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MICHAEL JACKSON

2021

OFF THE WALL

Año de publicación: 1979

Puntuación:

Puntuación:

Puntuación:

1) Don't Stop 'Til You Get Enough; 2) Rock With You; 3) Working Day And Night;

4) Get On The Floor; 5) Off The Wall; 6) Girlfriend; 7) She's Out Of My Life;

8) I Can't Help It; 9) It's The Falling In Love; 10) Burn This Disco Out.

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2021

Toda su vida había sido un producto comercial junto a sus hermanos en esa banda manufacturada llamada The Jackson 5, donde Michael Jackson era el menor (antes de la entrada de Randy) y el que tenía más gracejo. Con el transcurso de los años demostró también que algo de talento tenía y que podía incluso componer material propio, desmarcándose así de la autocomplacencia del resto de hermanos Jackson, contentos con ser una mera combinación de imagen y coreografía que servía de escaparate vistoso para su notable capacidad vocal y coral. Aparte, en solitario ya había publicado varios álbumes pero su papel era el de mero cantante a sueldo, a merced de las directrices de su padre y de los ejecutivos de Motown. Así pues, a los veinte años Michael decidió que quería hacer algo por su cuenta y sin imposiciones marcadas por la discográfica de turno. Tuvo la enorme suerte de que en su camino se cruzó el productor Quincy Jones, quien supo dotar de un sonido impecable a las ideas de Jackson y las composiciones que llegaban a sus manos, destacando entre ellas las de un compositor importante en su carrera: Rod Temperton. Este escribirá algunos de los grandes éxitos de Jackson y aquí participa con tres composiciones, entre ellas la mejor del álbum, ‘Rock With You’. La música aquí empleada se ubica inmediatamente en la categoría de música disco, aunque también encontraremos alguna balada y varios temas de pop más convencional.

 

El carisma de Michael Jackson se nos muestra desde el principio en la llamativa ‘Don't Stop 'Til You Get Enough’, que además es de los pocos temas compuestos por él. En la magistral introducción que mantiene en vilo hasta la entrada del ritmo ya se nos muestra la mano de Quincy Jones, como también en el sabio empleo de vientos para engrandecer el poderoso ritmo empleado. Llama mucho la atención el uso extendido del falsete, de tal manera que no podríamos imaginarnos a Michael cantando en directo de la misma manera, forzando tanto tiempo la voz. Aparte, no queda muy claro si esa era la mejor opción de todas a la hora de grabar en el estudio, pero así se ha quedado. Más reposada resulta la inolvidable ‘Rock With You’, donde la calidez vocal junto a las irresistibles melodías convierten a este tema en todo un himno de la música disco. Los coros de apoyo en el estribillo recuerdan el estilo de los Jackson 5 o, cuando menos, del que desarrollarán en los siguientes años tras el debut de Michael, que por entonces ya se llamaban The Jacksons.

 

Canciones de baile como ‘Working Day And Night’ no hacen decaer el ánimo en ningún momento con su apresurado funk bailable. Es fácil que tomaran el ritmo como inspiración los Kool & The Gang para su celebérrima ‘Celebration’ que saldría un año después. ‘Get On The Floor’ se basa en un adictivo entramado de bajo que marca el estilo más particular del estilo dance de Jackson, así como esa predilección por emplear la voz con sentido rítmico a base de repetir alguna frase, aparte de los aullidos, chillidos y demás que caracterizan su manera de cantar. Ni qué decir que el álbum finaliza también en modo de baile mediante la intencionadamente titulada ‘Burn This Disco Out’, compuesta por Temperton. La tercera canción escrita por Temperton es ‘Off The Wall’ y en ella se aprecian trazas de lo que será otra futura composición suya que convertirá a Michael en LA estrella de los ochenta: ‘Thriller’.

 

‘Girlfriend’ es la versión de una canción de Paul McCartney del disco London Town, que parece que le gustaría mucho a Michael, pues en ese álbum había opciones mejores. Aquí queda como agradable relleno y como preludio de la futura amistad y colaboración musical entre estos dos artistas. Hacia el final del álbum encontramos más temas de relleno en ‘I Can't Help It’ y la algo más resultona ‘It's The Falling In Love’. En cambio, la balada lacrimógena ‘She's Out Of My Life’ se la podría haber ahorrado, aunque fue bastante exitosa como single y eso viene a corroborar por qué en las radiofórmulas muchas canciones famosas acaban luego en el olvido a menos que algún programa dedicado a la nostalgia las rescate. Lo que sí se habría de rescatar más es este álbum de debut de Michael Jackson (si no contamos los publicados cuando era un chaval de karaoke), sobre todo para quien esté interesado/a en la música de baile ejecutada con gusto y entusiasmo a partes iguales. Aparte, comenzaba aquí la verdadera leyenda de este extravagante y atormentado artista, lejos de su despótico padre.

THRILLER

Año de publicación: 1982

Puntuación:

1) Wanna Be Startin' Somethin'; 2) Baby Be Mine; 3) The Girl Is Mine; 4) Thriller; 5) Beat It; 6) Billie Jean; 7) Human Nature; 8) P.Y.T. (Pretty Young Thing); 9) The Lady In My Life.

