top of page

ROBERT WYATT

2021

THE END OF AN EAR

Año de publicación: 1970

Puntuación:

Puntuación:

Puntuación:

1) Las Vegas Tango Part 1 (Repeat); 2) To Mark Everywhere; 3) To Saintly Bridget;

4) To Oz Alien Daevyd And Gilly; 5) To Nick Everyone; 6) To Caravan And Brother Jim;

7) To The Old World (Thank You For The Use Of Your Body, Goodbye); 8) To Carla, Marsha And Caroline (For Making Everything Beautifuller); 9) Las Vegas Tango Part 1.

rw Endofanear.jpg

2021

La súbita transformación de los Soft Machine en un combo de jazz con algunos retales desperdigados de rock, llevó a Robert Wyatt a un cierto desengaño respecto a lo que él mismo deseaba hacer. Esto le llevó a grabar en solitario un álbum todavía más experimental respecto a lo que estaba haciendo con sus compañeros, pero tomando igualmente el jazz como base musical y rodeándose de algunos músicos procedentes del mismo circuito donde él se movía. Por los títulos de los temas se entiende que el álbum está planteado como un agradecimiento hacia muchísima gente del entorno de Robert.

 

Como si fuera un título de irónico doble sentido, lo cual es muy probable, ‘To Mark Everywhere’ marca de alguna manera lo que nos encontraremos aquí: la marcada percusión de Wyatt y el acompañamiento de otros músicos según la pieza de que se trate, siendo aquí (y también en general) el saxofonista Elton Dean, con quien había coincidido unos meses antes en la grabación de Third. Eso mismo es lo que encontraremos básicamente en ‘To Saintly Bridget’ y ‘To Oz Alien Daevyd And Gilly’, ambas muy parecidas. En el título de la segunda se cita a dos miembros de Gong. Sin embargo, comenzar con la experimentación atonal de ‘Las Vegas Tango Part 1 (Repeat)’, no es precisamente la mejor idea cuando uno se presenta ante el mundo a solas. Aparte, lo que encontramos en primer lugar sería la repetición del tema que cierra el álbum, si nos atenemos a lo indicado en los títulos. Y en este último tema al menos se atisba una estructura y cierto orden aunque los elementos sean similares en ambas piezas, aunque en ningún caso quedan muchas ganas de repetir la experiencia.

 

‘To Nick Everyone’ está planteada como una improvisación de percusión y saxofón, que podría incluso ser pasable si durara unos pocos minutos, pero se alarga hasta sobrepasar los nueve minutos y eso se vuelve eterno. Precisamente ‘To The Old World (Thank You For The Use Of Your Body, Goodbye)’ dura solo tres minutos, pero en este caso no soluciona nada porque suena a que Robert entró en el estudio de grabación y se puso a tocar lo primero que se iba encontrando por allí. Cuando leemos la dedicatoria al grupo Caravan en ‘To Caravan And Brother Jim’ nos viene la esperanza de que por fin encontremos algo melódico que sea consecuente con el título y afortunadamente es así durante su primer minuto. Luego empiezan las atonalidades de teclado y la música se parece más a los Pink Floyd de More que a Caravan, pero al menos puede escucharse con cierto agrado. Esto es lo más melódico que encontraremos junto al estilo de piano clásico de ‘To Carla, Marsha And Caroline (For Making Everything Beautifuller)’, pues el carácter experimental del álbum no permite otro tipo de aproximación musical.

 

En cualquier caso, como ya se ha dicho, se trata de un álbum experimental sin otra intención que servir a Wyatt para desahogarse creativamente y probar cosas nuevas. Es también como si estuviera calibrando la opción de seguir una carrera en solitario tras comprobar las perspectivas sin aliciente que pretendían seguir los Soft Machine, aunque tampoco se le veía mucho futuro a una música tan complicada e improvisada como la que nos ofrece aquí. Es decir, para quienes sean devot@s de la música vanguardista atonal, seguramente disfrutarán con el contenido de este álbum, pero este tipo de preferencias hacia la música extrema/extremista no es precisamente lo que el oyente medio pueda llegar a disfrutar. En definitiva, tan solo la curiosidad puede llevar a escuchar este debut.

MATCHING MOLE

Año de publicación: 1972

Puntuación:

1) O Caroline; 2) Instant Pussy; 3) Signed Curtain; 4) Part Of The Dance;

5) Instant Kitten; 6) Dedicated To Hugh, But You Weren't Listening;

7) Beer As In Braindeer; 8) Immediate Curtain.

rw Matching_Mole.jpg

Tras la salida definitiva de Soft Machine, Robert Wyatt decidió formar un grupo junto a otros músicos de la escena de Canterbury, destacando el teclista David Sinclair entre ellos. Sinclair acababa de salir de Caravan tras grabar esa obra maestra titulada In The Land Of Grey And Pink, con todo el prestigio que eso conllevaba. El nombre elegido para el nuevo grupo fue Matching Mole, que en realidad era un puntazo de humor de Robert porque viene de la traducción al francés de “Soft Machine”. Este se consolida como líder porque todos los temas salvo uno son composiciones suyas, de tal manera que también se puede contar como una entrada más de la discografía propia de Wyatt.

 

Colocar de entrada una bonita melodía folk como las contenidas en la excelente ‘O Caroline’ es toda una declaración de intenciones de que no se iban a dedicar a experimentar sin más. Eso no quita que aquí Robert nos demuestre sus excelsas cualidades como cantante, empleando su delicada voz como si fuera un instrumento más. Esa sensibilidad especial que posee Robert Wyatt y que no siempre afloraba la podemos encontrar aquí en una sencilla pero emotiva balada de piano titulada ‘Signed Curtain’. El experimento de ‘Instant Pussy’ es sobre todo su show particular, pues los elementos principales de este tema son la batería acompañada de los extraños coros de Robert. ‘Instant Kitten’ posee un efecto similar con su experimentación inicial, pero tras ese desconfiado inicio se pasa luego a un pasaje instrumental bien digerible donde brilla la guitarra de Miller.

 

Precisamente el guitarrista Phil Miller aporta la extensa composición ‘Part Of The Dance’, de atrayente inicio que luego acaba derivando en improvisaciones varias junto a algunas atonalidades, en ese estilo típico de las bandas más jazzísticas del Canterbury Sound. Suena a lo que haría posteriormente Miller en su siguiente proyecto, el grupo Hatfield And The North, cuyos dos álbumes resultan bastante aburridos, por cierto. El Hugh del título de ‘Dedicated To Hugh, But You Weren't Listening’ seguramente es su excompañero de los Soft Machine, Hugh Hopper, quien había titulado de manera similar uno de los temas del Volume Two de este grupo. Como homenaje está bien porque la experimentación sale bien parada, aunque Miller podría haberse ahorrado alguna atonalidad con su guitarra. Se acaba enlazando más o menos con el siguiente tema, ‘Beer As In Braindeer’, cuyo caótico comienzo de percusión y guitarra aleatorias da paso a un free-jazz complicado de asimilar.

 

La pieza final, ‘Immediate Curtain’, parece la banda sonora ideal de una película de terror, pero no queda tan claro hasta qué punto puede encajar dentro de un disco de Matching Mole. En cualquier caso, el resultado parece bueno para el hipotético propósito esotérico al que podría estar destinado y aporta un toque de variedad para este extraño álbum de debut de un grupo que iba a durar muy poco, de tal manera que se disolverán incluso antes del accidente que sufrirá Wyatt tan solo un año después de este debut. De momento, sonaban prometedores gracias al instinto melódico del baterista/vocalista, pues eso les elevaba por encima del estilo improvisado que caracterizaba la escena de Canterbury.

