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2020

FELT

CRUMBLING THE ANTISEPTIC BEAUTY

Año de publicación: 1982

Puntuación:

Puntuación:

1) Evergreen Dazed; 2) Fortune; 3) Birdmen; 4) Cathedral; 5) I Worship The Sun;

6) Templeroy.

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En sus inicios, el núcleo de la banda Felt estaba conformado por el cantante y guitarrista Lawrence (cuyo apellido parece ser Hayward, aunque es un misterio que se ha mantenido con el tiempo) y el fenomenal guitarrista Maurice Deebank, quien tenía una formación en guitarra clásica que le convertía en todo un portento con la guitarra eléctrica, que es más sencilla de tocar. Así pues, la voz del primero y la guitarra del segundo son los elementos característicos de la primera y mejor etapa de esta banda de los ochenta. Con su voz, Lawrence quiere ser un Ian Curtis más melódico, pero no acaba de convencer, mientras que el estilo de Maurice allanaba el camino para la próxima llegada de Johnny Marr a la escena musical con los Smiths. Donde el primero (Deebank) ganaba en técnica, el segundo (Marr) le superaría en creatividad melódica.

 

El instrumental ‘Evergreen Dazed’ sirve de perfecta carta de presentación de la maestría de Deebank con la guitarra. Aparte de ello, es toda una delicia para los oídos ir escuchando todas las melodías que van apareciendo y engarzándose unas con otras para conformar lo que es una sorprendente incursión en un terreno que se sitúa de manera singular entre la música clásica y el rock y que por suerte no será único en los próximos años. ‘Templeroy’ parece que va a ser también un instrumental y quizá hubiera sido mejor dejarlo de esa manera, porque la parte vocal con efecto de eco queda fatal y desfasada, arruinando lo que estaba siendo un tema de cuidada estructura. Quedaba claro quién era la estrella de esta banda, puesto que la guitarra envolvente de ‘Fortune’ es lo que convierte esta canción en otro punto destacado.

 

Se atreven con la psicodelia en ‘Birdmen’, pero les sale un bodrio de más de seis minutos a la altura de los peores Jefferson Airplane. Ni siquiera la salvan algunas líneas interesantes que deja caer Deebank. ‘Cathedral’ también puede resultar algo repetitiva, pero al menos posee reconocibles melodías y eso la salva, aunque es bastante discreta. Cuando aceleran el ritmo en ‘I Worship The Sun’, se nota que les falta todavía algo de experiencia y madurez, pero los cambios de ritmo que posee demuestran al mismo tiempo que el talento estaba ahí.

 

No está mal para ser un debut de una banda independiente, sobre todo cuando se aprecia talento y se tiene a un músico como Deebank. Aun así, tardarían dos años en poder grabar la continuación y seguir el ascenso imparable que debía comportar la experiencia que comenzaban a acumular.

THE SPLENDOUR OF FEAR

Año de publicación: 1984

Puntuación:

1) Red Indians; 2) The World Is As Soft As Lace; 3) The Optimist And The Poet;

4) Mexican Bandits; 5) The Stagnant Pool; 6) A Preacher In New England.

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El segundo álbum de Felt mantiene los mismos ingredientes que el primero, pero ganando en experiencia y confianza. Bueno, Lawrence no parece haber cogido mucha confianza porque no canta mucho y se lo agradecemos, porque todavía le falta por aprender a mostrar expresividad, una de sus lagunas. Por tanto, vuelve a ser la guitarra de Deebank, acompañada por la de Lawrence en un segundo plano, la que marca la diferencia cualitativa.

 

La inicial ‘Red Indians’ está conformada por dos secciones independientes. La solemne y sensacional primera parte de guitarra puede que les diera alguna idea a Metallica para su ‘Nothing Else Matters’. Sobre los dos minutos se acaba y en realidad lo que entramos es en un tema diferente, esta vez cantado por Lawrence y que es algo lento para mantener la misma excelente impresión, aunque la guitarra siempre está ahí y es una delicia. Pocas veces, muy pocas, puede decepcionarnos Deebank, verdadero salvador de la primera y mejor etapa de Felt. No otro es el motivo de que ‘The World Is As Soft As Lace’ sea la verdadera sensación de este segundo LP de la banda, un nuevo instrumental que, además de una cuidada estructura, expresa una gran emoción con esa manera personal de tocar la guitarra, que integra en un mismo molde el bagaje de la guitarra clásica con los Byrds y la New Wave. Nada lejos se queda el instrumental ‘The Optimist And The Poet’, que adolece de un último minuto demasiado monótono como única objeción.