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Llegamos aquí al álbum más vendido de todos los tiempos (más de cuarenta millones de copias) y que, por este mismo motivo, ha obtenido una popularidad que va mucho más allá, pero mucho más, de su nivel cualitativo. Lo que se ha de reconocer es la brillantez de su propuesta desde el punto de vista del marketing, pues supieron crear un producto impactante en todos los sentidos, apoyándose en la imagen y en todo tipo de esfuerzos publicitarios, incluidos unos vídeos musicales que explotaron la imagen de Michael Jackson como artista completo que cantaba y bailaba con un estilo muy personal. Incluso componía, aunque esto último todavía no es mayoritario en este disco. Rod Temperton vuelve a ser un compositor de referencia al proporcionar hasta tres temas, uno de ellos el que le dio título al álbum y que proporcionó fama eterna a Michael. La cantidad de músicos empleados para proporcionar un trasfondo musical sólido a estos temas se multiplica, pero buscando siempre músicos de calidad contrastada como son los miembros de Toto o el guitarrista neerlandés Eddie Van Halen, por entonces ya toda una celebridad con su instrumento.

 

La canción que da título al álbum es una de las más celebérrimas de su autor, básicamente por el cortometraje que realizó el director comercial John Landis donde se narraba una historia de terror (contando con la tenebrosa voz del actor asociado a este género, Vincent Price) y se incluía una coreografía con zombies que ha pasado a la historia audiovisual de la música. En lo estrictamente musical y si conseguimos olvidarnos de todo componente visual, el ritmo no puede resultar más repetitivo y el estribillo más simplón. Tan solo las estrofas suenan originales, consiguiendo un poderoso efecto en los últimos versos al duplicar la voz. Pero por lo demás no pasa de ser una irrelevante canción de ritmo casi bailable. Pero este famoso álbum comienza de manera más trepidante mediante la apresurada ‘Wanna Be Startin' Somethin'’, de variados y pegadizos ritmos, imprevisible apartado vocal y unos préstamos de la música africana, concretamente del tema ‘Soul Makossa’ del reputado músico camerunés Manu Dibango. Pero es de lo más original que haya compuesto nunca Michael Jackson.

 

No obstante, el álbum debería haberse iniciado con ‘Billie Jean’ (nada que ver con la famosa tenista estadounidense), pues su poderoso ritmo embelesa desde el principio y nos muestra la magia de este músico y su productor. A pesar de los habituales gritos y sonidos guturales, la interpretación vocal es sobria y capta la atención desde el principio, como si Michael nos estuviera contando algo importante. Con tres secciones vocales con sus respectivos ganchos (las intrigantes estrofas, el aguerrido puente y el elaborado estribillo), nada puede fallar en esta inolvidable canción. Nada detrás se queda ‘Beat It’, donde se busca un impacto fuerte desde los sonidos fuertes del inicio y luego Jackson se muestra más vibrante e impetuoso que nunca. Se incluye un espectacular solo de guitarra de corte heavy metal, cortesía nada menos que de Eddie Van Halen (Quincy sabía lo que se hacía), que incide en esa búsqueda del impacto emocional y que será empleado en más ocasiones en el futuro.

 

Si en el álbum previo grabó una versión de Paul McCartney, en esta ocasión subió la apuesta y compuso una nueva canción junto al exBeatle. Se trata de la olvidable ‘The Girl Is Mine’, una pieza tranquila diseñada para que los dos artistas realicen una especie de diálogo donde compiten por una misma chica. Puede tener gracia, pero eso se pierde en las consiguientes escuchas. Lo único destacable es ese puente donde empiezan cantando “I love you more than he”, pues aparte es el único momento donde suenan convincentes transmitiendo algo de emoción. Michael le devolverá el favor componiendo la superior ‘Say Say Say’ para mejorar el penoso álbum de McCartney titulado Pipes Of Peace. De la unión del teclista de Toto y de un compositor que solía escribir para The Carpenters sale aquí la agradable balada ‘Human Nature’, que podríamos imaginar también en el repertorio de cualquiera de los conjuntos acabados de citar.

 

Aparte de ‘Thriller’, las otras dos composiciones de Temperton son otra canción bailable (‘Baby Be Mine’) del estilo de lo que hizo en Off The Wall, pero bastante discreta, y la aburrida balada ‘The Lady In My Life’. En ‘P.Y.T. (Pretty Young Thing)’ también pretenden emular el álbum previo y en su inicio recuerda claramente a ‘Don't Stop 'Til You Get Enough’. Es un tema de relleno pero ágil y con cierto gancho melódico en el estribillo, sin mayor interés. Estos momentos más convencionales o flojos son los que no impiden considerar este álbum como el mejor de Michael Jackson, ya no digamos que se le pueda considerar en conjunto como una obra maestra o una obra clave dentro de la música. Sí que es muy importante en cuanto sirvió para definir un estilo de música dance más personal que le acompañaría como rey de la década de los ochenta, sirviendo de ejemplo para propuestas mucho más vulgares que florecerían en esta década maldita. Con el dato que hay que quedarse de Thriller es que las mejores canciones son composiciones propias de Michael Jackson, una demostración de que atesoraba un talento especial.

