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R.E.M.

MURMUR

Año de publicación: 1983

1) Radio Free Europe; 2) Pilgrimage; 3) Laughing; 4) Talk About The Passion;

5) Moral Kiosk; 6) Perfect Circle; 7) Catapult; 8) Sitting Still; 9) 9-9;

10) Shaking Through; 11) We Walk; 12) West Of The Fields.

Puntuación:

Puntuación:

Puntuación:

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El verdadero debut de este cuarteto de Athens (Georgia) no fue este disco, sino un EP titulado Chronic Town que años después formará parte del recopilatorio Dead Letter Office, por lo que ya lo veremos más adelante. El sonido de la banda se conformó a partir de una sección rítmica cohesionada, la resonante guitarra de Peter Buck (reminiscente del sonido de The Byrds) y la peculiar forma de cantar de Michael Stipe, que resulta indescifrable. Para quien esté intentando sacarse el título de C2 de inglés, se desaconseja escuchar este disco para que no le deje la motivación por los suelos. Quizá el título de Murmur esté referido a esa forma de cantar como si fuera un murmullo, como si a Stipe le diera vergüenza que la gente entienda lo que está expresando desde su interior. Tampoco es que palabras como momentum, dreams of Elysian o Martyred misconstrued estén en el vocabulario conocido de cualquier persona. No obstante, todo ello no le resta ningún mérito a la música, sino que la dota de un toque más personal. Pero aun así, resulta desconcertante por momentos porque es difícil entender algo de la letra.

 

De aquel citado primer EP regrabaron ‘Radio Free Europe’, canción que ya apuntaba maneras pero todavía no alcanzaba el nivel de grandeza que sí consiguen en muchos momentos de este álbum. Muy pronto llega para corroborarlo ‘Pilgrimage’, la cual no llama apenas la atención en su comienzo demasiado pausado pero, cuando llega su elaborado y glorioso estribillo, cambian las tornas al completo. Es una prueba idónea para verificar que, desde bien pronto, tenían un dominio de las armonías vocales nada usual para un grupo indie ni para las modas musicales del momento. Como veremos, en la mayoría de casos es el estribillo el que marca la diferencia cualitativa en las canciones. En ese sentido, hay algunas menos inspiradas como ‘Catapult’, que a cambio se redime en otros momentos como en los delicados “Oooh, we were little boys”. En ‘Moral Kiosk’ tampoco tienen suerte porque el estribillo presenta otro juego de voces que, en esta ocasión, no produce el efecto catártico deseado. En cualquier caso, son objeciones menores ante el disco más rayano a la perfección que hayan grabado R.E.M., ya que cuando el estribillo no es tan acertado, siempre hay un ritmo dinámico y pegadizo para llevar cada tema por una senda interesante. Otro ejemplo sería el memorable puente (“In my mind”) de ‘Shaking Through’.

 

Muy devota de los primeros Police, ‘Laughing’ engancha desde el inicio por su animado ritmo y nos regala la sorpresa de encontrar un memorable primer estribillo. Es decir, si se entiende que el primer estribillo es cuando canta “Lighted in a room, lanky room”, que ya presenta una agradable melodía, ya que el remate es mucho menos vistoso  (“Lighted, lighted, laughing”). También sigue ese estilo de The Police la novena canción, graciosamente titulada ‘9-9’. Históricamente, las baladas han sido el punto débil de R.E.M. en el sentido de que han solido moverse en esa línea peligrosa que separa lo sensiblero y empalagoso de lo que es realmente emotivo, convincente y original. El problema es cuando desde esa línea se han caído en el lado equivocado. Afortunadamente, aquí se van por el camino correcto y ‘Perfect Circle’ es una bonita y relajada balada que sirve de descanso entre tanto ritmo rápido y refleja nuevos matices de la voz de Stipe.

 

Para el final dejan uno de los temas más enérgicos. No es que vayamos a encontrar precisamente en ‘West Of The Fields’ restos de punk ni algo parecido, pero el incisivo ritmo permite que la deliciosa melodía vocal transcurra de manera fluida hasta la llegada de otro fenomenal estribillo donde los “long gone, long gone, long gone” poseen una fortaleza evidente. Hasta en momentos que parecen más distendidos y que aparentemente no tienen nada en especial acaban aflorando muestras de evidente talento. Eso ocurre en ‘We Walk’, marcada por una amena parte de guitarra sin aparentemente más pretensiones que hacer pasar un rato agradable. Pero de imprevisto llega un memorable puente donde esa melodía de guitarra realiza una variación en su desarrollo cíclico y se transforma en pura gloria. Dado su carácter sencillo y todo lo que consiguen con ello, puede tomarse como el ‘Love Me Do’ de R.E.M.

 

Gran debut, pues, de esta banda que prometía mucho dentro de la escena independiente y que desarrollaría a partir de ahora una extensa carrera repleta de altibajos pero con una envidiable cantidad de inolvidables canciones. El sonido característico quedaba definido y los primeros años se dedicarían a desarrollarlo para extraer todo el potencial posible, si bien el alcance quedaba algo limitado.

RECKONING

Año de publicación: 1984

Puntuación:

1) Harborcoat; 2) 7 Chinese Bros.; 3) So. Central Rain (I'm Sorry); 4) Pretty Persuasion;

5) Time After Time (Annelise); 6) Second Guessing; 7) Letter Never Sent; 8) Camera;

9) (Don't Go Back To) Rockville; 10) Little America;

[BONUS TRACKS:] 11) Wind Out (With Friends); 12) Pretty Persuasion;

13) White Tornado (live in the studio); 14) Tighten Up; 15) Moon River.

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En su segundo álbum, los R.E.M. se sienten confiados y mantienen los parámetros establecidos en el debut, ampliando el sonido a nuevas influencias ajenas al pop como el country o el punk. De todas maneras, la impresión que puedan dejar está directamente relacionada con la inspiración que tengan en el momento de componer y ejecutar, ya que el resultado es tan variable que al final nos queda una sensación agridulce de que se podía haber conseguido más. En cualquier caso, esto será una constante a lo largo de los próximos años.

 

Gracias a su pegadizo ritmo y las diversas melodías y armonías que van apareciendo durante las estrofas, ‘Harborcoat’ podría haber sido uno de los mejores temas de la banda, pero por desgracia lo complementan con un estribillo nada inspirado que suena a más de lo mismo que ya habíamos escuchado con mejor resultado en Murmur. A ese estatus de brillante composición sí que llega ‘So. Central Rain (I'm Sorry)’, que no solo engancha desde su melódico riff inicial, sino que luego presenta una memorable parte vocal que converge en esos "I'm sorry, I'm sorry" tan expresivos. Los aullidos de Stipe en la coda son también desgarradores. ‘Pretty Persuasion’ llama menos la atención en las estrofas principales, pero tanto el puente como el estribillo recogen toda la energía que eran capaces de concentrar en estos inicios, si bien en la versión alternativa de los bonus tracks no consiguen el mismo efecto. En cambio, el inicio de ‘Letter Never Sent’ es rompedor con su impecable melodía de guitarra y la entrada vocal, por lo que solamente hay que dejarse llevar por la cadencia propuesta y disfrutar de su cuidada parte vocal. Bueno, no tan cuidada en esa parte sobre los dos minutos en los que Stipe comienza a tartamudear, que está a punto de destrozar esta canción, pero luego llega el emotivo estribillo para arreglar el estropicio.

 

‘Time After Time (Annelise)’ representa el experimento fallido de incluir motivos orientales en una estructura novedosa, demasiado repetitivo y tedioso que parece que dure el doble. En la balada de medio tempo ‘7 Chinese Bros.’ Stipe sí que consigue transmitir emoción con su voz, acompañado de una sutil guitarra de Buck. Muy diferente es ‘Second Guessing’, ya que suena como si The Clash en su primera época hubieran tocado con la guitarra de doce cuerdas y en el caso de los primeros R.E.M. siempre es bienvenido cualquier tema que aporte una dosis extra de energía.

 

La recta final del disco es mucho más discreta y los bonus tracks bastante flojos, motivo por el cual la sensación que deja este álbum es mejorable. En primer lugar, ‘Camera’ es bastante aburrida y hemos de esperar casi a los tres minutos a que llegue una memorable melodía de guitarra que luego se disipa y no vuelve a aparecer más. El pop inocente de ‘(Don't Go Back To) Rockville’ encaja a la perfección en lo que se viene a denominar como tema de relleno, mientras que a ‘Little America’ solo la salva su dinámico ritmo, porque por lo demás es probablemente lo peor de este álbum. Eso sí, por muy buen cantante que sea Stipe, resulta bochornoso escucharle hacer de Audrey Hepburn en ‘Moon River’. Eso no. E igualmente bochornoso resulta su intento de cantar como Johnny Rotten en ‘Wind Out (With Friends)’. Esas influencias punk se notan también en la afilada interpretación de la olvidable tonada surfera de ‘White Tornado’. En cambio, en la extraña versión de ‘Tighten Up’ parece que estén utilizando una base rapera, con las connotaciones de irrelevancia que ello conlleva.

 

Acaba así este análisis de lo que es un disco normal y corriente de R.E.M. en los años ochenta, es decir, que no será precisamente el último en el que encontremos tal mezcla de memorables temas con otros de relleno que se olvidan rápidamente o que más vale olvidar. Las bases de su música habían quedado establecidas desde el principio, aunque desespera un poco constatar cómo demuestran talento en algunos temas mientras que en otros brilla por su ausencia. Tampoco es que sin talento no se pueda conseguir nada, puesto que si a R.E.M. le quitamos el talento nos quedarían los 10000 Maniacs, una banda de los ochenta totalmente irrelevante que dejó un puñado de canciones interesantes, sobre todo para quienes gusten de la música de Stipe y compañía de la primera etapa.

FABLES OF THE RECONSTRUCTION

Año de publicación: 1985

Puntuación:

1) Feeling Gravitys Pull; 2) Maps And Legends; 3) Driver 8; 4) Life And How To Live It;

5) Old Man Kensey; 6) Can't Get There From Here; 7) Green Grow The Rushes;

8) Kohoutek; 9) Auctioneer (Another Engine); 10) Good Advices; 11) Wendell Gee;

[BONUS TRACKS:] 12) Crazy; 13) Burning Hell; 14) Bandwagon;

15) Maps And Legends (live); 16) Driver 8 (live).

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Nuevo año y nuevo disco. El éxito de R.E.M. se iba consolidando y expandiendo a pasos cortos pero firmes, aunque al mismo tiempo comenzaba a detectarse una falta de inspiración que no era alarmante pero que debía hacerles recapacitar sobre el nivel que deseaban conseguir en sus álbumes. Para esta ocasión se juntaron con el mítico productor Joe Boyd (anteriormente de Nick Drake, Fairport Convention, etc.), pero no acompañaron tal colaboración con composiciones que pudieran permitir el lucimiento de Boyd, sino que su aportación queda en el olvido porque no se pueden extraer muchas conclusiones del resultado. Por ejemplo, las expectativas que crea el inquietante inicio de ‘Feeling Gravitys Pull’, quizá un logro del productor en parte, no se ven compensadas en un desarrollo que deja la sensación de que no acaba de arrancar, aunque aparece un sorpresivo puente hacia la mitad (y luego repetido en la recta final) muy dulce y melódico que queda como un oasis en medio de la indiferencia del resto.