 

Quedaba bastante claro que la voz de Lawrence era algo secundario y necesitaba ganar en convicción, motivo por el cual los temas instrumentales ganan puntos y casi todo el álbum es así. Siendo diferentes en ritmo, tanto ‘Mexican Bandits’ como ‘A Preacher In New England’ dejarán satisfech@ a quien le encante escuchar una buena pieza de guitarra de manera relajada, sin prisas para degustar cada nota, sobre todo por la segunda al ser mucho más rica en matices. Por otro lado, la lentitud de ‘The Stagnant Pool’ juega en su contra porque desvía la atención hacia otra estupenda interpretación de Deebank, ya que son más de ocho minutos donde la guitarra no comienza a brillar en primer término hasta pasados los dos primeros. Luego realiza un parsimonioso desarrollo que resulta algo tedioso por lo repetitivo, pero los dos últimos minutos son nueva gloria.

 

Consolidado ya el sonido de la banda, solo quedaba comprobar si podrían mejorar la creatividad en la composición para conseguir un álbum algo más heterogéneo y con mayor cantidad de grandes canciones. Y ciertamente iban a tardar muy poco. Como curiosidad final, la imagen de la portada es a su vez la portada de una de tantas películas (o bodrios fílmicos amateur) que Andy Warhol grabó en los sesenta, titulada Chelsea Girls.

THE STRANGE IDOLS PATTERN AND OTHER SHORT STORIES

Año de publicación: 1984

Puntuación:

1) Roman Litter; 2) Sempiternal Darkness; 3) Spanish House; 4) Imprint;

5) Sunlight Bathed The Golden Glow; 6) Vasco Da Gama; 7) Crucifix Heaven;

8) Dismantled King Is Off The Throne; 9) Crystal Ball; 10) Whirlpool Vision Of Shame.

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La evolución positiva que habían enfilado desde el inicio llega en los dos próximos álbumes (este y el siguiente) a su culminación. Es decir, lo mejor que podían ofrecer en conjunto lo encontraremos en ellos. Como no podía ser de otra manera, Maurice Deebank vuelve a ser el verdadero héroe de este grupo, mientras que Lawrence también mejora en el apartado vocal, dotando de mayor expresividad a su estilo desentonado y peculiar.

 

Maurice impresiona desde el principio gracias a la gloriosa guitarra de doce cuerdas (o a eso suena) que nos introduce en ‘Roman Litter’. La parte vocal de Lawrence en las estrofas nos retrotrae a esa manera de cantar de algunos grupos de la Movida madrileña en que parecía que los cantantes no sabían o hacían como que no sabían entonar una melodía, aunque aquí en un tono más suave. Luego el estribillo es mucho mejor, sobre todo por la maravillosa melodía de guitarra que suena al unísono y en segundo plano, nueva demostración de la innegable calidad de Maurice. También la introducción de ‘Crystal Ball’ o de ‘Dismantled King Is Off The Throne’ es muy pegadiza, si bien en la segunda su desarrollo recuerda a ‘Roman Litter’ y únicamente la fabulosa guitarra consigue reflejar un elemento diferenciador. Temas rápidos como ‘Sunlight Bathed The Golden Glow’ también entusiasman, aunque menos cuando deja la sensación de ser similar nuevamente a ‘Roman Litter’, si bien de forma vaga.

 

A estas alturas, está claro que Deebank es un pilar básico y por ello también se le permite tocar hasta tres piezas instrumentales propias para su mayor gloria y lucimiento. La primera de ellas es la evocadora ‘Sempiternal Darkness’, cuyo título quizá no sea el más apropiado por tener connotaciones sombrías que en la música no se aprecian, pero que en poco más de dos minutos transcurre por diferentes fases y melodías de aires renacentistas, todas ellas una verdadera delicia y además con la guitarra eléctrica. Se coloca a la altura de Steve Hackett o Steve Howe en ese espíritu clásico que imbuye su manera de tocar. ‘Imprint’ no se queda atrás y, siendo todavía más breve, sigue siendo igual de evocadora, en este caso de imágenes bucólicas o lo que pueda inspirarle a cada un@. Para ‘Crucifix Heaven’ se enfunda la guitarra acústica y consolida esa fascinación que los guitarristas británicos de las décadas anteriores habían sentido por Andrés Segovia, ya que ecos ibéricos e incluso flamencos sobrevuelan esta vigorosa pieza. Por otro lado, el falso comienzo de ‘Whirlpool Vision Of Shame’ nos engaña, haciéndonos pensar en otra pieza instrumental de Deebank, pero luego comprobamos que es otra maravillosa canción de pop donde la guitarra vuelve a ser la protagonista y solo nos queda caer rendidos ante sus impresionantes melodías, sobre todo en los pasajes instrumentales de primerísimo nivel. Mejor todavía que Johnny Marr.

