stevie Wonder en ‘Summer Lady’.

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Estructuralmente, la única composición que puede destacarse en el disco es la instrumental ‘Aqua Marine’, donde la guitarra y el teclado se van alternando para dejar su huella bajo una diversa percusión. Por lo demás, el rock comercial de ‘All I Ever Wanted’ o ‘Love’ está muy visto, como también el olvidable funk de ‘Runnin’. ‘Lightning In The Sky’ es un vulgar pop-rock donde la guitarra de Carlos intenta acudir a un rescate imposible, pero la que resulta insoportable de verdad es ‘You Know That I Love You’, sobre todo su vomitivo estribillo más propio de teleserie cancelada de sobremesa. Ciertamente, es muy decepcionante este álbum y hace perder la fe en una mejora del grupo, sobre todo cuando pronto iba a comenzar la nefasta década de los ochenta.

THE SWING OF DELIGHT

Año de publicación: 1980

Puntuación:

1) Swapan Tari; 2) Love Theme From "Spartacus"; 3) Phuler Matan; 4) Song For My Brother; 5) Jharna Kala; 6) Gardenia; 7) La llave; 8) Golden Hours; 9) Sher Khan, The Tiger.

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Originalmente un doble LP, este álbum vuelve a ser grabado bajo el nombre individual de Devadip Carlos Santana y por ello se muestra con libertad para decidir los vericuetos musicales hacia donde desea dirigirse. Casi todo el contenido del álbum es instrumental, pero lo que sorprende es que hasta tres de los temas grabados están acreditados al gurú espiritual de Carlos Santana, probablemente un gesto de gratitud (económica) del mexicano, aunque parece que este gurú indio también dedicaba tiempo a la composición. Sin embargo, la mayor sorpresa es que, aparte de encontrar algunos músicos de la banda Santana entre los que le acompañan, encontramos también a los míticos músicos que formaron parte de uno de los legendarios quintetos de Miles Davis: el teclista Herbie Hancock, el bajista Ron Carter, el baterista Tony Williams y el saxofonista Wayne Shorter, quien en su momento tomó el testigo a nada menos que John Coltrane.

 

No tocan en todos los temas, pero es obvio que el sonido jazz que inunda buena parte del álbum viene de estos grandes músicos. Ya lo escuchamos desde el principio en ‘Swapan Tari’, donde queda lugar para que se luzca el saxofonista, quien vuelve a ser protagonista más adelante en ‘Jharna Kala’, aunque en este caso se trata de una pieza de jazz más convencional. En ella no aparece la afilada guitarra de Devadip hasta el tramo final, pero tampoco consigue arreglar nada. Precisamente del aquí destacado saxofonista, Wayne Shorter, encontramos una composición suya, ‘Sher Khan, The Tiger’, que acaba divagando demasiado y exaspera por su lentitud, de tal manera que solo podrá agradar a los verdaderos enamorados del jazz. La única canción que encontraremos con apartado vocal es ‘La llave’, un relleno de música latina basado en una prominente percusión donde el bajista Carter se acaba luciendo lo poco que puede.

 

‘Golden Hours’ es otro buen ejemplo de fusión de jazz y música latina, mientras que el comienzo de ‘Gardenia’ capta el interés al asemejarse al estilo de la banda Santana de los primeros setenta, pero luego acaba de manera errante sin aportar nada especial más que un sonido profesional a partir de improvisaciones. De la película Espartaco de Stanley Kubrick, esa obra maestra del cine de romanos pasada por la matriz de la inteligencia de Dalton Trumbo, se interpreta una pieza de su banda sonora que aquí acaba entrando en un sonido entre el jazz y Filadelfia, asegurando así un resultado interesante. Por otra parte, con una estructura podríamos decir de doble crescendo desgranan ‘Phuler Matan’ y Carlos nos regala algunos destellos eléctricos.

 

Cuando no esperamos encontrar ninguna melodía original destacable, si tenemos paciencia para observar el crecimiento y evolución de ‘Song For My Brother’ tendremos una recompensa sobrepasados los dos minutos, pues de repente Carlos se para un poco para concentrarse y regalarnos una sencilla pero pegadiza melodía alrededor de la cual el resto de músicos se deleita en acompañar. Luego, en el tramo final, Santana se desgañita en el estilo de siempre. Pero esto es de lo poco realmente salvable de este álbum, pues la propia identidad de Carlos se acaba difuminando entre su ascetismo y el envoltorio jazzístico de la música.

ZEBOP!

Año de publicación: 1981

Puntuación:

1) Changes; 2) E Papa Ré; 3) Primera Invasión; 4) Searchin'; 5) Over And Over;

6) Winning; 7) Tales Of Kilimanjaro; 8) The Sensitive Kind; 9) American Gypsy;

10) I Love You Much Too Much; 11) Brightest Star; 12) Hannibal.

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Algo aprendieron de la experiencia de Marathon que en este nuevo álbum de la banda Santana se limitaron a echar mano de su estilo característico de fusión latina o a hacer versiones de composiciones ajenas. Y el caso es que esta vez sí funciona y consiguen convencer, sobre todo porque no se limitan a copiarse a sí mismos, sino que algo parece quedar del espíritu de los primeros años setenta. Los músicos del grupo siguen siendo básicamente los mismos, lo cual significaba que habían experimentado una evolución positiva. Bueno, en realidad quien marca las diferencias es obviamente Carlos Santana, pero en muchos momentos se aprecia el entusiasmo del resto de miembros y eso ayuda a conseguir un resultado convincente.

 

Sin embargo, no parece una buena opción comenzar el álbum con una versión de ‘Changes’ de Cat Stevens cuya primera impresión es que no aporta nada respecto a la original. Obviamente, es cuando entra la guitarra de Carlos que cambia el panorama y tan solo por eso ya merece la pena escuchar esta versión. La versión de ‘Winning’, una composición de Russ Ballard de su segundo álbum en solitario tras su salida del grupo Argent, tuvo un relativo éxito de ventas como single en Estados Unidos, pero es una canción comercial sin relevancia. Lo que nunca puede fallar es una versión de algún tema del gran J.J. Cale y por ello ‘The Sensitive Kind’ es todo un acierto y de lo mejor del álbum, tan solo lastrado en parte por la exagerada interpretación vocal que imposibilita cualquier atisbo del intimismo que sobrevolaba la interpretación de Cale. Aunque sea una composición original, en ‘Searchin'’ es como si hubieran querido hacer algo al estilo de los primeros Steely Dan pero con algo más de sintetizadores. Aun así, les ha salido bien la jugada.

 

Algunos de los temas instrumentales son de lo mejor que encontraremos en este disco, desde la detallista y repleta de florituras ‘Tales Of Kilimanjaro’ hasta la afilada ‘American Gypsy’ (donde se escuchan unos coros cantando “Amaré, amaré”) o el trallazo de energía que llega mediante ‘Primera Invasión’. Las mejores épocas que tuvo Santana como banda de fusión se recuperan en la imprevisible ‘E Papa Ré’, de intrigante introducción que da paso a un sinuoso ritmo a partir del cual se sigue un desarrollo más convencional pero que reivindica de manera convincente su carácter latino. Esto también lo consiguen con los aires españoles que asoman primero en ‘Hannibal’ y que luego se deslizan hacia animados ritmos latinos y cantos brasileiros. En clave de blues-rock se desarrolla ‘Brightest star’, que hubiera quedado mejor como instrumental para que la soberbia guitarra de Carlos no hubiera perdido protagonismo.