BAD

Año de publicación: 1987

Puntuación:

1) Bad; 2) The Way You Make Me Feel; 3) Speed Demon; 4) Liberian Girl;

5) Just Good Friends; 6) Another Part Of Me; 7) Man In The Mirror;

8) I Just Can't Stop Loving You; 9) Dirty Diana; 10) Smooth Criminal; 11) Leave Me Alone.

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Casi cinco años después de Thriller volvió Michael Jackson con un esperadísimo tercer álbum que volvió a arrasar en ventas a nivel mundial, aunque sin llegar al récord absoluto conseguido con anterioridad. Por tercera y ya última vez el productor es Quincy Jones y nuevamente participa una gran cantidad de músicos, esta vez con menos nombre pero con sólida experiencia y técnica, aunque no estamos ante un álbum de florituras sino de pop comercial. Lo que empieza a detectarse aquí, que en Dangerous será incluso más notorio, es una cierta diversidad en el sonido. Pero lo más significativo es que, ahora sí, Michael es el compositor de casi todo el material, pero compositor exclusivo. Esto venía a demostrar que lo suyo era un talento todavía emergente y que cabía esperar hasta ver cuál sería su apogeo de creatividad, que en realidad será la presente obra.

 

Tal como ocurría con el álbum previo, aquí se volvió a emplear como título el de la canción que sirvió de presentación y nuevamente el impacto se basó en la parte visual, pues como canción ‘Bad’ tiene un ritmo llamativo pero unas melodías bien convencionales. Pero para la ocasión se vistió a Jackson de negro y se le puso a bailar en plan malote en un parking, de tal manera que esa imagen de tipo duro que tan bien supo transmitir, hasta que se descubrió que era lo contrario, recibió una buena acogida a nivel mundial. En cualquier caso, podemos recomendar como alternativa ver la parodia que realizó Weird Al Yankovic al transformar la canción a ‘Fat’ (“You know I'm fat, I'm fat, you know it”). También es muy dependiente del acompañamiento visual (incluso se escuchan los efectos sonoros del vídeo musical) ‘Speed Demon’, debido a que otro vistoso ritmo se acaba volviendo repetitivo y su apartado vocal suena al Jackson de siempre. Cabe destacar el momento en que Michael acaba chillando con rabia, como liberación de la tensión que lleva el desarrollo del tema.

 

Volvemos a encontrar una aparición estelar como es la de Stevie Wonder en ‘Just Good Friends’, la cual curiosamente no está compuesta por ninguno de los dos amigos. Lo mejor son las estrofas, salvadas por el carisma innato de estos dos artistas que saben exprimir su contenido melódico. El acompañamiento instrumental es demasiado sintético y abusan del final de estribillo repitiendo demasiado el título de la canción. La que podría pasar por una composición de Stevie Wonder (excepto el estribillo, que es Jackson en estado puro) es ‘Leave Me Alone’ por su adictivo ritmo heredero del estilo de grandes temas como ‘Higher Ground’. En su momento fue publicado únicamente como single y no estaba incluido en Bad, pero es todo un acierto haberlo añadido finalmente. Puede decirse que recoge aires de los setenta pero actualizados con la producción de los ochenta y nos muestra a un cantante más humilde con sus expresiones y más victorioso por ese mismo motivo.

 

Uno de los vídeos musicales más gratos de ver es el de ‘Liberian Girl’, pues en él recorremos un plató de grabación de Hollywood y aparece una gran cantidad de actores comerciales de la época (incluso el ya citado Weird Al Yankovic). En lo musical, a pesar de tratarse de un tema basado en sonidos sintetizados, se logra una ambientación intimista perfecta con una delicadeza especial donde Michael hasta suena convincente cuando era bastante complicado, sobre todo en la coda con tanto “I love you”. Si le hubieran aplicado un ritmo algo más rápido a esta composición, seguro que podría haber pasado por una prima lejana de ‘Billie Jean’. Encontramos otras canciones tranquilas pero de menor impacto, como la amigable balada de entretenido ritmo ‘The Way You Make Me Feel’. Más grandilocuente resulta otra balada titulada ‘I Just Can't Stop Loving You’, donde se emplea el recurso de contrastar unas estrofas delicadas con un ostentoso estribillo.

 

Si recordamos que en 1985 había compuesto junto a Lionel Richie ‘We Are The World’, no es de extrañar que aquí prosiga con letras de concienciación hacia las injusticias que nos rodean mediante ‘Man In The Mirror’, algo lacrimógena pero con un elaborado estribillo que está muy por encima de lo que cabe esperar de canciones con mensaje emocional. Vuelve a utilizar guitarras metaleras en ‘Dirty Diana’, pero en esta ocasión no está Van Halen para darle sentido y vivacidad como ocurría en ‘Beat It’, sino que queda como un ingrediente típico de la década aunque en la música de Jackson quede más exótico. Como balada, ‘Dirty Diana’ sale vencedora en las estrofas gracias a los solemnes sintetizadores que van apareciendo y a una excelente interpretación vocal donde Michael va elevando paulatinamente el tono emocional.

