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NIRVANA

2021

BLEACH

Año de publicación: 1989

Puntuación:

Puntuación:

Puntuación:

1) Blew; 2) Floyd The Barber; 3) About A Girl; 4) School; 5) Love Buzz; 6) Paper Cuts;

7) Negative Creep; 8) Scoff; 9) Swap Meet; 10) Mr. Moustache; 11) Sifting;

[BONUS TRACKS:] 12) Big Cheese; 13) Downer; 14) Intro; 15) School;

16) Floyd The Barber; 17) Dive; 18) Love Buzz; 19) Spank Thru; 20) Molly's Lips;

21) Sappy; 22) Scoff; 23) About A Girl; 24) Been A Son; 25) Blew.

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2021

Los humildes comienzos de Nirvana nos muestran a un trío sin más pretensión que pasarlo bien tocando una música potente y ruidosa cuyo único aliciente y toque diferencial era el mundo interior de su cantante y guitarrista, Kurt Cobain. Ese mundo interior, que aflora en las composiciones, entroncaba con la visión pesimista de la juventud de entonces, una juventud que veía un futuro negro sin empleo ni buenas perspectivas. Una juventud cuyo único motivo de alegría era la fiesta de los fines de semana, normalmente ayudados por sustancias psicotrópicas que les permitía evadirse de la cruda realidad y disfrutar de un falso hedonismo alucinógeno que se acababa muy pronto. Pero Nirvana no ofrecía música de baile (que era el ambiente donde más se reproducía ese modo de vida), como tampoco realizaba música comercial ni alejada de los grupos de Seattle de esa época. El sonido de sus comienzos se basa en un entramado de rock duro aligerado por la indiferencia del punk, es decir, que se busca un sonido potente y provocador, pero alejado de tecnicismos excesivos. Afortunadamente, Cobain también tenía gusto por la melodía y eso es lo que evita que este álbum caiga en el pozo de la vulgaridad absoluta.

 

Las cartas las colocan pronto sobre la mesa. La deliberadamente atascada ‘Blew’ nos muestra a un grupo que muestra esa mezcla de rabia y apatía que representaba a su generación, con guitarra y bajo desafinados y el canto asqueado de Kurt, pero en el ritmo llevado en el estribillo se aprecia que está todo más cuidado y medido de lo que se aparenta en principio, aparte de que el solo de guitarra también es bastante notable. También se nota el talento en el estribillo de ‘Floyd The Barber’, cuando canta de esa manera tan sobrecogedora “I'm ashamed”, sobre todo cuando ahora sabemos que eso lo estaría diciendo honestamente. La primera gran composición de Kurt Cobain es ‘About A Girl’, pues en ella combinan con maestría la agresividad y fealdad del grunge con la melodía brillante heredada de los Beatles. No otra cosa que de genialidad ha de tildarse el gancho que consiguen nada más empezar con los anafóricos “I do”, aparte del admirable estribillo de soberbia calidad pop.

 

Con una letra simple pero críptica y repetitiva hasta la saciedad, Kurt parece exorcizar en ‘School’ toda su rabia respecto a la etapa en la enseñanza secundaria y quizá también refiriéndose a su trabajo como conserje. También se nos presenta sin tapujos como una persona negativa en la apropiadamente titulada ‘Negative Creep’, pero en esta ocasión bajo un entramado musical mucho más vulgar. Lo más destacable de ‘Love Buzz’ es el peculiar tono de la guitarra, desgranando también unos acordes (replicados por el bajo) que en conjunto aportan unos aires orientales a esta canción que es en realidad la versión de un tema de los holandeses Shocking Blue, aquellos que se hicieron famosos a principios de los setenta con ‘Venus’. Sorprendentemente, ‘Love Buzz’ fue publicado como single de presentación y su cara B la podemos encontrar en los bonus tracks, ‘Big Cheese’, cuyo comienzo hace pensar en ‘Summer In The City’ de The Lovin' Spoonful pero luego se desarrolla en el estilo propio del grupo, llegando a un notable estribillo muy melódico.

