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ONION

HAWAIIQUZ

Año de publicación: 1995

Puntuación:

1) My Valentine; 2) Let Me Be Yours; 3) Stars Taunt Me; 4) Halo;

5) I Hate You, My Sweet Boy; 6) My Baby Grows; 7) Favourite Toy; 8) Still Again.

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En Salamanca, unamuniana y plateresca ciudad universitaria, existía en los noventa una vida cultural animada que fue propicia para la aparición de nuevas bandas musicales, algunas de ellas adoptando el inglés como idioma musical, tal cual era la corriente imperante en esos momentos. Muchos grupos españoles de rock de esa índole surgieron en esa década (el auge del indie-rock) y sobrepasaron la barrera física de su misma ciudad, logrando éxito a nivel nacional (Dover, Australian Blonde, Undershakers…), pero muy pocos sobrepasaron el calificativo anglosajón de “one-hit wonder” que, además, idiomáticamente les venía ideal. Uno de aquellos grupos que sí sobresalían, probablemente el mejor de ellos, pero que desafortunadamente cayó en el olvido de forma muy rápida, fue el cuarteto Onion. Fundado por estudiantes universitarios y bajo una formación de dos guitarras, bajo y batería, estuvo indefectiblemente caracterizado por la personalidad de su guitarrista, cantante y compositora principal: Ainara LeGardon. Su voz y su guitarra transmiten diferentes estados de ánimo, siempre con una expresividad que abruma por su sinceridad.

 

Los inicios son siempre duros y, para una banda con mucha ilusión pero poca experiencia, en su debut se aprecia el carácter formativo de la música desplegada. Lo peor sin duda es la producción, bastante deficiente, lo cual no permite que el resultado final pueda ser algo mejor. En cualquier caso, este álbum de alguna manera mira hacia el futuro porque planta las semillas (inseguras y algo amateur) de lo que será su incipiente postulación como puntales del movimiento rock en España. Algunas de las ideas de este disco serán mejoradas para el siguiente Between Baum & Wolle, pero aquí también dejan algunos memorables momentos.

 

‘My Valentine’ ya marca de alguna manera lo que será el estilo de la banda, aunque tenga una introducción acústica. A partir de inquietantes sonidos envolventes y la voz cálida de Ainara, se llega a un poderoso estribillo donde se despliega igualmente el instinto melódico de esta gran compositora. La ambientación de aires dance de ‘Stars Taunt Me’ es toda una muestra del poderío que demostraban ya desde sus comienzos. Lo único que rompe el mágico efecto son los horribles “Happy, I'm happy!” que canta LeGardon varias veces. ‘Let Me Be Yours’ es en principio un tema de los flojos, pero posee un estribillo que va ganando en intensidad conforme avanza y llega a esa declamación de “Wanna wait for you / Wanna run away / I wanna be the rainbow”. En la coda todavía denotan su falta de experiencia, puesto que más adelante serán unos maestros de los finales apoteósicos. Mucho más convencional suena ‘I Hate You, My Sweet Boy’, de guitarra que recuerda a los The Cure de la primera mitad de los ochenta, como si hubieran invitado a Robert Smith a tocar con ellos. Aunque la única metida de pata que posee el disco es la simplona y repetitiva ‘Favourite Toy’, la cual sobre los dos minutos llega a una especie de clímax que en realidad deja indiferente.

 

La sensibilidad especial de Ainara la encontramos en la balada ‘Halo’, donde bajo una percusión marcial las guitarras despliegan alargadas notas agudas (casi como si fuera una slide) y la voz suena dulce e hipnotizadora, por lo que solo cabe dejarse llevar por su cadencia melancólica. También en forma de balada que luego se acelera, tenemos la más vulgar ‘My Baby Grows’. Pero la verdadera joya intimista la tenemos en la final ‘Still Again’, que comienza de manera bastante discreta hasta que primero van llegando esos sentidos finales de estrofa acompañados de una expresiva guitarra y luego entramos en el emotivo y desgarrador estribillo: “I don't wanna see my dreams becoming real / I will never feel again the way I feel”. Por si fuera poco, el remate emocional llega en su desolador puente donde se acelera ligeramente el ritmo y Ainara permite aflorar todo lo que lleva dentro: “I'm trying to tell / I'm trying to spell the only word to him”. Después de escuchar este tema, a una cantante que se está desnudando emocionalmente, un@ no se puede quedar impertérrit@ o es que no se tiene sangre en las venas.

 

En este debut no dejaban de ser una banda más del montón, apuntando maneras que, en este caso, sí darían muy pronto sus frutos, evolucionando rápidamente de forma positiva. Hemos de repetir de nuevo que la penosa producción lastra la posibilidad de un mejor resultado, pero ahí queda todo ello como el debut de los grandes Onion.

BETWEEN BAUM & WOLLE

Año de publicación: 1997

Puntuación:

1) Dancing; 2) Sun Blows My Dreams Away; 3) Could've Been There; 4) Carpets Of Flowers; 5) O Mae No Neko Wo Koro Suzo; 6) From The Kitchen To The Stars; 7) My Own Device;

8) Pouring Out Tears; 9) Sick Of You; 10) Just A Voice; 11) Blixa….

