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MOBY GRAPE

2024

MOBY GRAPE

Año de publicación: 1967

Puntuación:

1) Hey Grandma; 2) Mr. Blues; 3) Fall On You; 4) 8:05; 5) Come In The Morning;

6) Omaha; 7) Naked, If I Want To; 8) Someday; 9) Ain't No Use;

10) Sitting By The Window; 11) Changes; 12) Lazy Me; 13) Indifference.

2024

Moby Grape fue uno de los grandes grupos que surgió de la efervescencia cultural y social de San Francisco, pero hoy en día es de los más olvidados. Con una formación de quinteto con tres guitarras, bajo y batería, lo que distinguía principalmente a esta banda era que, curiosamente, todos sus miembros podían cantar y también componían su propio material. A veces componían en dúos o tríos y entre los miembros cabe destacar que se encontraba Skip Spence, quien pasó de tocar la batería en los primeros Jefferson Airplane a cantar y tocar la guitarra rítmica en Moby Grape. A pesar de que se les engloba en la psicodelia y que su álbum homónimo se lanzó en 1967, lo cierto es que este debut no es tanto un álbum psicodélico como un compendio de la música que recorría la Costa Oeste de Estados Unidos.

 

Lo bueno de Moby Grape es que no se limitan a calcar ningún estilo, sino que añaden su impronta y su entusiasmo juvenil. De esta manera, a pesar de desarrollarse bajo los cánones del rock'n'roll clásico, ‘Hey Grandma’ contiene ese gancho en el estribillo que la eleva por encima de generalizaciones. A The Move les gustó tanto que grabaron una versión en su LP de debut de 1968. No resulta descabellado imaginarse que una canción como ‘Mr. Blues’ perteneciera a algún grupo o cantante de la Motown, pues incluso algunos dejes en la manera de cantar nos hacen pensar en Otis Redding, quien justo fallecería a finales de 1967 en un accidente de avioneta. Algo de Motown rezuma también en ‘Changes’ o ‘Come In The Morning’, aunque en el soberbio estribillo coral de esta última sí son ellos mismos sin necesidad de emular ningún sonido.

 

Es obvio que Moby Grape estaban influenciados por la música del momento y por ello ‘Fall On You’ nos hace pensar inevitablemente en ‘Paperback Writer’ de los Beatles, pero dejándose influenciar algo por el country. El empleo de los coros es pura psicodelia, como también ocurre en ‘Lazy Me’, que es también donde más se acercan a los primeros Jefferson Airplane. Donde sí nos enseñan una especie de country-rock es en ‘Ain't No Use’ durante menos de dos minutos, de tal manera que puede entenderse como un pequeño divertimento. La pieza acústica ‘Naked, If I Want To’ dura todavía menos, apenas un minuto, y deja la sensación de que se quedó a medias porque no supieron cómo continuarla. En cambio, para la balada de psicodelia folk de ‘8:05’ muestran una delicadeza vocal junto a unos arreglos exquisitos que embellecen su letra romántica y que los eleva a una categoría superior. Las voces etéreas que inician ‘Someday’ también nos transportan mientras fluye su sonido reposado bien llevado por las guitarras. Más intrigante resulta ‘Sitting By The Window’ por la inquietante ambientación que recrean con los punteos de guitarra, creciendo luego gradualmente en emoción con la llegada de su memorable estribillo, el mejor de todo el álbum.

 

El loco de Skip Spence aportó dos composiciones aparte de tocar la guitarra rítmica y cantar, y están entre lo mejor del álbum. Una de ellas es la vibrante ‘Omaha’, que engancha desde su adictiva melodía inicial, su enérgico ritmo posterior, las afiladas y brillantes guitarras psicodélicas (las tres que había en la banda) y un apartado vocal que transmite frescura y alegría. Eso sí, en su letra no se aprecia nada que nos refiera al desembarco de Normandía, lo cual hubiera sido un puntazo. La otra canción de Spence es ‘Indifference’, que aúna todas las vertientes de la banda (rock, soul, psicodelia) con un variado apartado vocal donde se emplean con inteligencia los diferentes registros que se han ido mostrando a lo largo del disco. Lo que no se entiende bien es por qué eligen empezar y acabar la canción de la misma manera, siendo bien distinta al resto de la composición y siendo secciones totalmente superfluas. Estas dos canciones de Skip son una de las mayores atracciones del álbum, pero en general puede decirse que este debut es todo un acierto para cualquier amante de la música de la segunda mitad de los sesenta que se acerque a él.