 

Una de las composiciones más originales de Michael Jackson es ‘Smooth Criminal’, donde el marcado y adictivo ritmo es todo un logro dentro de los parámetros de la música de este artista. Aparte, la interpretación vocal transmite toda la inquietud del personaje de la letra y luego la desesperación por intentar saber lo ocurrido con la tal Annie, conforme la canción va avanzando. Sobra hablar también del icónico vídeo musical con Jackson llevando un traje blanco y haciendo de tipo duro de los años cuarenta del siglo XX. Para aprovechar el tirón comercial, se acabaría estrenando una película (Moonwalker) sin sentido narrativo donde se incluían varios vídeos musicales y algunas escenas adicionales para conformar un pastiche destinado a los fans, con Michael de protagonista, por supuesto. Hasta un videojuego salió, que había que sacar todo el beneficio posible de un artista que por entonces todavía no comenzaba a dar muestras visibles de su futuro desvarío mental. Era la gallina de los huevos de oro.

2022

DANGEROUS

Año de publicación: 1991

Puntuación:

1) Jam; 2) Why You Wanna Trip On Me; 3) In The Closet; 4) She Drives Me Wild;

5) Remember The Time; 6) Can't Let Her Get Away; 7) Heal The World;

8) Black Or White; 9) Who Is It; 10) Give In To Me; 11) Will You Be There;

12) Keep The Faith; 13) Gone Too Soon; 14) Dangerous.

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2022

Tras ese despertar en el apartado de la composición que había demostrado en Bad, el hecho de que aquí prescindiera por primera vez del productor Quincy Jones resultaba muy significativo. Esto significaba que Michael Jackson pretendía alcanzar un mayor control del proceso creativo, donde podría demostrar con mayor libertad su talento, si bien se rodea de una gran cantidad de productores e ingenieros de sonido, aparte de la siempre ingente cantidad de músicos participantes (los de Toto no faltan). Dangerous casi duplica en duración a los álbumes previos, de tal manera que en LP se publicó como doble. Pero cantidad no significa calidad, sobre todo cuando esa cantidad se refiere a la duración individual de los temas, no al número de ellos. Esto quiere decir que las canciones se alargan innecesariamente y podemos acabar bien hartas/os de algunos ritmos. La capacidad de Jackson como compositor empieza a mostrar sus verdaderas carencias, pero la producción puede tapar ese aspecto, igual que una condimentación puede mejorar el sabor de un plato mediocre. Sin embargo, esto se puede conseguir a corto plazo porque en el  largo plazo ya no se pueden esconder los problemas. En cualquier caso, la máquina mercadotécnica se puso en marcha y no se escatimó en publicidad para el nuevo álbum de Michael Jackson, quien seguía siendo la sensación musical del momento.

 

Uno todavía puede recordar de su época escolar cuando se publicitó a lo grande el retorno de Michael Jackson y escuchó y vio el vídeo musical de ‘Black Or White’ en la televisión. Ver a Macaulay Culkin (amigo íntimo de Michael, sin entrar en polémicas de lo que significa íntimo en este caso) en la introducción del vídeo, tenía hasta su gracia. Pero cuando empezaba de verdad la canción y comenzaba a sonar el simplón y repetitivo riff de guitarra una y otra vez, las alarmas saltaban. Y luego ya, cuando nos dábamos cuenta de que las melodías vocales no tenían ni la décima parte del gancho de antaño y sonaban bastante pueriles (hasta queda mejor el rap que suena por medio), la decepción no pudo ser mayor. Pero todo esto son apreciaciones personales porque millones de personas en el mundo se lanzaron a comprar el nuevo álbum como si no hubiera mañana. Lo único interesante tan solo dura unos segundos, que es la afilada pero breve guitarra que se escucha en la introducción, cortesía de Slash, quien volverá a aparecer en ‘Give In To Me’, una balada-rock de potente estribillo que no nos enseña nada nuevo.

 

Pero queda bien claro desde el principio que se busca deliberadamente el impacto en el oyente y el mantenimiento de Michael Jackson como tío enrollado y moderno que está a la última en tendencias. Sin embargo, un ritmo como el de ‘Jam’ es llamativo pero acaba resultando monótono muy pronto, a pesar de meter efectos sonoros y un rap por medio para mantener el interés. El estribillo tiene fuerza, pero las estrofas quedan muy flojas y por ello queda como una composición fallida. Los ritmos programados son tan similares en tantas ocasiones que el tema final, ‘Dangerous’, parece que sea de nuevo ‘Jam’ pero con otro estribillo. De manera similar, la guitarra sintético-metalera (que ya no volverá a sonar) y el ritmo pregrabado marcial de ‘Why You Wanna Trip On Me’ nos anuncian en su comienzo lo que es otra canción de relleno que solo repunta un poco en el estribillo. Y en el relleno agradable de ‘She Drives Me Wild’ tiene la idea de añadir otro fragmento de rap para contentar al nuevo público.