 

El único tema discreto que encontraremos en todo el disco es ‘Spanish House’, ya que el estribillo no es muy inspirado y el conjunto de la canción es un convencional pop de guitarras de los que se podían encontrar a miles por esa época. De hecho, el estribillo, aunque sea mejor, está rematado de manera análoga a la más contemplativa ‘Vasco Da Gama’, que al menos deja mejor sensación gracias a la guitarra de Deebank.

 

Gran álbum y por consiguiente muy recomendable para toda persona que adore a los guitarristas que dotan de expresividad a su instrumento, aunque sea en el lenguaje del pop-rock. Que en un mismo análisis se haya citado a Segovia, Hacket, Marr o Howe no ha sido casualidad. Felt será con toda probabilidad un descubrimiento muy agradable para quien no los haya escuchado nunca, en particular para quienes gusten del estilo de The Smiths.

IGNITE THE SEVEN CANNONS

Año de publicación: 1985

Puntuación:

1) My Darkest Light Will Shine; 2) The Day The Rain Came Down; 3) Scarlet Servants;

4) I Don't Know Which Way To Turn; 5) Primitive Painters; 6) Textile Ranch;

7) Black Ship In The Harbour; 8) Elegance Of An Only Dream; 9) Serpent Shade;

10) Caspian See; 11) Southern State Tapestry.

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Llegamos aquí al final de una era, puesto que estamos ante el último álbum de Maurice Deebank con Felt. Probablemente durante la grabación supiera que se iba a ir y por eso su nivel haya decaído un poco respecto al fenomenal disco anterior, aunque todavía estamos ante una banda en plena forma y por ello Ignite The Seven Cannons se convierte en el último álbum verdaderamente recomendable de Felt. La mayor novedad vino en las tareas de producción, puesto que se hicieron con los servicios de Robin Guthrie, el sensacional guitarrista de los Cocteau Twins.

 

La mano de Guthrie se deja notar en algunos momentos como por ejemplo en el instrumental ‘Elegance Of An Only Dream’, puesto que se trata en primer término de un notable ensamblaje de guitarra y teclado que reconocemos inmediatamente como característico de Felt (no por el teclado, que es la novedad, sino por el sonido global), pero sobre los tres minutos todo cambia por completo y parece que nos hayamos adentrado en el mundo mágico-onírico de los Cocteau Twins de mediados de los ochenta. La balada de medio tempo ‘Primitive Painters’ está cantada a dúo con Elizabeth Fraser, precisamente la cantante de los Cocteau Twins, quien ciertamente mejora el resultado. Puede resultar algo excesiva su duración de seis minutos, pues todo depende de la tolerancia que se tenga hacia la extensa coda. Pero en este álbum demuestran que han llegado a dominar las baladas adaptándolas a su sonido jangle, aunque tampoco sean el punto fuerte de la banda: ‘Black Ship In The Harbour’, ‘Scarlet Servants’.

 

Parece repetitivo deshacerse en elogios hacia Deebank. Pero es él y no otro quien engrandece temas como ‘My Darkest Light Will Shine’ hasta niveles de sublimidad que por desgracia no se ven acompañados por una parte vocal a un nivel parejo. Y cuando realizan una reescritura más lenta y con menos gracia de esa canción, tal cual es el caso de ‘I Don't Know Which Way To Turn’, ciertamente se lo podrían haber ahorrado. Es lo peor del disco, sin duda. En cualquier caso, Deebank no está tan inspirado como en el álbum previo, tal como puede atestiguarse mediante el instrumental ‘Southern State Tapestry’, ya que la elegancia sigue ahí pero la emoción no tanto, un ingrediente necesario para llegar a las altas cotas conseguidas en otras ocasiones. Quizá por ello en el espectacular instrumental ‘Textile Ranch’ resulta sorprendente observar que el protagonismo no es solamente de Deebank, sino que está compartido con el soberbio órgano de Duffy, quien sería futuro miembro permanente de Primal Scream. Eso sí, cuando a los 1:40 entra de manera imprevista esa acometedora guitarra al estilo Shadows, es uno de esos momentos que engrandecen la música rock. En ‘Serpent Shade’ también se reparten el protagonismo la guitarra y el teclado, demostrando una notable compenetración que desafortunadamente se vería truncada con la salida de Deebank de la banda.