 

‘Over And Over’ es puro relleno, pero la que es una metida de pata es ‘I Love You Much Too Much’, pues suena como si a ‘Europa’ le hubieran metido un ritmo de bolero. Menos mal que hacia la mitad varían el ritmo y entra la guitarra con ganas para que consigan un mínimo de interés. En conjunto, Zebop! es un álbum algo irregular pero que deja una sensación aceptable, todo un alivio si atendemos al declive del que venían y a las pocas perspectivas de mejora que asomaban para el futuro, aunque todavía nos llevaremos alguna alegría más.

SHANGÓ

Año de publicación: 1982

Puntuación:

1) The Nile; 2) Hold On; 3) Night Hunting Time; 4) Nowhere To Run; 5) Nueva York;

6) Oxun (Oshūn); 7) Body Surfing; 8) What Does It Take (To Win Your Love);

9) Let Me Inside; 10) Warrior; 11) Shangó.

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Este álbum puede tomarse como la segunda parte de Zebop!, tanto por el contenido como por los músicos que participan en la grabación. Esto quiere decir que, afortunadamente, el nivel cualitativo de la música se mantiene, algo que resulta una bendición a estas alturas. Ya no vamos a descubrir nada nuevo y los Santana se contentan con mantenerse en caminos conocidos y sobradamente probados.

 

La mejor tradición de fusión que atesoraba la banda la encontramos nada más comenzar el álbum mediante ‘The Nile’, básicamente por la espectacular guitarra de Carlos que se marca algunos deslumbrantes solos. La parte vocal acaba siendo algo más heavy de lo habitual en este grupo, pero no está mal tener alguna sorpresa de vez en cuando. Vibrante resulta también el inicio de ‘Hold On’, pero el apartado vocal esta vez es de lo más vulgar que podemos encontrar. Se trata de una versión, igual que otra nueva versión de un tema de Russ Ballard, ‘Nowhere To Run’, que vuelve a ser un relleno comercial donde tan solo algún latigazo de Carlos consigue salvarla de ser un verdadero fiasco. Por otro lado, en su versión de un tema titulado ‘Night Hunting Time’ consiguen una ambientación inquietante bien lograda que permite seguirlo con interés.

 

El homenaje a la ciudad de ‘Nueva York’ (así, en castellano) es una pieza instrumental que recoge una mezcla estilística que estaría acorde al cosmopolitismo de esa ciudad, donde no falta percusión latina, sintetizadores de New Wave y la guitarra incombustible de Carlos soltando entusiastas acordes. Por su título, podría pensarse que ‘Oxun (OshÅ«n)’ recoge motivos orientales, pero en realidad el nombre proviene de la mitología africana, de ahí que la música recoja diversos motivos africanos en las estrofas y también cuando realizan un breve canto étnico. No está mal esta nueva fusión más abierta a otras músicas, que vuelven a retomar al final en el tema que le da título al álbum.

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Pero también podemos encontrar música comercial que suene agradable y con gusto, como es el caso de ‘Body Surfing’ o ‘What Does It Take (To Win Your Love)’. En ‘Let Me In’ se dejan llevar un poco por el reggae pero sin abandonar el rock, que desarrollan de manera más aguerrida en la siguiente canción, ‘Warrior’. No hay realmente mucho para destacar, pero podemos quedarnos satisfechos ante el contenido de este álbum, casi un preludio de la deriva comercial que sufrirá su música cuando la inspiración se vaya evaporando por sí misma.

2022

HAVANA MOON

Año de publicación: 1983

Puntuación:

1) Watch Your Step; 2) Lightnin'; 3) Who Do You Love?; 4) Mudbone;

5) One With You; 6) Ecuador; 7) Tales Of Kilimanjaro; 8) Havana Moon;

9) Daughter Of The Night; 10) They All Went To Mexico; 11) Vereda tropical.

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2022

Por una vez, Carlos Santana en solitario se olvidó del espiritualismo y facturó un álbum de rock donde participan igualmente algunos miembros de la banda Santana, entre muchos otros invitados como Booker T. Jones, Willie Nelson o el grupo que le acompañará en varios de los temas, The Fabulous Thunderbirds. La idea del álbum parece ser la de realizar un homenaje a diferentes músicos que han sido importantes para Carlos, de ahí la abundancia de comentarios que se pueden leer en el libreto del CD por él mismo, aparte de que casi la mitad del contenido son versiones.

 

Sorprende encontrar en un álbum de Carlos en solitario algo tan rockero y de ritmo tan frenético como ‘Watch Your Step’, como si fuera un R&B de fusión que hubiera hecho en los sesenta una versión primeriza de la banda Santana. Esto ya nos avisa del tipo de álbum vamos a escuchar. Más gracia e interés supone encontrar una versión de ‘Havana Moon’, de Chuck Berry, realizada en modo de suave rock latino y quedando así un pegadizo estribillo. El instrumental ‘Lightnin'’ es, en cierta manera, lo que esperamos escuchar con agrado si se trata de una pieza compuesta conjuntamente por Carlos Santana y Booker T. Jones que además cuenta con la participación de los dos. Es una pieza sin pretensiones pero que va cogiendo interés conforme avanza, aparte de ser un homenaje a Lightnin' Hopkins, por entonces recién fallecido. De Carlos encontraremos dos composiciones originales más, una la interesante pieza de fusión ‘Mudbone’ y la otra una breve pieza de flauta y cantos étnicos que llama la atención por su exotismo, aunque tampoco es nada revelador.

 

A Booker T. Jones le permite incluir una balada tipo bolero escrita por él y titulada ‘One With You’, que suena agradable pero se olvida rápidamente a pesar de la ayuda que le aporta la guitarra eléctrica de Santana. Tampoco aporta nada escuchar una nueva versión de una canción tan conocida y muy versionada como ‘Who Do You Love?’, más si cabe cuando da la sensación de ser un grupo de amigotes pasándoselo bien. En cambio, ‘Tales Of Kilimanjaro’ es el mismo tema que aparecía en Zebop!, pero en versión extendida, elevando aquí el nivel del álbum. Según se nos indica en el libreto, es la primera versión del tema y la preferida por Carlos, probablemente porque aquí parece tocar con mayor libertad. De estilo más enfilado al pop resulta ‘Daughter Of The Night’ y no es para menos, pues uno de sus autores es el vocalista sueco que estuvo temporalmente en los Hollies tras la salida de Clarke. Pero esta canción tiene una atractiva progresión vocal y el consistente armazón instrumental hace el resto, donde no faltan afilados solos de guitarra.

 

Se reconoce muy pronto la voz de Willie Nelson en ‘They All Went To Mexico’, una vergonzosa serenata que parece una burla al oyente. No encaja para nada en un álbum de rock, como tampoco el bolero final ‘Vereda tropical’, que es simplemente un gesto de amor familiar de Carlos hacia su padre, quien actúa como vocalista y también como uno de los violinistas, según los fragmentos que podemos escuchar al principio y final de este tema. Estas dos últimas canciones suponen una patada en el estómago cuando se ha estado escuchando hasta ese momento un álbum moderado y bien ejecutado, que no aporta nada pero que se escucha con agrado.

