top of page

RAINBOW

2020

RITCHIE BLACKMORE'S RAINBOW

Año de publicación: 1975

Puntuación:

Puntuación:

Puntuación:

1) Man On The Silver Mountain; 2) Self Portrait; 3) Black Sheep Of The Family;

4) Catch The Rainbow; 5) Snake Charmer; 6) The Temple Of The King;

7) If You Don't Like Rock'n'Roll; 8) Sixteenth Century Greensleeves; 9) Still I'm Sad.

Rainbow_-_Ritchie_Blackmore's_Rainbow_(1

2020

Dentro de Deep Purple las tensiones iban en aumento y el nivel artístico en sentido proporcionalmente opuesto, lo cual motivó la salida de Ritchie Blackmore y el principio del fin para sus excompañeros. Por si fuera poco, Ritchie se montó un grupo en forma de quinteto, como si se hubiera formado sus propios Deep Purple, o cuando menos en lo que él pretendía que se hubieran transformado, lejos de la dirección dominante de Jon Lord y del protagonismo cada vez mayor del advenedizo Coverdale. En realidad, esto último no iba a quedar tan claro en esta nueva aventura, porque en Rainbow el cantante de estos primeros años será Ronnie James Dio, otro Coverdale en potencia. Aquí todavía es un impresionable cantante inhibido por el aura magistral de Blackmore y eso hace que sus interpretaciones sean un acierto al ser más comedidas. El problema es cuando comience a coger confianza y su voz acapare el espacio sonoro. La elección por parte de Blackmore de los músicos que le acompañan fue en realidad fruto más bien del azar, pues se trata de la banda Elf, veterana desde finales de los sesenta y donde estaba Dio.

 

Lo primero que hace cualquier persona que descubra este álbum tras conocer la obra de Deep Purple es compararlo con lo que hicieron estos últimos en 1975, que fue el lamentable Come Taste The Band. Pero este debut de Rainbow no se queda ahí en la comparativa, pues su nivel es equivalente incluso al de Machine Head, todo un muestrario de potencial melódico. De hecho, nos acordaremos de vez en cuando de lo que hizo Ritchie con sus excompañeros, pues es obvio que algunas trazas debemos -encontrar. Para comenzar, nos ofrecen como presentación una consistente pieza de rock duro como ‘Man On The Silver Mountain’ que recuerda un poco el estilo de Deep Purple. Lo mejor es su parte vocal, de atractivas melodías. De hecho, es a partir del momento que empieza Dio a cantar que la canción cobra interés.  A continuación, la velocidad de Ritchie a la hora de desgranar memorables riffs de guitarra reaparece en ‘Self Portrait’, aunque este tema se desarrolla en un medio tempo, demostrando que la velocidad es solo un recurso más, no una finalidad en sí misma.

 

No hacen ascos al pop y ‘Black Sheep Of The Family’ es una versión, de tal manera que encontramos aquí un pegadizo tema de los que enganchan inmediatamente, aparte de poseer un memorable puente: “Don't talk to me about society / You got to pay the rules or pay the penalty”. Ese gancho se queda incluso corto si lo comparamos con ‘The Temple Of The King’, pues la irresistible melodía que la introduce inmediatamente allana el terreno para que la encantadora parte vocal haga el resto. En el estribillo podrían haber afinado un poco más, pero está elaborado con gusto y eso es suficiente. ‘Black Sheep Of The Family’ no es la única versión que encontraremos, aunque el resto del álbum salvo el tema final son composiciones conjuntas de Blackmore y Dio. Si recordamos la versión original de ‘Still I'm Sad’ de los Yardbirds, era una pieza contemplativa e influenciada por el canto gregoriano. Toda una proeza en sí misma. Los Rainbow le dan la vuelta al completo y la desarrollan como descomunal instrumental de delirante ritmo con la insuperable guitarra de Blackmore tomando el liderazgo absoluto. Posee una estructura diversa y eso permite que el grupo se apodere del tema como si hubiera sido una composición propia. Por el contrario, la majestuosidad del componente instrumental de ‘Catch The Rainbow’ recuerda el estilo de ‘Little Wing’ de Jimi Hendrix, mientras que la parte vocal es más épica pero con una emoción contenida que juega a su favor. Por tanto, no se pierde toda su carga emocional.

 

Algo del funk que comenzó a cuajar en Deep Purple, en demasía quizá, reaparece aquí a través de ‘Snake Charmer’ pero sin perder el gancho necesario, además de regalarnos un espectacular solo de Blackmore. El ritmo de inicio de ‘Sixteenth Century Greensleeves’ recuerda inmediatamente a ‘Into The Fire’ de Deep Purple, pero por lo demás es todo diferente. Lo mejor es la guitarra de Blackmore, que apareciendo en segundo plano puede pasar desapercibida, pero a partir del intermedio instrumental (cuyo solo tampoco es de los mejores que haya conseguido Ritchie, sin desmerecer por ello su asombrosa técnica) aparece acompañando a Ronnie con un sonido más agudo y recreando emocionantes notas, en algunos momentos como si fuera una mandolina. Lo único que encontraremos discreto en este álbum es el boogie-rock de ‘If You Don't Like Rock'n'Roll’, cuyo único propósito solo puede ser el de competir con los grupos comerciales de rock del momento.