 

Canciones de relleno como ‘Scoff’ es lo que podemos escuchar en cientos de bandas similares, nuevamente repitiendo versos hasta la saciedad, aunque las canciones que llegan a continuación (‘Swap Meet’ y ‘Mr. Moustache’) todavía son más vulgares, aunque la palma se la lleva la final ‘Sifting’, cuyo comienzo rítmico crea buenas expectativas pero pronto se convierte en monotonía pura, con esa lentitud exasperante que caracterizará una parte del sonido grunge, añadiendo un estribillo bastante forzado y deficiente. Para fans del berrido agónico. Lo que ya resulta difícil de soportar si uno no es fan acérrimo de Nirvana son irritantes temas como ‘Paper Cuts’, donde los berreos de Cobain llegan a extremos máximos.

 

En los bonus tracks encontramos la inédita ‘Downer’, que se basa en un ritmo frenético pero no ofrece nada más de interés, y luego la recuperación de un concierto de 1990 en Portland, que es probablemente lo más lejos que podían desplazarse en aquella época desde Seattle. El sonido no es precisamente perfecto, pero sí mejor de lo que cabría esperar para lo que era entonces una banda desconocida. Algunas de esas canciones aparecerán en su formato de estudio en el recopilatorio de rarezas Incesticide, cuando había que aprovechar el tirón comercial de Nirvana y del grunge en general. Puede destacarse el potente riff de guitarra de ‘Dive’, una cara B de single, así como el animado ritmo de guitarra que inicia ‘Spank Thru’, que podría parecer prestado de algún grupo de segunda mitad de los sesenta. Otros temas no conocidos, como ‘Sappy’, ‘Been A Son’ o la versión de ‘Molly's Lips’ muestran trazas de lo que iba a ser el futuro pero no aportan nada especial, a lo cual tampoco ayuda la calidad de sonido. En sus comienzos, Nirvana eran simplemente un grupo más de Seattle, pero de los aventajados. No será hasta que cuenten con un productor que modele su sonido que conseguirán el éxito mundial.

NEVERMIND

Año de publicación: 1991

Puntuación:

1) Smells Like Teen Spirit; 2) In Bloom; 3) Come As You Are; 4) Breed; 5) Lithium;

6) Polly; 7) Territorial Pissings; 8) Drain You; 9) Lounge Act; 10) Stay Away;

11) On A Plain; 12) Something In The Way.

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Nirvana consiguieron el fichaje por una discográfica más grande y con más recursos, pero el elemento clave será la producción de Butch Vig, quien logrará encauzar la música del grupo hacia un sonido más accesible, limando parte de las asperezas y estridencias que configuraban el estilo de Nirvana y potenciando las soberbias melodías que salían de la mente talentosa de Kurt Cobain. La jugada no pudo salir más redonda porque los grupos de guitarras habían quedado en un segundo plano dentro del mercado musical, pero mediante Nevermind consiguieron popularizar de nuevo los instrumentos sobre los trucos de producción. Bueno, esto último hay que decirlo con sumo cuidado porque es precisamente la producción la que consigue proporcionar un orden y un sentido más claro a las composiciones, algunas de ellas brillantes. De hecho, Kurt no estaba conforme con algunos trucos de estudio como doblar las voces, así que el productor le decía que John Lennon hacía lo mismo y eso le convencía siempre, según nos cuenta el mismo Butch Vig en uno de los capítulos de la serie documental Seven Ages Of Rock. De esta manera la influencia de los Beatles, igual que la de los Pixies, subyace en el contenido de esta obra. Pero así quedaron las cosas y así se conformó un álbum histórico que es también uno de los grandes álbumes de la década de los noventa. Cabe destacar también que aquí entró David Grohl en el grupo, conformando la formación de trío que ha quedado para la historia.

 

Y es que los primeros acordes de ‘Smells Like Teen Spirit’ (sorprendentemente iguales a los que suenan en ‘U-Mass’ de los Pixies, publicado en la misma época) ya han pasado a la historia del rock en esa fiera introducción donde el grupo muestra sus cartas con claridad. La estructura de alternar estrofas contenidas con un estribillo desaforado ya había sido explorada con anterioridad y con grandes resultados por los Pixies, siendo ‘Smells Like Teen Spirit’ otro inolvidable ejemplo de fuerza y emoción en el rock. El solo de guitarra de tono psicodélico es otra pequeña sutileza que engrandece el trabajo del productor. La que emplea con mayor claridad el estilo consolidado de los Pixies es ‘Lithium’, otra demostración del potente efecto que produce el contraste cuando las transiciones están bien conseguidas. Otro grandísimo tema clásico de este disco es ‘Come As You Are’, que también contiene otra inolvidable introducción, esta vez iniciada por una perturbadora línea de bajo. La grandeza de esta composición es que, tras deslumbrar con unas memorables melodías vocales en las estrofas y luego esa sentida manera de llegar a lo que sería el estribillo (“Memoria, memoria”), llega por sorpresa un segundo estribillo que es ya una catarsis emocional total (“And I swear that I don't have a gun”).