LITTLE RED RECORD

Año de publicación: 1972

Puntuación:

1) Starting In The Middle Of The Day We Can Drink Our Politics Away; 2) Marchides;

3) Nan True's Hole; 4) Righteous Rhumba; 5) Brandy As In Benj; 6) Gloria Gloom;

7) God Song; 8) Flora Fidget; 9) Smoke Signal.

rw Little-Red_Record.jpg

La efímera vida de Matching Mole acabó con este segundo álbum de reivindicativa portada en una época en la que el maoísmo ya estaba de capa caída, cuando solo unos años antes era más bien lo contrario y lo reivindicaban muchos intelectuales. Solo hay que recordar ese mítico año de 1967 cuando en el Festival Internacional de Cine de Venecia se llevaron exaequo el Premio Especial del Jurado tanto La Chinoise de Jean-Luc Godard como China está cerca (La Cina é vicina) de Marco Bellocchio. Quizá lo de Matching Mole era otra de sus bromas, aunque Wyatt tuviera ideas izquierdistas. En cualquier caso, en el contenido del disco no hay nada que pueda enlazarlo con la música china u oriental, como tampoco las letras son políticas, sino que es una continuación de lo que habíamos visto en su debut, ya con menos frescura.

 

Entre lo mejor del álbum se encuentra el florido jazz de ‘Flora Fidget’, de reconocibles melodías y exquisita ejecución donde los músicos nunca se dejan llevar por la técnica, que es quizá lo que les diferenciaría de los Soft Machine de la época. En muchos momentos ‘Marchides’ recuerda a las piezas más complejas de jazz-rock de Frank Zappa. La voz de Robert suena apagada en ‘Nan True's Hole’, quizá porque estuviera grabando simultáneamente su trabajada percusión con la parte cantada. La decisión de colocar una voz femenina (de la actriz Julie Christie, por cierto) hablando en el tramo central es bastante arriesgada porque se le ha de tomar el punto respecto al potente entramado instrumental, pero acaba cogiendo sentido. Este tema forma una trilogía junto a los dos siguientes, que nos muestran la excelente y particular técnica de Wyatt con la batería, destacando sobre todo la tercera, ‘Brandy As In Benj’, cuya composición recae curiosamente en el teclista Dave McRae.

 

El inacabable título de ‘Starting In The Middle Of The Day We Can Drink Our Politics Away’ esconde un experimento de canto coral, mientras que ‘God Song’ es la típica canción algo errática donde la voz de Robert deja en un segundo plano un acompañamiento instrumental interesante. Y es que los experimentos en general naufragan. Lo único que puede destacarse de la ultraexperimental, aburrida e indigerible ‘Gloria Gloom’ es que cuenta con la participación de Brian Eno con los sintetizadores, seguramente encantado de probar ideas similares a las que jalonarán su entonces casi incipiente carrera en solitario. Como segundo plato tenemos ‘Smoke Signal’, que comienza como una vistosa pieza de ágil ritmo para convertirse, transcurridos dos minutos, en otra inane muestra de atonalidades.

 

La idea de disolver el grupo fue correcta si nos fijamos en lo pronto que comenzaba a escasear la creatividad, aunque quizá Matching Mole era solo un proyecto eventual desde su nacimiento. En todo caso, el grave accidente que dejará parapléjico a Wyatt un año después le llevará a una crisis existencial y artística que, afortunadamente, le llevará luego a proseguir su carrera en solitario con un nuevo despliegue de creatividad.

ROCK BOTTOM

Año de publicación: 1974

Puntuación:

1) Sea Song; 2) A Last Straw; 3) Little Red Riding Hood Hit The Road; 4) Alifib;

5) Alifie; 6) Little Red Robin Hood Hit The Road.

rw rockbottom.jpg

La disolución de Matching Mole decidió a Robert Wyatt a proseguir su carrera en solitario y pronto comenzó a componer nuevo material. Sin embargo, a mediados de 1973 sufrirá una caída desde un tercer piso tras ir borracho en una fiesta, un grave accidente que le dejará parapléjico de por vida. Pudo ser también el final de su vida musical, pero afortunadamente supo seguir adelante. Y con la ayuda de sus amigos consiguió llevar adelante este álbum singular y marcadamente personalista. Entre esos amigos estuvo el baterista de Pink Floyd, Nick Mason, quien realizó las tareas de producción. Pero también aparecen en este álbum Mike Oldfield, el bajista Richard Sinclair (Caravan, Camel), el experimental Fred Frith (Henry Cow) o el antiguo compañero de Soft Machine, Hugh Hopper. También participa puntualmente la que pronto se convertirá en la esposa de Wyatt y también (aunque mucho más adelante) letrista de algunas de sus composiciones, Alfreda Benge.

 

Por su comienzo, ‘Sea Song’ parece que vaya a ser una balada adulta de tono trágico, pero pronto vemos que esa tragedia tiene otro tono bien diferente en su desarrollo, disonancias incluidas, con un apartado vocal demasiado robótico, y por ello exento de emoción, como para haber conseguido una gran pieza de verdad. Cabe destacar ese tramo final de sintetizadores y la voz de Robert, esta vez sí, expresando mucha emoción al mismo tiempo que experimenta con ella. Es una pieza para escuchar con detenimiento por su originalidad. Lo más complicado de digerir de todo el álbum es ‘Alifib’, pues la instrumentación es demasiado atonal y al apartado vocal se le cuesta coger el punto. Aparece enlazada con ‘Alife’, donde se imprime un ritmo y se le da forma a todo para que tenga un sentido melódico, lo cual repercute muy positivamente y es como si hubiéramos asistido a la génesis de una composición a partir de algo más incomprensible.

 

‘A Last Straw’ recuerda en parte a lo que hizo en los inicios de Soft Machine al basarse sobre todo en la percusión y el teclado como acompañamiento mientras la voz canta y tararea con libertad, aunque aquí también podemos disfrutar de algunos punteos esquizoides de guitarra. En su tramo final acaba divagando demasiado con la instrumentación al pretender que la música se vaya apagando por sí misma. Pero si al final de ‘A Last Straw’ estamos perdiendo el hilo, conforme acaba este tema llegan las trompetas ostentosas de ‘Little Red Riding Hood Hit The Road’, en la cual experimenta con un ritmo cíclico y los gemidos que va soltando Robert como añadido excéntrico. Lo asombroso es que la parte vocal aparece luego como en otra escala pero se acaba acoplando perfectamente al alocado ritmo principal, creando una sensación muy extraña, como si el caos tuviera orden y al concepto de la entropía se le diera la vuelta en su aplicación musical (una aplicación superficial y sin sentido, claro).

 

Muy pronto podemos deleitarnos en ‘Little Red Robin Hood Hit The Road’ con un sensacional solo de guitarra cortesía de Mike Oldfield, expresivo y expansivo como él solía conseguir, a quien le toma el testigo la alocada viola interpretada por Fred Frith, quien parece que quiso emular las extravagancias de John Cale en la Velvet Underground. Así pues, con la ayuda de tan buenos amigos, Robert Wyatt lo tuvo más fácil para superar las grandes dificultades derivadas de la larga recuperación a la que se vio abocado tras el accidente. Consiguió un álbum experimental e influyente en las generaciones posteriores que puede escucharse con agrado salvo en los momentos demasiado complejos o atonales, que requieren una predilección especial por ese tipo de música. Sirvió para confirmar que el talento de Robert no se había disipado y que cabía seguir con interés su carrera musical.

RUTH IS STRANGER THAN RICHARD

Año de publicación: 1975

Puntuación:

1) Muddy Mouse (a); 2) Solar Flares; 3) Muddy Mouse (b);

4) 5 Black Notes And 1 White Note; 5) Muddy Mouse (c) Which In Turn Leads To Muddy Mouth; 6) Soup Song; 7) Sonia; 8) Team Spirit; 9) Song For Che.

rWyatt Ruth.jpg

Proseguía Robert Wyatt con su veta experimental (que nunca abandonará), pero en su acepción más complicada de digerir, aunque no indigestible como fue su álbum de debut. En esta ocasión vuelve a contar con la colaboración de amigos como Brian Eno o Fred Frith, aparte de contar con composiciones ajenas para interpretarlas a su manera con total libertad. Ciertamente, la palabra libertad es la más adecuada para describir la carrera musical de Wyatt. En cuanto a este disco, fue dividido en dos partes con los nombres de Side Richard (los cinco primeros temas) y Side Ruth (los cuatro últimos), siendo los primeros más experimentales todavía, como única diferencia palpable.