WOW

Año de publicación: 1968

Puntuación:

1) The Place And The Time; 2) Murder In My Heart For The Judge; 3) Bitter Wind;

4) Can't Be So Bad; 5) Just Like Gene Autry: A Foxtrot; 6) He; 7) Motorcycle Irene;

8) Three-Four; 9) Funky Tunk; 10) Rose Colored Eyes; 11) Miller's Blues;

12) Naked, If I Want To;

[BONUS TRACKS:] 13) The Place And The Time (alternate take); 14) Stop; 15) Loosely Remembered; 16) Miller's Blues (alternate take); 17) What's To Choose; 18) Seeing.

El segundo álbum de Moby Grape muestra una continuación bien definida respecto a su debut, de tal manera que la experiencia adquirida sirve para llevar un poco más allá la diversidad estilística demostrada con anterioridad. El problema es que tanta confianza por el relativo éxito obtenido les lleva a pasarse de rosca con algunos experimentos y decisiones, como si pensaran que todo es posible si cuentas con el beneplácito de la discográfica (que al fin y al cabo se guía por el potencial comercial de sus productos). Es por tanto una lástima que, dejándose llevar por algunas ideas peregrinas, no aprovechen las nuevas posibilidades de producción que la discográfica les permitía, puesto que dispusieron de medio año para grabar este álbum (el debut se grabó en un mes) y también músicos de orquesta para enriquecer el sonido. Sin embargo, Wow nos muestra la mejor cara y también la peor posible de estos chicos, pero lo mejor únicamente si nos guiamos por los bonus tracks de la reedición en CD.

 

De esta manera, vale la pena escuchar y comparar las dos versiones de ‘The Place And The Time’ porque son bastante diferentes y tan sólo coinciden en el interludio donde aparecen los juegos de voces. En la que acabó incluida en el LP se decantaron por un sonido bucólico que quizá les pareció que enlazaba mejor con esos juegos de voces de “Nothing, nothing, nothing…” y “Mother and father, think for yourself”. En cambio, la toma alternativa que encontramos en los bonus tracks comienza con un espectacular riff de guitarra y mantiene en su primer y tercer tercio un vibrante ritmo psicodélico donde la guitarra es la estrella. También eliminan los ridículos sonidos de claxon de la versión final, lo cual es otro punto a favor. La otra toma alternativa que podemos encontrar es la de ‘Miller's Blues’, pero esa sí se la podrían haber ahorrado porque no aporta nada relevante para lo que es un blues repleto de trompetas, bien ejecutado pero olvidable.

 

Una especie de psicodelia-folk es lo que escuchamos en ‘Murder In My Heart For The Judge’, a la cual le falta algo más de gancho, como también adolece del mismo problema la acústica y coral ‘Rose Colored Eyes’, cuyos ingredientes apuntaban a objetivos más altos. No obstante, lo cierto es que cuando se dirigen hacia la psicodelia es cuando mejores resultados obtienen, aunque eso tampoco ocurra siempre. Así, las baladas épicas ‘He’ y ‘Bitter Wind’ son de los temas destacados a pesar de que, en la segunda de ellas, sobre los dos minutos se pasan de rosca y añaden un pasaje experimental bastante complicado de digerir. Por otra parte, ya vimos la predilección del grupo por el sonido Motown y por ello podemos encontrar animado soul como ‘Can't Be So Bad’ (con un afilado solo de guitarra en la coda), ‘Loosely Remembered’ y ‘Naked, If I Want To’, esta última tan breve que uno casi ni se entera de que ha aparecido.