 

Quien relacione el grunge con el desorden y el amateurismo, debería fijarse en la consistencia de canciones como ‘In Bloom’, que aparte nos regala otro memorable y elaborado estribillo. En cambio, el grunge más desenfrenado aparece en ‘Breed’, que en esta ocasión invierte la estructura habitual para sonar ligeramente (muy ligeramente) más comedido en el estribillo respecto a las maníacas estrofas. ‘Drain You’ incide también en el buen hacer del grupo en este estilo, teniendo su mejor momento en el retorno instrumental sobre los dos minutos y medio. Más discreta resulta ‘Stay Away’, aunque lo más vulgar de este género lo encontramos en ‘Territorial Pissings’, en la cual ya tratan de irritarnos desde el principio con la aparición de una voz histriónica. En cualquier caso, no es más que una canción típica de berridos y melodías sin inspiración. La segunda mitad del álbum no es tan imponente y parece que ya no encontraremos nada a la altura de la primera mitad, pero afortunadamente nos topamos con algo como ‘Lounge Act’, una deslumbrante canción donde la intensidad se va incrementando paulatinamente mientras escuchamos las pegadizas estrofas y el memorable estribillo, cada vez con una pasión mayor que acaba contagiando al oyente.

 

El grupo está en estado de gracia y hasta el relleno de ‘On A Plain’ suena agradable. Cambia por completo el panorama en la introspectiva ‘Polly’, llevada por un entramado acústico y una delicadeza que pocos podían esperar entonces en Kurt, pero una demostración más de su talento para transmitir emoción de diversa índole. No menos sorprendente resulta ‘Something In The Way’ porque para los fans más viscerales debió ser todo un shock escuchar un violoncelo en ella, pero ese acompañamiento resulta determinante para recrear la ambientación de aflicción que envuelve la canción. No es lo último que escucharemos en este álbum, pues los minutos transcurren en silencio hasta que casi a los catorce minutos (nada menos) comienza súbitamente un tema oculto que ha pasado a titularse ‘Endless, Nameless’ y que podrían haberse ahorrado porque representa el extremo más repulsivo al que podía llegar esta música, con esa mezcla de ruido máximo y alaridos inhumanos, con unas pequeñas pausas de descanso por medio y que alargan innecesariamente hasta sobrepasar los seis minutos sin que parezca que se vaya a acabar nunca. Parece que es una manera de recordar al público masivo de dónde venía el grupo.

 

Nevermind es, pues, un álbum histórico desde un punto de vista sociológico, que no musical. Nos ofrece un buen puñado de canciones imperecederas y con una enorme carga emotiva que, obviamente, impactó a un gran espectro de población que ya se había acostumbrado a la frivolidad del mercado musical. Son los años de las generaciones más acomodadas (en el mundo occidental, claro) y que empezaban a mostrar desidia por un futuro que no veían nada claro, siendo Kurt Cobain como un profeta que supo cristalizar esa frustración y rabia en forma de música. El efecto colateral que comportó el éxito de Nevermind fue que los ejecutivos discográficos vieron negocio seguro en el llamado grunge y comenzaron a comercializar y publicitar de forma masiva a todo grupo que tocara la música de moda, siendo la gran mayoría gente sin talento que simplemente tuvo la suerte de estar en el lugar correcto durante el tiempo que duró esta fiebre comercial. Pero bueno, nos queda este impresionante álbum que vale la pena escuchar sin prejuicios y alejados de los abundantes panegíricos que circulan sobre él. Nunca sabremos si hubieran podido igualar o superar algo así en un estudio de grabación.

INCESTICIDE

Año de publicación: 1992

Puntuación:

1) Dive; 2) Sliver; 3) Stain; 4) Been A Soon; 5) Turnaround; 6) Molly's Lips;

7) Son Of A Gun; 8) (New Wave) Polly; 9) Beeswax; 10) Downer; 11) Mexican Seafood;

12) Hairspray Queen; 13) Aero Zeppelin; 14) Big Long Now; 15) Aneurysm.