BEYOND APPEARANCES

Año de publicación: 1985

Puntuación:

1) Breaking Out; 2) Written In Sand; 3) Brotherhood; 4) Spirit; 5) Right Now;

6) Who Loves You; 7) I'm The One Who Loves You; 8) Say It Again;

9) Two Points Of View; 10) How Long; 11) Touchdown Raiders.

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Llegamos a uno de los peores años en la historia del rock (aunque no tan malo si lo comparamos con las décadas venideras) y la banda Santana se acabó plegando a las exigencias mercadotécnicas, tal como hizo una buena parte de los nombres consagrados en la escena musical. Carlos aparece como guitarrista corista dentro de una música deliberadamente comercial y adaptada a los nuevos tiempos, que en cierta manera ya marca el devenir de su carrera. Es también una lástima que desaprovecharan la participación de Chester Thompson en la batería, pues ya tenía una gran reputación labrada tras haber estado con Frank Zappa, en Weather Report y también como sustituto de Phil Collins con la batería cuando este necesitó a alguien que le supliera en Genesis mientras cantaba. Pero aquí, salvo en la pieza final, se olvidan de florituras y se dedican a facturar una música mediocre y adaptada a todos los oídos.

 

Cuando empieza a sonar ‘Breaking Out’, nadie podría siquiera sospechar que se trata de una canción de Santana si es que no lo sabe de antemano. El sonido no puede ser más vulgar y asociado a los ochenta, aunque afortunadamente con los sintetizadores en segundo plano. Si queremos saber lo que ocurre cuando los sintetizadores asumen el liderazgo, no hay más que dirigirse a la lamentable ‘Say It Again’. No está mal la ambientación conseguida en ‘Written In Sand’, pero se olvida rápidamente la canción cuando ha acabado. El desenfreno de guitarra suena falta de vida, como si fuera algo forzado para que se note quién está ahí. La actualización del sonido latino de ‘Brotherhood’ tampoco parece el camino más adecuado a seguir.

 

Lo que cabe esperar de un disco de este tipo es el vulgar relleno basado en clichés del pop-rock ochentero que representa ‘Spirit’, lo cual alcanza el súmmum de la vulgaridad en ‘Two Points Of View’ y ‘How Long’. Que al menos el relleno suene pasable como ‘Right Now’ es quizá lo único que podríamos desear. De ‘Who Loves You’ se podría salvar el último tercio por lo afilada que suena la guitarra eléctrica y su animada parte vocal y percusión en esa parte final, en modo latino, recuperando así la esencia de la banda. Parece como una broma que luego llegue el título de ‘I'm The One Who Loves You’, una composición de Curtis Mayfield, aunque la gracia se disipa pronto al tratarse de un convencional pop-rock latino.

 

Lo único salvable para la posteridad llega al final mediante el aguerrido instrumental ‘Touchdown Raiders’, donde los músicos demuestran por una vez sus capacidades, como si quisieran decirnos que lo anterior era simplemente rebajarse para cumplir con los nuevos tiempos comerciales. Desgraciadamente, la irrelevancia de Santana comenzaba a devenir en una vulgaridad exasperante y eso había acabado reflejándose en la música. Atémonos los cinturones y preparémonos para ello.

FREEDOM

Año de publicación: 1987

Puntuación:

1) Veracruz; 2) She Can't Let Go; 3) Once It's Gotcha; 4) Love Is You;

5) Songs Of Freedom; 6) Deeper, Dig Deeper; 7) Praise; 8) Mandela;

9) Before We Go; 10) Victim Of Circumstance.

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La irrelevancia de Santana en los ochenta ya estaba más que contrastada y aquí volvía a juntarse el grupo con la novedad de la participación de Buddy Miles. Recordemos que Carlos y Buddy grabaron un penoso álbum en directo juntos que supuso el debut del primero bajo su propio nombre (es decir, entendiendo Santana como el nombre de la banda). De todas maneras, salvo verdaderos eruditos musicales, a Buddy Miles tan solo lo podrán recordar quienes sean fans de Jimi Hendrix y recuerden su participación en el flojo álbum Band Of Gypsys que el propio Miles ayudó a hundir. El resto de personas que puedan decir “Ah, sí, Buddy Miles me suena” es porque en su cerebro se les está cruzando el nombre de Buddy (Holly) y  el de Miles (Davis), un cruce a lo Syd Barrett cuando ideó el nombre de Pink Floyd.

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Cuando escuchamos cantar un gallo al inicio de ‘Veracruz’ y nos damos cuenta pronto de que no se trata de una canción humorística, sabemos que algo va mal. Es pura música comercial sin trazas de Santana ni de Carlos Santana, pues la guitarra suena lo más genérica que cabe imaginarse. ‘Once It's Gotcha’ mezcla la comercialización del sonido con los ingredientes latinos y al menos tiene su gracia, aunque casi seis minutos de lo mismo es obviamente excesivo. Nos podemos imaginar a alguien como Bonnie Tyler cantando algo tan rítmico y pegadizo como ‘Praise’, que es música comercial pero al menos con gusto en el apartado melódico, de cierta variedad.

 

La introducción de ‘Mandela’ nos hace albergar esperanzas de que encontraremos algo más progresivo o cuando menos más acorde a lo que debería ser la banda Santana, pero acaba resultando repetitiva y sin melodías destacables. Tampoco está nada mal la ambientación lograda en ‘She Can't Let Go’ y la parte de guitarra que añade Carlos, pero no deja de ser música irrelevante. Sobra decir que en este disco encontraremos vulgaridades varias como ‘Songs Of Freedom’, alguna que otra vulgar canción de prominentes sintetizadores (‘Deeper, Dig Deeper’) e insulsas baladas instrumentales que buscan vivir de las rentas de ‘Europa (Earth's Cry Heaven's Smile)’, que es el caso de ‘Love Is You’.

 

Canciones como la final ‘Victim of Circumstance’ marcan el camino a seguir para el Carlos maduro y ansioso de ganar dinero a espuertas, aunando rock comercial con guitarrazos potentes, aunque todo bien entendido porque al menos se centra más en el componente instrumental y queda como el mejor tema del álbum, por encima del resto. Pero ya vemos que la inspiración le llegaba en dosis mínimas, así que tampoco cabía ilusionarse a estas alturas con lo que llegaría después.

BLUES FOR SALVADOR

Año de publicación: 1987

Puntuación:

1) Bailando/Aquatic Park; 2) Bella; 3) I'm Gone; 4) 'Trane; 5) Deeper, Dig Deeper;

6) Mingus; 7) Now That You Know; 8) Hannibal; 9) Blues For Salvador.

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En el mismo año que la banda Santana publicaba un nuevo álbum, salió también este de Carlos en solitario. El motivo quizá fuera porque, bajo su propio nombre, Carlos Santana grababa en una casa discográfica diferente y tendría su contrato pertinente. Lo curioso es que los músicos son prácticamente los mismos que tocaban en Freedom (básicamente todos menos el teclista Rolie), tanto que incluso encontraremos aquí un tema repetido de ese disco. La buena noticia es que el problema de la banda Santana era su deriva comercial y Carlos en solitario se centraba más en la música, de tal manera que aquí escuchamos de verdad lo que esperamos encontrar, como mínimo, en un álbum de Santana. ¡Y la participación de Buddy Miles también está bajo mínimos! Así que buenas noticias son las que tenemos de entrada sobre Blues For Salvador.