 

Pocos podrían imaginar que Ritchie Blackmore iba a comenzar con una obra tan deslumbrante y cautivadora, uno de los mejores álbumes de rock duro de la década. Lo grabó en Munich, siendo Alemania un país del que saldrían en esos años una gran cantidad de grupos de rock duro, algunos de proyección mundial como Scorpions o Accept. Demostró así Blackmore su valía como músico más allá de la interpretación de guitarra, pues el apartado de la composición había estado siempre muy repartido en su exgrupo, y el proyecto de Rainbow durará exactamente hasta la reunión de Deep Purple en 1984.

RISING

Año de publicación: 1976

Puntuación:

1) Tarot Woman; 2) Run With The Wolf; 3) Starstruck; 4) Do You Close Your Eyes;

5) Stargazer; 6) A Light In The Black.

RainbowRising.jpg

Cómo se notaba que Rainbow era el grupo de Ritchie Blackmore… En Deep Purple no podía decidir los cambios por su cuenta y era uno más, mientras que aquí puede realizar cualquier modificación a sus anchas y sin pestañear. De esta manera, se queda con Ronnie James Dio pero el resto de músicos que grabaron el sensacional disco de debut son sustituidos. Es decir, que se llevó a Munich a otros tres (bajo, teclado y batería), entre quienes cabe destacar al baterista Cozy Powell, un músico que tenía ya en su palmarés haber acompañado a Jeff Beck y que, antes de su muerte a finales de siglo por accidente de coche, llegará a tocar con Black Sabbath, Emerson & Lake o incluso en la carrera en solitario de Brian May tras la forzosa disolución de Queen. Ritchie es aquí la estrella, pero sabe rodearse de músicos competentes.

 

Lo primero que llama la atención es el escaso número de títulos en el contenido. Esto es algo que no tiene mayor importancia cuando los músicos son capaces de desenvolverse en las piezas largas, aunque aquí no veremos mucha diversidad, sino más bien repetición de ideas para alargar innecesariamente algunos temas. Otro aspecto a destacar es la mayor tolerancia que ahora parecía tener con elementos más ajenos al rock duro tradicional. Si nos fijamos en el tema que inicia el álbum, la introducción de sintetizadores de minuto y medio de ‘Tarot Woman’, más propia de un grupo de rock progresivo, es algo que unos años atrás ni a Jon Lord le hubiera permitido. Luego llega la brillante entrada del resto de instrumentos al estilo de ‘Hard Lovin' Man’ de Deep Purple, aunque el desarrollo de la canción no resulta tan vistoso. En Rainbow no van a faltar nunca piezas más comerciales que casi podrían denominarse como de pop-rock, pero mientras suenen tan bien como ‘Run With The Wolf’ y contengan potentes acordes de guitarra, cambios de ritmo y melodías con cierto gancho, ¿qué más se puede pedir? Otro buen ejemplo es la ágil y pegadiza ‘Starstruck’ con su estribillo cantable: “The lady's starstruck / She's nothing but bad luck / The lady's starstruck, running after me”. El grupo domina las estructuras rítmicas y eso sirve para que canciones más convencionales como ‘Do You Close Your Eyes’ se escuchen con agrado.

 

‘Kashmir’ de Led Zeppelin probablemente causó impacto en Blackmore, pues lo más destacado de ‘Stargazer’ son las melodías orientales de teclado que se escuchan antes del estribillo. Luego, en el estribillo, quedan demasiado simplonas las melodías de teclado. Hacia la mitad del tema Ritchie nos ofrece una demostración sublime de técnica, tocando más notas por segundo de las que podamos seguir. Lo que no está justificado es su duración de más de ocho minutos porque acaba sonando algo repetitiva. La orquesta que se escucha es nada menos que la Orquesta Filarmónica de Munich, todo un lujo para la ocasión. El impacto de ‘Kashmir’ en Blackmore se ha destacado porque en su retorno con Deep Purple en los ochenta volverán a aparecer reminiscencias de aquella. Podemos recordar, por ejemplo, el tema ‘Perfect Strangers’. Donde suenan demasiado vulgares los Rainbow es en la final ‘A Light In The Black’. Hasta los solos de guitarra son mera técnica sin alma, mucha velocidad y escaso contenido. Mucho peor resulta un horrendo solo de teclado que llega una vez transcurridos los dos primeros minutos, que parece una máquina eléctrica cortocircuitada.

 

Este disco ha quedado para la posteridad como uno de los imprescindibles del rock duro y esencial para la evolución del género, pero cuesta entender el motivo. Sobre todo cuando el debut había sido tan espectacular y deslumbrante. La respuesta quizá sea que parecerse a los Rainbow del álbum de debut era muy difícil, pero asemejarse a los de Rising era algo más asequible y eso es lo que ocurrirá en futuros grupos que se fijen en ellos. Componer melodías pegadizas, siempre que suenen originales, no está al alcance de todos; pero crear estructuras musicales de rock duro es mucho más fácil y Rising es un muestrario de ello. En cualquier caso, la guitarra de Blackmore es el toque cualitativo e imprescindible de este grupo, y eso ya no era tan fácil de imitar. En todo caso, cuando un guitarrista adquiere una técnica superior, lo más fácil es tocar rápido en contraposición a componer una melodía original dentro de esa rapidez. Así pues, en interpretación este álbum es impecable, pero en originalidad y melodías decae bastante en comparación con el brillante debut.