 

Si nos fijamos en el listado del contenido de este álbum, los temas cuyo título comienza por ‘Muddy Mouse’ son básicamente el mismo pero dividido en tres partes diferentes, las dos primeras muy breves y la tercera sobrepasando los seis minutos. En todas ellas escuchamos a Robert experimentando con su voz y acompañado de un piano tocado por Fred Frith (de Henry Cow), de tal manera que la parte (c) puede hacerse un poco larga si uno no siente especial predilección por algo así, que sería lo normal. Pero ciertamente se acaba apreciando un sentido si se presta atención y como experiencia de una vez no está mal. Atendiendo al ritmo de ‘Solar Flares’, casi que podría ser la música de un combo latino de lounge, pero sin que puede inferirse ninguna connotación negativa en la definición. En ‘Sonia’ también se basa en el desarrollo de un ritmo, esta vez de tono más distendido, donde participa con la trompeta su autor, el sudafricano Mongezi Feza. Previamente, en el mismo tono, hemos escuchado una de las pocas canciones con letra de todo el álbum, ‘Soup Song’, cuyo intermedio instrumental donde destacan el saxofón y la batería le hace sonar como el primo menor de ‘Money’ de Pink Floyd.

 

El título de ‘5 Black Notes And 1 White Note’ quizá pueda significar algo concreto para quien tenga conocimientos de notación musical, pero este tema empieza sonando igual que las piezas de jazz lento y autocomplaciente de Frank Zappa, para luego adentrarse en una experimentación electrónica con percusión frenética de fondo. Muy desconcertante todo, sobre todo cuando descubrimos que se trata de una adaptación de una pieza de Jacques Offenbach de Los cuentos de Hoffmann. Un buen ejemplo de tema experimental, extenso pero con suficiente variedad y ritmo para que no decaiga en ningún instante, es ‘Team Spirit’. Esto sí que es Wyatt en estado puro por lo imprevisible que resulta y porque nunca abandona el instinto melódico para conseguir volver accesible lo inaccesible, sin olvidarse de cantar con su peculiar estilo. Este tema había sido ya publicado recientemente con el título de ‘Frontera’ por uno de sus autores, Phil Manzanera, en su recomendable álbum de debut en solitario (Diamond Head), donde curiosamente canta también Robert Wyatt.

 

Bajo una base instrumental que parece más bien proveniente de alguna marcha fúnebre española, en esta versión de un tema titulado ‘Song For Che’ podemos escuchar una melodía de suave saxofón que recuerda a alguna de las desarrolladas en el segundo álbum de los Soft Machine. Quizá sea esta una concesión política para finalizar, pues la década de los setenta fue tumultuosa a nivel social en el Reino Unido, aunque el Wyatt más concienciado con la sociedad y metido en política no aparecerá hasta los años ochenta. Pero resulta difícil de entender su propósito, como resulta también difícil entender la intención que subyace detrás de piezas tan experimentales como la mayoría de las ofrecidas en esta complicada obra.

THE ANIMALS FILM

Año de publicación: 1982

Puntuación:

1) The Animals Film, Part 1-1; 2) The Animals Film, Part 1-2; 3) The Animals Film, Part 1-3;

4) The Animals Film, Part 1-4; 5) The Animals Film, Part 2-1; 6) The Animals Film, Part 2-2;

7) The Animals Film, Part 2-3; 8) The Animals Film, Part 2-4.

robert-wyatt-the-animals-film-ost.jpg

La segunda mitad de los setenta vio a Robert Wyatt colaborando en otros proyectos musicales a pesar de haber detenido su propia carrera, siendo uno de ellos el debut en solitario del baterista Nick Mason (Pink Floyd), ese extravagante Fictitious Sports de 1979 que en realidad era una obra creada por la artista de jazz Carla Bley y que Mason se apropió de manera descarada colocando su nombre en la portada. El caso es que, a principios de los ochenta, una buena causa llevó a Wyatt a volver a grabar música propia. En esta ocasión se trataba de la banda sonora de una película documental sobre la explotación animal, una temática que en 1981 no se habría abordado todavía con suficiente contundencia.

 

Tampoco es que hubiera estado escribiendo y guardándose buenas composiciones durante estos años, pues la sensación que transmite esta música es de haberse realizado justo a partir de su encargo. Lo único que podrá agradar de verdad a las personas devotas del mundo musical de Wyatt es una memorable melodía que encontramos nada más comenzar en la parte ‘1-1’. Como Robert nunca hace nada de la manera en que cabría esperar, aquí lleva la melodía él mismo con su voz, acompañado por un teclado en un segundo plano, mientras va añadiendo otras voces que complementan con extrañas armonías lo que ya es de por sí también una extraña melodía principal. Esta volverá a repetirse, pero en modo ultralento, en algún momento de la discreta ‘2-1’ y en modo atonal en ‘2-3’.

 

Lo mejor que podemos esperar del resto del álbum es encontrar piezas sin mucho aliciente pero con alguna melodía suelta de cierto interés (en las partes ‘1-3’, ‘2-4’), pero en general esta música, como no podía ser de otra manera, está pensada para acompañar las imágenes correspondientes. Es por ello que en una de las piezas se busca emular el sonido de un pato (‘The Animals Film, Part 2-2’). La primera mitad de ‘1-2’ transmite casi indiferencia, pero luego entra un tenebroso sintetizador que consigue animar un poco la situación, si bien se finaliza en un tramo de atonalidades con poco sentido. Tampoco cabe darle muchas vueltas a una obra menor que no tenía más intención que reforzar con sonido el impacto psicológico del documental al que acompaña.

NOTHING CAN STOP US

Año de publicación: 1982

Puntuación:

1) Born Again Cretin; 2) At Last I Am Free; 3) Caimanera; 4) Grass; 5) Stalin Wasn't Stallin'; 6) Red Flag; 7) Strange Fruit; 8) Arauco; 9) Trade Union; 10) Stalingrad.

rWyatt Nothing can.jpg

A principios de 1980 Robert Wyatt se afilió al Partido Comunista británico, una época en la que ya el llamado Eurocomunismo había determinado un rechazo al modelo de la Unión Soviética por parte de los partidos comunistas pertenecientes a países ajenos a la órbita del bloque comunista del este de Europa, pues para entonces ya estaba bien claro que a partir de Stalin quedó todo establecido en forma de dictadura encubierta por la parafernalia socialista de turno (que previamente algunos intelectuales hubieron de hacer un viaje a la URSS para darse cuenta de ello, como fue el caso de André Gide o Albert Camus). Este álbum viene conformado por canciones de carácter político izquierdista de diferentes épocas, que Wyatt había ido publicando en formato de single. Todas ellas son versiones excepto la primera, que es la única composición  original de Wyatt.

 

Así, ‘Born Again Cretin’ recrea un juego de voces por los que Robert sentía predilección y realiza otro experimento con ellos bajo una percusión repetitiva y sobria, aunque no obtiene un resultado muy llamativo. Esa vertiente experimental bien entendida de Wyatt asoma en raras ocasiones como en ‘Grass’, donde las melodías afloran dentro de una estructura imprevisible y nada ortodoxa. En cualquier caso, el especial tratamiento que realiza Wyatt consigue que canciones como ‘At Last I Am Free’ refuercen y ensalcen sus melodías, en este caso bien solemnes y emotivas. Se trata de una versión de Chic, quienes por entonces se hicieron conocidos por canciones más bailables como ‘Everybody Dance’ o ‘Le Freak’.

 

La tradicional ‘Red Flag’ resulta aburrida, mientras que esa loa titulada ‘Stalin Wasn't Stallin'’ es un viejo góspel que solo pudo ser escrito durante la Segunda Guerra Mundial (exactamente en 1943) porque fue el único momento en que Stalin fue visto como un amigo por el resto de países aliados, o más bien como un amigo forzado. Queda aquí como uno de los momentos más flojos, cuya única curiosidad es que el coro que escuchamos no es tal, sino la voz de Robert cuadruplicada. En cambio, ‘Stalingrad’ no es más que una poesía recitada, sin música. El espíritu luchador de Violeta Parra se nos aparece en la entusiasta ‘Arauco’, cantada en nuestro idioma. El acento de Robert al cantar en castellano no está mal para ser inglés, aunque eso provoca que ‘Caimanera’ no suene con propiedad, a pesar de que los arreglos están bien cuidados para que la canción tenga suficiente frescura y no pierda su sabor latino, sobre todo con la adición de una trompeta y algún cambio de ritmo en la percusión.