 

El título del álbum es debido a que su hijo se llama Salvador, no es ninguna referencia a El Salvador, país que por entonces sufría una prolongada guerra civil por ese cáncer político que asola tantos países americanos, donde las clases dirigentes se enriquecen a costa de mantener a la mayoría de la población en condiciones vergonzosas. El tono trágico de esta pieza bien podría haber representado el sufrimiento de la gente de ese país, pues se trata de un solo de guitarra eléctrica de Carlos bajo unas capas de sintetizador y algún punteo acústico que pasa casi desapercibido. También encontraremos sendos homenajes a John Coltrane (‘'Trane’, aunque más bien al comienzo porque en su desarrollo se aleja del jazz) y Charles Mingus (la breve ‘Mingus’, que sí hace honor al maestro por su complejidad). De quien no se sabe a quién está referido es el título de ‘Hannibal’, pues se trata de una vibrante pieza de rock latino en la mejor tradición de Santana. Ciertamente no puede ser Hannibal Lecter porque en 1987 ni siquiera la novela de El silencio de los corderos había sido publicada (la película ya vendría en los noventa). Conjeturemos que se trata de aquel valeroso cartaginés de las Guerras Púnicas y así hasta nos podríamos imaginar mediante el ritmo de ‘Hannibal’ su entrada en Italia con los elefantes de guerra.

 

Mediante piezas como ‘Bailando/Aquatic Park’ nos damos cuenta de que Carlos Santana en solitario suena tan latino como debería sonar la banda Santana, cuando esta había caído en una vulgaridad comercial insostenible. Las disparidades son bastante claras aunque existe una excepción que es justo lo peor de este álbum. Si nos fijamos en el tema repetido, ‘Deeper, Dig Deeper’, las diferencias respecto a su grabación en Freedom son bien escasas en lo esencial, siendo aquí una pieza puramente instrumental donde por desgracia predomina mucho más la percusión programada y la guitarra de Carlos tan solo sirve para rellenar espacio de manera vacua. Aparte de este tropezón, la única pieza que se vuelve más aburrida conforme se escucha es ‘I'm Gone’. Afortunadamente encontraremos otras en el polo opuesto, como la demostración de magistral técnica en la mágica ‘Bella’.

 

La pieza central del álbum es ‘Now That You Know’ porque supera los diez minutos, pero no resulta aburrida en ningún momento y se van alternando con gracia los diferentes músicos, si bien la guitarra es la protagonista. Cuando ya llevamos más de la mitad y pensamos que será una pieza instrumental, escuchamos brevemente una parte cantada, como si fuera un recurso más a añadir a este interesante tema. Una buena impresión deja este álbum, algo muy necesario para la reputación de Carlos Santana, aunque sus momentos de gloria ya quedaran lejos.

SPIRITS DANCING IN THE FLESH

Año de publicación: 1990

Puntuación:

1) Let There Be Light/Spirits Dancing In The Flesh; 2) Gypsy Woman;

3) It's A Jungle Out There; 4) Soweto (África Libre); 5) Choose;

6) Peace On Earth...Mother Earth...Third Stone From The Sun; 7) Fool Moon;

8) Who's That Lady; 9) Jin-go-lo-ba; 10) Goodness And Mercy.

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Llegamos a un álbum clave dentro de la trayectoria de Santana, pero no en un sentido positivo. Aquí se planta la semilla para el futuro comercial de la música de Carlos Santana, que es basarse en canciones enfiladas hacia el gancho pop y con su guitarra alardeando de técnica fútil. La profesionalidad de los músicos siempre estará ahí, pero la inspiración a la hora de componer ya será otro cantar, nunca mejor dicho. Algo más de la mitad del contenido son versiones de composiciones ajenas, lo cual es significativo del estado en que se encontraba el grupo.

 

Conformada como si fuera un himno, ‘Let There Be Light’ nos muestra un excelente coro de voces y viene acompañada de una bella melodía de guitarra y, de fondo, una narración cortesía nada menos que de Stephen King. De ahí se enlaza con ‘Spirits Dancing In The Flesh’, que es una de esas piezas dinámicas y animadas, de frenética percusión latina, en las que Santana ha cimentado su reputación. Ojalá hubiera más contenido similar en este álbum, que lo hay, pero ‘It's A Jungle Out There’ es simplemente la típica canción animada que todavía suena a los ochenta o la guitarra de Carlos suena tan falsa en ‘Choose’ que parece más bien la canción de un grupo de bailarines-cantantes de los que empezaban a aflorar ya en Estados Unidos y que se eternizarán como modelo de negocio musical con la denominación de Boy Band.

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No se le ocurre otra cosa que conjuntar una composición de John Coltrane (‘Peace On Earth’, la parte más breve) con otra de Jimi Hendrix (‘Third Stone From The Sun’, que ocupa la segunda mitad) e introducir por medio una composición propia, que es el rock vulgar de ‘Mother Earth’, para así dejarnos una extraña unión de temas donde lo mejor es la parte perteneciente a Hendrix. No obstante, corrigen el error de haberse apropiado ‘Jin-go-lo-ba’ en el álbum de debut bajo el título de ‘Jingo’ y aquí la vuelven a tocar todavía con mayor fiereza, siendo de lo mejor del álbum. Su versión de ‘Gypsy Woman’ de Curtis Mayfield no deja de sonar como un convencional pop-rock ideal para las radiofórmulas, mientras que de los Isley Brothers interpretan su éxito ‘Who's That Lady’ en una adaptación pretendidamente moderna pero que resulta bochornosa.

 

Aunque su título sea reivindicativo, el instrumental ‘Soweto (África Libre)’ es muy relajado salvo en los momentos en que el ritmo se anima, pero parece más bien la excusa para aportar unos ritmos inspirados en el continente africano. En cualquier caso, no estaba de más seguir poniendo el ojo en Sudáfrica, un país que en 1990 estaba en una nueva etapa de transición hacia la desaparición del apartheid. También relajada suena ‘Full Moon’, si bien está estructurada para que se eleve el tono en su tercio final como una especie de clímax que en el fondo nos deja indiferentes. Tal como delatan los aplausos y el sonido ambiente, ‘Goodness And Mercy’ está interpretada en directo y no es más que un instrumental apacible para lucimiento de la guitarra, como no podía ser de otra manera porque la banda Santana ha sido siempre Carlos Santana & Co. y él es el único elemento diferenciador.

MILAGRO

Año de publicación: 1992

Puntuación:

1) Veracruz; 2) She Can't Let Go; 3) Once It's Gotcha; 4) Love Is You;

5) Songs Of Freedom; 6) Deeper, Dig Deeper; 7) Praise; 8) Mandela;

9) Before We Go; 10) Victim Of Circumstance.