ON STAGE

Año de publicación: 1977

Puntuación:

CD I: 1) Over The Rainbow/Kill The King; 2) Man On The Silver Mountain/Blues/Starstruck; 3) Catch The Rainbow; 4) Mistreated; 5) Sixteenth Century Greensleeves; 6) Still I'm Sad.

CD II: 1) Over The Rainbow/Kill The King; 2) Mistreated;

3) Sixteenth Century Greensleeves; 4) Catch The Rainbow;

5) Man On The Silver Mountain/Blues/Starstruck; 6) Do You Close Your Eyes.

Rainbow-onstage.jpg

De la gira realizada en 1976 tras la publicación de Rising surgió este álbum en directo para demostrar que el poderío de la banda estaba sobre todo en el escenario, lo cual al mismo tiempo servía de reivindicación de Ritchie Blackmore como líder y guitarrista supremo (no el único) dentro del rock duro. Vamos a comentar la versión Deluxe, cuyo primer disco se corresponde con el LP original, en el cual se incluye el repertorio escogido de dos ramas diferentes de la gira: conciertos en Alemania y Japón. El contenido del segundo disco sí que pertenece íntegramente a un mismo concierto, también en Japón. La existencia de dos discos tampoco está muy justificada porque son casi idénticos en contenido y pocas diferencias existen, pero estando el grupo en plenitud tampoco es un problema. La única diferencia respecto al primero es ‘Do You Close Your Eyes’, que es lo más discreto dentro de estas fantásticas interpretaciones, además de contener un fragmento muy repetitivo entre los seis y los ocho minutos, como si se hubieran quedado en blanco unos instantes para luego continuar. Los músicos son los mismos que grabaron Rising y la compenetración es excelente, los perfectos escuderos para Ritchie, aparte de que Ronnie no se muestra envidioso para captar un innecesario protagonismo.

 

Con solo dos discos a sus espaldas, no puede esperarse un repertorio diverso, pero eso lo suplen con largos pasajes instrumentales de impecable ejecución y emoción a raudales. ¿Qué mejor manera de comenzar un concierto que con un nuevo tema? ‘Kill The King’ es el puñetazo en la mesa de Blackmore, dejando muy claro desde el inicio que es uno de los mejores guitarristas del rock. El teclista también tiene su oportunidad y no la desaprovecha. Pero la fuerza que posee este nuevo tema es evidente y resulta ideal para iniciar el concierto de forma arrolladora. Será incluido en el siguiente álbum de estudio: Long Live Rock 'n' Roll. En el segundo corte leemos que hay un medley que en realidad no lo es, pues existen paradas entre cada uno de los tres temas incluidos. Nos sirve únicamente para saber que pertenecen al mismo concierto. Como su nombre indica, ‘Blues’ es una improvisación instrumental en este género donde los músicos demuestran su macerada técnica, en especial el gran Ritchie. Lo más curioso es cuando se alterna con el teclista, quien repite sus notas extrayendo un sonido que parece una segunda guitarra. Luego llega un breve fragmento de ‘Starstruck’ de menos de un minuto para que Dio tome el protagonismo de nuevo con un canto a cappella antes de volver en el medio minuto final a ‘Man On The Silver Mountain’. En la interpretación del segundo disco encontramos una introducción en forma de pequeña broma donde se escuchan varias tonadas populares antes de lanzarse a lo importante.

 

Blackmore llega a cotas máximas de técnica y expresividad con su guitarra en ‘Catch The Rainbow’, un verdadero portento. Vamos, que si hubieran tocado directamente ‘Little Wing’ de Jimi Hendrix, el resultado habría sido igual de espectacular. En el segundo disco añaden una introducción de recuerdo a Bach y su celebérrima pieza coral Jesus bleibet meine Freude, perteneciente a la cantata Herz und Mund und Tat und Leben, BWV 147. Si no miráramos los títulos interpretados, nos parecería una sorpresa el súbito comienzo de ‘Sixteenth Century Greensleeves’, pues en primer lugar hay más de dos minutos de preludio ambiental con Ritchie tocando la guitarra eléctrica como si fuera un avezado músico de guitarra clásica. Se recurre también a un tema de Deep Purple y sorprende que, en vez de recuperar algún éxito de ellos, el elegido sea ‘Mistreated’, que era de lo poco salvable que había en Burn. Pero aquí se le da un tratamiento adecuado y con Ritchie en plena forma no puede fallar, además de que Dio no resulta tan cargante como Coverdale. La canción se acomoda muy bien al estilo de Rainbow y queda aquí incluso mejor que en las interpretaciones en directo de Deep Purple, quienes ya se habían disuelto para 1977.

 

¿Y qué decir de una pieza de sonido tan descomunal como ‘Still I'm Sad’ en directo? Pues que obviamente no hay que perdérsela porque en directo tiene ese sabor especial de la inspiración de los músicos, aparte de que su endiablado ritmo es ideal como final de fiesta. Cabe destacar al teclista Tony Carey, brillante en su momento de lucimiento con un espectacular solo en el que se coloca al mismo nivel de Jon Lord. Y es que, en general, no se le puede objetar nada a este álbum en directo, un impresionante documento del poderío de un grupo de rock cuando está en estado de gracia y cuando dispone de un maestro de las seis cuerdas inspirado y dispuesto a confirmar su estatus como uno de los mejores de la historia del rock.