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La positiva evolución como músicos unida a una mayor experiencia y la innegable inspiración a la hora de componer, les permitió contar con el apoyo suficiente para grabar su segundo álbum, pero llegó también un momento crucial en el devenir del grupo. El mayor éxito conseguido por Onion fue que Alejandro Amenábar eligiera la canción ‘Sick Of You’ para una de las escenas importantes de la película que le confirmó como heredero español de Hitchcock: Abre los ojos. De esta manera, hasta pudieron grabar un vídeo musical de buena calidad. En cualquier caso, esta canción es la menos característica del sonido de Onion, ya que se embarca en un sonido estándar para realizar unas transiciones más ordinarias en esa estructura que va elevando el tono desde un comienzo templado hasta llegar al estribillo. Es decir, se trata de una buena canción, pero no representa lo mejor que sabían hacer y quizá por ello cayeron luego en el olvido más absoluto, ya que parecen un grupo más de rock del montón.

 

Como canción de inicio, no podían haber elegido una mejor opción que ‘Dancing’. Su intrigante guitarra inicial y la delicada voz de Ainara crean una ambientación de inquietud que se rompe al entrar súbitamente un espectacular ritmo acelerado donde la voz de Ainara se torna amenazante. El dominio de esas transiciones rítmicas demostraban que Onion era un grupo que aprendía rápidamente. La letra mejor olvidarla, aunque ha de tomarse como una broma. Los ritmos bailables al estilo de los primeros Stone Roses, con un excepcional juego de guitarras, maravillan con varios ejemplos como ‘Sun Blows My Dreams Away’, de sensacional desarrollo finiquitado en un emocionante estribillo: “Take me by your side / Tell me where the spirits of you lie”. ‘From The Kitchen To The Stars’ no se queda nada atrás en grandeza, aunando al mismo tiempo poderío rítmico con una emotiva parte vocal. En cambio, el extravagante título de ‘O Mae No Neko Wo Koro Suzo’ esconde otro tema bailable que resulta menos atractivo quizá por ser tan evidente su propósito, pero tiene su gracia el momento en que comienza a acelerarse gradualmente el ritmo, si bien ese truco se emplea más veces en este disco.

 

Las extraordinarias cualidades de Ainara como cantante quedan bien patentes en ‘Carpet Of Flowers’, en cuyo estribillo su voz transita desde la dulce plegaria hasta la resignación final para expresar toda la desolación de la letra. Hay también algo de sitio para las canciones más tranquilas, pero sin perder nunca la mordiente rockera. ‘Could've Been There’ podría haber sido una convencional balada, pero los arreglos instrumentales y sobre todo la frenética percusión consiguen extraer incluso mayor emoción de la composición, pero lo mejor sin duda es la espectacular coda que se marcan pasados los dos minutos, cuando Ainara comienza a cantar “I wish I was a child”. Las que no se salvan de ser canciones convencionales son: ‘My Own Device’, que al menos es breve y no molesta mucho, y la vulgar ‘Just A Voice’. Así que como mejor balada nos quedamos sin dudar con ‘Pouring Out Tears’, donde la batería hace uno de sus mejores trabajos al transmitir con su diversidad en los tempos la misma emoción que la voz de LeGardon. La parte final, cuando el ritmo se acelera al máximo y Ainara canta los “I'm pouring out tears like water”, es uno de esos momentos de catarsis musical que no se olvidan nunca.

 

Para el final nos queda ‘Blixa’, de prometedor inicio gracias a una intrigante introducción de guitarras y el solemne canto de LeGardon, pero que acaba repitiendo detalles de temas anteriores. Es en principio el final del álbum, pero tras una larga pausa llega una canción oculta (pasados los ocho minutos) que es como una manera de despedirse de forma relajada, algo así como el ‘After Hours’ de la Velvet Underground. Este álbum hubiera requerido despedirse a lo grande, pero tampoco puede exigirse más de un grupo que avanzaba muy rápido y que, de seguir así, prometía convertirse en uno de los grandes nombres del rock patrio. Desgraciadamente, triunfar en el mundo de la música requiere de factores extramusicales que son muy difíciles de controlar y Onion grabaría un sensacional último disco que no les reportaría el éxito que hubieran merecido.

STAND BY FOR A DISASTER

Año de publicación: 2000

Puntuación:

1) First Time I Heard You; 2) If I Should Live To Be A Hundred; 3) Till The Deep Sea Dries;

4) So Close; 5) Slaphead; 6) Yul; 7) 22 Dogs; 8) Quartet; 9) The Melody You Are;

10) Was It A Dream?; 11) My Grief; 12) Licking Your Hands; 13) Secret Inside My Mouth;

14) Break Me Down In Pieces.