 

Se ha de tener valor para cantar ‘Strange Fruit’, una canción ya inmortalizada por Billie Holiday, y Robert más o menos sale airoso a pesar de que nunca podría alcanzar todo el dolor que transmitía la interpretación de Holiday. Recordemos que esos extraños frutos que cuelgan de los árboles sureños eran una cruda metáfora de las personas de raza negra que eran ejecutadas en Estados Unidos cuando la población blanca se tomaba la justicia por su mano. Por otra parte, la oriental ‘Trade Union’ es una composición de un músico de Bangladés y está directamente interpretada por otro grupo. No se sabe lo que quiso conseguir Robert Wyatt con esta recopilación, pero queda como un traspiés de mucha política y poca sustancia musical. Aunque quizá era eso mismo la intención.

OLD ROTTENHAT

Año de publicación: 1985

Puntuación:

1) Alliance; 2) The United States Of Amnesia; 3) East Timor; 4) Speechless;

5) The Age Of Self; 6) Vandalusia; 7) The British Road; 8) Mass Medium;

9) Gharbzadegi; 10) P.L.A..

rw Old Rottenhat.jpg

Tras unos últimos trabajos muy flojos, este músico en constante crecimiento volvió con un álbum bastante bueno y consistente para lo que nos estaba acostumbrando. Esta vez fueron todo composiciones originales escritas por él, aparte de tocar todos los instrumentos (básicamente teclado y percusión) y cantar. Y bueno, actúa también como productor para conformar otra obra personalísima e inclasificable. Las letras vuelven a tener un componente político o crítico en su mayor parte, pero en este caso no afecta tanto al acabado cualitativo de las composiciones.

 

La introspección especial de ‘Alliance’ nos muestra el lado sensible de Robert a través de unas melodías en principio discretas pero que luego acaban seduciendo, desvelando así cuál es el encanto de este músico. Por su título, ‘Gharbzadegi’ parece que va a ser la pieza más rara de todo el álbum, pero aunque contenga alguna que otra atonalidad suelta (muy suelta), posee la mejor estructura instrumental y un memorable estribillo. Para los curiosos, gharbzadegi es el término peyorativo que se acuñó desde el fundamentalismo iraní para señalar la occidentalización de las costumbres del país, aunque para 1985 el nuevo régimen represivo islámico en Irán ya estaba consolidado. Como su título indica, el animoso ‘Speechless’ es un instrumental que acaba dejando un tanto indiferente. Mucho más poderoso es el gancho rítmico que llega a continuación en ‘The Age Of Self’, donde Robert abusa un poco de la misma entonación vocal pero lo suple con un sensacional entramado instrumental.

 

El nombre de ‘Vandalusia’ no está claro si es un juego de palabras entre vandal y Andalusia, que es como llaman en inglés a Andalucía, pero se trata de una pieza muy contemplativa sin mayor relevancia. En cambio, la pulla a los Estados Unidos de América no puede más directa que en ‘The United States Of Amnesia’, un país que siempre puso la libertad de los pueblos por bandera mientras oprimía a los habitantes nativos de su propia tierra, una masacre que se ha preferido relegar al olvido. Musicalmente es algo caótica, pero lo peor es que las únicas melodías interesantes se escuchan solamente en ese extraño inciso musical que introduce en forma de silbido. En forma de vanguardista jazz se desarrolla el recuerdo a Timor Oriental (‘East Timor’), un país que por entonces no existía al haber sido invadido y masacrado por Indonesia con el apoyo tácito de Estados Unidos, por entonces un país que justificaba cualquier violación de los derechos humanos cuando había peligro de que se colaran esos seres rojos con cuernos, tridentes y rabos a los que ellos denominaban comunistas. Acaba el álbum con lo que parece una nana, ‘P.L.A.’, aunque nada trivial y con una emotiva melodía vocal.

 

Demasiado lento se muestra en ‘Mass Medium’ y algo monótona acaba resultando ‘The British Road’ porque en esta última va elevando paulatinamente el tono de manera demasiado pausada, de tal manera que acaba resultando repetitiva a pesar de que en el tramo final acaba tomando sentido todo lo que hemos escuchado hasta ese momento. Son objeciones más bien menores a un disco que se sostiene muy bien para ser una obra muy personal y artesanal de un músico poco dado a la comercialidad. No es esencial, pero vale la pena echarle un vistazo.

PEEL SESSIONS

Año de publicación: 1987

Puntuación:

1) Soup Song; 2) Alifib; 3) I'm A Believer; 4) Sea Song.

rw peel sessions.jpg

Este brevísimo álbum está constituido por unas grabaciones en la BBC de septiembre de 1974 en el famoso programa de John Peel. Es una oportunidad única para ver a este (casi) primer Robert Wyatt tocando a solas, sin otro acompañamiento que su teclado multiusos, no hay más músicos con él. De esta manera, no encontraremos una transcripción inmediata de Rock Bottom, que es el álbum que tenía publicado en esas fechas (tan solo dos de las cuatro piezas incluidas aquí le pertenecen), sino una adaptación donde aflora la personal introspección de Wyatt.

 

La pequeña sorpresa es encontrar ‘Soup Song’ porque no aparecería publicada hasta el año siguiente en Ruth Is Stranger Than Richard. Esta pieza suena aquí como un tenebroso boogie donde Robert imita con la voz una trompeta de estilo años treinta, pero queda como lo más discreto del concierto. La versión de ‘I'm A Believer’ con teclados, capas de sonido y algunos efectos vocales queda curiosa y suena bastante bien. Esta canción fue editada como single en 1974, tras la publicación de Rock Bottom, aunque en esa ocasión participaron más músicos. Pero ya hablaremos de ello más adelante, cuando lleguemos a la recopilación de EP de 1999.

 

La que gana enteros respecto a lo que habíamos escuchado en el estudio es ‘Alifib’, transformada aquí en una tragedia musical emotiva y mucho más digerible. Todo lo anterior le sirve para coger la confianza suficiente y lanzarse en ‘Sea Song’ a las disonancias (aunque sean muy pocas) y a una larga coda donde consigue momentos interesantes con su teclado y su voz en “modo instrumento”. No se pueden extraer muchas conclusiones de un álbum tan breve, pero sí que se percibe una sinceridad emocional que puede explicar la reputación que tenía Robert Wyatt dentro del circuito musical a pesar de su tendencia a la experimentación y las excentricidades.

2022

DONDESTAN

Año de publicación: 1991

Puntuación:

1) Costa; 2) The Sight Of The Wind; 3) Catholic Architecture; 4) Worship; 5) Shrinkrap;

6) CP Jeebies; 7) Left On Man; 8) Lisp Service; 9) N.I.O. (New Information Order);

10) Dondestan.

rw Dondestan.jpeg

2022

La nueva década traía el retorno de Robert Wyatt con renovada energía, pues comenzará a publicar álbumes con una mayor continuidad de lo habitual. Nuevamente será un trabajo personal, artesanal y de particular expresión. La mayoría de letras son de Alfreda Benge y otras del propio Robert, quien se encarga de todo el componente musical excepto para uno de los temas. Estamos, pues, ante otro álbum para escuchar en momentos muy concretos, cuando estamos receptivos ante una determinada expresión emocional y, si tenemos suerte, llegamos a apreciarla de manera adecuada. Eso sí, Wyatt no se olvida de las melodías a pesar de sus tendencias experimentales, de tal manera que resulta un notable retorno.

 

La introspección y sensibilidad especial de Wyatt que aprecian sus seguidores/as no es tampoco para todos los públicos, pero si uno está en el instante adecuado y con un estado de ánimo permeable a sutiles emociones como las de ‘The Sight Of The Wind’, puede experimentar las sensaciones peculiares que transmite. A continuación llega ‘Catholic Architecture’ y parece que va a ser algo similar, pero en este caso no busquemos sutilezas porque no las hay y la composición suena más repetitiva de lo que sería deseable, aparte de que se podría prescindir perfectamente de su último minuto y medio de capas de sintetizadores sin sentido. En cualquier caso, cuando le apetece, sabe mostrarse agradable y melódico como logra en ‘Worship’, como también sabe alcanzar la introspección mediante emotivas melodías en ‘CP Jeebies’, logrando un efecto como de música de medianoche.