LONG LIVE ROCK 'N' ROLL

Año de publicación: 1978

Puntuación:

1) Long Live Rock 'N' Roll; 2) Lady Of The Lake; 3) L.A. Connection; 4) Gates Of Babylon;

5) Kill The King; 6) The Shed (Subtle); 7) Sensitive To Light; 8) Rainbow Eyes.

Rainbow-longliverocknroll.jpg

Este álbum de artística portada dibujada a mano es el último de Ronnie James Dio con Rainbow, conformando así el final de la primera etapa del grupo. Y la salida de Dio es por la puerta grande, pues en Long Live Rock 'N' Roll han aprendido de los errores de Rising y le vuelven a dar prioridad a las melodías porque, con la máquina musical consolidada en que se había convertido el grupo, todo lo demás no suponía mucho esfuerzo. De hecho, el tema que da título al álbum y que lo inicia puede tomarse como la quintaesencia de Rainbow al poseer todos los ingredientes que definen su música de rock duro con propósito melódico. Los pasajes instrumentales recuerdan por momentos a ‘Pictures Of Home’ de Deep Purple, pero tampoco supone mayor problema.

 

La inquietante introducción de aires místicos de ‘Gates Of Babylon’ deja paso a otra composición de influencias de Oriente Medio que ya parecía una tradición en Rainbow, aunque esto es algo que siempre nos hace pensar en ‘Kashmir’ sea el grupo que sea. Cabe destacar el estupendo solo de guitarra, con la garantía que siempre tiene Blackmore. La única pega que se le puede hacer a ‘Lady Of The Lake’ es haber copiado el riff de ‘The Wanton Song’ de Led Zeppelin, pero al ser esto lo más accesorio de este tema y siendo sus puntos fuertes la memorable parte vocal y el espectacular solo de guitarra iniciado por una sucesión de alargadas notas distorsionadas que crean una atmósfera inquietante, no queda sino rendirse ante la evidencia de que se trata de una gran composición de este grupo. Algo más enfilada al blues-rock (pero no por su ritmo) se dirige ‘L.A. Connection’, sin perder por ello la esencia del sonido duro.

 

‘Kill The King’ ya la conocíamos de On Stage y es la pieza más rápida de este álbum, siendo aparte la primera colaboración en la composición del baterista Powell junto a Blackmore y Dio. La siguiente es la otra composición conjunta de este trío que podemos encontrar aquí, ‘The Shed (Subtle)’, que posee como introducción un minuto de alarde de depurada técnica de Blackmore con un efecto entre el eco y la lejanía, dejando paso luego a otro fiero rock de ritmo más contenido. No puede faltar algo de relleno y eso es lo que encontramos en ‘Sensitive To Light’, una canción de esas que parecen compuestas en quince minutos con solo tirar de experiencia.

 

Lo más sorprendente de ‘Rainbow Eyes’ no es que sea una balada, pues en el repertorio de Rainbow ya existían varias, sino que no haya ninguna variación a lo largo de sus siete minutos y medio. Vamos a explicarlo mejor: lo que toda persona que la escuche por vez primera está esperando es que esa delicada introducción de guitarra y flauta dé paso a un poderoso estribillo rockero, o cuando menos a la entrada de la sección rítmica como cabe esperar en toda balada-rock que se precie. Pero no, Rainbow se alejan de convencionalismos y se mantienen todo el tiempo en ese inesperado estilo de folk, añadiendo arreglos orquestales como única variación, que de todas maneras sigue conformando una preciosa canción de sensible parte de guitarra donde la voz de Dio suena más humilde que nunca.

 

Aunque la gloria le había llegado a Ronnie un poco mayor, es ahora cuando se veía en su mejor momento y se había hecho un nombre dentro de la escena musical del rock duro. Esto le llevó a dejar a Rainbow, el grupo que le había proporcionado notoriedad, y meterse nada menos que en Black Sabbath, quienes casualmente se habían quedado sin vocalista por la salida de Ozzy Osbourne. Bien pensado, Ronnie ya iba enfilado para cumplir los cuarenta años y había oportunidades que no podía dejar pasar. Y no se iba a perder ya nada importante si hubiera continuado en Rainbow, como veremos a continuación, aunque lo de Black Sabbath no será precisamente para lanzar cohetes.

2021

DOWN TO EARTH

Año de publicación: 1979

Puntuación:

1) All Night Long; 2) Eyes Of The World; 3) No Time To Lose; 4) Makin' Love;

5) Since You Been Gone; 6) Love's No Friend; 7) Danger Zone; 8) Lost In Hollywood.

rainbow Down_to_Earth.jpg

2021

Ritchie Blackmore había salido hacía varios años de Deep Purple y en este álbum parece que la sombra de su exgrupo no le iba a abandonar. De los tres nuevos miembros que entran en la formación de Rainbow, uno de ellos es el bajista Roger Glover (quien precisamente había sido despedido de Deep Purple por iniciativa de Blackmore) y el otro quien será el futuro teclista de Deep Purple, Don Airey. Como ya se dijo, el álbum previo fue el último de Ronnie James Dio con el grupo y de esta manera hubo de entrar un tercer nuevo miembro. El nuevo vocalista Graham Bonnet es competente pero desgraciadamente su voz es más canónica y no transmite el carisma de su predecesor en el cargo. Por otro lado, la inspiración a la hora de componer cae a niveles alarmantes y tan solo la profesionalidad del grupo y la guitarra de Ritchie evitan la catástrofe.