 

La grandeza melódica de R.E.M. aparece en todo su esplendor en ‘Maps And Legends’, deslumbrante desde el inicio hasta el final, recuperando esa maestría para alcanzar perfectas uniones entre estrofas y estribillos, adornadas con memorables armonías vocales. No decae esa grandeza en la siguiente canción, ‘Driver 8’, de ritmo más rápido y mayor energía. El problema llega en todo lo demás que encontraremos a continuación, de una mediocridad insultante en base a lo que se debe esperar de este grupo. Sean temas más rápidos (‘Life And How To Live It’) o de ritmo más lento (‘Old Man Kensey’, las plomizas ‘Good Advices’ y ‘Wendell Gee’), melodías originales no encontraremos ninguna, asumiendo que haya en realidad alguna. Incluso una canción con una interesante parte de guitarra como ‘Green Grow The Rushes’ queda desperdiciada por un insulso acompañamiento vocal.

 

Tanto problema tendrían para componer que ‘Kohoutek’ es directamente una reescritura mucho menor de ‘Maps And Legends’. Y ‘Auctioneer (Another Engine)’ es todo un despropósito donde emplean un molesto ritmo marcial para acompañar una composición errática en todos los sentidos, aunque posee un agradable inicio de guitarra que parece inspirado en aquel éxito de principios de los ochenta de Martha and The Muffins titulado ‘Echo Beach’, pero ni se pueden comparar ambas canciones.

 

Afortunadamente, tras tanta mediocridad en los bonus tracks obtenemos una mínima recompensa con algunas de las varias caras B de single incluidas. Aparte de interpretaciones en directo de ‘Driver 8’ y ‘Maps And Legends’, que no pueden fallar aunque no aporten nada salvo que la segunda está en versión acústica, podemos disfrutar de la ultrapegadiza ‘Crazy’, versión de un grupo también de Athens llamado Pylon, cuyo estribillo “'Cause your head's shaking 'cause your arms are shaking” es de los que se incrustan en el cerebro y además nos deja otra memorable parte de guitarra estilo jangle. En cambio, ‘Bandwagon’ es una canción de relleno sin más, mientras que ‘Burning Hell’ es muy floja debido a un estribillo bastante penoso.

 

En cualquier caso, por mucha alabanza que reciba esta primera época de la banda, lo cierto es que Fables Of The Reconstruction es una decepción evidente. Si le quitáramos los excepcionales temas indicados anteriormente, el resto no aguantaría una escucha seguida desde el inicio hasta el final. Además, parece que estén repitiendo una fórmula la mayor parte del tiempo, como si tuvieran puesto el piloto automático mientras no les llega la musa de la inspiración en forma de ‘Driver 8’ o ‘Maps And Legends’, hasta que la musa se marcha y vuelven a la misma mediocridad. Pero bueno, forma parte de la trayectoria y el aprendizaje de estos chicos.

LIFES RICH PAGEANT

Año de publicación: 1986

Puntuación:

1) Begin The Begin; 2) These Days; 3) Fall On Me; 4) Cuyahoga; 5) Hyena;

6) Underneath The Bunker; 7) The Flowers Of Guatemala; 8) I Believe;

9) What If We Give It Away; 10) Just A Touch; 11) Swan Swan H; 12) Superman.

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Llegamos al considerado habitualmente como el mejor disco de REM de los ochenta, incluso por encima de Murmur. Resulta difícil entender el porqué cuando se asiste a una nueva falta de inspiración que les obliga a meter canciones de relleno, pues no otra impresión deja una parte del contenido de este álbum que queda bastante lejos del sensacional nivel de su debut. En la producción han cambiado al bueno de Joe Boyd y tampoco es que dicho cambio afecte al sonido de la banda, salvo una mayor fiereza general que afecta a la pérdida de sutileza. El problema es que tendrían mucha facilidad para componer canciones pero no tanta para sonar originales respecto a lo que ya se conocía de ellos.

 

Para empezar, ‘Begin The Begin’ mantiene la tradición involuntaria de iniciar un álbum con un tema que alberga expectativas por su ritmo incisivo e inquietante, pero que luego se difumina a través de un desarrollo más convencional. Y aparte de eso, ¿dónde están las melodías? Mucha ambientación pero poca sustancia. ‘These Days’ puede pasar por el prototipo tosco y sin pulir de la futura ‘It's The End Of The World As We Know It’, ya que posee similares ingredientes, aunque la parte vocal no es tan alocada y es más inteligible. Para encontrar a los REM más lunáticos hemos de dirigirnos a la frenética ‘Just A Touch’.

 

Las gloriosas armonías vocales marca de la casa, que ahora parecían aborrecer por lo visto en este álbum, sirven para ensalzar a cotas excelsas la emotiva ‘Fall On Me’. Una lástima que sea un caso aislado. La acústica ‘Swan Swan H’ sienta un precedente en su carrera porque ese estilo lo repetirán en más ocasiones y en algunos casos con resultados excepcionales. Aquí no llegan a tal nivel de excelencia, pero se acercan bastante con este emotivo tema. Por otro lado, lo único que evita que la balada de medio tempo ‘Cuyahoga’ logre ser uno de sus mejores temas es lo forzado que resulta el estribillo en el que repiten el título. El sorprendente banjo que introduce ‘I Believe’ da paso a un desarrollo de acelerado pop de guitarras que podría pasar por un tema de los Smiths, aunque hacer una aseveración de este tipo es arriesgada por la contraposición en la que se suele colocar a ambas bandas como equivalentes a cada lado del Atlántico. Para evitar suspicacias, introducen hacia la mitad un acordeón y así las semejanzas se notan menos.

 

No podía faltar material de relleno en un disco de REM, que aquí básicamente se concentra en la sección central del álbum. El ritmo rápido de ‘Hyena’ no es precisamente un punto a su favor porque no la vuelve más entretenida por ello. En cambio, el cuasi-instrumental ‘Underneath The Bunker’ es un absurdo pasodoble que debe tomarse como una broma para no abominar de él, mientras que ‘Flowers Of Guatemala’ es la típica balada de medio tempo de las que podían componer y grabar en poco tiempo y con menos esfuerzo. La versión del antiguo y desconocido tema ‘Superman’ suena bastante pegadiza y a pop radiante de los sesenta. Si no fuera por algunas armonías vocales, no parecería que estemos escuchando a REM, esto es, a lo que era REM hasta ese momento.

 

En resumen, no estamos sino ante otro irregular álbum de este grupo, como si no fueran conscientes de cuáles son sus fortalezas y sus debilidades para poder incidir en las primeras y evitar las segundas. Solo quienes estén verdaderamente enamorad@s del sonido de esta banda podrán disfrutar este disco, pero sin duda los hay mejores en su discografía.

1) Crazy; 2) There She Goes Again; 3) Burning Down; 4) Voice Of Harold; 5) Burning Hell;

6) White Tornado; 7) Toys In The Attic; 8) Windout; 9) Ages Of You; 10) Pale Blue Eyes;

11) Rotary Ten; 12) Bandwagon; 13) Femme Fatale; 14) Walters Theme;

15) King Of The Road; 16) Wolves, Lower; 17) Gardening At Night;

18) Carnival Of Sorts (Box Cars); 19) 1,000,000; 20) Stumble;

21) Gardening At Night (acoustic version); 22) All The Right Friends.

Puntuación:

Año de publicación: 1987

DEAD LETTER OFFICE

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Este álbum recopilatorio recogía originalmente las caras B de los singles publicados hasta ese momento. Posteriormente se le añadió el verdadero debut de la banda (el EP Chronic Town), así como un par de rarezas más al final que podrían haberse obviado. Como algunas canciones ya las habíamos visto como bonus tracks en discos anteriores, se han tachado en color gris. ¿Y cómo funciona el grupo en las caras B? ciertamente, son un elemento muy clarificador de la capacidad real que se posee, ya que brillar hasta en las caras B está al alcance de muy pocos. Y REM no están entre los elegidos, por lo que podemos ver.

 

Los temas que formaban parte de Chronic Town son exactamente los que van desde ‘Wolves, Lower’ hasta ‘Stumble’, ambos incluidos, y es básicamente lo único que vale la pena escuchar de este álbum, aunque ‘Stumble’ es bastante floja. Obviamente, en ese debut no podían llegar todavía a la excelencia. ‘Wolves, Lower’ y ‘1,000,000’ son también canciones de relleno que al menos demuestran gusto por la guitarra como vehículo conductor, más si cabe que la voz de Stipe. En ‘Gardening At Night’ ya sale a relucir la vertiente más lírica y melódica de la banda, mientras que ‘Carnival Of Sorts (Box Cars)’ posee un potencial rebajado por una deficiente producción. Hasta que no se incluyó en uno de sus álbumes en directo, ya en el siglo XXI, no se pudo degustar su poderoso ritmo, su memorable parte vocal y una adecuada conjunción de las armonías en el estribillo. Pero bueno, aquí queda como muestra del potencial oculto que hacía albergar esperanzas en lo que podía convertirse REM y que en Murmur se confirmó. Por desgracia, si descontamos el citado EP, la única canción que recupera un poco de la grandeza de sus mejores logros es ‘Ages Of You’, la cual suena como si hubiera sido un descarte de Murmur aunque en realidad se trate de la cara B de ‘Wendell Gee’ de Fables Of The Reconstruction. Bueno, ‘Crazy’ es una pasada de canción aunque sea una versión, pero ya la conocíamos con anterioridad.

 

Como prueba de la insignificancia de la mayoría de estas canciones, es la cantidad de versiones que podemos encontrar. Hasta tres pertenecen a la Velvet Underground (‘There She Goes Again’, ‘Pale Blue Eyes’ y ‘Femme Fatale’), donde ninguna de ellas hace honor a la original y son muy flojas. Bueno, ‘Pale Blue Eyes’ queda hasta pasable por la introducción de percusión para animar ligeramente el ritmo, una novedad respecto a la original. Pero tampoco justifica haber realizado la versión, como tampoco la de ‘Toys In The Attic’ de Aerosmith. Y bueno, solo los más fanáticos de REM podrán disfrutar de la penosa versión de ‘King Of The Road’, que quiere sonar a parodia pero únicamente suena a batacazo. Por lo demás, es más que previsible encontrar temas instrumentales bienintencionados que tampoco llegan a desarrollarse para alcanzar algo realmente destacable (‘White Tornado’, ‘Rotary Ten’, ‘Walters Theme’), o canciones de power-pop con la guitarra jangle como vehículo conductor que fallan por añadirle un estribillo demasiado simplón, tal cual es el caso de ‘Burning Down’. Por otro lado, ‘Voice Of Harold’ no es más que una regrabación con diferente letra y todavía más floja de ‘7 Chinese Bros.’ de Reckoning.

​

Al final, la sensación que deja este álbum es el de una recopilación de deshechos a la que se ha añadido a última hora el Chronic Town para proporcionarle un mínimo de interés. No, REM no era precisamente una banda perfecta ni tocada por los dioses de la creatividad. En cualquier caso, todavía les quedaba mucho recorrido por delante y estos años, digamos, formativos habían sido bastante productivos si nos atenemos a la importante cantidad de grandiosos temas que habían dejado por el camino. Una cantidad que se iría agrandando considerablemente en los próximos años.