 

La inclasificable ‘Shrinkrap’ recoge influencias del rock industrial, el jazz y el rap en una amalgama imposible porque es todo ello y nada de ello al mismo tiempo. En cualquier caso, podría haberse reducido a la mitad porque, una vez perdido el factor sorpresa, ya se pierde el interés. Hasta que entra la percusión y los arreglos orientales de ‘Costa’, resulta muy desconcertante también esta canción. Y bueno, no es que se arregle mucho el desconcierto, pero sí se puede adivinar entonces un propósito y una estructura. La música de ‘Lisp Service’ está compuesta por Hugh Hopper, antiguo compañero en los Soft Machine, pero es bastante minimalista y la gracia está en el imprevisible canto de Robert. Lo mejor lo alcanza cuando consigue aunar experimentación y accesibilidad en ‘Left On Man’, de cautivadora parte vocal y extraño ritmo basado en una conjunción de percusión elaborada y voces.

 

Los más de seis minutos de ‘N.I.O. (New Information Order)’ se acaban haciendo largos, mientras que ‘Dondestan’ no es más que un entretenimiento jazzístico de rápido ritmo que a los tres minutos se acaba para dejar paso a casi dos minutos de vulgar sonido ambiental. Quizá es que buscaba finalizar el álbum de manera distendida, aunque quienes no profesen especial simpatía por este peculiar músico es probable que no lleguen a escuchar este final. En cualquier caso, contiene suficientes detalles de interés para que sea un álbum aceptable y que tampoco decepciona, que ya es bastante a pesar de que tenga sus momentos flojos.

A SHORT BREAK [EP]

Año de publicación: 1992

Puntuación:

1) A Short Break; 2) Tubab; 3) Kutcha; 4) Venti Latir; 5) Unmasked.

rw short break.jpg

Los/las amantes del Robert Wyatt introspectivo tendrán en este EP una interesante muestra del estilo artesanal de este músico. Todo lo que escuchamos está tocado o cantado por él, aparte de estar grabado en casa en una mesa de cuatro pistas. En el libreto del disco se nos explica que los extraños nombres de algunos títulos provienen del idioma wólof, una lengua de la zona de Senegal. La inspiración de Wyatt puede provenir de cualquier lugar. El caso es que este EP contiene una música experimental pero intimista y humilde, una extraña mezcla que pocos artistas logran conseguir y que es el punto fuerte de Robert Wyatt.

 

‘A Short Break’ es una de esas extrañas piezas basadas en un ritmo inesperado (en esta ocasión de jazz bastante sencillo) donde la voz tarareada de Robert actúa como un instrumento más, mientras un piano ubicado en el límite que separa lo tonal de lo atonal va dejando notas hacia un lado y otro de esa línea imaginaria. Resulta más entretenida de lo que se podría esperar y eso siempre es mérito de Wyatt, aunque a continuación llega ‘Tubab’, que en esencia es igual que la pieza previa pero cambiando el ritmo y la entonación vocal, obteniendo así un resultado menos interesante. Aunque suene a entidad bancaria vasca, ‘Kutcha’ (que en el libreto se nos explica que es una salsa) es como si a ‘Tubab’ le hubieran acelerado muy ligeramente el ritmo y de manera análoga hubieran decelerado el apartado vocal.

 

Para cuando llega ‘Venti Latir’, lo cierto es que uno ya empieza a estar un poco cansado de escuchar tanta repetición rítmica y tarareo de Robert, así que esta pieza no deja muy buena impresión a pesar de poseer bastante diversidad de percusión. Cuando volvemos a escuchar una parte cantada de mucha expresividad casi susurrada en ‘Unmasked’, bajo un acompañamiento instrumental más humilde pero también más intimista, nos deja una buena sensación final. En cualquier caso, este EP no es muy recomendable para quien no conozca bien de qué va este músico, porque las melodías escasean y el interés por la expresividad de su voz depende del aprecio que se tenga por Wyatt. Pero bueno, nunca viene mal tomarse un pequeño descanso, como dice el título, y grabar algo de manera sosegada y sin presiones.

FLOTSAM JETSAM

Año de publicación: 1994

Puntuación:

1) Slow Walkin' Talk; 2) Moon In June; 3) Standfast; 4) No 'Alf Measures;

5) God Song/Fol De Rol; 6) Soprano Derivato/Apricot Jam; 7) A Little Something;

8) Now Is The Time; 9) Now't Doin; 10) Born Again Cretin; 11) Billie's Bounce;

12) Locomotive; 13) War Without Blood; 14) Obert Tancat; 15) Tu Traicion;

16) Obert Tancat 2; 17) Turn Things Upside Down; 18) The Wind Of Change.

rw flotsam jetsam.jpg

Esta extraña recopilación de rarezas recoge una panorámica de la carrera de Robert Wyatt a través de colaboraciones y otras piezas propias y personales entre los años 1968 y 1989, todo más o menos siguiendo un orden cronológico. Lo que esperamos encontrar aquí es lo que realmente obtendremos: imprevisibilidad estilística, excentricidad, jazz, atonalidades… incluso algunas melodías originales, aunque serán muy pocas.

 

Para empezar, nos encontramos a Jimi Hendrix en ‘Slow Walkin' Talk’, de 1968, algo que pudo ocurrir porque en su momento coincidieron en una gira los Soft Machine con The Jimi Hendrix Experience. Pero que nadie se espere escuchar la guitarra del maestro, pues lo que destaca son la batería y el teclado, todo dentro de un estilo de music-hall muy británico. Siguiendo con las colaboraciones, el grupo alemán vanguardista Slapp Happy se había mudado en 1974 a Inglaterra (no tardarían en juntarse con los Henry Cow) y aquí encontramos una de las canciones que grabaron entonces, ‘A Little Something’, con Wyatt ayudando con sus imitaciones nasales de instrumentos para una extravagante canción que parece música brasileña pasada por un laboratorio de experimentos musicales. Acompañando a Gary Windo, que era un saxofonista de jazz que tocó en algunos álbumes de Robert de los setena, suena en ‘Now Is The Time’ como unos Supertramp jazzísticos de los setenta. Con otro saxofonista, Lol Coxhill, toca la olvidable pieza ‘Soprano Derivato/Apricot Jam’, que obviamente se trata de saxofón, percusión y las voces de Robert por ahí haciendo cosas raras.

 

Claustrofobia fue un grupo de la Barcelona de los ochenta que cayó en el olvido salvo para Robert, quien a pesar de traducirles el nombre en el listado del disco dejó aquí para la posteridad una de sus canciones, el bolero modernizado ‘Tu traicion’ (sic) de 1987, cantado en castellano por Wyatt. Quizá de ahí le quedó cierta predilección por el catalán y por ello encontramos sendos temas titulados como ‘Obert Tancat’ para un programa de TV3, unos temas en esencia iguales de interesante implementación de melodías a base de conjuntar varios sintetizadores. The Happy End debieron ser una big-band del montón porque ‘Turn Things Upside Down’ sigue los cánones establecidos para este tipo de bandas. Al leer que ‘No 'Alf Measures’ es de Matching Mole nos podemos esperar algo atonal y caótico, pero ciertamente suena melódico y entretenido, desarrollándose todo bajo una atrayente melodía que actúa de secuencia rítmica. Ojalá hubieran seguido por ese camino en su momento. Symbiosis fue otro proyecto efímero y podemos darle las gracias por ello, pues ‘Standfast’ son doce minutos de jazz experimental y extremadamente caótico.

 

Aunque estamos nombrando todas las colaboraciones, lo cierto es que algo más de la mitad del contenido del álbum lleva su nombre a secas, aunque en estos casos nos adentramos en terrenos ya conocidos a lo largo de su carrera, sean para bien o para mal. No es un plan nada atrayente escucharlo desvariar con su piano en ‘God Song/Fol De Rol’, pero lo que resulta inaceptable es escuchar canciones infantiles a cappella como ‘Locomotive’. La composición ‘Moon In June’ acabó formando parte del álbum Third de los Soft Machine, de la época en que Robert empezaba a no sentirse tan cómodo en el seno del grupo. Aquí escuchamos una versión reducida y diferente de esa pieza, siendo de lo mejor de esta recopilación. También cabe destacar ‘War Without Blood’, que aun teniendo esos aires de demo (que igual lo es en realidad) que le salen a Robert cuando realiza algo con percusión y capas de sintetizador, el tema mejora conforme avanza. En todo caso, este álbum está dirigido a fans acérrimos/as de este músico o a completistas, que alguno habrá para Wyatt.