 

De esa manera, si no fuera por el solo de guitarra, ‘All Night Long’ no dejaría de sonar como un vulgar rock de salón. Canciones como ‘Danger Zone’ pretenden sonar como en el álbum de debut y eso por un lado las salva de ser peores, pero simultáneamente transmiten esa sensación cansina de que ya es algo visto. Por tanto, la catalogación de ‘Kashmir’ de este álbum recae en ‘Makin' Love’, un tema que no va más allá de esa melodía oriental y un vistoso estribillo. La imitación de introducción orquestal, algo extensa, de ‘Eyes Of The World’ crea altas expectativas ante lo que vamos a escuchar y es ciertamente de lo mejor del álbum, pues no encontraremos muchos momentos donde suenen convincentes ante lo que pretenden transmitir, en este caso una críptica reivindicación bañada de épica. La parte de guitarra es excepcional y ayuda mucho, como siempre, a engrandecer el resultado final. Buscan la épica nuevamente en ‘Love's No Friend’, pero les sale forzada y eso es justo lo que se debe evitar cuando uno busca algo de tono heroico o epopéyico.

 

Más enfocado al rock'n'roll clásico es ‘No Time To Lose’, cuya parte vocal es un verdadero desastre y aparte parece una imitación barata de la manera de cantar de Ian Gillan. La única composición no original es ‘Since You Been Gone’ y suena deliberadamente comercial, exactamente igual al tipo de rock que sonará en las ondas comerciales durante los años ochenta, pero al menos suena jovial y fresca en comparación a lo que llegaría en unos años. Curiosamente está compuesta por Russ Ballard, el guitarrista de los entonces disueltos Argent, nombre tomado del apellido de uno de sus fundadores, el teclista Rod Argent de The Zombies. Por otra parte, ‘Lost In Hollywood’ es la típica canción de ritmo más rápido para finalizar con algo de brío, pero vuelve a adolecer de lo mismo que el grueso de este álbum, esto es, de falta de melodías originales. Dio debió sentirse satisfecho de la decisión de marcharse antes de tiempo, porque Rainbow nunca alcanzarán el nivel de su primera etapa.

DIFFICULT TO CURE

Año de publicación: 1981

Puntuación:

1) I Surrender; 2) Spotlight Kid; 3) No Release; 4) Magic; 5) Vielleicht Das Nächste Mal (Maybe Next Time); 6) Can't Happen Here; 7) Freedom Fighter; 8) Midtown Tunnel Vision; 9) Difficult To Cure (Beethoven's Ninth).

rainbow-Difficult_to_cure.jpg

Como no podía ser de otra manera, más cambios volvieron a sacudir la formación de Rainbow. Esta vez fue la sustitución de Cozy Powell por otro baterista y la entrada del nuevo vocalista Joe Lynn Turner, quien llegaría en el futuro a formar parte de Deep Purple en el infame Slaves And Masters de 1990. Roger Glover continuaba, pero ya vimos que su tándem creativo junto a Blackmore lo único que conseguía era retrotraerlos a la escasa calidad de la última época en que coincidieron en su antigua banda, aunque en la mayoría de temas no son ellos los compositores exclusivos. Pero ni recurriendo a Beethoven consiguen mejorar el flojo nivel demostrado en Down To Earth.

 

Nuevamente encontramos un tema de Russ Ballard, el antiguo componente de Argent. Se trata de ‘I Surrender’, otra pieza de rock comercial sin mayor recorrido que servía para marcar los parámetros insustanciales en los que se iban a mover de nuevo. Si no fuera por la guitarra de Ritchie, ‘Spotlight Kid’ sonaría igual que cualquier grupo vulgar que quisiera grabar una canción heavy de ritmo rápido. Cabe destacar también el solo de teclado de Airey, que al principio se asemeja mucho al estilo de Jon Lord hasta que luego empieza a desvariar para recordarnos que no hay comparación posible entre ambos teclistas.

 

Canciones tan descaradamente comerciales como ‘Magic’ y ‘Freedom Fighter’ ya bordean de manera peligrosa la línea que separa lo flojo de lo bochornoso. En el caso de ‘No Release’, otro tema de relleno, es al menos consistente y está ejecutado cierto gusto, con una inesperada aceleración final de todos los músicos. En cambio, ‘Can't Happen Here’ es el intento de conseguir algo similar a ‘Black Sheep Of The Family’ del disco de debut, pero ya sin la frescura de los inicios. Aun estando mal escrito en alemán, ‘Vielleicht Das Nächste Mal (Maybe Next Time)’ es un relajado instrumental de aires épicos compuesto por Blackmore y Airey que sirve de relajación ante lo que hemos escuchado hasta ese momento, aparte de estar entre lo poco salvable de este álbum. Lo mejor que podían hacer era ceñirse a ese sonido consistente y solemne que tan bien controlaban y que aquí les permite dejarnos otro interesante tema titulado ‘Midtown Tunnel Vision’, más cercano también al blues-rock.