 

Aparecen algunas bromas que quizá tendrían su gracia en la época, pero ahora ya parecen fuera de lugar. Se convierten en rednecks para interpretar la penosa ‘Funky Tunk’, donde acaban patinando por completo cuando cantan un fragmento con la voz distorsionada e infantil. Seguramente se trata de Skip Spence, el autor de tan tremenda tontería que denotaba su incipiente deriva mental. La otra broma es ‘Just Like Gene Autry: A Foxtrot’, que es justo eso mismo, un foxtrot que estaría dedicado a los abuelos de los miembros de la banda. También para sus abuelos, aunque no se trate de una broma (quizá eso es lo peor en este caso), tienen los cinco minutos de aburridísimo y vulgar country contemplativo titulado ‘Three-Four’.

 

Por último, nos quedan por citar un par de bonus tracks añadidos a la reedición, uno de ellos la apacible ‘What's To Choose’, que presenta unas memorables melodías en las estrofas y hubiera sido una gran canción de haber dispuesto de un estribillo más vistoso. En cambio, encontramos un rock bien pesado pero también muy tosco en ‘Seeing’, descubriendo así un camino en el que no parecían defenderse muy bien, pues hasta la voz del cantante no está a la altura. La edición original del LP era doble porque venía junto a una jam titulada Grape Jam que actualmente se comercializa por separado porque contiene igualmente material adicional añadido, de tal manera que aquí comentaremos también por separado ambos álbumes. Wow queda como una decepción en comparación con el debut, aunque al menos contiene algunos momentos brillantes que compensan los importantes tropiezos.

GRAPE JAM

Año de publicación: 1968

Puntuación:

1) Never; 2) Boysenberry Jam; 3) Black Currant Jam; 4) Marmalade; 5) The Lake;

6) Grape Jam #2; 7) Grape Jam #9; 8) Bags' Groove.

Era esperable que una banda surgida en San Francisco en la segunda mitad de los sesenta realizara improvisaciones extensas en directo, aunque los Moby Grape eran tan eclécticos que no parecía que eso fuera su objetivo primordial. Pero Grape Jam, todo un juego de palabras puesto en bandeja, nos muestra eso mismo, unas jams donde el grupo se extiende sin restricciones de tiempo para demostrar que tenían suficiente técnica como para rellenar el tiempo sin problemas. Como ya se ha dicho, originalmente  esta jam fue publicada como apéndice de Wow y, de esta manera, como un doble LP que mostraba las dos caras de la banda y los englobaba todavía más en el conjunto de la música psicodélica de San Francisco, a pesar de ser los más eclécticos y de los más excéntricos del momento.

 

Las grabaciones datan de varias actuaciones de principios de 1968 y, salvo en el caso de ‘Never’, que es un blues serio donde transmiten mucho emoción, el resto son improvisaciones que sirven como música de fondo pero hacen perder el interés muy pronto si se les presta atención. Incluso en el caso de ‘Never’, la única composición que podríamos catalogar como canción, se extienden demasiado y llegan innecesariamente hasta los seis minutos. Cuando empieza a sonar ‘Black Currant Jam’ nos damos cuenta de que el piano tendrá también sus momentos de liderazgo y no será el único tema en que ello ocurra, si bien ello es debido a que participan ilustres invitados con ese instrumento: el ubicuo Al Kooper en ‘Black Currant Jam’ y Mike Bloomfield en ‘Marmalade’.

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La que no parece de Moby Grape, sino de alguna banda de jazz, es ‘Bags' Groove’ porque el instrumento principal es la trompeta. Pero claro, se trata en realidad de una composición de jazz donde necesitaban un trompetista de ese género, aunque para eso uno se dirige directamente a esa clase de música, no se detiene en los Moby Grape. Tampoco dejan pasar la ocasión de meternos la típica rayada mental de la época, la infumable ‘The Lake’ que contiene voces aleatorias para espantar al personal. Y es una lástima porque la delicada voz principal sigue una melodía intimista que hubiera quedado presentable en otro contexto, pero con un acompañamiento instrumental decente, claro. En cualquier caso, se trata de un álbum superfluo sin nada relevante que aportar a la discografía de Moby Grape ni al movimiento psicodélico en general. Esto es como si a la casa discográfica de All Things Must Pass de George Harrison le diera por publicar por separado las jams de ese álbum. Son una pérdida de tiempo.

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