2023

BBC RADIO 1 LIVE IN CONCERT

Año de publicación: 1995

Puntuación:

1) Instant Pussy; 2) Lything And Gracing; 3) Marchides; 4) Part Of The Dance;

5) Brandy As In Benge.

De los archivos de la BBC se ha rescatado esta actuación radiofónica de veinticinco minutos de duración por parte de Matching Mole. La grabación original es de 1972, como no podía ser de otra manera porque la vida musical del grupo se ciñe a ese año concreto. Algunos títulos son conocidos y otros no, aunque tampoco se le ha de dar mayor importancia porque todo fluye sin pausas, como si fuera todo una enorme suite de casi media hora donde tan solo escucharemos aplausos al final de todo. Así que no sirve de mucho señalar que interpretan temas de los dos álbumes que publicaron en su momento, aparte de uno nuevo, si bien la novedad puede decirse que está en el título.

 

El comienzo del disco y de la actuación pudo hacer que en su momento algunos oyentes de la radio cambiaran de dial, puesto que la primera mitad de ‘Instant Pussy’ la dedican íntegramente a experimentar con los sonidos y quizá por ello, como premio a la paciencia del oyente, en la segunda mitad ejecutan un interesante desarrollo instrumental que podría haber durado un poco más. Bueno, de hecho el título novedoso de ‘Lything And Gracing’ puede tomarse como la continuación instrumental de la pieza anterior, donde brillan el guitarrista Phil Miller y Wyatt con la batería. Igual que el resto del disco, que cada tema parece el apéndice del anterior.

 

Como ya sabemos, es complicado encontrar melodías en este grupo, pero para eso estaban los comienzos de ‘Part Of The Dance’, para que Miller nos deleite con alguna atrayente melodía desgranada con su guitarra. Luego tampoco se queda corto aunque sea más difuso por su carácter improvisado, pues nos regala una excelente demostración de técnica que no evita dejar caer alguna que otra melodía mientras va cambiando de estado de ánimo, pasando de la calma a la estridencia y con unos compañeros que le aportan un acompañamiento rítmico sensacional e imprevisible. Haber retitulado el último minuto como ‘Brandy As In Benge’ no tiene mayor importancia.

 

Es curioso que encontremos aquí lo mejor de Matching Mole, pues aparte de sonar muy accesibles sin perder su toque experimental y jazzístico, se aprecia un sentido conjunto a la exigua obra que grabaron. Como si en los álbumes simplemente nos hubieran enseñado los ingredientes por separado de una música que, tomada en las dosis y elementos adecuados, servía de inspiración para ejecutar una pieza global variada y compensada. Así da gusto escuchar este tipo de música más compleja.

2023

SHLEEP

Año de publicación: 1997

Puntuación:

1) Heaps Of Sheeps; 2) The Duchess; 3) Maryan; 4) Was A Friend;

5) Free Will And Testament; 6) September The Ninth; 7) Alien; 8) Out Of Season;

9) A Sunday In Madrid; 10) Blues In Bob Minor; 11) The Whole Point Of No Return.

Tras haber sido grabado Dondestan casi a solas entre Robert Wyatt y su mujer Alfreda Benge, en esta ocasión contó con la participación de muchos amigos para grabar un álbum algo más ambicioso que el anterior. En el libreto del CD podemos leer el agradecimiento expreso a Phil Manzanera (el legendario guitarrista de Roxy Music) por prestarle su estudio de grabación, aparte de que el propio Manzanera participó en la grabación del álbum y eso nos permite disfrutar de algunos grandes momentos de guitarra suyos. No será el único músico participante y eso permite obtener un sonido más variado y enriquecido, algo muy útil para la música de Wyatt.

 

Aparte, Robert quiere agradar al oyente más allá de su tendencia a la improvisación o la abstracción, y eso siempre es positivo. Se nos muestra bajo un ritmo atractivo y con llamativas melodías en ‘Heaps Of Sheeps’, una buena carta de presentación aunque tampoco sea representativa de lo que escucharemos en el álbum, sino más bien de una parte de él. Contemplativa pero muy interesante en su implementación se muestra ‘Out Of Season’, con una original estructura musical elaborada entre el piano y, sobre todo, el trombón y la trompeta, algo que volverá a repetir más o menos en la final ‘The Whole Point Of No Return’, que es la irreconocible versión de un tema de Style Council, que originalmente era en un estilo de bossa nova. A pesar de que mantiene el interés durante sus seis minutos a base de detalles instrumentales y aportes vocales, lo cierto es que el ritmo de ‘Was A Friend’ acaba resultando monótono aun siendo implementado a alta velocidad.

 

De la colaboración con un guitarrista belga de jazz, tanto en la composición como en la ejecución, tenemos aquí la extensa ‘Maryan’, donde se van añadiendo otros elementos como el violín pero en consiguientes escuchas acaba resultando esta pieza algo monótona y tiene que ser la guitarra la que acabe salvándola. Algo similar podría ocurrir también en ‘Alien’, pero aquí aparece una espectacular guitarra de Manzanera que permite llegar por unos momentos a la excelencia musical del rock, por lo que es una lástima que el resto del tema no alcance ese nivel. Convence menos cuando se deja llevar por un jazz más libre como el de ‘The Duchess’ o ‘A Sunday In Madrid’, donde Robert canta también en modo recitado y menos interesante por tanto, pero acaba resultando convencional cuando se decanta por un jazz más formal en ‘September The Ninth’.

 

Ese Wyatt que sabe cautivar de manera minimalista lo encontramos en ‘Free Will And Testament’, de humilde y emotiva melodía vocal que Robert va cantando dentro de una estructura repetitiva pero añadiendo deslumbrantes arreglos instrumentales que enfatizan toda la carga emocional de su pesimista letra. Aparte, cuenta con la participación de Paul Weller en la guitarra y armonías vocales, todo un lujo, quien repite participación en el título humorístico de ‘Blues In Bob Minor’, el cual esconde una adaptación particular de ‘Subterranean Homesick Blues’ de Bob Dylan, donde el apartado vocal sí que emula la verborrea frenética del de Duluth, pero en la instrumentación se nota el buen hacer y el toque creativo de Wyatt. Realmente le faltaba enfilarse un poco más hacia su vertiente más melódica para poder lograr un álbum redondo, pero en Robert Wyatt siempre ha predominado el artista sobre el materialista.

EPS

Año de publicación: 1999

Puntuación:

CD I, BITS: 1) I'm A Believer (previously unreleased extended version); 2) Memories;

3) Yesterday Man; 4) Sonia (alternate version); 5) Calyx (recorded live at Drury Lane).

​

CD II, PIECES: 1) Shipbuilding; 2) Memories Of You; 3) Round Midnight;

4) Pigs… (In There); 5) Chairman Mao.

 

CD III, WORK IN PROGRESS: 1) Yolanda; 2) Te recuerdo Amanda; 3) Biko;

4) Amber And The Amberines.

 

CD IV, ANIMALS: 1) The Animals Film.

​

CD V, REMIXES: 1) Was A Friend; 2) Maryan; 3) A Sunday In Madrid;

4) Free Will And Testament.

RW eps.png

Esta recopilación recoge cinco EP publicados por Robert Wyatt a lo largo de su carrera y de esta manera nos ofrece una perspectiva de su trayectoria musical en solitario. Para que no haya problema con la cronología, cada EP está en un disco diferente.