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Hemos entrado en los noventa, estamos en la era dorada del CD y había gente que comenzaba a obsesionarse con la capacidad de casi ochenta minutos que cabía en ese tipo de discos. No cabe en principio otra explicación para justificar los setenta minutos que meten aquí a base de incluir temas similares y alargar unos minutos sus duraciones. La lista de músicos participantes es también enorme, aunque no hay colaboraciones ilustres (esa idea se le ocurrirá más adelante, para Supernatural). El caso es que Santana estaba en otra discográfica y quizá le pidieron algo que entrara bien al oído y fuera vendible, así que a Carlos y compañía no les quedaba otra que echar la mirada atrás y hacer lo de siempre, que así al menos se aseguraban el apoyo de sus fans de toda la vida. El álbum está dedicado a Miles Davis y Bill Graham, quienes habían fallecido el año previo y se les puede ver con una foto y una cita en el libreto. Como homenaje adicional a Bill Graham, al principio de ‘Milagro’ podemos escuchar su voz presentando a Santana como si se tratara de una actuación en directo, pues el grupo llegó a actuar en la mítica sala Fillmore y precisamente un concierto de esos aparecerá publicado en 1997.

 

El tema que da título al álbum se desarrolla en el ya conocido estilo de rock latino de la banda, aunque a estas alturas no supone ninguna revelación y simplemente fluye con soltura sin que decaiga el interés, que ya es bastante. Lo extraño es ver el nombre de Bob Marley como coautor, pues no encontraremos reggae y la letra es demasiado corta y sencilla. Donde sí podría haberse inspirado en Marley es para ‘Free All The People (South Africa)’, pero no para la letra suficientemente reivindicativa, sino para evitar la adhesión a un sonido alegre y convencional que le hace perder impacto. A pesar de que las piezas instrumentales deberían ser puntos fuertes de la banda, lo cierto es que tan solo ‘We Don't Have To Wait’ consigue captar el interés por la energía que derrocha mediante su rápido ritmo. Lo más constante son los devaneos instrumentales vacuos como ‘Gypsy/Grajonca’, que no se solucionan demasiado acercándolos al jazz en ‘Red Prophet’.

 

Puede ser suficiente con echar mano de profesionalidad para salir airosos en temas ejecutados en el mismo rock latino de siempre, como ‘Your Touch’, pero las extensas duraciones provocan una sensación de monotonía permanente. Encontraremos también música comercial jovial pero convencional, sin nada que llame la atención más que algo de percusión latina y algún destello de Carlos (‘Life Is For Living’). Lo que no se sabe bien es qué pinta una canción salsera como ‘Agua que va a caer’, que aparte es una versión, pero le sirve a Carlos para probar cómo suena una afilada guitarra rockera en ese contexto pachanguero. Aunque quizá más extraño queda escuchar una balada sin sección rítmica como ‘Make Somebody Happy’, que quizá por ello aburre más.

 

Lo mejor de ‘Somewhere In Heaven’ es su elaborada introducción instrumental donde la guitarra de Carlos retoma su capacidad para emocionar de manera suave, porque el resto de sus casi diez minutos se desenvuelven primero como balada lacrimógena y luego como jam estéril. A continuación obtenemos algo similar, pues ‘Saja’ queda como una relajada introducción de guitarra para que luego realicen una predecible versión latina de ‘Right On’, un tema perteneciente a la mítica obra What's Going On de Marvin Gaye. ‘A Dios’ queda como un adecuado final en forma de himno y con una breve duración que es ideal, lo cual nos hace pensar si no hubieran conseguido algo realmente destacable de haberse centrado en lo esencial de cada tema de los aquí expuestos. Como no es así, pues nos queda otro álbum correcto pero olvidable de Santana. Eso sí, hay que aplaudirles por ceder espacio para que se anuncie Amnistía Internacional, un organismo imprescindible para dar visibilidad mundial a quienes sufren opresión y silencio en su propio país.

SACRED FIRE

Año de publicación: 1993

Puntuación:

1) Angels All Around Us; 2) Vive la Vida (Life Is for Living); 3) Esperando;

4) No One to Depend On; 5) Black Magic Woman/Gypsy Queen; 6) Oye como va;

7) Samba pa ti; 8) Guajira; 9) Make Somebody Happy; 10) Toussaint L'Overture;

11) Soul Sacrifice/Don't Try This at Home; 12) Europa (Earth's Cry Heaven's Smile);

13) Jin-go-lo-ba.

Subtitulado como Live in South America, esto no se entiende para nada porque se trata de una selección de dos conciertos que tuvieron lugar ese mismo año en la ciudad de México. No se sabe si su intención es humorística o simplemente un error. Si la discográfica de Santana hubiera sido estadounidense, pues se podría tratar perfectamente de lo segundo porque para algunos ciudadanos de ese país la palabra América les designa a ellos y de ahí hacia abajo, en consecuencia, ya se denominaría como Sudamérica a todo lo que hay. El grupo lo conforman básicamente una buena parte de los músicos que habían grabado Milagro, un álbum del que únicamente incluyen la floja ‘Make Somebody Happy’. Como curiosidad, participa como segundo guitarrista el hermano de Carlos, Jorge Santana. 

 

El repertorio recorre toda la carrera de la banda. En el caso de Santana III, un álbum del que aparecen hasta cuatro temas, resulta sorprendente que recuperen algo originalmente tan convencional como ‘No One To Depend On’, pero en directo sí saben extraer lo mejor de este tema y Carlos también se encarga de engrandecerlo con un notable solo de guitarra. No pueden faltar las piezas clásicas de su repertorio como ‘Europa’, aquí interpretada de forma algo más rápida y quedando así por los pelos como una balada. Sin embargo, antaño ‘Toussaint L'Overture’ había sido siempre una apuesta segura para convertirse en una de las piezas estrella de la banda, pero aquí suenan más autoindulgentes que inspirados y acaba resultando un decepcionante relleno, mientras que ‘Black Magic Woman’ tiene más de otros temas de la banda que de la propia versión que hicieron en su momento de esta canción de Fleetwood Mac. 

 

Encontramos algunos títulos inéditos aunque tan solo puede considerarse como una composición propiamente dicha ‘Esperando’. Esta sorprende bastante, puesto que podría pasar por un tema de Manu Chao pero con más guitarra y sección rítmica. Pero es una sorpresa agradable y demuestra que la fusión podía continuarse con más estilos diferentes, en este caso rock, reggae, latino y el canto influenciado por el hip-hop. Un gran ejemplo también de fusión entre lo que ya era antiguo y lo más moderno, con la guitarra de Carlos sonando magistral, épica y emotiva. Por el contrario, ‘Angels All Around Us’ no es más que una introducción ambiental que sirve de excusa para que alguien diga unas palabras de presentación en plan espectáculo (y en castellano, dada la localización del concierto) sobre que hay ángeles por alrededor. Y lo que han titulado junto a ‘Soul Sacrifice’ como ‘Don't Try This at Home’ no es más que la improvisación instrumental que realizan, o quizá se refieran al obligado extenso de percusión que se marcan. 

 

Tampoco podemos quejarnos de las interpretaciones aunque no se trate de la mejor versión del grupo, porque al menos encontramos algo de emoción entre tanta profesionalidad. Y nada puede fallar si se finaliza un concierto con ‘Jin-go-lo-ba’ (titulada por error en el disco como ‘Ji-go-lo-ba’), un tema en el que parecían tener fijación en los últimos años y en el cual también aprovechan para declamar al público unos buenos deseos religiosos. Igual es la ayuda divina que reciben lo que evita que este álbum en directo naufrague y, en cambio, ofrezca varios momentos de inspiración que resultan muy necesarios. 