DOCUMENT

Año de publicación: 1987

Puntuación:

1) Finest Worksong; 2) Welcome To The Occupation; 3) Exhuming Mccarthy;

4) Disturbance At The Heron House; 5) Strange;

6) It's The End Of The World As We Know It (And I Feel Fine); 7) The One I Love;

8) Fireplace; 9) Lightnin' Hopkins; 10) King Of Birds; 11) Oddfellows Local 151.

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Para este nuevo álbum contaron por primera vez con el que sería el productor de sus álbumes más exitosos, Scott Litt. De momento no encontramos grandes diferencias respecto a lo que habían hecho hasta ahora y solo la introducción de algunos instrumentos nuevos puede tomarse como novedad, si bien en algunos temas se nota también la producción en prominentes secciones rítmicas.

 

No obstante, son dos canciones punteras en la historia de REM las que diferencian ostensiblemente este álbum. La velocidad con la que canta Michael Stipe ‘It's The End Of The World As We Know It’ deja atrás a buena parte de los raperos, pero aparte de lo pegadizo de su ritmo lo mejor es su memorable estribillo que, cuando se añaden las armonías vocales, es verdadera gloria musical. La letra es indescifrable quizá hasta para su autor, pero toda esa verborrea sirve para transmitir ese fútil frenesí de la vida cotidiana que quedaría en evidencia si efectivamente se acabara el mundo tal como lo conocemos. Por el contrario, más épica en su sencillez no puede ser ‘The One I Love’, repitiendo la misma estructura hasta tres veces sin que ello signifique que decaiga un ápice toda la emoción de la canción. Eso sí, ‘Welcome To The Occupation’ nos ha servido previamente de preparación, ya que presenta un sonido similar aunque en este caso se han olvidado de añadir un estribillo.

 

El problema principal de este álbum es que contiene mucho relleno en forma de composiciones agradables pero sin rastro de originalidad ni de haber dedicado el tiempo suficiente para obtener algo medianamente relevante, es decir, canciones bien llevadas rítmicamente pero con un estribillo vulgar o carente de melodías (‘Disturbance At The Heron House’, ‘Oddfellows Local 151’). El típico comienzo mediante un riff de guitarra demasiado simplón define su versión de ‘Strange’ de Wire, de lo más flojo del disco. Y aunque sea un intento de velada crítica política, ‘Exhuming Mccarthy’ se olvida muy rápidamente.

 

El amenazante ritmo de percusión marcial de ‘Finest Worksong’, junto a una guitarra más afilada de lo normal, crean unas buenas sensaciones que no acaban de rematarse de la forma gloriosa que esperaríamos. Más floja resulta su reescritura en formato acústico bajo el título de ‘King Of Birds’, donde además Stipe sorprendentemente patina al alargar esos “awaaaaaay!” en el final de estribillo, como si no tuviera experiencia suficiente para saber hasta dónde puede llegar su voz. Encontramos un homenaje al gran bluesman Lightnin' Hopkins que no se parece en nada a lo que este hizo en vida, sino que entramos en una pieza de afilado rock y marcado ritmo, con un Stipe que canta como si fuera un cantante de punk. Por otro lado, en ‘Fireplace’ introducen un maníaco saxofón que es lo más interesante de una canción que no acaba de convencer en su estribillo.

 

Una vez finalizado el álbum, es más que evidente que su fama es debida a que contiene dos de las mejores canciones salidas de la pluma de estos chicos, pero de ninguna manera puede considerarse uno de sus mejores discos. Demasiado relleno y pocas ideas bastante dispersas obligan a situarlo en un lugar de mediocridad para un grupo que tenía capacidad para conseguir un mayor número de composiciones de altura. Al menos había servido para elevar su conciencia social y política, lo cual sería de gran utilidad para la humanidad una vez consiguieran su arrollador éxito mundial, el cual llegaría en los noventa.

GREEN

Año de publicación: 1988

Puntuación:

1) Pop Song 89; 2) Get Up; 3) You Are The Everything; 4) Stand; 5) World Leader Pretend;

6) The Wrong Child; 7) Orange Crush; 8) Turn You Inside-Out; 9) Hairshirt;

10) I Remember California; 11) Untitled.

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Llegó el fichaje por una gran discográfica, la Warner, y los recursos al alcance del grupo se multiplicaban. Análogamente, cuando uno ficha por una multinacional, se presume que no va a dedicarse a hacer experimentos raros (salvo que seas Neil Young y te dé igual lo que opine Geffen) sino a ofrecer un producto que produzca unos beneficios acordes a lo que se ha pagado por ti. REM nació como un grupo del mundo indie, pero su música había evolucionado y las ventajas que suponía fichar por una gran discográfica eran evidentes, no solo en lo económico. Y puede decirse que ofrecen más o menos lo que cabía esperar de ellos, pero con suficientes novedades para intuir la evolución que estaban experimentando.

 

Canciones como ‘Get Up’ denotan la búsqueda de un sonido más estándar, acogedor y con detalles que puedan quedarse en el subconsciente. Es decir, un sonido más comercial que nunca pero sin rebajarse a niveles vulgares ni perder la personalidad, así que tampoco cabía preocuparse, ya que la inspiración a la hora de componer es evidente que existía. La canción más famosa de este disco es ‘Stand’, la cual resume la transformación de REM en un conjunto de pop. Su enfoque melódico apoyado en un acompañamiento instrumental sencillo, junto a un estribillo de los que invitan a cantar, la convertían en el single en potencia a publicar, lo cual ocurriría en segundo lugar, ya que el single de presentación fue ‘Orange Crush’. Sin embargo, la mejor canción y también la más importante para el grupo (o eso sugiere que sea la única cuya letra puede leerse en el libreto) es la descomunal ‘World Leader Pretend’, toda una llamada a la concienciación sobre quiénes mueven en realidad el destino geopolítico del mundo para satisfacer su afán económico. Las armonías vocales de Mills y el puente donde resurge la pedal steel guitar son pura exquisitez para engrandecer un tema que demuestra la capacidad del grupo para expresar apropiadamente toda la sensibilidad que aflora en sus mejores composiciones.

 

Las piezas acústicas, que serán un recurso muy utilizado en el futuro próximo, tienen aquí su origen con diversos ejemplos que muestran el interés del grupo por explorar esa nueva vía. ‘Hairshirt’ es bastante discreta, pero ‘You Are The Everything’ precede futuras canciones de corte similar, aunando una parte vocal con mucho gancho con la dinámica mandolina de Buck. En cambio, ‘The Wrong Child’ adolece de falta de melodías distinguibles (o incluso de melodías indistinguibles) y eso es un obstáculo bastante obvio. De manera análoga, podría tomarse ‘Turn You Inside-Out’ como un precedente del endurecimiento del sonido que llegaría a consolidarse en Monster, desarrollando aquí un entramado instrumental denso y de energía contenida.

 

El fulgurante comienzo de ‘Orange Crush’ mediante un poderoso riff de guitarra se acaba diluyendo un poco porque el desarrollo es más convencional y el estribillo mediante armonías vocales no acaba de dejar satisfecho del todo. El riff de ‘I Remember California’ es de tono más tétrico, tal como es la canción completa, y por tanto aporta diversidad al disco. En principio es la última, pero encontraremos un undécimo corte oculto que comienza con una percusión al estilo de los primeros Talking Heads y que se desenvuelve como una agradable pieza de pop coral donde los coros van haciendo el contrapunto a Stipe en esa manera tan típica ya en REM, finiquitando cada estrofa en una especie de estribillo instrumental en forma de una sencilla y pegadiza melodía tocada con el teclado. Por otro lado, ‘Pop Song 89’ puede tomarse como la reescritura en clave de indie-pop de ‘Hello, I Love You’ de The Doors.

 

Así pues, la maduración del sonido que habíamos visto iniciarse en Document queda aquí reflejada a lo largo y ancho del álbum, un álbum que no decepciona pero que no suscita más interés que el de atestiguar las novedades en el sonido de REM. Si comparamos la foto del grupo que aparece en el libreto con la imagen que tendrán una década después, se comprenderá mejor la evolución que comenzaría a partir del éxito mundial de Out Of Time. Pero aquí se planta verdaderamente la semilla de aquello en que se iban a convertir en un futuro muy próximo.

2020

OUT OF TIME

Año de publicación: 1991

Puntuación:

1) Radio Song; 2) Losing My Religion; 3) Low; 4) Near Wild Heaven; 5) Endgame;

6) Shiny Happy People; 7) Belong; 8) Half A World Away; 9) Texarcana;

10) Country Feedback; 11) Me In Honey.

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2020

Llegamos aquí al álbum que llevó a REM al éxito total en todo el mundo, que era lo que estaba deseando la Warner, tanto éxito que en España se podía encontrar gente que pensaba que Out Of Time era el debut de la banda. La culpa la tuvo la popularidad masiva de ‘Losing My Religion’, que desbancó a otras grandes canciones anteriores para quedarse como el himno de REM por antonomasia. En lo musical, puede observarse una mayor madurez en el sonido y quizá la paradoja de una mayor experimentación pero mirando hacia la música tradicional. Bueno, salvo ese vergonzoso escarceo de rap del inicio. Gracias a poder estar en una multinacional discográfica, no escatiman en medios materiales ni humanos para enriquecer el sonido y conseguir una obra musical verdaderamente elaborada.

 

De ‘Losing My Religion’ no podemos descubrir ya nada, pero sí cabe resaltar el contexto en el cual se destapó como imperecedera composición únicamente perjudicada por su sobreexposición mediática. Que tras venir de una década repleta de nauseabundos sintetizadores en las radiofórmulas como fueron los ochenta, una canción de base acústica y con una mandolina como instrumento principal lograra ser número uno a nivel mundial es toda una proeza. Pero si además la composición en sí lo merece por poseer unas memorables melodías instrumentales y vocales, entonces solo nos cabe quitarnos el sombrero ante esta demostración de talento que produjo un nuevo himno para el grupo. Más sencilla en sus elementos pero igualmente memorable resulta ‘Half A World Away’, pues en ella se juntan emotivas melodías y armonías vocales, también en formato acústico pero en este caso sin batería y con un elegante clavecín por medio. El segundo single extraído de este álbum fue ‘Shiny Happy People’, que suena algo infantil y se recuerda más por la participación junto a Stipe como vocalista de Kate Pierson, la teclista y cantante de los B-52's. Esta actuación del dúo de cantantes se vuelve a repetir en ‘Me In Honey’, un mediocre tema de country-pop que deja una mala sensación final.

 

Una de las mayores novedades es que el bajista Mike Mills canta dos de las canciones (pues hasta la fecha solo lo había hecho anteriormente en la versión de ‘Superman’), que además son dos de las mejores de este álbum. Las gloriosas armonías vocales del grupo reaparecen en la emotiva ‘Near Wild Heaven’, de pegadiza parte de guitarra y unas estrofas perfectamente desarrolladas hasta culminar en el celestial estribillo. Nada detrás se queda ‘Texarkana’, esta vez con un ritmo ágil y unos acertados arreglos orquestales que sobre todo embellecen la emocionante coda donde las voces se van alternando para cantar “Catch me if I fall”. El encomiable minimalismo de ‘Low’, donde Mills vuelve a ser protagonista al asumir la responsabilidad del ritmo con su bajo, nos transporta de manera suave hacia un clímax vocal que llega a partir de los tres minutos, aunque no acaba de convencer Stipe en esta ocasión. Como tampoco convence cuando intenta hacer algo similar en ‘Country Feedback’, desaprovechando así su atractivo comienzo con el emotivo sonido de la pedal steel guitar.