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Aprovechando el descomunal éxito conseguido mediante Nevermind, la discográfica no podía dejar pasar la oportunidad de exprimir comercialmente la producción de Nirvana. De esta manera se reeditó por un lado Bleach, que había pasado casi desapercibido, y se reunió aquí una serie de singles, descartes y rarezas que servía para completar la etapa pre-Nevermind del grupo. Estas grabaciones van desde 1988 a 1991, pero no están ordenadas cronológicamente sino de tal manera que lo mejor lo encontraremos al principio y al final. Cabe señalar que en la batería Grohl solo toca en seis de los temas, pues previamente hubo varios en ese puesto. También se ha de prevenir a quien espere encontrar más material del estilo de Nevermind, puesto que estas canciones se habían estimado en su momento como secundarias por algún motivo. Y las que habían sido publicadas no habían tenido relevancia alguna más allá del circuito alternativo por el que se movían.

 

Es por ello que será muy difícil encontrar en sus primeros años unas melodías más pop que las de ‘Sliver’, donde el repetido estribillo “Grandma take me home” no pierde fuelle ni un solo instante. Esta canción fue incluso publicada como single en septiembre de 1990 y con buen criterio, preludiando el éxito masivo que llegaría muy pronto, aunque nadie hubiera imaginado entonces tal posibilidad. Es curioso como su cara B, ‘Dive’, preludia el sonido de In Utero, aunque afortunadamente de los aspectos positivos de ese álbum decepcionante. Otras canciones en realidad son conocidas o lo parecen. ‘Been A Son’ suena redundante cuando ya se ha conocido ‘On A Plain’, mientras que ‘(New Wave) Polly’ no es más que la versión eléctrica y frenética de ‘Polly’, la joya acústica de Nevermind, que allí obtenía un mejor resultado porque le benefician claramente unos arreglos que favorezcan la introspección.

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Un colección de este tipo es inevitable que presente problemas, aunque la definición de problema variará en función del tipo de oyente que se trate. Porque para los fans de los berridos debe ser un acierto ‘Beeswax’, como lo será también ‘Hairspray Queen’ para los fans del Kobain repulsivo. Algo de emoción en el estribillo evita que ‘Stain’ sea más basura a añadir a la colección, mientras que a la vulgar ‘Downer’ la salva la rotunda energía que desprende, porque ni siquiera se atisba algo más original como sí se percibe en los fragmentos instrumentales de ‘Mexican Seafood’. A pesar del sonido bronco y los chillidos, pueden apreciarse melodías en ‘Aero Zeppelin’, pero tampoco es precisamente una canción para recordar. Su título hace pensar que Led Zeppelin yacía en el subconsciente de Cobain y por ello la extremadamente lenta ‘Big Long Now’ parece apuntar a piezas similares de aquellos, pero a Nirvana esa emulación le quedaba muy grande en esos momentos.

 

Justo tras Nevermind, a principios de 1992, publicaron un EP titulado Hormoaning del que se incluyen aquí de manera directa tres temas (todos ellos composiciones ajenas) y otro más en una versión alternativa. En ‘Turnaround’ no suenan más que a lo que eran en sus orígenes, esto es, un grupo más dentro del Seattle de la época donde emergían bandas ruidosas muy similares entre ellas, pues la personalidad de Kurt Cobain (el elemento distintivo de Nirvana) tampoco se aprecia aquí al tratarse de una versión. ‘Molly's Lips’ y ‘Son Of A Gun’ suenan más pop porque en realidad son canciones ajenas, concretamente de un grupo escocés llamado The Vaselines. Estas canciones parecen una imitación del estilo de My Bloody Valentine, así que no son nada del otro mundo. ‘Aneurysm’ también pertenecía al citado EP, pero la versión aquí recogida es de una grabación para la BBC. Al menos dejan una buena sensación dejando para el final ‘Aneurysm’, que en principio parece que va a ser un adictivo instrumental de mucho poderío e imprevisible por sus cambios de ritmo, pero luego entra una parte vocal que deja también una buena sensación al tener cierto gancho melódico. En cualquier caso, esta colección de rarezas va destinada directa y únicamente a los fans.

2022

IN UTERO

Año de publicación: 1993

Puntuación:

1) Serve The Servants; 2) Scentless Apprentice; 3) Heart-Shaped Box; 4) Rape Me;

5) Frances Farmer Will Have Her Revenge On Seattle; 6) Dumb; 7) Very Ape; 8) Milk It;

9) Pennyroyal Tea; 10) Radio Friendly Unit Shifter; 11) Tourette's; 12) All Apologies;

13) Gallons Of Rubbing Alcohol Flow Through The Strip.