 

Las canciones que más entroncan con el pop más dinámico y característico de algunas de sus mejores composiciones tiene aquí otros estimables ejemplos en ‘The Day The Rain Came Down’ y, con un resultado no tan brillante pero también destacado, en ‘Caspian See’. Como ya se ha dicho al principio, la salida de Deebank de la banda volverá imposible el mantenimiento de su sonido característico, pues sin un guitarrista de primer nivel no se podían conseguir esas maravillas instrumentales. Por desgracia, no encontrarán ningún sustituto a la altura de Deebank y ningún álbum de Felt logrará igualar la gloria de esta última triada.

LET THE SNAKES CRINKLE THEIR HEADS TO DEATH

Año de publicación: 1986

Puntuación:

1) Song For William S. Harvey; 2) Ancient City Where I Lived; 3) The Seventeenth Century; 4) The Palace; 5) Indian Scriptures; 6) The Nazca Plain; 7) Jewel Sky; 8) Viking Dress;

9) Voyage To Illumination; 10) Sapphire Mansions.

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Ni veinte minutos de música pudieron llegar a grabar Felt tras la salida de su guitarrista insignia. Lawrence tuvo la arrogancia de grabar un álbum totalmente instrumental, no sustituir a Deebank por nadie (tampoco es que hubiera podido encontrar alguien a su altura con facilidad) y entre él y algo de ayuda del bajista se lo montan para completar las partes de guitarra. Pero Lawrence solo había demostrado competencia como guitarra rítmica y era evidente que no tenía la habilidad para tomar el liderazgo en el apartado instrumental. Piezas como ‘The Seventeenth Century’ demuestran que con la guitarra podían salir airosos pero en ningún caso llegar a la excelencia conseguida con anterioridad. Los títulos de los temas hacen intuir una fijación en la historia antigua como fuente de inspiración para las composiciones, pero la música en sí misma no rememora motivos musicales de esas épocas, por lo que seguramente fue una manera ordenada de adjudicar nombres a las piezas grabadas, como podían haber sido otros.

 

Si la alternativa a los temas liderados por la guitarra de Deebank era algo tan sencillo e incluso irrisorio como el instrumental de organillo de ‘Song For William S. Harvey’, ciertamente era para estar preocupados. Mejor resultado consiguen también de forma sencilla pero más efectiva en ‘The Palace’ o ‘Jewel Sky’, que al menos a nivel melódico presentan algún aliciente. Pero buena parte de este álbum deja una peligrosa sensación de amateurismo para una banda que tenía ya una trayectoria considerable a sus espaldas. Temas como ‘Viking Dress’, ‘Indian Scriptures’, ‘Voyage To Illumination’ o ‘The Nazca Plain’ parecen escritos e interpretados en muy escaso tiempo, como si el propósito real hubiera sido publicar un disco lo más rápido posible. En todo caso, el camino a seguir debería ser ‘Sapphire Mansions’, repleta de pegadizas melodías y giros no triviales que consiguen engrandecer por unos instantes a la nueva formación de Felt.

 

Muy poco tiempo de música y muy pocas ideas originales esparcidas en él como para considerar este álbum como algo relevante. Tampoco es que se hubieran parado a pensar qué hacer en la nueva situación grupal, pero hay veces en la vida que un@ ha de abstraerse de las situaciones y observarlas como si fuera una tercera persona, para tener así una mayor claridad de ideas a la hora de tomar una decisión.

FOREVER BREATHES THE LONELY WORD

Año de publicación: 1986

Puntuación:

1) Rain Of Crystal Spires; 2) Down But Not Yet Out; 3) September Lady; 4) Grey Streets;

5) All The People I Like Are Those That Are Dead; 6) Gather Up Your Wings And Fly;

7) A Wave Crashed On Rocks; 8) Hours Of Darkness Have Changed My Mind.

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Tras el cisma que debió suponer la salida de Maurice Deebank y la imposibilidad de encontrar a alguien que tuviera su nivel, Lawrence y compañía mantuvieron la misma tendencia que habían seguido los álbumes anteriores hasta la desviación inoportuna de Let The Snakes Crinkle Their Heads To Death, nuevamente como si nada hubiera ocurrido aunque era obvio que ya no podría ser lo mismo. Ya ni siquiera encontraremos temas instrumentales porque no había ningún instrumento que pudiera liderar una composición de principio a fin, salvo ocasiones contadas como la vista en el álbum anterior. La buena noticia es que el nivel creativo todavía se mantenía estable, lo cual salva el disco de obtener un peor resultado.