 

Encontramos igualmente un par de temas cuasi-instrumentales. El primer minuto de ‘Endgame’ se hace emotivo y esperanzador, pero al repetirse la misma estructura pierde su efecto, por mucho que la repetición sea con diferentes arreglos. Mucho peor resulta ‘Belong’, donde todo el tiempo se recitan algunas palabras musitadas y luego llega un forzado “ooohhhh, oooohhhhh” que en las consiguientes escuchas se vuelve insufrible. Sigamos con las torpezas y fijémonos en ese recurso tan socorrido y cutre de algunos grupos y artistas para sonar modernos consistente en introducir en sus composiciones fragmentos cantados de rap, lo cual tiene aquí su ejemplo correspondiente en ‘Radio Song’. Sobra decir que en la música de REM suena ridículo escuchar rap por medio, pero mucho peor todavía resultan todos esos irritantes “hey, hey, hey” que eliminan cualquier posibilidad de redención.

 

En resumen, si nos abstraemos de toda la fama y milagros atribuidos a esta obra, lo que nos queda es un álbum repleto de altibajos cuyo mayor beneficio fue darles la confianza suficiente para seguir evolucionando y no estancarse para hacer una segunda parte de Out Of Time. Tal fue el éxito que consiguieron que no hicieron ninguna gira de conciertos. No les hacía falta económicamente y estaba bien que se tomaran un descanso en ese sentido después de tantos años de arduo trabajo en el escenario. Aparte, pronto iban a demostrar que en realidad no habían perdido ni un minuto de su tiempo y volverían con un todavía más experimental disco.

AUTOMATIC FOR THE PEOPLE

Año de publicación: 1992

Puntuación:

1) Drive; 2) Try Not To Breathe; 3) The Sidewinder Sleeps Tonite; 4) Everybody Hurts;

5) New Orleans Instrumental No. 1; 6) Sweetness Follows; 7) Monty Got A Raw Deal;

8) Ignoreland; 9) Star Me Kitten; 10) Man On The Moon; 11) Nightswimming;

12) Find The River.

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Sin tiempo para saborear las mieles del éxito de ventas de Out Of Time, o en realidad con tiempo pero dejando clara cuál era su prioridad (el arte frente al dinero), los REM se metieron de nuevo en el estudio de grabación para seguir dándole forma a todas las ideas nuevas que les brotaban sin parar en esos años. Si hasta ahora habían tenido apoyo de la Warner en cuanto a recursos, después de convertirse en una máquina de ganar dinero tenían vía libre para crear lo que se les antojara. Esto les llevará a extralimitarse un poco en Monster, pero aquí todavía están decididos a explorar el lado artístico de la música y el enriquecimiento en los arreglos, dejando varios temas clásicos más para la historia.

 

El comienzo de este álbum es muy impactante gracias a la inquietante estructura y ejecución de ‘Drive’, donde la clave son los arreglos, tanto los orquestales dirigidos por el maestro John Paul Jones (el bajista de Led Zeppelin) como lo correspondiente a los músicos de REM, que ayudan a crear un entramado instrumental imprevisible y repleto de detalles. Jones repite en otras tres canciones, pero sin conseguir la misma brillantez. Una de ellas es la empalagosa ‘Everybody Hurts’, que resultó insufrible en su momento por la sobreexposición a la que fuimos sometidos. En ella Stipe quiere hacer de diva, pero la imagen de Madonna le queda muy lejos y él se conforma con quedarse en Céline Dion, aunque tan solo acaba transmitiendo falsa emoción y el exceso de alargamiento de las sílabas finales acaba cansando muy pronto. Mucho menos pretenciosa es la balada de piano ‘Nightswimming’, dejando por ello una mejor sensación porque Michael Stipe no se excede en su papel. Como también resulta mejor ‘Star Me Kitten’ al contener melodías vocales más originales y sonar la voz más cálida y cercana, o la final ‘Find The River’, que es una manera agradable y afable de acabar el álbum, añadiéndole una emotiva melodía interpretada por el acordeón.

 

La perfección a la que podían llegar en formato acústico está representada por ‘Try Not To Breathe’, de una solemnidad e impecabilidad a la que pocos grupos pueden llegar. Aparte, las melodías vocales y la expresividad de la voz de Michael alcanzan altas cotas emocionales. Como introducción de ‘Monty Got A Raw Deal’ ya podemos escuchar su memorable melodía tocada con la guitarra acústica (o quizá sea la mandolina). La entrada de la sección rítmica sirve para enfatizarla todavía más y luego podemos disfrutar de varias melodías adicionales o el sensacional puente (“You don't owe me anything”). Por otro lado, la también rockera ‘Ignoreland’ queda algo tosca en las estrofas pero gana puntos conforme va llegando al estribillo.

 

Otro de esos temas que desmotivan a cualquier estudiante de idiomas de inglés, y no por el enojoso alarido agudo de Stipe al inicio, es ‘The Sidewinder Sleeps Tonite’. Quien desee cantar el estribillo, que además se precia a ello, quizá deba conformarse con decir “Only Jamaica” o algo por el estilo. La canción en sí tampoco es ninguna novedad, pues es como si hubieran mezclado las estrofas de ‘The One I Love’ con el estribillo de ‘Shiny Happy People’, quedándose más cerca de la segunda. El instrumental ‘New Orleans Instrumental No. 1’ queda algo insulso, como si le hubiera faltado que le añadieran algo más. Es por ello que colocar a continuación una balada acústica tan pausada como ‘Sweetness Follows’ deja una sensación bastante mejorable, aunque su estribillo tiene un cierto gancho dentro de su sencillez.

 

De la gran película de Milos Forman sobre el histriónico cómico Andy Kaufman encontramos aquí el tema principal de la banda sonora, de mismo título que la película: ‘Man On The Moon’. Esta canción le hace honor, tanto porque engancha desde el inicio como por la emoción agridulce que transmite, en consonancia con la vida repleta de marcados contrastes de Andy Kaufman. Aunque para sonoros contrastes está este álbum, donde igual que en Out Of Time pasamos de sensacionales temas a otros mediocres o flojos de manera intermitente. Normalmente resulta vacuo hipotetizar sobre lo que podría haberse obtenido de haber esperado algo de tiempo y haber obtenido un único álbum con lo mejor de otros dos. En este caso no resulta menos vacuo, pero cabe imaginar la impresionante obra que hubiera surgido de haber creado tan solo un álbum entre 1991 y 1992 con lo mejor de estos dos discos. Se hubiera titulado Automatic For The Time (o Out Of People) y hubiera sido uno de los mejores álbumes de la década, aunque Automatic For The People se queda igualmente en el grupo de los destacados. Pero bueno, que todo ello no desmerezca lo que son dos buenos discos de los noventa que demostraban que no hay nada como escuchar instrumentos reales en la música cuando se acierta con ellos.

MONSTER

Año de publicación: 1994

Puntuación:

1) What's The Frequency, Kenneth?; 2) Crush With Eyeliner; 3) King Of Comedy;

4) I Don't Sleep, I Dream; 5) Star 69; 6) Strange Currencies; 7) Tongue;

8) Bang And Blame; 9) I Took Your Name; 10) Let Me In; 11) Circus Envy; 12) You.

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Una nueva demostración de que a REM no les importaba el fenómeno fans ni lo que pensaran terceras personas de su trabajo es este álbum. En Monster debemos olvidarnos casi por completo de sus dos últimos trabajos más famosos e incluso de su carrera anterior porque aquí se coloca la guitarra distorsionada en primer plano y la sección rítmica se vuelve más ostentosa, todo dentro de un endurecimiento global del sonido más rockero del grupo. La influencia del sonido grunge, tan de moda en esos años por el éxito de Nirvana (Kurt Cobain y Michael Stipe trabaron amistad), había puesto el foco de atención en algunos grupos de dudosa valía, y en el caso de REM les llevó a impregnar de distorsión su música. En cualquier caso, pronto comenzaría a ser vilipendiado este disco, pues esta nueva sencillez en los arreglos, que no en las composiciones, quizá pudiera parecer un paso atrás en la evolución del grupo.

 

Es evidente que, para quien no soporte la música grunge ni las estridencias rockeras, este álbum le supondrá un dolor de oídos más que nada. Pero si nos abstraemos de la producción, lo cual tampoco es necesario ni recomendable, es innegable el gancho pop de canciones como la que inicia el disco. El riff de guitarra de ‘What's The Frequency, Kenneth?’ es todo poderío y la interpretación vocal de Michael Stipe es memorable, al nivel de sus canciones pop con más gancho. Aparte, sería impensable imaginarse esta canción en formato acústico y con la mandolina en primer plano. Tanto entusiasmo transmite un comienzo tan trepidante que colocar a continuación ‘Crush With Eyeliner’ hace que las carencias de esta última resalten más, pues sus melodías son más flojas y casi puede decirse que su fuerte reside en los enérgicos arreglos. El vídeo musical fue dirigido por Spike Jonze también con poco acierto, pues se hubiera esperado algo más original por su parte, en vez de grabar a unos japoneses haciéndose pasar por REM. El efecto de eco de la guitarra lo vuelven a emplear una vez más en ‘I Took Your Name’, que había que sacarle provecho al descubrimiento.

 

En cualquier caso, no es que el grupo se encontrara en la cresta de la originalidad fuera de la adopción del nuevo sonido, de ahí que encontremos en el disco algunas trazas de canciones anteriores, en concreto de Automatic For The People. Así, al estilo de ‘Everybody Hurts’ encontramos una actualización mejorada bajo el título de ‘Strange Currencies’, pues aquí Stipe no se excede en la expresividad a transmitir y convence por ello. El comienzo de piano de la canción siguiente, ‘Tongue’, hace recordar también a ‘Nightswimming’, aunque su desarrollo no tiene nada que ver y la voz en falsete no le sale nada bien a Michael, quedando junto a ‘King Of Comedy’ como dos de las peores interpretaciones de su vida como vocalista. Y es que la idea de sonar deliberadamente molestos de ‘King Of Comedy’ puede que fuera una manera de autoafirmar su independencia artística, pero no por ello deja de ser un fiasco del que probablemente se hubiera podido conseguir algo mejor, de haber evitado la horrenda voz cavernosa. Por el contrario, la ambientación apesadumbrada de ‘Bang And Blame’ está muy bien conseguida, aunque puede acabar resultando monótona cuando se ha escuchado varias veces. Del estribillo también hubiéramos esperado más para que esta canción pudiera ser otro tema clásico de la banda. ‘I Don't Sleep, I Dream’ parece que sea una variación de ‘Bang And Blame’ pero con un ritmo ligeramente más lento.