 

Tras la disolución de Matching Mole, lo primero que publicó Wyatt fue un single que le reportó una inesperada fama en 1974. Tuvo entonces un cierto éxito con la versión de la famosa canción de los Monkees (aquel grupo casi falso de los sesenta) ‘I'm A Believer’, compuesta por Neil Diamond, dándole un punto especial con los sintetizadores y coros. Algunos de los participantes en la grabación de esta versión son para quitarse el sombrero: Nick Mason (Pink Floyd), Richard Sinclair (Caravan) o Fred Frith (Henry Cow). De todos ellos puede encontrarse en la red una grabación en el programa británico Top of the Pops, lo cual denota la trascendencia que tuvo en su momento. Aparece Wyatt cantando con los ojos cerrados, ya en silla de ruedas, algo para lo cual tuvo objeciones por parte del productor del programa, quien quería que estuviera sentado en una silla normal y le amenazó con no volver a la BBC por ello. Una verdadera vergüenza, aunque Robert se salió con la suya y apareció en silla de ruedas. Otra versión que sí se convierte en verdadera gloria en las manos de Wyatt es la de ‘Yesterday Man’, pues originalmente parecía la típica canción ligera de mediados de los sesenta para toda la familia y Wyatt la transforma en algo serio y memorable, añadiendo vientos en los momentos precisos y aportando unos sensacionales juegos de voces.

 

De su compañero en los Soft Machine, Hugh Hopper, interpreta la emotiva ‘Memories’ donde su expresiva voz se une a un teclado trágico, un violín emotivo de Fred Frith y una percusión que suena a Nick Mason por todos lados pero está tocada por el propio Wyatt. También encontramos una versión alternativa de ‘Sonia’ que no difiere más que en lo que cabe esperar de una pieza jazzística basada en la improvisación. En 2005 saldrá publicado un concierto de 1974 en el Drury Lane londinense donde Robert Wyatt salía acompañado de multitud de compañeros tras haber sobrevivido al accidente que le dejó parapléjico. Aquí tenemos un adelanto de ese concierto mediante la inédita ‘Calyx’, que no es más que la excusa para que Robert haga algo de scat.

 

El segundo disco contiene un EP conformado por versiones excepto ‘Pigs… (In There)’. No comienza nada mal cuando observamos cómo transforma la balada trágica de Elvis Costello ‘Shipbuilding’ en una especie de bolero experimental sin apenas conexión con la original, pero cuando entran las disonancias y el minimalismo de ‘Memories Of You’, ya sabemos que debemos estar preparados para lo que llega a continuación. ‘Round Midnight’ resulta interesante con el teclado como único instrumento, pero ya resulta más difícil sentir simpatías hacia el experimento repetitivo de la citada ‘Pigs… (In There)’ o hacia ‘Chairman Mao’, cuyo ritmo inicial crea expectativas pero luego se acaba diluyendo durante seis minutos que se hacen muy largos.

 

Las versiones del tercer EP son todavía peores porque el castellano forzado de Robert elimina cualquier atisbo de honestidad, tan necesaria para la balada ‘Yolanda’ de Pablo Milanés, y en ‘Te recuerdo Amanda’ al menos añade interesantes melodías con el teclado para compensar su mejorable dicción. De otra manera hubiera sido un insulto hacia Víctor Jara, su autor, que recordemos que fue un músico torturado y ejecutado cruelmente tras el golpe de estado de Pinochet en Chile. La versión light de ‘Biko’ de Peter Gabriel parece casi una broma, así que ha de ser una composición original de Wyatt (junto a Hugh Hopper, quien toca también el teclado) la que salve un poco este tercer disco tan flojo: ‘Amber And The Amberines’, la cual transmite la enorme emotividad que consigue este músico con su sensibilidad especial.

 

El cuarto disco está dedicado a la banda sonora ya conocida de The Animals Film, pero en el libreto nos dice Robert que no pudieron encontrar los masters originales, así que se incluye una única pieza que es una versión unificada y editada de esa banda sonora que ya comentamos en su momento, con la significativa diferencia de que han eliminado el primer corte, que era lo mejor de aquel álbum. Por último, el quinto disco viene titulado como Remixes y justo eso encontramos, unas remezclas de cuatro temas pertenecientes a Shleep, de los cuales tan solo ‘Was A Friend’ no convence al ser más lenta y también más aburrida. La que más sorprende es ‘Sunday In Madrid’ por su ritmo tipo drum&bass, mientras que ‘Free Will And Testament’ empieza de modo minimalista y luego incluye cierta variedad en ritmos que lo único que consiguen es entorpecer la preciosa parte vocal.

SMOKE SIGNALS

Año de publicación: 2001

Puntuación:

1) Intro; 2) March Ides I; 3) Smoke Rings; 4) Nan True's Hole; 5) Brandy As In Benji;

6) Electric Piano Solo; 7) March Ides II; 8) Instant Pussy; 9) Smoke Signal;

10) Lything & Gracing.

Volvemos aquí a la época de Matching Mole mediante este album en directo que recopila grabaciones de su gira europea de 1972. En la introducción puede escucharse cómo dicen algunas palabras en francés al público. Hasta cinco de las canciones son inéditas, no llegaron a aparecer en los álbumes de estudio, aunque con este tipo de música no se puede asegurar que no sirvieran de base para otros temas posteriores con diferente título. De su álbum de debut solo encontraremos ‘Instant Pussy’ y del álbum Little Red Record algunos temas más, pero en cualquier caso este grupo en directo es característico del llamado Canterbury Sound porque desarrolla un jazz de fusión, abierto a la experimentación y proclive a insertar detalles melódicos si la inspiración lo provee. La calidad del sonido es decente, pero no lo deseable para una música de estas características.

 

El frenesí de inicio que marca ‘March Ides I’ ya nos muestra a un grupo que sabía epatar en directo a base de energía, aunque al final se deslicen hacia un solo de batería porque ya se sabe que todos los músicos deben disponer de su momento de lucimiento personal. La segunda parte de ‘March Ides’ es más contemplativa pero no por ello carente de interés, pues los músicos siguen implementando ideas interesantes que alejan el tema de lo que sería una improvisación sin más. Como ya se ha dicho, lo bueno de los grupos asociados al Canterbury Sound, donde podríamos nombrar a los emocionantes National Health (sobre todo su deslumbrante debut) o a los aburridos Hatfield And The North, es que tienen predilección por los insertos melódicos, pero a veces se ha de tener paciencia y por ello el momento cumbre de ‘Smoke Rings’ llega hacia la mitad.

 

En otros momentos les da por experimentar y eso puede resultar complicado de escuchar. Por ejemplo, en ‘Instant Pussy’ le da a Robert por ponerse a emitir chillidos distorsionados, lo cual no será del gusto de la mayoría. Tampoco resulta muy atrayente una improvisación sin estructura aparente como ‘Smoke Signal’. En cualquier caso, a lo largo del álbum encontraremos demasiadas divagaciones repletas de técnica y vacías de emoción, lo cual unido a la calidad del sonido algo mejorable convierten este disco en una entrada insustancial en la discografía de Matching Mole y, por supuesto, de Wyatt. Lo mejor que podemos escuchar de este grupo está en las grabaciones de la BBC publicadas en 1995.

SOLAR FLARES BURN FOR YOU

Año de publicación: 2003

Puntuación:

1) Alifib; 2) Soup Song; 3) Sea Song; 4) I'm A Believer; 5) Blimey O'Riley;

6) Solar Flares Burn For You; 7) God Song; 8) Fol The Rol; 9) Little Child;

10) We Got An Arts Council Grant; 11) Righteous Rhumba; 12) 'Twas Brillig; 13) The Verb.

Una semana antes de la publicación de lo que iba a ser su álbum más aclamado, Cuckooland, apareció esta nueva recopilación de rarezas. Robert Wyatt no era muy prolífico, pero el hombre sí tenía sus épocas de arduo trabajo aunque luego no resultara algo fructífero. Las cuatro primeras canciones ya las conocemos porque son las pertenecientes a Peel Sessions, aquellas grabaciones en la BBC de 1974. Por desgracia, lo que queda a continuación, una vez descontadas esas actuaciones, es bastante deficiente. Este material de archivo proviene de diferentes épocas y escucharemos a Robert Wyatt a solas o casi, acompañado en algunas por algún músico como Hugh Hopper o Francis Monkman, este último conocido por haber estado en Curved Air.