Nirvana In Utero.jpg

2022

Después del aclamado Nevermind, era evidente que todo el mundo esperaba con ansiedad conocer cómo sería la continuación de una obra tan exitosa. Bueno, lo esperaban los millones de compradores que desconocían los orígenes de Nirvana y todavía más los ejecutivos de la discográfica, quienes se frotaban las manos con la nueva vaca a ordeñar. No así los miembros de la banda, en especial Kurt Cobain, quien veía Nevermind como una prostitución artística que le había reportado mucha fama y dinero pero muy poca satisfacción personal. Para su nuevo álbum se acercaron más al caos sonoro y el extremismo de su debut, olvidándose del productor Butch Vig y confiando esa labor a Steve Albini, más curtido en el mundo alternativo y lacónico en el empleo de trucos de estudio. De igual manera, Cobain no se mostró condescendiente con el público masivo y se mostró todavía más irreverente de lo habitual, como si hubiera querido descargar toda la rabia por la impotencia sufrida durante la grabación del álbum previo.

 

Comienzan con buen pie confrontando en ‘Serve The Servants’ unas feas estrofas con un estribillo acogedor y melódico, todo bajo un sonido pesado y bastante tosco que sale ganando con el frenético solo de guitarra que busca sonar desagradable sin perder fiereza. El elegido como single de presentación, ‘Heart-Shaped Box’, es justamente lo contrario, pues a las confortables estrofas le sigue un horrendo estribillo que hacía aflorar las carencias de un subgénero tan limitado como el grunge. A ello se le ha de sumar el cabreo de Kurt y su manera de enfocar este álbum, empeñado en enseñar también el lado más horrible de su música como una vertiente artística más. En cualquier caso, los berreos y disonancias de ‘Scentless Apprentice’ no son la mejor manera de presentarse ante un público masivo, pero en realidad sus orígenes provienen de esa vulgaridad. Llega un momento en el que ya ponen de los nervios al personal con piezas realmente horrorosas como ‘Milk It’, ‘Tourette's’ o ‘Radio Friendly Unit Shifter’.

 

Los ecos de Nevermind asoman en las mejores canciones de este álbum, pues por ejemplo ‘Rape Me’ retoma el gusto de Kurt por la melodía, engrandecida por una estructura que extrae todo el partido posible de su potencial. El provocador título de ‘Dumb’, tras unas estrofas poco originales, esconde un sensacional estribillo y un memorable puente que reflejan el talento de Cobain para crear irresistibles melodías. Hay momentos donde parece que el grupo intenta forzar la obtención de algo que suene decente y presentable, pero en el caso de ‘Very Ape’ lo que parece en definitiva es una combinación lineal sin gracia de ‘Lounge Act’ y ‘On A Plain’, ambas del álbum previo. De manera análoga, ‘Frances Farmer Will Have Her Revenge On Seattle’ es una canción de relleno que recuerda a los Pixies, un grupo de honda influencia en la producción de Nirvana.

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El concierto del Unplugged nos mostró que quizá hubiera sido mejor dejar ‘Pennyroyal Tea’ como una canción acústica o al menos haber rebajado la carga eléctrica y la potente batería del estribillo, puesto que sale ganando en las estrofas, aunque sigue siendo uno de los temas destacados del presente álbum. Otra canción de base acústica como ‘All Apologies’, que sirve aparentemente para cerrar el álbum, sí que parece desenvolverse mejor con un estribillo reforzado a base de potencia y electricidad. Para el final nos dejan una broma de esas que solo puede hacer gracia a quienes la ponen en práctica, que es añadir unos veinte minutos de silencio tras ‘All Apologies’ y luego una lamentable canción improvisada cuyo título es ‘Gallons Of Rubbing Alcohol Flow Through The Strip’, la cual demuestra que la improvisación no era precisamente el fuerte de estos chicos. Si Nevermind triunfó es porque Nirvana necesitaba adiestramiento, organización y moderación, que es justo lo que aquí se echa en falta la mayor parte del tiempo. Pero ya no habrá más tiempo para que Kurt Cobain retome la inspiración para componer con más calma, pues un año después se suicidará pegándose un tiro. Punto y final triste, muy triste, para una carrera que parecía prometedora.

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