 

Las ágiles ‘Circus Envy’ y ‘Star 69’ no dejan de ser un par de ejemplos más del giro estilístico de Monster, pero sin nada destacable. Sin embargo, la joya oculta de este álbum es la exquisita ‘Let Me In’. La primera impresión que transmite es la de un caos de guitarra distorsionada, que es básicamente lo que escuchamos desde el inicio. Pero un mayor detenimiento nos permite descubrir con sorpresa que ese caótico entramado instrumental esconde en realidad una memorable melodía que sirve de ritmo. Cuando entra la discreta percusión ya toma forma del todo, como también cabe señalar la sencilla pero emotiva melodía de teclado que acaba sonando cuando se llega al clímax de la canción. En cuanto al apartado vocal, es de los que encumbran a Stipe como distinguido vocalista en el mundo del rock. De hecho, según contaba él mismo, la letra está inspirada en el sentimiento de rabia que le produjo el suicidio de su amigo Kurt Cobain.

 

Como este álbum es completamente irregular, alternándose algunos momentos de gloria con otras vulgaridades, para el final nos dejan el intento de sonar solemnes de ‘You’, pero aflora el aburrimiento y el flojo estribillo empeora las cosas. Es quizá una manera de valorar este álbum, pues no es tan importante el cambio estilístico como la falta de suficientes composiciones de gran nivel como para conseguir algo relevante con ello. Puede que fueran tomando nota de las carencias de Monster mientras salían de gira, pues la gestación del siguiente álbum tendrá lugar durante su viaje por medio mundo. En definitiva, no está mal la búsqueda de sonar más rockeros y contemporáneos, pero la esencia de REM no estaba ahí. Afortunadamente, no se les quitarán las ganas de seguir experimentando.

NEW ADVENTURES IN HI-FI

Año de publicación: 1996

Puntuación:

1) How The West Was Won And Where It Got Us; 2) The Wake-Up Bomb;

3) New Test Leper; 4) Undertow; 5) E-Bow The Letter; 6) Leave; 7) Departure;

8) Bittersweet Me; 9) Be Mine; 10) Binky The Doormat; 11) Zither;

12) So Fast, So Numb; 13) Low Desert; 14) Electrolite.

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Tras el vapuleo de crítica y público a Monster, parece que los REM tomaron nota y se dejaron de lado las estridencias, pero afortunadamente para seguir experimentando con su sonido. Este  nuevo álbum se empezó a gestar durante la gira de presentación del anterior y puede decirse que retoma ideas desplegadas en las obras publicadas en los noventa, así como también aporta algunas nuevas. Encontramos una gran cantidad de nuevas composiciones que denotaban el envidiable estado de creatividad en que se encontraban estos cuatro tipos que firmaban por igual todas las canciones. Y esto sí era lo que estaban esperando los seguidores de un grupo que por entonces estaba entre los mejores del mundo del rock.

 

El ritmo de trip hop de ‘How The West Was Won And Where It Got Us’ y la inquietante melodía de piano que escuchamos ya nos avisan de que REM siguen yendo más allá de donde se habían quedado en la última parada. Está cantada también en un tono tétrico y alejado de cualquier intento de sonar comerciales. No obstante, aunque suenen experimentales en la mayoría de canciones de este disco, algunas como ‘Undertow’ tampoco llaman demasiado la atención, porque al fin y al cabo hay que estar inspirado a la hora de componer por mucho que luego se envuelva de experimentación. Aun así, retazos de la rabiosa electricidad de Monster asoman todavía en la discreta ‘The Wake-Up Bomb’ y en la más interesante ‘Departure’, de vistoso estribillo.

 

La emotiva balada vanguardista ‘E-Bow The Letter’ cuenta con la participación estelar de Patti Smith (íntima amiga de Michael Stipe), que con su voz cargada de experiencia emocional ayuda a mantener la ambientación de profunda aflicción que transmite el entramado instrumental y el canto decaído de Michael. En cambio, ‘New Test Leper’ es la balada acústica marca de la casa, al estilo de ‘Half A World Away’ y con un estribillo sencillo pero en el que Stipe consigue emocionar con solo cantar el título. También recoge el estilo típico del grupo, aunque algo más estridente de lo habitual, la amena ‘Bittersweet Me’. Sorprende encontrar un tema de siete minutos en REM, ‘Leave’, pero ahí no acaba la sorpresa porque tras un minuto de introducción acústica e introspectiva entran los instrumentos eléctricos junto a una sirena, como si los REM se hubieran transformado en los EMF (quienes hicieron algo similar en temas como ‘Children’ de su aclamado debut de 1991). Luego se mantiene en los mismos parámetros pero no decae el interés en ningún momento, que ya es algo.

 

Cuando sobrepasamos el ecuador del álbum es cuando empezamos a encontrar algunos síntomas de cansancio, aunque en realidad es lo normal cuando nos encontramos ante álbumes que exceden la hora de duración. Así, ‘Be Mine’ resulta bastante aburrida y ‘Binky The Doormat’ parece que esté ejecutada sin ganas. A continuación llega el instrumental ‘Zither’ cuyo comienzo es esperanzador gracias a una memorable melodía inicial, pero se acaba difuminando el efecto inicial, mientras que ‘Low Desert’ es rock alternativo convencional que al menos presenta potentes acordes de rock. Sin embargo, dos de las mejores canciones del disco las encontramos en la recta final. Una es la apoteósica ‘So Fast, So Numb’, de fulgurante comienzo y desarrollo finiquitados en un memorable estribillo. Y como memorable final de álbum tenemos esa joya titulada ‘Electrolite’, que comienza de manera discreta pero cautiva con sus cuidadosos y elaborados arreglos (que incluyen un violín) y unas emocionantes melodías vocales que resplandecen en el estribillo.

 

Es la mejor manera de finalizar el último gran álbum de REM, que con el tiempo no ha hecho sino aumentar su prestigio. Será la última vez que aúnen experimentación y melodía de una manera tan bien equilibrada, algo ya casi olvidado para la mayoría de grupos que les sucederán como exitosos en cada época posterior. Por otra parte, la salida del baterista Bill Berry será más traumática de lo que parece desde un punto de vista artístico, pues ya no volverán a alcanzar el excelente nivel de estos últimos años. Disfrutemos, pues, de estos años dorados de un grupo que ya había demostrado muchísimo y que todavía nos regalarán algunas excelentes composiciones más, aunque sus álbumes serán mucho más discretos.

2021

UP

Año de publicación: 1998

Puntuación:

1) Airportman; 2) Lotus; 3) Suspicion; 4) Hope; 5) At My Most Beautiful;

6) The Apologist; 7) Sad Professor; 8) You're In The Air; 9) Walk Unafraid;

10) Why Not Smile; 11) Daysleeper; 12) Diminished; 13) Parakeet; 14) Falls To Climb.

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2021

Como decíamos, el baterista Bill Berry se marchó del grupo cuando estaban en la cresta de la ola, hastiado del vertiginoso ritmo de banda estrella que llevaba R.E.M. desde hacía varios años. Reconvertidos así en un trío con músicos de sesión, los restantes miembros continuaron con la veta experimental que habían estado desarrollando, pero para comprobar que las ideas se habían casi agotado y la inspiración comenzaba a hacer acto de ausencia. Observar que vuelven a superar la hora de duración total del álbum parece dar a entender que seguían con la creatividad a tope, pero en la práctica demuestran que la cantidad se mantenía pero no así la calidad.

 

El single de presentación del álbum fue ‘Daysleeper’, donde no tomaban ningún riesgo al ofrecer una balada acústica marca de la casa, ejecutada con gusto y cantada con emoción pero sin que pueda colocarse entre las mejores que hayan compuesto a lo largo de su carrera. Pero como veremos en este álbum de tono más calmado, incluso tétrico, de lo habitual, es en las baladas introspectivas donde en general consiguen los mejores resultados, con otro buen ejemplo como ‘Diminished’, la cual incluye como adenda una breve pieza acústica. ‘Suspicion’ queda más discreta, siendo una balada intimista aceptable pero demasiado larga.

 

Lo único que se salva de la pieza ambiental ‘Airportman’ es el teclado al estilo de Brian Eno que emplean, porque por lo demás acaba cansando muy pronto el repetitivo ritmo y la voz tétrica de Stipe resulta molesta. Quizá la colocaron estratégicamente al inicio para que la entrada de ‘Lotus’ fuera más triunfal, pero esta canción no deja de seguir la estela de rock artificial que había consolidado el éxito de Alanis Morissette pocos años antes. Suena agradable al menos y tratándose de este álbum nos podemos dar por satisfechos con algo así. Menos mal que en ‘At My Most Beautiful’ echan la vista más atrás todavía, en concreto hacia los Beach Boys de Pet Sounds, para crear una pieza de elaborados arreglos y sonido pulcro que se ensambla a la perfección con la emotiva parte vocal de Stipe.

 

La experimentación les lleva esta vez a resultados decepcionantes e incluso irritantes como ‘Hope’, en la cual añadieron a Leonard Cohen como coautor al detectar similitudes con la mítica ‘Suzanne’. También fallan estrepitosamente al intentar conjuntar una parte acústica y otra eléctrica en ‘Sad Professor’, un mero intento de repetir experimentos otrora exitosos y hoy fallidos. Aunque creen entramados instrumentales que suenan novedosos, algunos como el de ‘Why Not Smile’ o el de ‘Parakeet’ tampoco acaban de funcionar. En ‘Falls To Climb’ se complican menos todavía y se limitan a reciclar la melodía de teclado de ‘Let Me In’ de Monster para completar la canción a partir de ahí.

 

En años anteriores Michael sonaba más convincente cuando pedía perdón, pero en ‘The Apologist’ los “sorry” parece que le salen forzados. Esto sería lo lógico, pues volverte multimillonario suele provocar que ciertas palabras desaparezcan de tu vocabulario. Esta canción transmite energía gracias a su ritmo brioso y eso consigue que sea una de las destacadas del disco. Esto no es el relleno fácil de ‘Walk Unafraid’. Por otra parte, la fabulosa guitarra de Buck consigue distinguir ‘You're In The Air’ entre la mediocridad de este álbum, pues la manera de cantar de Stipe suena a ya visto y la vulgar orquestación que introducen tampoco ayuda mucho. Nos queda así un álbum con muchas ideas implementadas pero donde no todas acaban de funcionar, confirmando que el momento de REM como líderes de la evolución musical estaba tocando a su fin. A partir de ahora se dedicarán a retomar ideas anteriores y desarrollarlas con mayor o menor originalidad.

REVEAL

Año de publicación: 2001

Puntuación:

1) The Lifting; 2) I've Been High; 3) All The Way To Reno (You're Gonna Be A Star);

4) She Just Wants To Be; 5) Disappear; 6) Saturn Return; 7) Beat A Drum;

8) Imitation Of Life; 9) Summer Turns To High; 10) Chorus And The Ring;

11) I'll Take The Rain; 12) Beachball.

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Reveal en cierta manera representa todo lo que quiso ser Up y no pudo porque en esa ocasión habían dejado de sonar a REM, una sensación más acusada incluso si la comparamos con lo que aparentaba el grupo en Monster. Para asegurar unas ventas comerciales aceptables echaron también una mirada al pasado, pues todavía seguían siendo un grupo exitoso pero eso se podía acabar muy pronto si seguían alejándose de su idiosincrasia y virtudes. Así pues, la evolución se torna en involución sin posibilidad de retorno, para bien o para mal, y esta será la tónica general del resto de carrera de la banda.