LIVE AT THE FILLMORE 1968

Año de publicación: 1997

Puntuación:

CD I: 1) Jingo; 2) Persuasion; 3) Treat; 4) Chunk A Funk; 5) Fried Neckbones;

6) Conquistadore Rides Again.

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CD II: 1) Soul Sacrifice; 2) As The Years Go Passing By; 3) Freeway.

Como todos sabemos, fue en el Festival de Woodstock de 1969 cuando Santana deslumbró al público y se consagró como una importante banda emergente en el mismo año de su LP homónimo de debut. Lo que no sabíamos es que antes de aquello ya venían deslumbrando en la costa oeste de Estados Unidos. Así, de cuatro noches seguidas en el mítico Fillmore West de San Francisco durante diciembre de 1968 se ha realizado esta selección. El nombre del grupo en sus inicios era el de Santana Blues Band, pero aquí ya escuchamos cómo los presentan con el nombre abreviado de Santana. Como podemos observar echando un vistazo rápido al repertorio, ni la mitad de él pertenecerá al futuro LP de debut, el cual ni siquiera había sido publicado todavía.  

 

Para entonces ‘Soul Sacrifice’ ya era uno de los platos fuertes del grupo y aquí podemos escuchar otra interpretación potente con todos los ingredientes característicos de la música que iban a desarrollar en esos inicios. Tal como podremos observar en estas actuaciones, cualquier oportunidad es buena para introducir un solo de percusión: ‘Jingo’, ‘Freeway’, ‘Fried Neckbones’… Pero es lo que tiene disponer de dos personas en una banda para esos menesteres, que hay que aprovecharlas. Pero la estrella ya sabemos quién es y por ello la guitarra también tiene sus momentos estelares. Por ejemplo, el primer tercio de ‘Persuasion’ es directamente el vehículo de exhibición de Carlos. 

 

Encontramos un buen puñado de títulos inéditos a pesar de los pocos que hay en total. El título de ‘Chunk A Funk’ es algo engañoso porque no suena especialmente a funk, como mucho a música latina con reminiscencias de funk, mientras que ‘Fried Neckbones’ es como una combinación lineal de ideas de otros temas de Santana de la época, pues al principio deja una impresión similar a la de ‘Jingo’. Pero de todas maneras deja una buena sensación, al menos hasta la aparición del solo de percusión. Media  hora dura la improvisación titulada ‘Freeway’, que en su inicio parece un preludio del futuro rock progresivo. Luego se va desarrollando de manera juguetona con todos los músicos disponiendo de sus respectivos momentos de lucimiento, quedando claro que Carlos era una más en la banda aunque fuera la verdadera estrella. Como cabe esperar, nos toca tragarnos unos diez minutos de solo de percusión, lo cual no es precisamente un premio a pesar de que en los primeros minutos de ese solo el bajista demuestra sus dotes también. 

 

Se lanzan a una pegadiza melodía de bajo en ‘Conquistadore Rides Again’, aunque posteriormente se convierte en otra improvisación de rock latino pero con estructura de jazz. Y como todo grupo con predominancia instrumental, no puede faltar entre el repertorio algún blues más canónico pero con la exquisitez de los músicos competentes de Santana y la guitarra auténtica de Carlos, que es lo que podemos degustar en ‘As The Years Go Passing By’. En definitiva, quienes sean fans de esta banda, apreciarán el sonido consistente de sus inicios. Para el oyente casual, se le pueden hacer largos algunos de los temas y las extensas improvisaciones.

SUPERNATURAL

Año de publicación: 1999

Puntuación:

1) (Da Le) Yaleo; 2) Love Of My Life; 3) Put Your Lights On; 4) Africa Bamba; 5) Smooth;

6) Do You Like The Way; 7) Maria Maria; 8) Migra; 9) Corazón Espinado;

10) Wishing It Was; 11) El Farol; 12) Primavera; 13) The Calling.

Quién le iba a decir a Carlos Santana que su grupo alcanzaría el número uno en ventas tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido casi llegando al siglo XXI. Para alcanzar tal gesta obviamente el grupo prosiguió en la senda del sonido decididamente comercial, buscando el gancho pop necesario pero sin perder del todo las raíces latinas y, por supuesto, con la ubicua guitarra de Carlos como elemento idiosincrásico. Eso sí, era necesario también abrazar un sonido moderno y cierta variedad en él, así que la receta para ello es sencilla: busca una docena de artistas que compongan y participen en la grabación de cada canción y así obtendrás variedad estilística sin necesidad de calentarte la cabeza. Y de esta manera obtenemos un superventas que se ha convertido también en uno de los álbumes más vendidos de la historia. Todo un triunfo mercadotécnico. 

 

Como si quisiera dejar otra imagen que la del artista vendido a la industria musical, en primer lugar coloca una canción, ‘(Da Le) Yaleo’, que no se aleja del estilo de rock latino que siempre había caracterizado a la banda y tampoco faltan los solos definitorios de Carlos. Pero a continuación llega la introducción rapera de ‘Love Of My Life’ y el oyente incauto ya puede empezar a pensar en los peores augurios, aunque esa mezcla de trip-hop con la guitarra de Carlos tampoco acaba resultando desastrosa y en su segunda mitad se transforma directamente en un instrumental de rock latino. El comienzo de dos de los temas más conocidos del álbum, ‘Smooth’ y ‘Corazón Espinado’, son casi idénticos, pero mientras el primero es una vulgar canción de rock de vistoso estribillo con la voz tratada electrónicamente como única novedad, ‘Corazón Espinado’ es básicamente una canción de Maná con la participación de Carlos, pues suena a Maná en su mejor acepción y por tanto deja una buena sensación por las cuidadas melodías vocales, siendo de lo mejor de Supernatural

 

No falta la participación de la rapera de moda en ese momento, Lauryn Hill, quien escribe y canta (aunque no mucho) en ‘Do You Like The Way’. Y es que Lauryn Hill había debutado un año antes con el único álbum de su carrera, despachando unos veinte millones de discos vendidos. Todo un misterio que una obra a base de samples y de vampirizar las ideas de otros músicos participantes sea elevada a los altares de la música. O sea, es respetable que el público consumista lo eleve a los altares de las ventas, pero los altares artísticos se merecen un mayor respeto. De hecho, todas las historietas sobre la abjuración de la música por parte de Lauryn Hill probablemente escondan la dura realidad: que no había más ideas ni nadie que se las donara. En fin, todo esto para decir que ‘Do You Like The Way’ es otra fusión de géneros que al menos suena agradable y bien asociada. El compañero de Lauryn en The Fugees, Wyclef Jean, participa en la escritura y producción de la que sí es una estupenda fusión de hip-hop y rock: ‘Maria Maria’. Moderna, rockera, rítmica, melódica… tiene de todo para cautivar incluso al oyente más tradicional de Santana. 