 

Consigue acertar de pleno en las pegadizas estrofas, el juego de voces del puente y el memorable estribillo coral al estilo soul de los setenta en la excelente ‘Remember The Time’, cuyo vídeo musical se ambientaba en el antiguo Egipto e incluía un curioso baile moderno pero inspirado en aquella época. Quizá la coreografía más original en que se haya filmado a Michael junto al de los zombies de ‘Thriller’. En el vídeo musical de ‘In The Closet’ le veíamos intentando hacer de macho alfa ante Naomi Campbell, pero algo raro se percibía en su actitud, como que ya no le salía el vigor y la convicción necesarios y podría estar moviéndose igualmente alrededor de un árbol. De nuevo, un estribillo con cierta gracia no puede salvar un tema, pero aquí acierta con el cambio de ritmo en la segunda mitad. Y la letra de insinuación sexual ya no le pegaba a Jackson ni con cola. Musicalmente suena mejor ‘Who Is It’, otra canción de corte más ambiental e intrigante cuyo comienzo recuerda incluso a Mike Oldfield, aunque en realidad se trata de una actualización de ‘Billie Jean’. Eso sí, se acaba explayando demasiado en una parte final que no parece acabar nunca.

 

Desde aquel ‘We Are The World’ que compuso junto a Lionel Richie, quedó como una tradición la composición de baladas de concienciación social. Aquí debemos aguantar un minuto de empalagosa introducción para escuchar ‘Heal The World’, otra canción lacrimógena para toda la familia, aunque no de las peores, pues ‘Will You Be There’ (de estilo góspel) parece directamente una canción dirigida a programas infantiles. De hecho, formó parte de la banda sonora de Liberad a Willy 2, una película sobre la amistad entre una orca y un niño, que incluso podría emplearse como broma macabra sobre los escándalos de Jackson con los niños que ya empezaban a asomar. Y ya podría haberse ahorrado ese tramo final en la canción (un minuto y medio, aproximadamente) con la voz de Michael soltando un monólogo de falsa emoción, buscando la lágrima fácil del oyente. Una manera insultante de completar tiempo hasta los casi ocho minutos de pérdida que supone. Nos muestra también en ‘Gone Too Soon’ una predilección por la balada orquestal que se repetirá en el futuro. Queda convencional, por supuesto, pero Michael se muestra comedido en su canto, lejos de exprimir la falsa emoción por la que se deja llevar a veces, y eso se agradece.

 

Es un poco extenuante este álbum por su duración, pero lo hemos repasado ya prácticamente todo. No vale la pena añadir nada más sobre el contenido de relleno placentero que suponen ‘Can't Let Her Get Away’ y ‘Keep The Faith’, como tampoco cabe discutir demasiado sobre un álbum que se sustenta en la producción, la tecnología y las modas musicales del momento, aparte de la (invariable) tradición musical de Michael Jackson. Asistimos aquí al principio de su declive, pues algunas buenas ideas todavía saldrán de su mente, pero en cantidad cada vez menor y sin posibilidad de mejorar porque también comienza aquí, de alguna manera, su declive mental, físico y social. Económicamente todavía era solvente, pero su extravagante vida de lujo y los acuerdos extrajudiciales para evitar denuncias por abusos a menores (que fueran ciertos o no, eran un síntoma de su débil salud mental) empezarán poco a poco a minar su cuenta corriente. Está todavía por hacer el biopic sobre su vida de adulto, que da para varias películas según la etapa que se trate.

HISTORY

Año de publicación: 1995

Puntuación:

CD II: 1) Scream; 2) They Don't Care About Us; 3) Stranger In Moscow;

4) This Time Around; 5) Earth Song; 6) D.S.; 7) Money; 8) Come Together;

9) You Are Not Alone; 10) Childhood; 11) Tabloid Junkie; 12) 2 Bad;

13) HIStory; 14) Little Susie; 15) Smile.

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La jugada comercial que suponía este doble álbum donde el primer disco era una recopilación de grandes éxitos parecía aventurar que se trataba de una manera de intentar vender un nuevo material deficiente. Más si cabe si nos fijamos en su ostentosa portada y luego en el contenido de su libreto, pues estamos ante el inicio de esa campaña de mercadotecnia en la que llamaban a Michael Jackson “The King of Pop”. Todo sea dicho, Michael a su vez le da las gracias a muchísima gente y también incluye una gran cantidad de préstamos musicales, todos bien referenciados. Así pues, el primer disco de este álbum no lo vamos a comentar porque recoge sus canciones más conocidas hasta ese momento. El segundo disco de material nuevo sí que es interesante porque ha envejecido mucho mejor que Dangerous. Existe una larga lista de músicos participantes, tan extensa que hasta Shaquille O'Neal aparece por algún lugar, probablemente cantando algunos de los varios fragmentos de rap que se escuchan a lo largo del disco.