 

El órgano en primer plano de ‘Rain Of Crystal Spires’ ya anuncia quién seguirá llevando la voz cantante en cuanto a los instrumentos, que la voz por supuesto es exclusividad de Lawrence. Esta canción no está mal, pero tampoco consigue emocionar más allá del momento central en que canta “And the sun won't shine on me” con mayor convicción. En cualquier caso, el único tema con status de clásico que encontraremos aquí es ‘Down But Not Yet Out’ y curiosamente el toque distintivo de verdadera calidad es la emocionante melodía de guitarra que aparece tras el estribillo, como si el fantasma de Deebank hubiera sobrevolado por un momento el estudio de grabación. Se mantiene ese estilo de pop dinámico en ‘September Lady’ y ‘Grey Streets’ con notable rendimiento, sobre todo en la segunda de ellas, de pegadizo órgano por parte de Duffy y un entramado de guitarras evocador de sus mejores logros. Eso sí, temas como ‘Gather Up Your Wings And Fly’ o ‘All The People I Like Are Those That Are Dead’ (esperemos que no esté inspirada en su excompañero) hubieran mejorado todavía más de haber tenido una parte de guitarra como las de antaño. Así, la memorable parte donde se añaden los coros en ‘Gather Up Your Wings And Fly’ es donde mayor fuerza toma esta composición.

 

Para el final se queda lo más flojo del álbum: dos baladas de medio tempo y de medio pelo podríamos decir, pues tanto la aburrida ‘A Wave Crashed On Rocks’ como la más agradable pero olvidable ‘Hours Of Darkness Have Changed My Mind’ dejan una mala impresión como selecciones finales. Son un lastre muy pesado que obligan a valorar este álbum como un obvio paso atrás, ya que el nivel compositivo puede decirse que se mantiene a un nivel similar, pero es evidente que la ausencia de un guitarrista de gran técnica y destreza se deja notar en el resultado global.

POEM OF THE RIVER

Año de publicación: 1987

Puntuación:

1) Declaration; 2) Silver Plane; 3) She Lives By The Castle;

4) Stained Glass Windows In The Sky; 5) Riding On The Equator; 6) Dark Red Birds.

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Seguía la deriva sin rumbo aparente de Felt, encaminados hacia una irrelevancia total al ser incapaces de sobreponerse a la falta de un guitarrista de la valía de Deebank. Ni siquiera media hora dura este breve álbum, quizá porque no había en realidad nada más que añadir, exprimidos todos los intentos creativos posibles. El órgano Hammond de Duffy es ya el dueño y señor de la parte instrumental de todas las composiciones, escritas por Lawrence. Pero se difuminan cada vez más las características principales que habían hecho de Felt una banda distinta e interesante.

 

El comienzo de ‘Declaration’ nos muestra a un Lawrence sorprendentemente intimista y minimalista, aunque hacia la mitad entra el resto de instrumentos para dejarnos al menos una impresión más coherente de entrada. Pero no es más que una errónea impresión inicial, ya que el contenido del álbum deja bastante que desear, como si lo hubieran hecho por encargo y sin ganas de buscar algo nuevo. No es necesario irse más lejos que el segundo tema, ‘Silver Plane’, que es una simple balada de medio tempo dominada por el órgano, puesto que el órgano es el único instrumento que puede salvar de la monotonía a este grupo cuando en la composición no están especialmente inspirados. ‘She Lives By The Castle’ es un aburrimiento total y solo en el último minuto, cuando el órgano se anima un poco más, es cuando transmite un mínimo de interés. Más o menos es lo que se puede decir también de ‘Stained Glass Windows In The Sky’, otro nuevo tedio vocal que en la coda instrumental se anima para al menos no ser un despropósito total, con la curiosidad de que en este caso es la guitarra el instrumento que toma el liderazgo.

 

La extensa ‘Riding On The Equator’ vuelve a ser una composición bien construida, pero la técnica de los músicos no es suficiente para mantener el interés durante una coda instrumental de cinco minutos. Y es que, al final, la única canción interesante que encontraremos es ‘Dark Red Birds’, una placentera pieza acústica muy relajante y evocadora, gracias a un perfecto ensamblaje instrumental y a la cálida interpretación vocal de Lawrence. Destaca sobre el resto porque en veintiséis minutos de música tampoco puede exigirse que vayan a descubrir algo nuevo. No estaban en su mejor momento y este disco deja la sensación de que se avecinaba el final muy pronto, aunque todavía les quedarían varios más por delante.