 

De la época de Matching Mole se rescata una interpretación aceptable de ‘God Song’, aunque la voz acaba desvariando en el tramo final, y la broma de ‘Righteous Rhumba’. No se le acaba el humor cuando escuchamos la imitación del estilo de Monty Python en ‘We Got An Arts Council Grant’. En ambas Wyatt aparece acompañado por Monkman, así que queda claro que se lo estaban pasando bien en el estudio. No está mal el juego de voces acompasado con un xilófono en ‘Fol De Rol’, compuesta junto a Richard Sinclair (bajista de Caravan, Camel y otros), pero a Robert le puede la emoción y acaba desvariando demasiado, como le suele ocurrir a veces. Peor todavía es escuchar a Robert cantar como un niño en ‘Little Child’, pues no se sabe si es para tomárselo a broma. Para reír o llorar, a decisión de cada una/o.

 

El título de ‘Blimey O'Riley’ podría ser una broma relacionada con ‘Baba O'Riley’ de The Who, pero musicalmente no tiene nada que ver. Está compuesta junto a Hugh Hopper, antiguo compañero en los Soft Machine y aquí también bajista, y simplemente se dedica a añadir elementos sobre una base rítmica repetitiva que acaba resultando aburrida. El único tema consistente que puede escucharse de principio a fin con interés y agrado es ‘'Twas Brillig’, otra colaboración conjunta con Hugh Hopper, a pesar de que se introducen atonalidades y se desarrolla de manera experimental. Estos dos temas con Hopper son de lo más reciente que encontraremos en este álbum, pues están fechadas en el invierno de 2002-2003. Y de principios de 2003 coloca al final una grabación casera titulada ‘The Verb’, destinada a quien sea fan del chapurreo de Wyatt, pero no es precisamente algo atrayente en este caso.

 

Para hacernos una idea de cómo es ‘Solar Flares Burn For You’, nos tenemos que imaginar a Robert buscando cómo imitar los sonidos de un puerto cuando zarpan muchos barcos a la vez. O sea, una cacofonía insoportable. Esto nos deja claro que la idea de esta recopilación fue publicar material grabado y archivado, independientemente de su calidad y, sobre todo, de su utilidad. Así que mejor olvidarla y que caiga en el olvido, sobre todo porque las actuaciones en la BBC del principio se pueden encontrar por separado.

2024

CUCKOOLAND

Año de publicación: 2003

Puntuación:

1) Just A Bit; 2) Old Europe; 3) Tom Hay's Fox; 4) Forest; 5) Beware; 6) Cuckoo Madame;

7) Raining In My Heart; 8) Lullaby For Hamza/Silence; 9) Trickle Down; 10) Insensatez;

11) Mister E; 12) Lullaloop; 13) Life Is Sheep; 14) Foreign Accents; 15) Brian The Fox;

16) La Ahada Yalam (No-One Knows).

Robert_Wyatt-Cuckooland.jpg

2024

Quién podría haber previsto en su momento que uno de los mejores álbumes de 2003 (aclamado por la crítica, por supuesto, que las ventas van por otro lado) iba a ser el de un músico vanguardista y muy veterano como era Robert Wyatt. Cuando menos se esperaba, consiguió su álbum más consistente donde consigue sacar provecho de todo su bagaje. Para el conocedor de su obra no hay apenas sorpresas y no se puede hablar de una evolución, pero sí se observa que ha sabido elegir entre lo que mejor se le daba y con ello proseguir en diversas direcciones donde él podía destacar. Y lo logra con éxito. Composiciones propias (lo cual incluye a Alfreda Benge), algunas versiones, como novedad, hasta tres de las canciones llevan la firma de Karen Mantler, quien aparte participa con la voz, teclado y algún instrumento más. Karen es la hija de Carla Bley, aquella que compuso un álbum titulado Fictitious Sports que se publicó bajo el nombre de Nick Mason (ese batería de Pink Floyd que en los ochenta ya no sabía tocar su instrumento) en letras bien grandes, como si él fuera el creador, y donde cantaba Robert Wyatt.

​

Comienza el álbum con el jazz crepuscular y envolvente de ‘Just A Bit’, cuya percusión deja que desear aunque sea un detalle menor, pues el liderazgo lo toma el saxofón. A continuación ese jazz crepuscular se torna definitivamente nocturno en ‘Old Europe’, canción que le sirve para hacer un homenaje al romance entre Miles Davies y Juliette Greco cuando estaban en París. A lo largo del álbum aparecerán muchas canciones envolventes que buscan la atmósfera en vez de la melodía, pero que aciertan en esa manera de crear una ambientación única que afecta al ánimo. Tal es el caso de buenos ejemplos como ‘Brian The Fox’, ‘Cuckoo Madame’ o ‘Lullaloop’, en esta última con la colaboración especial de Paul Weller en la guitarra. En ‘Forest’ aparece como invitado estelar David Gilmour tocando la guitarra, pero lo más curioso es que esta canción podría pasar por ser de Pink Floyd (pero los Pink Floyd de los primeros años post-Barrett) excepto por la guitarra, donde no se aprecia la personalidad de Gilmour al menos hasta la segunda mitad. El tema dura ocho minutos, pero se va enriqueciendo paulatinamente y el empleo de las voces y coros nos muestra una obra de artesanía de Robert.

​

Para cualquier persona (como quien suscribe estas palabras) no informada ni enterada de la evolución del jazz, sus tendencias y experimentaciones, una canción como ‘Beware’ queda como una pieza audaz, enérgica y deslumbrante, aun poseyendo un tono tétrico, donde el armazón musical envuelve por completo mientras los instrumentos subyugan individualmente. No son necesarias estridencias ni gritos, es una experiencia musical diferente y atrayente que asciende y asciende hasta que acaba sucumbiendo de manera rápida. Puede compararse, por ejemplo, con ‘Lullaby For Hamza/Silence’ para discernir la grandeza de ‘Beware’, pues en la primera el apartado vocal es poco original y a cambio podemos disfrutar de un deslumbrante acordeón. Lo de ‘Silence’ del título es porque, efectivamente, el último medio minuto es de silencio absoluto. Se ve que Wyatt quería hacer “la de John Cage”. En el caso de ‘Trickle Down’, es el único donde sí podemos decir que habría salido ganando de haberla recortado algunos minutos y como curiosidad cuenta con la participación de Phil Manzanera en la voz. No hemos dicho que ‘Beware’ es una de las tres composiciones de Karen Mantler, cuyas otras dos aportaciones desafortunadamente no llegan al mismo nivel. En ‘Life Is Sheep’ acaba resultando repetitivo el empleo de sintetizadores y el juego de percusión no convence, mientras que ‘Mister E’ es demasiado letárgica.

 

La construcción de ‘Tom Hay's Fox’ es interesante aunque no evolucione hasta un clímax, que hubiera sido lo suyo, pues al final se queda en unas palabras recitadas y poco más. En las notas del libreto podemos leer que Brian Eno participa interpretando “the last note”, un toque de humor típico de Wyatt. Aunque nos podemos imaginar perfectamente a Eno tocando una sola nota porque algunas de sus composiciones más tediosas (que las tiene y muchas) no tienen una nota porque se alargan hasta la extenuación. Respecto a las versiones elegidas, ‘Raining In My Heart’ está interpretada en modo instrumental con piano solo para una canción originalmente grabada por Buddy Holly y que fue escrita por la pareja de compositores Felice y Boudleaux Bryant, aquellos que abastecieron a los Everly Brothers con algunos de sus éxitos más conocidos. En el libreto, Robert les rinde homenaje escribiendo que fueron la pareja perfecta. Mira hacia Brasil para interpretar con gusto la canción de Jobim y de Moraes ‘Insensatez’, sin que pierda su estilo de bossa nova. También como instrumental interpretan una versión de la oriental ‘La Ahada Yalam (No-One Knows)’, pero no como la típica pieza étnica, sino con una exquisitez y delicadeza como si fuera una pieza de música clásica, lo cual les permite extraer toda la emoción posible.

 

La magia de Robert Wyatt, que es lo que siempre busca uno en un artista singular como él, es aquello que aparece en ese mantra titulado ‘Foreign Accents’, donde seduce con una simplicidad asombrosa, repitiendo melodías que enganchan sin remisión y engrandeciendo progresivamente el acompañamiento instrumental. En este álbum no se puede pedir más a un músico que es todo un ejemplo de superación y que aquí alcanza su cumbre artística. Es una gran alegría que Cuckooland se llevara tantas menciones y buenas reseñas, Robert Wyatt se lo merece.

bottom of page