 

La percusión programada y sintética es un problema gordo para ‘Scream’ porque en este caso sí la ha hecho envejecer de mala manera. Y es una lástima porque entre Janet y Michael crean una lograda atmósfera opresiva que acaba finiquitada en un estribillo que parece recoger las dos tendencias de los hermanos: la gloriosa primera parte donde cantan “With such confusions don't it make you wanna scream”, que suena al mejor Michael Jackson, y luego ese repetitivo “Stop pressurin' me / Just stop pressurin' me”, que es lo que esperaríamos de cualquier tema de Janet porque lo suyo nunca fue la melodía. En cualquier caso, recordemos que a mediados de los noventa ambos hermanos Jackson estaban casi igualados en fama y ventas, aunque solo cabría comparar las canciones de Michael que se siguen recordando en pleno siglo XXI con las que se recuerdan de Janet y no es necesario señalar quién aportó de verdad algo a la música o, cuando menos, a la memoria musical. La grandeza de Jackson aparece en este álbum en su plenitud en las bellas melodías de ‘Stranger In Moscow’, tanto en las estrofas como en el delicado estribillo, mientras se acompaña de una instrumentación reposada y humilde que encaja a la perfección y añade algunas bonitas melodías adicionales.

 

No puede fallar con ritmos pegadizos y melodías con cierto gancho como en ‘This Time Around’ o ‘D.S.’, esta última con la guitarra de Slash como invitada y con una letra vengativa cuyo nombre inventado (Dom Sheldon, tal como se lee en el libreto) escondía el nombre de Tom Sneddon tal como puede escucharse con claridad si uno se fija con atención a la pronunciación de Jackson. Este señor fue el fiscal que personalizó el peso de la acusación a Michael Jackson por abusos infantiles en las causas judiciales que se le habían abierto por esa época y que Michael consiguió tapar a base de gastarse una fortuna en acuerdos extrajudiciales. En cambio, la similar ‘Tabloid Junkie’ parece un descarte de Dangerous o una reescritura de ideas previas, si bien le sirve para realizar un feroz ataque a la prensa amarilla que vive de los rumores y el escándalo, sean reales o inventados. De manera análoga, ‘2 Bad’ suena ya cansina, a más de lo mismo, sin que falte el fragmento de rap del invitado de turno.

 

Con valentía se apoya en un soporte de percusión para cantar las atractivas melodías de ‘They Don't Care About Us’ y reflejar de alguna manera en su letra la falta de líderes mundiales que se enfrentaran claramente a las carencias del capitalismo agresivo que había creado unas reglas de juego de las que todavía estamos sufriendo sus excesos. Sin embargo, se ubica peligrosamente en el límite que separa la balada emotiva de la edulcorada y falsa en ‘Earth Song’, aparte de que acaba resultando repetitiva en consiguientes escuchas y tan solo consigue levantarse un poco en la decidida coda donde Michael muestra toda su rabia por los problemas del mundo. Ese límite que acabamos de citar lo rebasa por completo en las bochornosas baladas ‘You Are Not Alone’ y ‘Childhood’ que podrían haber pertenecido al disco de cualquier cantante de música ligera. No se sabe si aparecen consecutivamente como una manera de facilitar una posible purga intestinal, porque otro sentido no se le encuentra.

 

El R&B comercial de la época se materializa, nunca mejor dicho, en ‘Money’. Es decir, no es nada del otro mundo pero sí competía perfectamente con el panorama musical equivalente de su época, lo cual era todo un logro para un artista casi cuarentón en 1995. Lo que no hacía ninguna falta era una versión de ‘Come Together’ de los Beatles, que en realidad ya había estado interpretando en directo en las giras de conciertos previas. Tenía que aprovechar que poseía los derechos del catálogo de Northern Songs, las canciones que compusieron John Lennon y Paul McCartney en esos años de gran fertilidad creativa, pero Jackson no realiza nada relevante y simplemente rellena espacio fácilmente con una canción que no podía fallar. Eso sí, el solo de guitarra es una castaña comparado con el de George Harrison. Otra versión todavía más inútil es la de la canción ‘Smile’ que compuso Charles Chaplin para una de sus películas, que fuera de su contexto es otra almibarada balada que más vale olvidar.

 

Para ‘HIStory’ se le ocurre emplear como inicio la famosa y emocionante melodía principal de La Gran Puerta de Kiev, la pieza que cerraba esa monumental obra titulada Cuadros de una exposición de Modest Mussorgsky, pero en la versión orquestal arreglada por Maurice Ravel. Luego se escucharán algunos sonidos aleatorios más hasta que, transcurrido el primer minuto, comienza la canción ‘History’ en sí, que no es más que un relleno agradable donde vuelve a introducir otros fragmentos orquestales ajenos, quizá para esconder lo irrelevante de la composición propia. Todavía más tiempo tarda en arrancar ‘Little Susie’, pues hasta casi los tres minutos asistimos primero a una música coral y luego a una niña tarareando la música de una caja musical. La canción en sí no está nada mal, pues Michael se apoya en arreglos orquestales para enfatizar la carga emocional que posee.

 

Si leemos lo que hay escrito en la portada (Past, Present and Future, Book I), este álbum sería la primera parte de una serie que debía continuar, pero a partir de aquí entramos en el declive artístico, emocional, mental y físico de Michael Jackson. Apenas volverá a encantarnos más, ni siquiera de manera irregular como en este HIStory. A partir de ahora será un vestigio del pasado destinado a satisfacer a las/los fans con merchandising y conciertos de grandes éxitos, todo un precedente de interés comercial para las generaciones futuras del ahora llamado R&B.