THE PICTORIAL JACKSON REVIEW

Año de publicación: 1988

Puntuación:

1) Apple Boutique; 2) Ivory Past; 3) Until The Fools Get Wise; 4) Bitter End;

5) How Spook Got Her Man; 6) Christopher Street; 7) Under A Pale Light;

8) Don't Die On My Doorstep; 9) Sending Lady Load; 10) Darkest Ending.

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Seguía la decadencia de Felt y aquí llegamos a su punto más bajo, donde se confirman como un vulgar grupo de pop sin nada relevante que ofrecer. Como si hubieran olvidado lo que es una melodía y, a lo sumo, se dedican a reciclar composiciones anteriores. El colmo de la desesperación llega cuando en ‘Christopher Street’ intentan emular el sonido de guitarra que tenía el gran Deebank, que en este caso es como si una persona divorciada se juntara con alguien que físicamente se pareciera a su expareja. O ya puestos a caer bajo, está esa reescritura de ‘Spanish House’ que es ‘Under A Pale Light’, donde el órgano de Duffy parece una mera decoración.

 

Repetir el estribillo tantas veces como en ‘Until The Fools Get Wise’ sin pararse a pensar la mala imagen que ofrece, denota la falta de motivación y de rumbo de estos chicos. En ‘How Spook Got Her Man’ y ‘Don't Die On My Doorstep’ Lawrence parece que esté imitando a Bob Dylan al cantar, un recurso bastante cutre para un grupo que de esa manera acababa de despersonalizarse. En cualquier caso, se hace imposible escribir algo sobre ‘Apple Boutique’, ‘Bitter End’, etc… ya que es todo de una vulgaridad insultante, música destinada a caer en el olvido inmediato y de forma justificada.

 

Todos los temas están compuestos por Lawrence excepto los dos últimos, cuya autoría corresponde a Duffy y son lo peor con diferencia de este álbum. Se albergan razonables dudas de que Lawrence estuviera de acuerdo en incluirlas, sobre todo viendo lo que sería el siguiente disco. En primer lugar, ‘Sending Lady Load’ son doce minutos de repetitiva estructura donde escucharemos únicamente el piano en una especie de pseudojazz relajante, mientras que ‘Darkest Ending’ es una pieza de atonalidades y todavía se entiende menos que venga incluida en un disco de Felt. De hecho, ambos temas han desaparecido en la reedición en CD de este álbum, sustituidos por otros dos inéditos. Pero directamente se podría hacer desaparecer el álbum al completo y nadie lo echaría en falta, tan triste su contenido como su portada.

1) Train Above The City; 2) On Weegee's Sidewalk; 3) Run Chico Run;

4) Press Softly On The Brakes Holly; 5) Spectral Morning; 6) Teargardens;

7) Book Of Swords; 8) Seahorses On Broadway.

Puntuación:

Año de publicación: 1988

TRAIN ABOVE THE CITY

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Cuatro meses de diferencia es lo que separa la publicación de este álbum respecto al anterior. El motivo para un espacio de tiempo tan inusualmente breve es más que surrealista: en este álbum no participa Lawrence, tan solo Duffy y el batería Ainge, y se dedican a tocar jazz instrumental. Esto es lo último que podría esperarse del grupo, pero visto el lamentable disco previo quizá hasta le resultó un alivio a Lawrence apartarse a un lado y dejar que dos compañeros se entretuvieran en el estudio. Total, si lleva el nombre de Felt, pues alguna libra le llegaría a la cuenta corriente.

 

Así pues, mediante este álbum atendían la necesidad de los ingleses de tener una música insustancial de acompañamiento para la hora del té. El problema llega en los países donde no tenemos costumbre de tomar el té. Escuchar el disco al completo no es muy pesado porque no llega ni a la media hora, pero se antoja complicado escribir algo después sobre él, ya que es prácticamente todo muy vulgar, lo que cabría esperar de un teclista y un baterista con escobillas si se deciden a tocar jazz sin ser especialmente virtuosos. Tan solo en ‘Run Chico Run’ y ‘Book Of Swords’ se pueden discernir melodías que al menos parezcan originales, el resto es jazz baratero de consumo rápido.

 

Para el final volvemos a toparnos con lo peor que podía idear la mente del tunante de Duffy. La lentitud de ‘Seahorses On Broadway’ es exasperante, además de que retornan a las atonalidades vistas en el álbum previo. Y dedicar casi siete minutos a eso parece un nuevo insulto. Afortunadamente, el resto del álbum no es ofensivo, pero rezuma mediocridad por todos lados y queda así como una anomalía en la discografía de Felt, que sin la participación de Lawrence debería haber llevado otro nombre. Para el año en que se encontraban, dos sugerencias de nombre con gancho serían: Duffy & Ainge Goes To Hollywood; o la más agresiva en su marketing: The Real Pet Shop Boys: Duffy & Ainge.