 

Pronto observamos que REM han buscado llegar al oyente medio con mayor determinación que la última década. Eso no significa necesariamente renegar de su visión artística, pues ‘The Lifting’ retoma la experimentación sonora con un apartado vocal más pegadizo y abierto respecto a lo que habíamos escuchado en el álbum previo. Hasta las ambientaciones más intimistas, como es el caso de ‘I've Been High’, están muy bien conseguidas. Cuando llega ‘Summer Turns To High’, en cierta manera prosigue el mismo tono introspectivo, aunque el estribillo es más vistoso. Y es que en la mayoría de canciones podemos encontrar algo que destaque, que no sea todo relleno sin más, aunque a veces tampoco sea suficiente. En ‘Beat A Drum’ cabe destacar también el estribillo, pues consiguen alcanzar una emoción que suena honesta.

 

Pero detengámonos ya en la canción clásica de este álbum, que es ‘Imitation Of Life’. En ella nada podía salir mal porque se aúnan el tono introspectivo e incluso sombrío de las estrofas con un estribillo explosivo y cantable, todo envuelto en pegadizas melodías y alardes vocales en la mejor tradición del grupo. Si acaso, podrían haber añadido un solo de guitarra en vez del rácano solo de teclado que podemos escuchar. El título está referido a ese clásico del cine de Hollywood (titulado en España Imitación a la vida) dirigido por Douglas Sirk, un film que ha envejecido bastante mal y por ello sus denuncias de racismo o conflicto familiar quedan superficiales y estereotipadas, tanto como los problemas que pretende reflejar. No hay que olvidarse del original vídeo musical que filmaron para esta canción, donde una misma secuencia reproducida en bucle (hacia delante y hacia atrás) nos mantiene atentos por la gran cantidad de personas y detalles que conforman la pintura completa y las pequeñas historias que nos cuenta en cada momento. Como si El Bosco se hubiera reencarnado en director de vídeos musicales.

 

All The Way To Reno (You're Gonna Be A Star)’ es como una actualización optimista de ‘Bang And Blame’, donde vale la pena destacar las notas alargadas de guitarra en un segundo plano, así como los acertados toques electrónicos. En ‘Saturn Return’ acaban divagando demasiado con el mismo tono, de tal manera que el tedio acaba apareciendo, sobre todo cuando acabamos escuchando a Stipe cantando casi a cappella e intentando hacer algunos gallos. Aunque al principio parece que va a ser un tema de relleno, ‘Disappear’ va creciendo conforme avanza, sobre todo cuando llega a su clímax, pasados los dos minutos. En cambio, ‘She Just Wants To Be’ recoge la mejor tradición de balada del grupo, transitando desde un comienzo acústico a una parte eléctrica.

 

Por desgracia, el tramo final del álbum es de relleno total, lastrando la sensación más o menos agradable que ha ido dejando con anterioridad. Es como si estuviéramos dubitativos sobre si estamos ante una obra presentable o un trámite contractual con algunos destellos de lucidez artística, pero cuando llega la triada de ‘Beachball’, ‘Chorus And The Ring’ y la lacrimógena ‘I'll Take The Rain’ nos sacan de dudas. Dejan así una mala sensación final en un álbum que pierde puntos con sucesivas escuchas porque es entonces cuando la fatiga musical comienza a hacer su efecto, esto es, que se reconoce la falta de originalidad en su manera de repetir ideas ya implementadas a lo largo de su carrera.

IN TIME: THE BEST OF R.E.M. 1988-2003

Año de publicación: 2003

Puntuación:

CD I: … 2) The Great Beyond; 3) Bad Day; … ; 11) Animal; … ; 15) All The Right Friends; ...

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CD II: 1) Pop Song 89; 2) Turn You Inside-Out; 3) Fretless; 4) Chance (Dub);

5) It's A Free World, Baby; 6) Drive; 7) Star Me Kitten; 8) Revolution; 9) Leave;

10) Why Not Smile; 11) The Lifting; 12) Beat A Drum; 13) 2JN; 14) The One I Love;

15) Country Feedback.

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El recopilatorio Eponymous de 1988 recogía los primeros años del grupo, por lo que este segundo recopilatorio se centra en los siguientes años a partir de ese punto. Solo presentaba cuatro canciones novedosas (dos por pertenecer a bandas sonoras y otras dos inéditas), pero en la edición especial existe un segundo disco de caras B y rarezas, que es también la continuación de Dead Letter Office, por lo cual podemos realizar un análisis algo más pormenorizado. Esta recopilación seguramente era una manera de volver a la palestra del mercado musical y pavimentarse el camino para su retorno mediante el flojo Around The Sun, pues resultó ser un éxito de ventas porque todavía mantenían su prestigio y, aparte, era innegable la cantidad de grandes composiciones que habían creado en esa etapa.

 

De las cuatro novedades del primero de los discos, ‘The Great Beyond’ fue uno de los dos grandes temas de REM incluidos en la banda sonora de la película Man on the moon (el otro tema es el que se correspondía con ese título) y fue publicado también como single. En las estrofas crea una ambientación introspectiva que se deshace con la llegada de un ostentoso estribillo que transmite la emoción especial que el grupo conseguía en sus mejores momentos. En ‘Bad Day’ lo mejor es el estribillo también, que además es como un doble estribillo, mientras que las estrofas parecen una reescritura de ‘It's The End Of The World As We Know It (And I Feel Fine)’. Los otros dos temas novedosos, ‘Animal’ y ‘All The Right Friends’, son puro relleno que se olvida rápidamente, siendo la segunda una regrabación en realidad, pues la original ya formó parte de Dead Letter Office.

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El segundo disco comienza con la versión acústica de ‘Pop Song 89’, que suena tan entretenida como la eléctrica e incluso parece que se esfuerzan más con la intención de compensar la falta de decibelios. En ese sentido puede destacarse ‘Fretless’ por recoger la tradición acústica bien entendida del grupo. Lo que no se sabe es lo que pretendían hacer mediante ‘Chance (Dub)’, la cara B de la empalagosa ‘Everybody Hurts’, pues no es más que un ritmo repetitivo y martillador como base para que Stipe recite una letra sin sentido. Tres de los temas pertenecen a la edición en single de ‘Imitation Of Life’, siendo dos de ellos las demos de ‘The Lifting’ y ‘Beat A Drum’, a las que vale la pena echarles un vistazo. También en modo acústico se desarrolla el instrumental ‘2JN’, aunque acercándose a la música latina en su percusión, donde no tienen otra idea que añadir unas melodías algo pueriles de teclado (que igual no es un teclado y se trata de algún instrumento exótico). Continuando con el formato acústico, en este caso de guitarra y piano perteneciente a una actuación televisiva, ‘The One I Love’ pierde mucha fuerza, como no podía ser de otra manera, a lo que ayuda también Michael al cantar de manera mucho más apagada (el canto de “Fire!” queda desastroso). Al menos la estructura instrumental está bien cuidada.

 

La versión rockera en directo de ‘Drive’ parece un delito si recordamos la grandiosa atmósfera opresiva que supieron recrear gracias a los arreglos de John Paul Jones. Por el contrario, aquí suena a vulgar canción rock sin nada especial. Todavía más absurda e innecesaria resulta la regrabación de ‘Star Me Kitten’ para que la música sirva de base de la voz cascada de William Burroughs, esa leyenda de los beatnicks que supo plasmar literariamente la sordidez más extrema a la que se podía llegar en su generación, en algunos casos bañándolo en un surrealismo que pudiera permitir una digestión cuando menos artística de tanto extremismo pero que conseguía el efecto contrario (como ejemplo, El almuerzo desnudo, una novela que personalmente no creo que pueda releer jamás). Para la película Batman & Robin grabaron el punk un tanto ridículo de ‘Revolution’, que es como si los REM quisieran hacer una imitación de los Sex Pistols. Para la banda sonora de otra película para olvidar grabaron también una innecesaria versión alternativa de ‘Leave’.

 

El broche final lo pone una versión en directo de ‘Country Feedback’ que no supone ninguna revelación hasta la parte final, pues contiene uno de los mejores solos de guitarra que se recuerdan en REM, poco pródigos en esas lides y dedicando aquí casi dos minutos a ello. Dejan así una buena sensación final pero no evitan que esta recopilación (esto es, el contenido novedoso) esté destinado únicamente a los conocedores de la obra del grupo que estén ávidos de más material. La joya que no puede perderse nadie es ‘The Great Beyond’, pero para eso no es necesario hacerse con todo el álbum.

AROUND THE SUN

Año de publicación: 2004

Puntuación:

1) Leaving New York; 2) Electron Blue; 3) The Outsiders; 4) Make It All Okay;

5) Final Straw; 6) I Wanted To Be Wrong; 7) Wanderlust; 8) Boy In The Well; 9) Aftermath;

10) High Speed Train; 11) The Worst Joke Ever; 12) The Ascent Of Man;

13) Around The Sun.

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Cuando ya pensábamos que REM se acomodarían para mantenerse en el estilo más conocido por ellos, que quizá era lo más recomendable para un grupo que ya había dejado de estar en la vanguardia desde hacía años, aquí les vuelve a entrar valentía para probar nuevas ideas. Pero claro, si las nuevas ideas en realidad no son otras que probar por el mero hecho de probar, a partir de ideas peregrinas o imitadas de otros, pues el resultado está condenado al fracaso. Aparte, nunca habíamos escuchado a esta banda sonar tan cansada y falta de entusiasmo, pues no otra sensación es la que transmiten durante buena parte del tiempo.

 

Por ejemplo, nada más comenzar el disco la ambientación trágica de ‘Leaving New York’ capta el interés inmediatamente, pero luego llegamos a un estribillo de lo más vulgar que uno pueda imaginar, de tal manera que todo queda en una falsa alarma. Es decir, falsa alarma de pensar que este grupo podía seguir sorprendiéndonos. De manera análoga, la progresión de ‘Around The Sun’ en la primera mitad crea unas buenas sensaciones que su segunda mitad se desvanecen por completo al caer de nuevo en la vulgaridad. Lo raro aquí es encontrar el polo opuesto, como ocurre en ‘Boy In The Well’ cuando parece que vaya a ser otra olvidable pieza de base acústica pero su estribillo se revela encantador, o cuando menos rememora algo de la grandeza de antaño y a partir de ahí va sorprendiendo por sonar variada y contener diversos ganchos melódicos.

 

Como todo el mundo sabe, los electrones son invisibles al ojo humano y, por otra parte, que exista un electrón azul parece algo imposible. Ambas afirmaciones podríamos aplicarlas a las melodías de la canción ‘Electric Blue’, pues o son invisibles o no existen. Bastante mala es ya de por sí ‘High Speed Train’ como para que Stipe nos remate intentado imitar con su voz una penosa melodía de guitarra, de tal manera que acaba sonando como un moribundo, metáfora ideal del estado del grupo en ese momento. Y es que casi nos podríamos dar por satisfechos por encontrar una balada convencional y aburrida como ‘I Wanted To Be Wrong’ cuando estamos expuestos a encontrarnos algo mucho peor como resulta ser ‘The Ascent Of Man’, con un Michael Stipe lanzado a desafinar descaradamente porque piensa que la gente se va a tragar cualquier cosa que lleve su voz como si fuera un Phil Collins cualquiera.