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Llegamos aquí por desgracia al final de esta prometedora banda. Lo que ha quedado para la historia sin duda es que para elegir portadas el gusto no era nada bueno. La progresión en estos años es espectacular, puesto que aquí dedican tiempo a los arreglos y la producción, consiguiendo un sonido más fresco y original. Curiosamente, está grabado en unos estudios de Almassora, lugar poco publicitado para estos menesteres pero muy recomendable, visto el resultado obtenido aquí. En cualquier caso, el empuje recibido tras su inclusión en la banda sonora de Abre los ojos no les sirvió para hacerse un mayor hueco en el mercado musical, pero no fue óbice para que mejoraran como músicos aunque no les llegara el reconocimiento que merecían.

 

La introducción de harmonium de ‘First Time I Heard You’ ya nos avisa de que nos adentramos en una nueva fase más artística en la evolución de Onion. La dulce voz de Ainara transmite toda la delicadeza posible como si fuera un instrumento, acorde a la cadencia relajada de la canción. La parte de violín en la sección instrumental a partir de los tres minutos es bastante simplona, pero el resto de la composición denota un gusto exquisito en los arreglos. Es en las baladas donde pueden degustarse las delicadas interpretaciones vocales de Ainara, puesto que su voz en ‘So Close’ es el elemento clave y revela muchos matices expresivos que potenciará todavía más en su futura carrera en solitario. Más discreta resulta la final ‘Break Me Down In Pieces’, que parece más un intento de LeGardon de exorcizar demonios internos, tal es la autenticidad que transmite. En cambio, en ‘Licking Your Hands’ buscan recrear una ambientación intimista que está muy bien conseguida, sin batería ni estridencias que interrumpan la fluidez instrumental.

 

Como no podía ser de otra manera, encontramos también mucha energía en un grupo entonces decidido a seguir demostrando su formidable nivel y compenetración. La fiereza mezclada con épica de ‘If I Should Live To Be A Hundred’, finiquitada en un glorioso estribillo instrumental basado en un descomunal riff de guitarra, es una de esas composiciones que hacen grande a la música rock. No muy lejos se queda ‘Was It A Dream?’, cuyo comienzo parece más pausado pero tan pronto entra la parte vocal, nos podemos ir preparando para lo que es otro potente tema donde no falta algo de distorsión de guitarra. Su coda se vuelve algo monótona, puesto que no es un tema susceptible de ser alargado hasta los siete minutos. En cuanto a ‘22 Dogs’, es el único tema que nos retrotrae al sonido del álbum anterior, recuperando los ritmos más dinámicos y casi bailables, incluso con un cierto regusto a los Pixies.

 

Y no es por haber citado a los Pixies que debamos destacar también las transiciones entre secciones tranquilas y otras enérgicas que tienen un impecable ejemplo en ‘Till The Deep Sea Dries’, cuya transformación gradual puede observarse ya desde su formidable introducción instrumental de más de un minuto, hasta la entrada de otra memorable parte vocal: “Let me see you once again / Before I forget your face / Let me see you once again”. Genial resulta también ‘Secret Inside My Mouth’ en sus transiciones, aparte de poseer un poderoso estribillo (“It's beating my head so hard that I can't sing”) y uno de los mejores trabajos de guitarra de todo el álbum, muy devoto de Radiohead.

 

Encontramos un par de piezas breves que sirven casi de introducción del tema que les sigue. Una de ellas es precisamente lo único no compuesto por LeGardon, ‘Slaphead’, que es una composición del bajista Eliecer Palacios en la cual se crea una ambientación intimista y muy bien lograda, enlazando a la perfección con la suave guitarra introductoria de ‘Yul’, otra joya de la introspección que demuestra una vez más la sensibilidad especial de Ainara. Escuchar su manera de cantar versos como “And if you stay, you'll break my heart in two”, conmueven irremisiblemente. La otra pieza breve del disco es ‘Quartet’, cuyo título ya anuncia que se trata de música clásica, donde podemos escuchar una bella melodía que antecede la todavía más bella ‘The Melody You Are’, una de las composiciones más artísticas que hayan salido de la pluma de Ainara. También se refleja el espíritu artístico de la vasca en ‘My Grief’, otra pieza de delicadas melodías tanto vocales como instrumentales donde no falta una sección más eléctrica y potente para enfatizar la carga emotiva. Visto el futuro de la banda, la letra de ‘My Grief’ parecía premonitoria: “This is my grief / The loss of something I loved / The loss of trust in the one that I believed”, que además está cantado con una voz casi imperceptible.

 

Es triste constatar cómo un grupo en constante evolución y con un nivel tan bueno llegara a su fin de manera tan abrupta. Como no gozaron del éxito que hubieran merecido, apenas se pueden encontrar referencias sobre ellos ni sobre los motivos que les llevó a disolverse, pero los problemas personales irresolubles entre sus miembros parece que fueron demasiado graves, tanto que Ainara LeGardon en solitario nunca volvería a tocar nada de Onion, aun siendo composiciones suyas. Una verdadera lástima, puesto que este álbum auguraba un esperanzador y emocionante futuro, pero la historia ha quedado así. Si esta web puede servir para que un gran grupo olvidado como Onion pueda ser redescubierto, la alegría de un servidor no podrá ser mayor.

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