2020

1) I Can't Make Love To You Anymore; 2) Mobile Shack; 3) Free; 4) Budgie Jacket;

5) Cartoon Sky; 6) New Day Dawning; 7) Down An August Path; 8) Never Let You Go;

9) She Deals In Crosses; 10) Get Out Of My Mirror.

Puntuación:

Año de publicación: 1989

ME AND A MONKEY ON THE MOON 

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2020

Esa vergüenza propia que les entra alguna vez a los artistas musicales cuando se han dedicado a facturar música de escaso nivel y se sienten obligados moralmente a hacer algo de más categoría, es lo que parece que le entró a Lawrence después de los últimos despropósitos que habían publicado. Para ello, compuso diez nuevas canciones y les dedicó más de unas horas, que es lo que parecía que dedicaba a componer en los años precedentes. Tampoco escatima a la hora de contratar músicos de estudio para lograr un sonido consistente y adecuado. Por ejemplo, el bajo lo toca como invitado Robert Young, entonces bajista de Primal Scream, grupo al que no tardaría Duffy en unirse tras la disolución de Felt. Por tanto, si la inspiración a la hora de componer estaba a la altura, podía conseguir Lawrence un canto de cisne adecuado a lo que había sido Felt.

 

Una de las canciones más acogedoras que haya salido de la pluma de Lawrence, a pesar de su letra bien triste, es ‘I Can't Make Love To You Anymore’, que además está esplendorosamente adornada con la pedal steel guitar del notable músico de sesión B. J. Cole. Tan buena les pareció la idea que la emplean de nuevo para cerrar el disco mediante ‘Get Out Of My Mirror’, de tono similar. Se nota mucho cuando aparece el citado instrumento, como vuelve a ocurrir en ‘New Day Dawning’, donde además podemos disfrutar de un gran solo de guitarra (devoto del de George Harrison en ‘Let It Be’) en un disco de Felt después de tantos años, en una composición que sobrepasa los seis minutos de duración pero suena lo suficientemente diversa para que el interés no decaiga. Es también la guitarra eléctrica, junto a esa manera de conjuntar el bajo pulsante y una percusión de cierta solemnidad, lo que confiere a ‘She Deals In Crosses’ la condición de último clásico de la historia de Felt, con efectos de sonido incluidos en la recta final.

 

Aunque suene algo más convencional, el acompañamiento instrumental de ‘Mobile Shack’ denota el cuidado que llevaron en la ejecución de este último disco. Y es que hay canciones como ‘Down An August Path’ que, con una parte vocal a la altura de la instrumental, estaríamos hablando de otra joya en el catálogo del grupo. En cambio, ‘Free’ y ‘Never Let You Go’ son unas discretas baladas, como podría definirse también ‘Budgie Jacket’, pero es innegable el buen gusto de esta última en la parte instrumental. Pocas objeciones se le pueden hacer a este álbum, pero hay una cierta monotonía en el sonido que supone su más visible defecto. Por lo demás, no parecía haber un futuro claro visto el contenido, muy limitado estilísticamente y sin visos de tener capacidad de renovación. De esta manera, acaba aquí la carrera de Felt pero Lawrence seguiría en el mundo de la música, en primer lugar fundando Denim y publicando en 1992 un recomendable álbum titulado Back In Denim, donde volvería a desplegar un envidiable olfato por las melodías. ¡El show debe continuar!

1) Something Sends Me To Sleep; 2) Trails Of Colour Dissolve; 3) Penelope Tree;

4) Sunlight Bathed The Golden Glow; 5) Fortune; 6) Dismantled King Is Off The Throne;

7) Primitive Painters; 8) Ballad Of The Band; 9) I Didn't Mean To Hurt You;

10) I Will Die With My Head In Flames; 11) Sandman's On The Rise Again; 12) The Final Resting Of The Ark; 13) There's No Such Thing As Victory; 14) Be Still; 15) Space Blues.

Puntuación:

Año de publicación: 2003

STAINS ON A DECADE

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Más de una década transcurrió para que saliera publicado un recopilatorio de singles con una gran cantidad de material nuevo, es decir, que no había sido publicado en los álbumes de estudio. Precisamente se han marcado arriba en gris las canciones que ya conocíamos de antes. La recopilación recorre toda su carrera desde 1981 (antes de publicar su primer LP) hasta 1988, donde ya parece que los singles llegaron a su fin incluso antes de la publicación de su álbum de despedida: Me And A Monkey On The Moon. La esperanza de poder encontrar más canciones a la altura de sus mejores logros es grande y obtenemos recompensa, aunque quizá en menor cantidad de lo que cabría desear, dado que casi la mitad de las canciones son de la primera etapa con Maurice Deebank en el grupo.