BLOOD ON THE DANCE FLOOR

Año de publicación: 1997

Puntuación:

1) Blood On The Dance Floor; 2) Morphine; 3) Superfly Sister; 4) Ghosts; 5) Is It Scary; …

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Muy pronto volvió a aparecer un álbum de Michael Jackson cuando observamos que la media estaba en cuatro años de espera. Si nos fijamos en lo que hay escrito en la portada, leemos en letra blanca: HISTORY IN THE MIX. Esto ya nos indica que se trata en buena parte de un disco de remixes de HIStory, de ahí la rapidez con la que fue publicado. Aquí solo hablaremos de los cinco primeros temas, todos ellos nuevos, porque el resto son los remixes que solo pueden interesar a los fanáticos de este músico. Y si eres un fanático/a de Michael Jackson, seguro que no estás leyendo esto y estarás en una web, foro o grupo de gente que piensa igual que tú para retroalimentaros apropiadamente.

 

Pero bueno, hablemos de las canciones citadas, que es lo que nos interesa. Como en los buenos tiempos, Michael sabe cómo llamar a través de un comienzo impactante en ‘Blood On The Dance Floor’, una canción que enlaza diferentes segmentos melódicos en su apartado vocal y eso le sirve para sonar variada y atractiva, aunque no llega tampoco a la grandeza de sus mejores logros. También puede escucharse con agrado ‘Ghosts’, pero es más convencional y recuerda vagamente a ‘Who Is It’, de Dangerous, en su apartado vocal. En sonidos industriales se basa ‘Morphine’, algo que al principio hace gracia pero luego acaba cansando, por lo que es un alivio el inciso relajado que se inserta en su parte central donde escuchamos tan solo a Michael acompañado de un piano.

 

Realmente constatamos que Michael Jackson ha descendido a la tercera división de la música en ‘Superfly Sister’, pues la idea es reciclar ideas del pasado y algunas repetirlas hasta la saciedad. El estribillo acaba resultando molesto por lo reiterativo, pues de sus más de seis minutos puede decirse que unos cuatro están dedicados a lo mismo, una y otra vez. Cuando llega al final ‘Is It Scary’, se tiene la sensación de que se está escuchando más de lo mismo, que es la repetición de algo que hemos escuchado anteriormente. Pero Jackson no estaba para mucho más y el reciclaje de ideas era la opción más viable para seguir aprovechando un tirón comercial que ya empezaba a disminuir peligrosamente.

 

Quien no conozca nada de Michael Jackson aparte de los éxitos, probablemente le encuentre la gracia a este disco. Pero para quien sí conoce su discografía, parece una tomadura de pelo porque es como servir el mismo plato echando diferentes especias. Debe tomarse este álbum como un apéndice de HIStory y se puede prescindir por completo de él. Creativamente hablando, la carrera de este músico ya estaba acabada aunque tampoco podían extraerse conclusiones. Era demasiado pronto entonces, pero el tiempo servirá para constatar la decadencia físico-mental-artística de Jackson, quien acabará como una mezcla de juguete roto, síndrome de Peter Pan y decenas de traumas más que hacen de su figura casi más atrayente para un estudiante de Psicología que para un aficionado a la música.

INVINCIBLE

Año de publicación: 2001

Puntuación:

1) Unbreakable; 2) Heartbreaker; 3) Invincible; 4) Break Of Dawn; 5) Heaven Can Wait;

6) You Rock My World; 7) Butterflies; 8) Speechless; 9) 2000 Watts; 10) You Are My Life;

11) Privacy; 12) Don't Walk Away; 13) Cry; 14) The Lost Children; 15) Whatever Happens;

16) Threatened.

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La estrella de Michael Jackson decaía ya sin remedio y este último álbum de estudio evidenció el declive físico y, sobre todo, artístico, que había llevado su música al estancamiento absoluto. Las ventas iban bajando gradualmente con el transcurso de los años porque la etiqueta de “artista de moda” también parecía ya ajena a la figura de Jackson. Podemos casi hacer una equivalencia entre el récord en ventas que supuso Thriller con la primera mayoría absoluta del PSOE en el Congreso, pues tanto el disco como las elecciones fueron el mismo año, 1982. De ahí en adelante los resultados siguieron siendo altos, pero al mismo tiempo iban descendiendo progresivamente. Y para ambos (Michael Jackson y el PSOE, menuda comparación me ha salido) se ha empleado esa frase falsa de “Murió de éxito”, aunque en el PSOE serán los historiadores (no esos lamentables revisionistas) quienes definan cuándo el partido murió (o sea, si fue cuando sus cuadros orgánicos se habituaron a la vida adinerada) y cuándo resurgió, si es que tal cosa llegó a ocurrir o así pueda denominarse algún momento concreto de su historia reciente.