 

Buena parte del álbum se desarrolla por caminos bien trillados y reconocibles, sin interés alguno para la persona conocedora del mundo del rock, sea el ritmo de Bo Diddley en ‘Migra’ o una nueva balada instrumental al estilo de ‘Europa’ titulada ‘El farol’. Respecto a ‘Primavera’, se trata de más música latina acorde al estilo tradicional del grupo, como también estaba ya muy visto a finales de los noventa ese contraste de ritmo con guitarras acústicas (aquí punteadas eléctricamente por Carlos) y voz rasposa y dejada de ‘Put Your Lights On’. La propuesta de ‘Wishing It Was’ es la de un aburridísimo trip-hop cantado por Eagle-Eye Cherry (quien por entonces había triunfado con aquel pegadizo ‘Save Tonight’ para caer en el olvido posteriormente) donde Carlos introduce un solo de guitarra metido con calzador y que encaja igual que un scratch de dj dentro de un canto gregoriano. Sin embargo, Carlos sí consigue salvar a la vulgar balada ‘Africa Bamba’ de que sea una canción apropiada para Julio Iglesias. 

 

El gran Eric Clapton participa en ‘The Calling’ para realizar un duelo de guitarras con Carlos, incluyendo una introducción de corte más bien experimental, aunque luego entra un ritmo programado bastante vulgar y rompe el encanto. Pero a pesar de eso y de los coros femeninos (Clapton no canta), los maestros de la guitarra están ahí y eso al menos es para disfrutarlo aunque no sea para lanzar cohetes. Llegando a los ocho minutos se acaba porque hay un corte oculto con el título de ‘Day Of Celebration’ y que nos ofrece la guitarra acústica de Carlos como bonus en otra nueva pieza instrumental. Nos queda, pues, un álbum muy normal cuya finalidad era tener unas buenas ventas y esas expectativas acabaron aumentadas con creces. No es nada que no hubieran intentado antes como grupo, pero ahora Santana ya han quedado casi completamente desdibujados en pro de las participaciones estelares que aseguraron el éxito. 

2023

SHAMAN

Año de publicación: 2002

Puntuación:

1) Adouma; 2) Nothing At All; 3) The Game Of Love; 4) You Are My Kind;

5) Amoré (Sexo); 6) Foo Foo; 7) Victory Is Won; 8) America; 9) Sideways;

10) Why Don't You & I; 11) Feels Like Fire; 12) Let Me Love You Tonight;

13) Aye Aye Aye; 14) Hoy Es Adiós; 15) One Of These Days; 16) Novus.

2023

Cualquier persona que haya alcanzado una cierta edad y se haya vuelto millonaria con un producto concreto es evidente que volverá a repetir lo mismo hasta exprimir su descubrimiento. Si eres escritor, sólo debes pagar a alguien que escriba en tu estilo y luego poner la firma, que con aparecer tu nombre en la portada ya tienes unas ventas aseguradas. En el caso de la música, es mucho más complicado encontrar un compositor que te escriba un disco entero con canciones de tu estilo, pero Shaman representa esa idea porque repite la misma fórmula exitosa de Supernatural y simplemente se recurre nuevamente a una gran cantidad de artistas y compositores invitados para que cada uno de ellos aporte lo que quiera; ya se encargará Carlos de poner su guitarra por algún lado. Pero aquí podemos aplicar perfectamente esa frase hecha de que “segundas partes nunca fueron buenas”, sobre todo porque la primera parte no convencía demasiado, aparte de que la fórmula se lleva todavía más al extremo y las colaboraciones en algunos casos son poco coherentes.

 

De manera análoga a lo que ocurría en Supernatural, aquí en primer lugar encontramos también una pieza más acorde a las raíces musicales de la banda, ‘Adouma’, si bien se trata de una pieza de música africana que encaja bien con los parámetros de Santana. Quizá con la idea de hacer algo a la antigua usanza, algunos de los viejos compañeros de la banda Santana se juntan como coautores para aportar otra composición propia en la onda latina de lo que se espera normalmente en ellos, ‘Aye Aye Aye’. En cualquier caso, la receta empleada aquí es archiconocida: muchos invitados, composiciones ajenas (generalmente perteneciente al invitado en cuestión) y la guitarra de Carlos como elemento diferenciador. Eso sí, no podrán faltar baladas latinas como ‘Nothing At All’ o la floja ‘Hoy es adiós’. Lo sorprendente es que se junten con una banda haitiana para grabar la salsa de ‘Foo Foo’, una canción que debería pertenecer a otro tipo de discos. Al menos que las trompetas se complementen bien con la guitarra como en ‘One Of These Days’, donde nos cuelan un ritmo de reggaetón, así sin que se note mucho. Pero es el precio a pagar por escuchar uno de los mejores solos de guitarra del álbum, que no es algo que se prodigue mucho en Shaman.

 

Nos hubimos de tragar en muchas ocasiones ‘The Game Of Love’ porque aparecía en algún anuncio televisivo muy repetido en esa época, pero no deja de ser una canción comercial insulsa donde la vulgaridad sobresale, pues podría ser la canción estrella de cualquier producto musical en forma de chaval/a joven y con buena campaña de mercadotecnia. Igual que nos podemos imaginar a Carly Rae Jepsen, Natalie Imbruglia o Avril Lavigne (o centenas de gente similar) cantando ‘Why Don't You & I’, cuando pretenden grabar algo más rockero, o ‘Feels Like Fire’ si prefieren mantenerse en su comodidad de pop insustancial. Es por todo ello que, en cualquier disco normal, ‘Sideways’ sería un relleno sin más, pero aquí destaca positivamente en comparación con el resto. Debido a la voz casi aflamencada de Seal en ‘You Are My Kind’, podemos imaginarnos esta horrible canción en el último disco de Los Chunguitos, con la diferencia de que al menos estos últimos tendrían un propósito humorístico, no harían algo así en serio.

 

Carlos aporta dos composiciones propias. Por un lado, el instrumental pasable ‘Victory Is Won’ (acorde a la trayectoria del mexicano), y por otro la penosa ‘Let Me Love You Tonight’, que suena ideal para un talent show. En un álbum tan decididamente comercial no puede faltar una canción como ‘America’, dirigida probablemente al patriota estadounidense para el cual el nombre del continente no puede significar otra cosa que su país. Al menos la canción no está mal en comparación con lo que nos encontramos por el disco, es un rock enérgico, genérico y patriótico a partes iguales, donde Carlos puede desgañitarse un rato con su instrumento. Si recordamos aquel engendro que pergeñó Jeff Lynne cuando mezcló en la ELO un rock'n'roll con una aria y lo tituló ‘Rockaria!’, aquí Santana mezcla la música latina con el canto de Plácido Domingo (también conocido como “el manos largas” o “el pulpo de Puccini”) y obtiene otro desastre titulado ‘Novus’, pero que no está cantado en latín. Esta última canción refleja el despropósito de la idea de estos álbumes, un despropósito artístico porque desdibuja lo que representa Santana y lo convierte casi en una atracción de feria donde la guitarra va apareciendo para que no nos olvidemos de que Carlos está por allí.

ALL THAT I AM

Año de publicación: 2005

Puntuación:

1) Hermes; 2) El fuego; 3) I'm Feeling You; 4) My Man; 5) Just Feel Better;

6) I Am Somebody; 7) Con Santana; 8) Twisted; 9) Trinity; 10) Cry Baby Cry;

11) Brown Skin Girl; 12) I Don't Wanna Lose Your Love; 13) Da tu amor.