 

Parece que se mueven mejor en entornos intimistas como el de ‘Make It All Okay’ y ‘The Outsiders’. En esta última sorprende que, cuando parece que la canción ha acabado, la retomen de nuevo con un rapero como cantante invitado, repitiendo la misma idea de ‘Radio Song’ en Out Of Time. Aunque parece un sacrilegio nombrar esa obra mientras se habla del presente álbum. Al menos se incluye algunas dosis de agradable pop sin pretensiones (‘Wanderlust’, ‘Aftermath’) y esa curiosidad titulada ‘Final Straw’ que suena como un country-western modernizado. Pero no hay que darle más vueltas a lo que resulta ser el peor álbum de la discografía de REM. En algún momento debían tocar fondo de verdad, porque para crear música hay que ponerle dedicación y suficiente entusiasmo, dos ingredientes que se echan aquí en falta.

LIVE

Año de publicación: 2007

Puntuación:

CD I: 1) I Took Your Name; 2) So Fast, So Numb; 3) Boy In The Well; 4) Cuyahoga;

5) Everybody Hurts; 6) Electron Blue; 7) Bad Day; 8) The Ascent Of Man;

9) The Great Beyond; 10) Leaving New York; 11) Orange Crush; 12) I Wanted To Be Wrong; 13) Final Straw; 14) Imitation Of Life; 15) The One I Love; 16) Walk Unafraid; 17) Losing My Religion.

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CD II: 1) What's The Frequency, Kenneth?; 2) Drive; 3) (Don't Go Back To) Rockville;

4) I'm Gonna DJ; 5) Man On The Moon.

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¿Qué puede decirse de un grupo que publica el peor álbum de su carrera y su siguiente entrega es uno en directo que en buena parte recoge ese álbum previo tan malo? Probablemente se lo estuvieron pensando, porque se trata de un concierto en Dublín de febrero de 2005, de la gira de presentación de Around The Sun, siendo 2007 cuando finalmente vio la luz. Parece ser que pudieron las ganas de decir que habían publicado el primer álbum en directo de su carrera, así que lanzaron esta edición que contiene dos discos de muy distinta duración y un DVD que recoge íntegramente el mismo contenido.

 

De todo el contenido perteneciente al álbum previo, tan solo puede destacarse ‘Final Straw’, que sí deja una mejor sensación en directo, pero el resto transmite la misma indiferencia o decepción. En los grandes éxitos como ‘Losing My Religion’ o ‘The One I Love’ suenan cumplidores y la calidad de las composiciones hace el resto, pero ni siquiera aprovecha Buck el momento de poder lucirse con el solo de ‘What's The Frequency, Kenneth?’ y transmite de nuevo una total indiferencia, que es la palabra estrella para este disco. ¿Y cómo osan colocarnos a Stipe con la voz ronca, incapaz de cantar en condiciones ‘So Fast, So Numb’? Hasta podríamos decir que el solo de guitarra suena ronco. El estribillo de ‘The Great Beyond’, otrora un ejemplo de emoción desplegada de manera convincente, aquí aparece cantado como si fuera una obligación y deja totalmente indiferente.

 

Ni qué decir tiene que canciones como ‘Everybody Hurts’ resultan totalmente repulsivas cuando Stipe no está en forma y fuerza todavía más una falsa emotividad que no le puede salir porque su mente está en otros lugares. Que, por si fuera poco, supera los seis minutos de edulcoración absoluta. Compite con ‘The Ascent Of Man’ como interpretación más irritante del bueno de Michael. Cuando suenan más humildes como en la canción rescatada de Lifes Rich Pageant ‘Cuyahoga’ es cuando salen ganando, como también cuando rememoran su estilo de banda universitaria de garaje (‘Bad Day’) o recrean un entramado sonoro consistente como el de ‘Orange Crush’.

 

Nos presentan una canción entonces inédita, ‘I'm Gonna DJ’, que formará parte del futuro Accelerate, su nuevo disco mediocre de 2007, pero que podrían haberse ahorrado perfectamente. Hablando de estas actuaciones en general, no se entiende esa avidez de hacer caja para socavar todavía más la reputación del grupo con este álbum en directo superfluo y que es mejor evitar salvo que se sea un/a fan incondicional de R.E.M., en cuyo caso poco cabe objetar. Pero el mismo grupo se dará cuenta del error y en un par de años publicarán el –al menos– aceptable Live At The Olympia.

ACCELERATE

Año de publicación: 2008

Puntuación:

1) Living Well Is The Best Revenge; 2) Man-Sized Wreath; 3) Supernatural Superserious;

4) Hollow Man; 5) Houston; 6) Accelerate; 7) Until The Day Is Done; 8) Mr. Richards;

9) Sing For The Submarine; 10) Horse To The Water; 11) I'm Gonna DJ.

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Tras el batacazo sufrido con Around The Sun, provocado por la poca implicación de los miembros del grupo para conseguir algo de suficiente calidad, este retorno cuatro años después supuso una leve mejoría porque al menos se les vio decididos a hacer algo decente. Pero bueno, la inspiración y la creatividad de antaño ya se había perdido y lo único que hacen es reverdecer algunos viejos laureles y retomar un estilo básico de rock guitarrero, que en realidad era el camino más sencillo y lo más coherente para unos músicos que ya habían dicho todo lo que tenían que decir.

 

Mediante ‘Living Well Is The Best Revenge’ ya nos avisan de que el álbum se desarrollará en términos de guitarras potentes, pero se trata de un tema bastante vulgar que al menos no pierde fuelle con su trepidante ritmo. A continuación consiguen una versión mejorada de este inicio en ‘Man-Sized Wreath’, pues al menos se aprecia alguna melodía por ahí revoloteando. También transmite una mejor sensación ‘Supernatural Superserious’, que fue lanzado como single de presentación del álbum, donde captan la atención desde el principio al colocar un vistoso riff de entrada, para luego deslizarnos por unas estrofas con gancho hasta un estribillo que acaba mal finiquitado, a pesar de contener algunos coros armónicos como en los viejos tiempos.

 

La guitarra apergiada de ‘Sing For The Submarine’ también nos deja una buena sensación de entrada que luego no se ve decepcionada por mantener un tono inquietante que mantiene el interés todo el tiempo. Algo debía quedar del talento que poseían. ‘Houston’ nos remite a piezas similares tipo ‘Half A World Away’, pero al menos demuestran algo de gusto en su implementación. El comienzo acústico de ‘Until The Day Is Done’ es también un recuerdo de las grandes composiciones del grupo y el apartado vocal suena convincente, por lo que se trata de otro de los pocos temas destacados de este mediocre disco donde es más fácil encontrar temas de relleno como ‘Hollow Man’ o ‘Accelerate’. En el álbum en directo previo ya nos habían presentado ‘I'm Gonna DJ’, que en el estudio suena todavía más flojo, mientras que por la voz de eco de Stipe en ‘Mr. Richards’ parece que estuviéramos escuchando una canción de los inicios del grupo, pero también porque en general suena algo amateur.

 

Como bien es sabido, una forma de llamar la atención por parte de un niño es hacer una rabieta. El equivalente de un grupo musical que no sabe cómo llamar la atención es hacer algo estruendoso y molesto como ‘Horse To The Water’. Pero ni esas pataletas musicales sirven para que REM pueda lograr una notoriedad que ya les queda muy lejos, enfilados ya a un sonido vulgar al alcance de cualquier grupo con un mínimo de profesionalidad. Y además, a Michael Stipe lo que le gustaba ya de verdad era la fotografía, la música había pasado simplemente a ser una forma fácil de ganar dinero.

LIVE AT THE OLYMPIA

Año de publicación: 2009

Puntuación:

CD I: 1) Living Well Is The Best Revenge; 2) Second Guessing; 3) Letter Never Sent;

4) Staring Down The Barrel Of The Middle Distance; 5) Disturbance At The Heron House; 6) Mr. Richards; 7) Houston; 8) New Test Leper; 9) Cuyahoga; 10) Electrolite;

11) Man-Sized Wreath; 12) So. Central Rain; 13) On The Fly; 14) Maps And Legends;

15) Sitting Still; 16) Driver 8; 17) Horse To The Water ; 18) I'm Gonna DJ; 19) Circus Envy;

20) These Days.

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CD II: 1) Drive; 2) Feeling Gravitys Pull; 3) Until The Day Is Done; 4) Accelerate;

5) Auctioneer (Another Engine); 6) Little America; 7) 1,000,000; 8) Disguised;

9) The Worst Joke Ever; 10) Welcome To The Occupation; 11) Carnival Of Sorts (Boxcars); 12) Harborcoat; 13) Wolves, Lower; 14) I've Been High; 15) Kohoutek;

16) West Of The Fields; 17) Pretty Persuasion; 18) Romance; 19) Gardening At Night.

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Aunque este doble álbum en directo fue publicado tras Accelerate, lo cierto es que los cinco conciertos en Dublín de los cuales se nutre tuvieron lugar antes de la publicación de este álbum, entre junio y julio de 2007. Curiosamente, de Dublín era también el contenido de Live, su disco en directo de 2007 con un concierto de 2005, lo cual convierte todo esto en un lío faulkneriano de fechas y nombres.

 

A pesar de no haberse estrenado Accelerate en las fechas en que acaecieron los conciertos, podemos escuchar como inicio del álbum ‘Living Well Is The Best Revenge’, que queda algo tosco por cierto. En cualquier caso, buena parte de lo perteneciente a este álbum queda entre lo más flojo que encontraremos aquí, como no podía ser de otra manera: ‘Horse To The Water’, ‘I'm Gonna DJ’, ‘Mr. Richards’… Eso sí, cabe destacar ‘Houston’ entre lo destacado al mantener su ambientación intimista durante los menos de dos minutos que dura su ejecución. Precisamente es esa capacidad para poder mantener la ambientación y tensión sonora en un entorno abierto como es un concierto, lo cual suele ser muy complicado y no habían conseguido en el disco en directo previo, lo que consigue que ‘Drive’ suene tan espectacular y emocionante como lo hacía en Automatic For The People.

 

Encontraremos algunas novedades en el repertorio interpretado, si bien ‘Disguised’ no es ninguna novedad sino una versión primeriza de lo que sería la futura ‘Supernatural Superserious’. No suena mal ‘Staring Down The Barrel Of The Middle Distance’, pero se olvida rápidamente como el relleno que es, que ni siquiera formará parte de Accelerate ni será cara B de ningún single, aunque por lo que hemos visto tenían canciones peores. ‘On The Fly’ se mantiene bien bajo su estructura rítmica liderada por la guitarra, pero acaba sonando algo repetitiva al durar casi cinco minutos. Lo que no se entiende es que quieran recuperar esa mediocridad aberrante titulada ‘Romance’, que formó parte de una banda sonora tan olvidada como la propia canción.