 

Para intentar acabar a lo grande, no se les ocurre otra cosa que realizar una versión rockera con la melodía principal del último movimiento de la novena sinfonía de Beethoven, bajo el título de ‘Difficult To Cure (Beethoven's Ninth)’. Curiosamente, esa famosa melodía queda muy floja cuando está interpretada con la guitarra eléctrica, despojándola así de toda grandiosidad. Lo mejor de este tema es su parte central, donde se olvidan de la citada melodía y se dedican a improvisar para demostrar su pericia como músicos. El resto del tiempo suenan tan ingenuos como Miguel Ríos cuando hizo algo similar en 1970, aunque a este se le puede perdonar porque provenía de un mundo musical todavía coartado por la censura existente. Lo que queda gracioso es leer en la contraportada que catalogan esta pieza como tradicional.

 

Así pues, este álbum certificaba que el proyecto de Rainbow había llegado a un punto muerto del que no podían o no sabían salir (más bien lo primero). Qué lejos quedaba ya el sensacional álbum de debut y qué poco de la creatividad original asomaba ahora. Tan solo la espectacular técnica de Ritchie Blackmore puede aportar un mínimo de interés a un disco insulso, vulgar y condenado al olvido. Ni Beethoven consigue salvarles los muebles.

STRAIGHT BETWEEN THE EYES

Año de publicación: 1982

Puntuación:

1) Death Alley Driver; 2) Stone Cold; 3) Bring On The Night (Dream Chaser);

4) Tite Squeeze; 5) Tearin' Out My Heart; 6) Power; 7) MISS Mistreated; 8) Rock Fever;

9) Eyes Of Fire.

rainbow -Straight_between_the_eyes.jpg

La irrelevancia absoluta en la que estaba asentándose Rainbow comenzaba a ser ya muy preocupante. Irrelevancia artística, se entiende. Blackmore y compañía estaban ya completamente centrados en el aspecto comercial de la música y no había intención alguna de buscar un sonido propio, si acaso reciclar viejas ideas que ya no tenían frescura alguna. Como no podía faltar algún cambio, el teclista Don Airey (futuro sustituto de Jon Lord en Deep Purple) será reemplazado por otro, sin que ello suponga ningún cambio de rumbo respecto a la vulgaridad absoluta a la cual se dirigían sin remisión.

La guitarra de reminiscencias clásicas de Blackmore es lo único destacable en ‘Death Alley Driver’, aparte de que el intermedio instrumental es muy devoto de ‘Highway Star’ de Deep Purple. Pero en general es el tipo de canción que esperamos de cualquier grupo heavy sin talento. Puede decirse que aciertan en el tono de ‘MISS Mistreated’, también reminiscente del sonido clásico de Deep Purple, pero es una canción que se acaba olvidando porque no posee nada especial. La sencilla melodía que introduce ‘Stone Cold’ ayuda a crear un tono amigable que nos adelanta su estatus de pop-rock comercial sin mayor relevancia, pero aquí nos podemos quedar satisfechos con algo de este calibre. Lo normal es encontrarnos con canciones de relleno tan insulsas como ‘Tite Squeeze’, mientras que ‘Tearin' Out My Heart’ es la típica balada rock que busca llegar a la pomposidad a toda costa.

 

Los ritmos rápidos que tanto habían servido para agrandar la reputación del grupo reaparecen en ‘Bring On The Night (Dream Chaser)’, pero nuevamente la parte vocal es bastante convencional, un estribillo que huele a años ochenta comerciales. ‘Rock Fever’ demuestra también que parecen quedarse satisfechos con mantener un ritmo ágil junto a la guitarra protagonista de Ritchie, pero suficiente para no caer en la vulgaridad, no para lograr notoriedad. En cambio, el riff de ‘Power’ queda totalmente desaprovechado dentro de una pésima canción que ahonda en los peores clichés de la música heavy, pues hasta el solo de Blackmore queda horrible. Para no perder la tradición, el momento ‘Kashmir’ lo encontramos aquí en la final ‘Eyes Of Fire’, algo que a estas alturas ya ni siquiera merece que le prestemos atención, salvo la guitarra de Blackmore que nos vuelve a mostrar al maestro que hay en ella.

 

En resumen, puede decirse que tan solo la guitarra de Ritchie Blackmore evita que este álbum sea una total calamidad. Parecía imposible que pudieran resurgir de sus cenizas y tan solo la reunión de Deep Purple podrá evitar que se alargue esta penosa agonía artística. Pero todavía les quedará tiempo para un álbum más antes de la disolución inicial, que tampoco les debía suponer mucho esfuerzo grabar obras tan vulgares y carentes de interés.

BENT OUT OF SHAPE

Año de publicación: 1984

Puntuación:

1) Stranded; 2) Can't Let You Go; 3) Fool For The Night; 4) Fire Dance;

5) Anybody There; 6) Desperate Heart; 7) Street Of Dreams; 8) Drinking With The Devil;

9) Snowman; 10) Make Your Move.

rainbow Bent_out_of_shape.jpg

Llegamos aquí al final provisional de Rainbow, probablemente forzado por la reunión de Deep Purple y no a la inversa. El nivel de las composiciones iba decayendo paulatinamente y estaba claro que Turner no era ni el cantante ideal ni, mucho menos, el compañero de composición adecuado. En esta despedida simplemente se dejan llevar por las canciones facilonas y sin alicientes, pues el sonido profesional que tenían no les alcanzaba para conseguir ejecuciones dignas en un material casi insalvable.