 

Olvidémonos de política insustancial y centrémonos en este álbum, donde Michael Jackson acaba diluido en una producción contemporánea y vulgar. No obstante, comienza de una manera agradable, pues una pegadiza melodía rítmica inicia ‘Unbreakable’ y el apartado vocal busca llamar la atención también mediante destacadas melodías, incluido un estribillo donde realiza los juegos de voces habituales en él. Es curioso que se incluya un fragmento de rap de The Notorious B.I.G., aquel que murió tiroteado en 1997 y luego otros raperos le dedicaron una versión de ‘Every Breath You Take’ de The Police sin pedirle permiso a Sting. Otras canciones pasables que emplean la misma idea de melodía sencilla y pegadiza (tanto en algún teclado como en el apartado vocal), pero repitiendo esquemas del pasado en realidad, son ‘Invincible’, la animada ‘Threatened’ o ‘The Lost Children’, en la cual busca el efecto fácil de la inclusión de coros y voces infantiles.

 

Pero ojalá pudiéramos emplear el término “pasable” al resto del álbum, porque con eso hasta podríamos quedarnos medianamente satisfechos. Por ejemplo, añade ritmos más rápidos y modernos para esconder que, por lo demás, canciones como ‘Heartbreaker’ (en la cual abusa extremadamente de su discreto estribillo) son lo mismo de siempre. Las típicas baladas destinadas al alarde vocal, que en otros tiempos hubieran dejado buena impresión, ahora son copias en blanco y negro (como la portada del disco) del pasado: ‘Break Of Dawn’, ‘Speechless’, ‘Don't Walk Away’. Hay momentos en que la vulgaridad se vuelve insultante y ni siquiera un estribillo acogedor sirve para salvar nada en otras baladas como ‘Butterflies’ o ‘You Are My Life’. Incluso parece un chiste escucharle declamar en ‘Heaven Can Wait’ exactamente igual a como lo hacía en la parte final de ‘Dirty Diana’.

 

Para quien tenga curiosidad de escuchar nuevamente a Slash en un disco de Jackson, aquí puede dirigirse directamente a ‘Privacy’ para comprobar que su aportación se sumerge en la misma vulgaridad en la cual se mueve el cantante. Momentos puntuales de mayor lucidez los encontraremos en el excelente juego de voces del estribillo de ‘You Rock My World’ (donde de verdad aflora el talento ya casi perdido de Michael) y en la balada estilo años setenta pero implementada con gusto y convicción ‘Cry’, aunque al final se nos pone en modo ‘Man In The Mirror’. También podría destacarse ‘Whatever Happens’, pero la guitarra española que nos acaba colando en el tramo final es bastante deprimente por lo vulgar. No se sabe si será cortesía de Carlos Santana, pero la guitarra eléctrica que suena deja mucha mejor impresión y ahí sí se nota el estilo del mexicano.

 

Llegamos aquí al final artístico de Michael Jackson, por llamarlo de alguna manera. A partir de ahora será noticia únicamente por su extravagante vida personal, un verdadero filón para la prensa sensacionalista. Seguirá viviendo de recopilaciones de su obra hasta que el dinero se le irá acabando y en 2009 se verá obligado a anunciar una serie de conciertos en Londres cuyas entradas se agotarán por adelantado. Su incapacidad física para llevar a cabo el esfuerzo necesario para unos conciertos de esas características (con la pretendida espectacularidad de siempre), le llevará a abusar de los fármacos y a morir por sobredosis unos meses después del anuncio de los conciertos. Otro ejemplo de estrella devorada por la industria musical, a la cual el dinero no pudo solucionar sus problemas personales.

VÍDEOS

THIS IS IT 

Año de publicación: 2009

Esta película documental nos muestra los ensayos que estuvo haciendo Michael Jackson con su equipo como preparación de los cincuenta conciertos que estaban previstos en Londres, lo cual representaba el retorno de este artista a la atención de la prensa (esto es, por su música) y la conmemoración de su quincuagésimo cumpleaños, pues recordemos que tres iconos de la música de los ochenta como Michael Jackson, Madonna y Prince nacieron en 1958. Desgraciadamente, el fallecimiento de Jackson truncó este retorno. Las entradas para los cincuenta conciertos se agotaron inmediatamente y por ello la manera de poder ingresar algo era publicar las grabaciones de los ensayos. De ahí apareció This Is It, un digno documento que nos muestra que el retorno de Michael iba a ser a lo grande, sin escatimar en músicos (a destacar el tapping al estilo Van Halen que se marca la guitarrista), bailarines ni efectos especiales para engrandecer los éxitos de siempre. Viendo las imágenes, la inversión en el evento ya se supone millonaria. De igual manera, observamos con horror a un Jackson muy delgado y demacrado, aunque sorprendentemente se mueve con soltura en el escenario y se muestra interesado en controlar cómo se está realizando todo y en aportar sus ideas propias. Se nota que la voz no la tiene bien y eso se esconde muchas veces con los cantantes de apoyo o directamente escuchando la voz en playback, como ayuda de postproducción. Y cuando pretende improvisar no le sale nada interesante, aunque esto podemos recordar que siempre había sido así, la improvisación no había sido nunca su fuerte. En cualquier caso, el documental nos muestra lo espectacular que iba a ser la puesta en escena, que es en realidad el tipo de espectáculo que se plantea hoy en día para cualquier artista similar. No deja de ser un producto para fans.

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