 

Sin embargo, las dos mejores composiciones que encontraremos pertenecen a la segunda etapa sin Deebank. Tanto ‘I Will Die With My Head In Flames’ como ‘Sandman's On The Rise Again’ son sendas pegadizas píldoras pop, con la diferencia de que en la primera es el teclado el que se marca unas sensacionales melodías rítmicas, mientras que en ‘Sandman's On The Rise Again’ es la guitarra eléctrica la que asume ese rol en un estilo devoto de los Shadows más dinámicos, además de poseer unos irresistibles cambios de ritmo. La regrabación de ‘Fortune’ no aporta ninguna novedad importante, pero siempre es un placer escuchar la guitarra de Deebank y además aquí escucharemos una voz femenina en la recta final que quizá podría ser la de Elizabeth Fraser (vocalista de los Cocteau Twins). Aunque suene agradable, ‘Penelope Tree’ no acaba de despegar y tan solo consigue emocionar a partir del memorable solo de guitarra, bastante breve por cierto, que encontramos sobre el minuto y medio.

 

El sonido completamente amateur de ‘Something Sends Me To Sleep’ nos indica que es un tema de sus inicios como banda. La percusión manual y la guitarra acústica de ‘Trails Of Colour Dissolve’ denota su inspiración en los primeros T. Rex, es decir, en Tyrannosaurus Rex, aunque aquí acaban metiendo algunas relajadas líneas de guitarra eléctrica para embellecer el resultado final. Las baladas acústicas intimistas no parecen a priori la mejor opción para un vocalista tan limitado como Lawrence y por ello lo único que salva del desastre a ‘The Final Resting Of The Ark’ son los arreglos, pues la entrada de una reverberante percusión y el saxofón consigue hacernos olvidar la penosa impresión que deja su parte cantada. En cambio, ‘Ballad Of The Band’ no es ninguna balada, sino una de sus piezas pop de ritmo rápido que en realidad suena a lo ya conocido, sonando algo forzado el solo de guitarra. Los ingredientes de ‘There's No Such Thing As Victory’ son tan solo la guitarra acústica y la voz, pero al menos esta vez intenta sonar más melódico.

 

Podemos comprobar que para los singles Felt tiraba mano de temas de relleno, pues no existe otra manera de catalogar algo como ‘I Didn't Mean To Hurt You’, donde el órgano de acompañamiento suena bastante falto de vivacidad. La intención de la versión de ‘Be Still’ de los Beach Boys (concretamente de Dennis Wilson) es buena en cuanto a la recreación atmosférica realizada con el teclado, pero no presenta melodías interesantes y se queda en promesa de poder haber realizado algo diferente con ella. Algo similar le ocurre a la final ‘Space Blues’, cuyo inquietante ritmo mantiene en vilo al principio pero luego decae al no evolucionar a nada diferente.

 

Podemos dar así por finalizado este repaso a la discografía de Felt, un interesante grupo que logró grabar un buen puñado de canciones que merecen ser recordadas como emocionantes ejemplos de pop-rock melódico de guitarra (y/o teclado). Una música de las que acompañan para toda la vida y que vale la pena revisitar de vez en cuando.

RECOPILACIONES

ABSOLUTE CLASSIC MASTERPIECES

Año de publicación: 1992

Entre los diferentes recopilatorios que pueden encontrarse sobre Felt destacamos este únicamente por contener dos temas inéditos, pues como recopilación deja bastante que desear si nos fijamos en la selección recogida (la ironía del título elegido es más que evidente sin ni siquiera mirar el contenido). De la carrera del guitarrista Deebank en solitario, encontramos aquí ‘Dance Of Deliverance’, ocho minutos de música ambiental con la guitarra como instrumento principal. Va evolucionando muy poco a poco y deja la impresión de que va a ser muy aburrida, pero en algunos momentos nos podemos encontrar con interesantes partes de guitarra, sea pasados los tres minutos con una breve parte ágil o casi a los cinco minutos con un bello pasaje que nos hace recordar un poco las grandes piezas de Deebank en los primeros años del grupo. Y quien desee escuchar cómo sonarían Felt en modo punk, ‘Index’ es un single publicado por Lawrence antes de la formación de la banda, pero parece más bien una tosca demo donde escuchamos una monótona guitarra practicando unos acordes repetidamente.

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