 

Lo único salvable del álbum son las dos piezas instrumentales que encontramos en él, como si Joe Lynn Turner fuera una influencia malvada para el grupo. La aparición del instrumental ‘Anybody There’ supone un respiro al sonar como los primeros Procol Harum, aparte de que la guitarra de Blackmore por fin transmita algo de emoción, aunque se parezca más a Carlos Santana. El otro instrumental es ‘Snowman’, la versión de una canción de un programa infantil de televisión que con la afilada guitarra de Ritchie parece una composición adulta. El resto del álbum es mejor olvidarlo porque es de una vulgaridad absoluta, salvo algún que otro detalle. Como ejemplo, a pesar de su introducción de música barroca donde el teclista parece poseído por el espíritu de Bach, ‘Can't Let You Go’ se sumerge en una mediocridad insultante donde todo parece medido para satisfacer a las ondas comerciales.

 

El comienzo épico de ‘Street Of Dreams’ sirve de prototipo para todo el hair-metal comercial de los ochenta. Su desarrollo y estribillo son tan descaradamente vulgares y comerciales que eso ni siquiera sirve de prototipo porque existían y existirán cientos de canciones similares. ‘Desperate Heart’ incide en la misma mediocridad pero al menos posee un interesante solo de guitarra, mientras que en ‘Fire Dance’ caen de lleno en todos los errores de los grupos heavy de tercera fila, pues se limitan a tocar con velocidad pero sin un solo gancho melódico. Y ya cuando meten el horrible solo de sintetizador es cuando acaban de meter también la pata hasta el fondo. Como curiosidad, ‘Stranded’ suena exactamente igual a cómo iban a sonar Deep Purple tras su ya casi incipiente reunión, esto es, comerciales e insustanciales. Hasta los solos de guitarra suenan vulgares y fútiles. En cambio, ‘Drinking With The Devil’ suena a los Deep Purple irrelevantes de Who Do We Think We Are, con un Turner que parece imitar a Ian Gillan.

 

Así pues, Ritchie Blackmore y Roger Glover  volverán a los ya citados tantas veces Deep Purple en el decepcionante retorno mediante Perfect Strangers de 1984, de tal manera que Bent Out Of Shape supuso la despedida deshonrosa y contractual de un grupo de trayectoria descendente que en todo caso necesitaba esa disolución que llegaba tarde. La emoción y frescura de los inicios se había desvanecido por completo.

LIVE IN GERMANY 1976

Año de publicación: 1990

Puntuación:

CD I: 1) Kill The King; 2) Mistreated; 3) Sixteenth Century Greensleeves;

4) Catch The Rainbow.

CD II: 1) Man On The Silver Mountain; 2) Stargazer; 3) Still I'm Sad;

4) Do You Close Your Eyes.

Rainbow germany.jpg

En 1990 Ritchie Blackmore todavía seguía en Deep Purple, pero en unos pocos años volvería a salirse de esa banda, esta vez para siempre. Mientras tanto, se publicó este álbum que recoge un concierto de su primera época, de la misma gira de 1976 de la cual había aparecido On Stage en 1977, aunque de la rama europea. De hecho, en este citado álbum aparecen actuaciones de conciertos que también están representados aquí. Como reza su título, los conciertos escogidos son en Alemania, concretamente de cuatro conciertos en sendas ciudades alemanas que tuvieron lugar casi consecutivamente durante un total de cinco días. Todo un ritmo frenético que se ajusta al frenesí que transmitía la música combativa y valiente de la primera época de Rainbow. Así pues, los músicos son los mismos que encontrábamos en On Stage y el repertorio tampoco supone ninguna sorpresa respecto a lo que habíamos escuchado ya. Las únicas novedades son ‘Stargazer’ y ‘Do You Close Your Eyes’, ambas pertenecientes a Rising y sin defraudar en directo, dentro de la máquina sonora que era Rainbow.

 

Por la poca cantidad de temas incluidos en dos discos, ya sabemos que nos vamos a encontrar versiones bien extendidas de las versiones del estudio. Eso implica la existencia de largas introducciones y extensos pasajes instrumentales para que se luzca mayormente Blackmore, aunque el teclista también busca su protagonismo. Pero teniendo en cuenta lo que ya conocíamos en directo de Rainbow, tanta exposición al espectáculo personal del guitarrista puede resultar empachoso. En cualquier caso, tanto en ‘Sixteenth Century Greensleeves’ como en ‘Catch The Rainbow’ volvemos a escuchar una introducción de música clásica por parte de Blackmore, lo cual es siempre una delicia, como también nos vuelve a regalar en la segunda un espectacular y extenso solo de guitarra, tan insuperable en su emoción y técnica como solo los grandes guitarristas pueden conseguir.

 

En el inicio de ‘Stargazer’ parece que estemos escuchando el pizzicato de un violín en vez de a Ritchie haciendo florituras con su guitarra. Cuando le toma el testigo el teclista, pues ya no es lo mismo y se nota la diferencia. En ‘Still I'm Sad’ nos cuelan allí el inevitable solo de batería, aunque lo más novedoso es que esta vez sí la cantan, no la dejan como un instrumental igual que en el álbum de debut, aunque esto tampoco resulta relevante. No hay más novedades respecto a lo que ya conocíamos pues la transformación de ‘Man On The Silver Mountain’ en un consistente blues-rock ya lo habíamos escuchado en On Stage. Esa duplicidad existente entre estos dos álbumes en directo es lo que provoca que no puedan aceptarse ambos en igualdad de condiciones, de tal manera que Live In Germany 1976 ha de tomarse como una repetición que merece la pena escuchar pero siempre que haya transcurrido tiempo suficiente para olvidar un poco el anterior.