 

Resulta curioso que de su mejor álbum, Murmur, apenas podamos escuchar interpretaciones en directo a lo largo de su carrera. Afortunadamente, aquí podemos disfrutar de sendas interpretaciones de ‘Sitting Still’ y la siempre emocionante ‘West Of The Fields’. Es igualmente emocionante escuchar la memorable guitarra de introducción de ‘So. Central Rain’ o el inicio de ‘Maps And Legends’, aunque luego las interpretaciones suenan a calcos de los equivalentes de estudio. Y es que echan la mirada atrás para recuperar una gran cantidad de canciones de sus primeros años, que en algunos casos salen mejoradas porque ya no escuchamos la producción débil de algunas de ellas. El caso más flagrante es el de ‘Carnival Of Sorts (Boxcars)’, donde extraen toda la emoción posible de sus intrépidas estrofas y su memorable estribillo, nada que ver con la poco llamativa versión de estudio.

 

Cuando le llega el turno a ‘Harborcoat’, vemos que también aprovechan bien su gloriosa parte de guitarra. En cambio, escuchar viejas canciones sin gracia como ‘Cuyahoga’ solo puede interesar a los verdaderos fans de REM, que se emocionan con cualquier gallito de la voz de Stipe, que es como colocarlo al nivel de Alanis Morissette y eso no es hacerle justicia. No obstante, si tomamos en conjunto este doble álbum nos podemos quedar medianamente satisfechos con el contenido y con la idea de que esta banda sabía aprovechar su extenso y aventajado cancionero. Para la trayectoria que llevaban, significaba un alivio.

COLLAPSE INTO NOW

Año de publicación: 2011

Puntuación:

1) Discoverer; 2) All The Best; 3) Überlin; 4) Oh My Heart; 5) It Happened Today;

6) Every Day Is Yours To Win; 7) Mine Smell Like Honey; 8) Walk It Back;

9) Alligator_Aviator_Autopilot_Antimatter; 10) That Someone Is You;

11) Me, Marlon Brando, Marlon Brando And I; 12) Blue.

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El último álbum de estudio de REM nos muestra a un grupo que está pensando más en cómo disolverse con dignidad que en ofrecer algo relevante, aunque esto último debía de ser para ellos una entelequia a estas alturas. Esa diferencia de perspectiva les hace fijarse en otros grupos, en su pasado o en cualquier fuente de inspiración rápida para componer de manera conjunta como siempre, o al menos según lo que han indicado siempre los créditos. Esto ya no es Abbey Road, donde los Beatles estaban en su apogeo y dieron lo mejor de sí para grabar su canto de cisne. Aquí, REM ya lo había dicho todo hace años y simplemente buscan despedirse con algo suficientemente decoroso, sin esforzarse en experimentar con nada nuevo.

 

Para no tener que calentarse mucho el tarro, unas animadas guitarras al estilo de U2 inician el álbum a través de ‘Discoverer’, una canción entretenida que tampoco va mucho más allá de dejar una buena impresión. Pronto encontramos también una mediocridad eléctrica al estilo de la morralla que había en Monster, ‘All The Best’, cuyo estribillo al menos no está mal. ‘Alligator_Aviator_Autopilot_Antimatter’ parece un último intento para sonar más jóvenes y llamativos, saliendo airosos del intento, pero lo que más abunda aquí son olvidables baladas con las cuales completar espacio fácilmente: ‘Every Day Is Yours To Win’, ‘Me, Marlon Brando, Marlon Brando And I’ o ‘Walk It Back’, aunque en esta última se nota que han dedicado algo más de tiempo a elaborar el estribillo.

 

La acústica pero rítmica ‘Überlin’ recuerda las mejores épocas del grupo, concretamente al estilo de Out Of Time, que es hacia donde se dirige también ‘Oh My Heart’, en este caso quedando como una reescritura sin gracia de ‘Half A World Away’. En otros tiempos, los coros de REM sonaban memorables y emocionantes, mientras que aquí parece que quieren ofrecernos lo mismo en ‘It Happened Today’ pero al final carecen de emoción y parece que lo hagan por cumplir la papeleta, repitiéndolos en el tramo final una y otra vez. También queda un poco anacrónico el rock universitario de ‘That Someone Is You’, donde parece que hayan vuelto a sus comienzos de treinta años atrás.

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Finalmente, ‘Blue’ podría haber quedado como la última gran balada épica de REM, pero esas estrofas recitadas son un obstáculo insalvable. Afortunadamente, hacia la mitad aparece la vieja amiga de Stipe, Patti Smith, para aportar la melodía vocal que hubiera hecho falta en toda la canción para convertirla en una pequeña joya. Curiosamente, le acompaña en la guitarra su compañero de banda, Lenny Kaye. El último minuto y medio está dedicado nuevamente a unas guitarras al estilo de U2 porque vuelven a repetir un fragmento de ‘Discoverer’, pero sin sección rítmica. Parece un último intento de hacer algo que pase por artístico y que el disco posea un concepto cíclico que en realidad no tiene ningún sentido. Se trata de un álbum comercial de despedida, pero realizado con un mínimo de interés. Nunca más se volverán a juntar en un estudio de grabación.

UNPLUGGED 1991-2001: THE COMPLETE SESSIONS

Año de publicación: 2014

Puntuación:

CD I: 1) Half A World Away; 2) Disturbance At The Heron House; 3) Radio Song; 4) Low;

5) Perfect Circle; 6) Fall On Me; 7) Belong; 8) Love Is All Around;

9) It's The End Of The World As We Know It (And I Feel Fine); 10) Losing My Religion;

11) Pop Song 89; 12) Endgame; 13) Fretless; 14) Swan Swan H; 15) Rotary Eleven;

16) Get Up; 17) World Leader Pretend.

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CD II: 1) All The Way To Reno (You're Gonna Be A Star); 2) At My Most Beautiful;

3) Daysleeper; 4); 5) So. Central Rain (I'm Sorry); 6) Losing My Religion;

7) Country Feedback; 8) Cuyahoga; 9) Imitation Of Life; 10) Find The River;

11) The One I Love; 12) Disappear; 13) Beat A Drum; 14) I've Been High;

15) I'll Take The Rain; 16) Sad Professor.

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Una vez disuelta la banda, lo que tocaba era echar mano de los archivos para seguir publicando material. Este doble álbum recoge dos conciertos realizados para la serie Unplugged en dos años bien diferentes: 1991 (el año de Out Of Time) y 2001 (el año de Reveal), que aparte se presentan por separado en cada uno de los dos discos. Aunque Out Of Time los mostraba engañosamente como un grupo de importante vertiente acústica, lo cierto es que su carrera había sido básicamente eléctrica, con ese rock universitario de guitarras que habían desplegado a lo largo de la década previa. Recordemos también que 1991 era el año de su éxito masivo a nivel mundial y que rechazaron salir de gira, por lo cual este concierto puede considerarse un documento único aunque poco representativo de lo que era el grupo en ese momento.

 

Las canciones que ya eran acústicas originalmente no nos ofrecen apenas nada novedoso, pues tampoco es que se pueda ser creativo en un formato tan restringido. Ni siquiera ‘Losing My Religion’ muestra nada que no tengamos ya asimilado del equivalente de estudio. Precisamente este tema es el único que se muestra duplicado al aparecer en los dos conciertos, con la diferencia de que en el primero todavía estaban los bongos de Berry. Del mismo álbum, ‘Belong’ sigue siendo igual de cansina y en ‘Country Feedback’ (ya en 2001) vuelve a decepcionar Stipe en el clímax de la canción. En cambio, comprobamos que no tiene mucho problema con la vertiginosa letra de ‘It's The End Of The World As We Know It (And I Feel Fine)’, aunque la canción pierde bastante por su traslación acústica. Ya no digamos ‘The One I Love’, cuyo estribillo pega risa. De manera análoga, ‘World Leader Pretend’ suena irrelevante, sin nada de la fuerza necesaria que le imprimía la electricidad y su potente ritmo original. El sonido de organillo acaba resultando irritante en algunos momentos.

 

La curiosidad de escuchar algunas canciones desde esta nueva perspectiva acaba neutralizada porque no hay ninguna (de las que originalmente eran eléctricas, o con otro tipo de arreglos) que aguante el tipo respecto a la versión de estudio. Otro ejemplo más es la modernidad de ‘Radio Song’ que solventan añadiendo un órgano y, obviamente, eliminando la parte de rap. Muy forzada queda ‘Get Up’ y podrían haber eliminado los “get up, get up” de Mills porque aquí quedan un poco fuera de lugar sin el refuerzo eléctrico. En el segundo disco el repertorio parece más acertado porque han seleccionado temas que se adecuan mejor a este formato, siendo seis de ellos pertenecientes a Reveal, su álbum reciente de entonces. De ellas solo podría destacarse ‘Disappear’, pues emplean muy acertadamente la batería y deja muy buena sensación, mejor que el sonido algo artificial que presentaba el equivalente de estudio. Pero los tres últimos temas son para quedarse dormido del aburrimiento, llevándose la palma ‘Sad Professor’ por su falta de melodías. La gente al final aplaude pero porque es el deber de todo fan hacerlo.

 

Encontramos un par de novedades en el repertorio que en realidad no lo son tanto. La balada ‘Love Is All Around’ es la de The Troggs, que hasta 1994 no será aprovechada por el insignificante grupo escocés Wet Wet Wet para conseguir un gran éxito a través de la banda sonora de la comedia británica Cuatro bodas y un funeral. En cambio, ‘Rotary Eleven’ es básicamente lo mismo que encontrábamos en Dead Letter Office bajo el título de ‘Rotary Ten’, pero aquí en clave de jazz acústico. Este doble álbum no busca otra cosa que hacer caja del legado de este notable grupo de rock que en formato acústico no encuentra su punto de encuentro con el oyente. Si no fue publicado como disco en su momento, por algo sería, pues ni ellos mismos acabarían satisfechos con el resultado. En definitiva, un producto para fans.

RECOPILATORIOS

EPONYMOUS

Año de publicación: 1988

Previo al salto del grupo a la discográfica Warner para seguir con Green, la despedida de su anterior discográfica fue mediante esta recopilación de grandes éxitos. La única canción que no puede encontrarse en otros álbumes de la banda es la vulgar ‘Romance’, escrita para la banda sonora de una comedia típica de los ochenta. También encontramos una mezcla alternativa de ‘Gardening At Night’, pero lo más curioso es encontrar la versión primeriza de ‘Radio Free Europe’ de 1981, cuando todavía soñaban con poder grabar un álbum, en la que suenan realmente noveles como los chavales universitarios y sin experiencia que eran.

VÍDEOS

TOURFILM

Año de publicación: 1990

De la gira de promoción de Green apareció esta grabación de un concierto en Estados Unidos que parece recoger una actuación completa del grupo, en la cual repasan toda su trayectoria hasta ese momento, centrándose en su álbum más reciente, como es obvio. Enfundado en un traje de talla demasiado grande, Michael Stipe parece un David Byrne apocado. De hecho, la filmación en sí parece una imitación casera de Stop Making Sense. Y bueno, cuando se quita la chaqueta, parece un trasunto yanqui de Albert Pla. En el apartado musical, R.E.M. se muestran como cumplidores y derrochan energía y entusiasmo cuando la canción lo requiera. Cabe destacar la impactante interpretación de ‘World Leader Pretend’ con Stipe golpeando una silla metálica como amenazante percusión añadida. En el polo opuesto, por ejemplo nos toca tragar con la bochornosa ‘King Of Birds’. Pero hay más puntos positivos que negativos, así que tampoco quedará decepcionado/a quien se acerque a este documento fílmico de un grupo que pronto iba a alcanzar el estrellato masivo.

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