Habiendo descubierto la gallina de los huevos de oro y llegando ya casi a los sesenta años, era difícil que algo cambiara en el devenir de Carlos Santana y tenemos otro disco realizado a base de colaboraciones variadas. Un título tan existencial como el de All That I Am bien podría haber servido para denominar un álbum que definiera la esencia de su música. Pero es que, para bien o para mal, esto es lo que es Santana al final de su carrera, así que hubiera sido más esperanzador encontrar un título que dijera “All That I've Been”. Ya no es necesario caer en más lamentaciones y simplemente uno sabe lo que se va a encontrar cuando accede a escuchar a Santana en el siglo XXI: o nostalgia o modernidad forzada, no hay término medio. Como siempre, la guitarra de Carlos es lo único que puede llegar a diferenciar esta música, pero desafortunadamente no siempre es así.

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De igual manera a como lo estaba haciendo en estos últimos álbumes comerciales y exitosos (sólo en ventas, claro), lo primero que escuchamos en All That I Am es el sonido genuino de la banda Santana mediante la vibrante ‘Hermes’, donde todos los músicos se muestran cómodos y con vitalidad, incluida la estupenda guitarra de Carlos que se siente en su medio natural. Como si esta vez quisieran que nos sumergiéramos gradualmente en la mediocridad y que así no lo notemos (siguiendo el ejemplo de la rana en el agua hirviendo), ‘El fuego’ es rock latino adaptado al pop comercial, lo cual transmite más bien indiferencia, sobre todo en comparación con ‘Hermes’. De esta manera, siguiendo en este descenso paulatino de calidad, llegamos al tercer tema, ‘I'm Feeling You’, que es la reescritura de ‘The Game Of Love’ de Shaman si a esta última canción la despojamos de lo poco que poseía para poder apartarla de la vulgaridad absoluta. También intenta repetir en ‘I Don't Wanna Lose Your Love’ la fórmula de ‘Corazón espinado’ con otro grupo de rock latino menos conocido, pero les sale una canción floja y olvidable donde aprovechan para introducir algunos versos en castellano.

 

El título de este álbum bien podría pasar por un juego de palabras dedicado a uno de los invitados, will.i.am de los Black Eyed Peas, pues éste aporta una de las mejores canciones del álbum, la apasionante ‘I Am Somebody’ que se desarrolla y adapta a las virtudes de Santana y su estilo latino. Esto no siempre funciona, puesto que otro invitado intenta también adaptarse al estilo de la banda en ‘Twisted’ y sale como producto una canción sin melodías y con solos de guitarra vulgarísimos. Encontraremos algún ejemplo más de rock latino como la más salsera ‘Con Santana’ (cuyo título puede hacer pensar a los anglosajones que la banda es un timo), destinada a ser bailada y con un músico senegalés como invitado. Carlos cede el testigo de la guitarra a Kirk Hammett en el instrumental ‘Trinity’, aunque se van alternando para que se convierta en una competición musical que acaba siendo un acierto, pues esto es lo que se espera de dos grandes guitarristas cuando están juntos.

 

Nuevamente asistimos a mezclas imposibles como en el estilo entre R&B y hip-hop de Mary J. Blige junto a uno del dúo Outkast, pues la guitarra de Carlos no se sabe qué hace en ‘My Man’ y esta canción hubiera quedado mejor sin ella. Y bueno, un reconocimiento a Blige, que demuestra unas notables cualidades vocales que quedan así desaprovechadas. También deja una buena sensación ‘Cry Baby Cry’, sobre todo porque los solos de Carlos también suenan inspirados, aunque se trata de una canción pop sin trascendencia. Por otra parte, la indiferencia que transmite la música de Aerosmith desde finales del siglo XX (tras conseguir su propio Supernatural, o sea, éxito masivo de ventas, en 1993 mediante Get A Grip) la volvemos a sentir aquí en la participación de Steve Tyler como vocalista de ‘Just Feel Better’, una insustancial balada rock que pierde puntos conforme se repite su flojo estribillo y donde la guitarra de Carlos suena cansada.

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Afortunadamente se olvidan esta vez de llamar a algún tenor para finalizar de manera pseudoculta el disco y en ‘Da tu amor’ podemos escuchar a Carlos desgañitándose por última vez con su guitarra, a pesar de que lo hace de manera muy genérica y, aparte, la composición es bastante vulgar. Tampoco empeora la sensación que deja este álbum, uno más de relleno para aprovechar el tirón comercial y seguir bañándose en dólares, que el bueno de Carlos también lo merecía. Pero claro, al final sólo acaba grabando álbumes que no satisfacen a los seguidores del rock, sino a los oyentes casuales de la música de moda, más pendientes de la cantidad de cantantes de moda que aparecen como invitados. Y bueno, estos oyentes casuales son los que te pueden hacer rico. Si al menos esto sirviera para que Carlos Santana grabara algo más artístico, pues todavía lo podríamos tolerar. Pero no es el caso.

THE WOODSTOCK EXPERIENCE

Año de publicación: 2009

Puntuación:

CDII: 1) Waiting; 2) Evil Ways; 3) You Just Don't Care; 4) Savor; 5) Jingo; 6) Persuasion;

7) Soul Sacrifice; 8) Fried Neckbones And Some Home Fries.

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The Woodstock Experience era originalmente una caja de diez CD que agrupaba por parejas un álbum de estudio y la actuación de cinco grupos artistas de los que participaron en el mítico festival de agosto de 1969. Después publicaron por separado cada una de estas parejas, de tal manera que este doble álbum, respecto a Santana, está conformado por su LP homónimo de debut y la actuación que hicieron en el Festival de Woodstock, cada uno en su respectivo CD. Esta actuación es la que les dio notoriedad mundial, pero no se distingue mucho de lo que habían publicado pocos años antes de esa época, el directo Live At The Fillmore 1968.

 

Como en 1969 no tenían todavía repertorio, interpretan casi íntegramente su álbum de debut (todo excepto ‘Treat’ y ‘Shades Of Time’, precisamente dos temas que no añadían nada reseñable respecto al resto del contenido), más un último tema titulado ‘Fried Neckbones And Some Home Fries’ que ya descubrimos en Live At The Fillmore 1968 bajo el título más corto de ‘Fried Neckbones’. En realidad no hay nada que añadir a lo ya conocido de los comienzos de Santana, es simplemente disfrutar de la calidad de la banda con sus improvisaciones de rock latino.

 

En directo se aprecia algo mejor el sustrato de blues de ‘You Just Don't Care’, eso sí, pero tampoco es algo relevante. Un solo de percusión enlaza ‘Savor’ con ‘Jingo’, esta última una de las canciones estrella de la banda porque consiguen ese sonido latino envolvente donde la magistral guitarra de Carlos campa a sus anchas. El otro tema estrella son obviamente los once minutos de ‘Soul Sacrifice’ que dejan lugar para el lucimiento de todos los músicos, sobre todo los percusionistas porque disponen también de un largo solo para ellos. Para entender el impacto de Santana en esa época, es mejor visualizar las imágenes del concierto, pues musicalmente ya no nos están enseñando nada nuevo con la publicación de este álbum.

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