STRANGER IN US ALL

Año de publicación: 1995

Puntuación:

1) Wolf To The Moon; 2) Cold Hearted Woman; 3) Hunting Humans (Insatiable);

4) Stand And Fight; 5) Ariel; 6) Too Late For Tears; 7) Black Masquerade; 8) Silence;

9) Hall Of The Mountain King; 10) Still I'm Sad; [BONUS TRACK:] 11) Emotional Crime.

Rainbow stranger.jpg

En 1993 Ritchie Blackmore se fue de nuevo y esta vez para siempre de Deep Purple, pues estaban volviendo a grabar unos álbumes bastante flojos y no se iba a perder nada especial. Lo primero que hizo fue resucitar Rainbow, pues parece que necesitaba volver a sentirse un líder, aunque no tardaría mucho en iniciar lo que será su siguiente y definitivo proyecto. Justamente, en la portada vemos una imagen que asociaríamos antes con el que será su siguiente proyecto, Blackmore's Night, que con Rainbow, aunque también parece inspirada en la de Harvest Moon de Neil Young. ¿Y cómo suena una banda que diez años antes había tocado fondo? Pues si en los ochenta acabaron sonando como los grupos heavy del montón, en los noventa suenan igual que los restos metaleros de entonces. De los músicos que participaron en Bent Out Of Shape no queda ninguno (Roger Glover intuye que los restos de gloria solo pueden quedar en Deep Purple) y por ello Blackmore se rodea de unos músicos completamente nuevos, con otro cantante gritón y adulterado que no transmite más que potencia forzada.

 

Pero todos sabemos quién es la única estrella de la fiesta (algo que probablemente forzó él mismo rodeándose de músicos sin carisma). Así pues, únicamente el solo de guitarra de Ritchie consigue que canciones como ‘Hunting Humans (Insatiable)’ o ‘Wolf To The Moon’ (cuyos segundos finales también cabe ensalzar) no sean pura vulgaridad heavy. En esta última aparece acreditada Candice Night, su pareja sentimental que se convertirá pronto en pareja artística en Blackmore's Night. Precisamente, el medio tempo vulgar de ‘Ariel’ y su cansino riff de aires orientales conforman lo que es una composición conjunta de esta pareja, que tan solo en su último minuto nos muestra trazas de lo que será su carrera artística bajo el citado nombre de Blakmore's Night, aunque es poco premio para la sensación tan mala que transmite el resto del tiempo. Podemos encontrar algún estribillo mínimamente vistoso (como el de ‘Cold Hearted Woman’), pero es un álbum aburridísimo. Tan solo en ‘Black Masquerade’ consiguen hacer algo llamativo que contenga un componente épico justificado, aparte de poseer una parte vocal mesurada y un riff de guitarra que no se desgasta a la cuarta repetición (que ya es decir para lo que encontramos aquí). Y sorprende encontrar ese interludio instrumental acústico de sabor español hacia la mitad del tema.

 

Hacer una versión de ‘Hall Of The Mountain King’ de Edvard Grieg no es ninguna novedad porque desde los años sesenta era una pieza susceptible de ser interpretada por los músicos de rock. Aquí no ofrece nada más que lo previsible, que es escuchar su sensacional melodía en formato de rock duro, con los molestos gritos añadidos de White, aunque durante los dos primeros minutos parece que la hayan transformado en algo diferente e igualmente vulgar. Por medio nos cuelan la famosa melodía de La mañana, otro de los movimientos que pertenecen a la obra cumbre de Grieg: Peer Gynt. No es hasta que llegamos a ‘Stand And Fight’ que parece rememorar el estilo de pop-rock pegadizo que se tocó en algunos momentos de los primeros años, pero el anodino estribillo deja bastante que desear y lastra lo que podría haber sido un interesante tema, aparte de que Ritchie parece que se reserva aquí uno de sus solos más vulgares. Cuando sí echan la mirada atrás es para regrabar la versión que hicieron de ‘Still I'm Sad’ de los Yardbirds, lo cual nos sirve para comparar los Rainbow de 1975 y los de 1995 y extraer conclusiones evidentes. En los noventa seguían muertos artísticamente, eso quedaba bien claro. Mucho más si nos fijamos en la artificialidad de esta nueva versión, una verdadera calamidad.

 

La canción adicional ‘Emotional Crime’ hasta suena aceptable en comparación con la penosa impresión que transmite este álbum, así que es acertada su inclusión aunque no sirva para que pueda alzar el vuelo. No tenía sentido retomar el proyecto de Rainbow cuando en realidad ya no había un proyecto definido donde sustentarlo. Sin capacidad para aportar nada en el mundo del rock duro, Ritchie se pasará definitivamente (salvo algunos momentos de nostalgia o necesidad económica) al mundo del rock medieval, donde tampoco puede decirse que haya aportado nada más que su impresionante técnica de guitarra, lo cual siempre tiene su interés.

bottom of page