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CURVED AIR

2021

AIR CONDITIONING

Año de publicación: 1970

Puntuación:

Puntuación:

Puntuación:

1) It Happened Today; 2) Stretch; 3) Screw; 4) Blind Man; 5) Vivaldi; 6) Hide And Seek;

7) Propositions; 8) Rob One; 9) Situations; 10) Vivaldi With Cannons.

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2021

En general las frases hechas y las simplificaciones tipo “o es blanco o es negro” son recursos propios de quien no quiere (o no puede) emplear un razonamiento analítico en sus pensamientos o su manera de proceder. Pero a veces las simplificaciones nos pueden servir para definir a grandes rasgos y como introducción algún concepto que deseamos expresar. Así pues, para definir de manera simple lo que significan los Curved Air, podemos recordar en primer lugar cómo en los sesenta se definía a nivel informal a los Rolling Stones como la versión malota de los Beatles. Siguiendo esta analogía simplista, los Curved Air vendrían a ser la versión malota de Renaissance, si bien estos dos grupos no tuvieron relación aparente entre ellos. Eran un grupo de hombres con una mujer como carismática vocalista, igual que Renaissance, pero alejados del aura angelical de estos. En Curved Air, la cantante Sonja Kristina desprende un carácter y una sensualidad que la sitúa más bien como una mezcla de Grace Slick y de Annie Haslam. Stewart Copeland, futuro baterista de The Police, formaría parte de este grupo y caería prendado por ella unos años después de este debut.

 

La sensualidad envolvente de Sonja Kristina abruma desde que comenzamos a escuchar su voz en ‘It Happened Today’, donde la excesiva reverberación en el estribillo puede resultar algo molesta. En la segunda mitad cambia el panorama por completo porque introducen un sugerente pasaje de paz y relax que contrasta con esa inmediatez emocional que exige la primera parte en su vertiginoso desarrollo. Parece que a Sonja le agradaba esa reverberación vocal, pues vuelve a repetirla aunque de manera más suave en la tranquila ‘Blind Man’, de ritmo algo animado y base acústica. Pero Curved Air tienen una gran fortaleza que les permite brillar en los momentos de mayor fiereza, como por ejemplo en la vertiginosa ‘Propositions’, cuyo trepidante estribillo se les resistía en directo si nos atenemos a algunas de las grabaciones que pueden encontrarse. Como grupo, la composición multiparte ‘Hide And Seek’ demuestra la versatilidad de Curved Air. Comienza con unas disonancias de teclado que acompañan a una sorpresiva distorsión de la guitarra, para luego dar paso a una parte más dinámica y liderada por una épica guitarra, hasta que transcurrido el primer minuto llegamos a un brutal riff de guitarra (acompañado de una peculiar percusión) que es el momento álgido. La parte vocal de Kristina también aporta emoción e inquietud en consonancia con la letra.

 

Los grupos de rock progresivo no suelen prodigarse con el blues, pero aquí tenemos un curioso ejemplo de cómo enriquecer un blues canónico con violines, voces corales e incisos instrumentales de corte progresivo, aparte de los ingredientes clásicos que no faltan, como una estupenda parte de guitarra. Sin esos ingredientes adicionales, probablemente hubiera sido una pieza de relleno más. Lo más angelicales que pueden sonar en su debut es mediante algo como ‘Screw’, donde vemos que es una inocencia cargada de segundas intenciones, pues al final las sutiles melodías y las voces corales transmiten una sensación de fatalidad subyacente en su aparente calma. Donde sí suenan relajados y como en un oasis de calma es en el instrumental ‘Rob One’, como si fuera la presencia de Kristina lo que impele al resto de grupo a mostrarse más potentes. ‘Situations’ también comienza de manera serena, aunque el estribillo busca transmitir una fuerza a la que en realidad no llega. Lo mejor es el gran solo de guitarra con efecto de pedal que podemos escuchar en su intermedio instrumental.

 

El título de ‘Vivaldi’ está justificado nada más comenzar a escuchar el entramado de violín que la introduce. Pero esto es rock y pronto comienzan a entrar el resto de instrumentos para conformar una esplendorosa introducción. El desarrollo posterior ya no es para todos los gustos, pues únicamente entusiasmará a los verdaderos enamorados del violín, instrumento que monopoliza más de la mitad del tiempo (aunque acompañado de algo de distorsión de guitarra) con una exhibición de cómo debe tocarse en un grupo de rock. Como final del álbum encontramos un reprise titulado ‘Vivaldi With Cannons’ que aprovecha la misma introducción para sazonarla con efectos sonoros varios. Este tema suele destacarse por ser el que más les distingue de otros grupos similares del momento, aunque una vez apaciguado el impacto inicial ya no produce el mismo efecto. Pero el álbum en conjunto supone un notable debut para un grupo en el que todos sus miembros (excepto el batería) participaban en la composición. Su evolución en los próximos años no será tan grande como cabría esperar, pero la experiencia les ayudará a corregir los errores cometidos, que de eso se trata.

SECOND ALBUM

Año de publicación: 1971

Puntuación:

1) Young Mother; 2) Back Street Luv; 3) Jumbo; 4) You Know; 5) Puppets; 6) Everdance;

7) Bright Summer's Day '68; 8) Piece Of Mind.

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Menos mal que la falta de originalidad no fue más allá del título de este álbum, si bien el resultado final resulta inferior a lo que habían mostrado en su debut. La formación de quinteto seguía siendo la misma con la salvedad del bajista, un puesto que seguirá cambiando en adelante. La estructuración del disco es curiosa, pues lo que era la primera cara del LP (los cinco primeros temas) se corresponden con sendas composiciones de Sonja Kristina y el violinista Darryl Way, mientras que la segunda cara está conformada por composiciones exclusivas del guitarrista y teclista Francis Monkman. Esto ya conformaba dos bloques de composición que en la práctica resultaban antagónicos también y eso provocará muy pronto tensiones en el seno de la banda.

 

En cualquier caso, es un acierto que coloquen en primer lugar las composiciones de la pareja Way/Kristina porque contienen las dos mejores de este álbum. En primer lugar, los continuados cambios de ritmo de ‘Young Mother’ pueden desconcertar un poco al principio, pero cuando se le va tomando el punto es cuando deslumbra junto a las melodías vocales que se acoplan a esos cambios. El solo de sintetizadores que aparece por medio no convence en algunos momentos, pero sería menospreciar un detalle que en 1971 era algo todavía novedoso y signo de valentía artística en el rock. A continuación, el contagioso ritmo de ‘Back Street Luv’ (en cuya composición también aparece acreditado el bajista Eyre) capta la atención de entrada gracias a esa irresistible melodía de sintetizador bien complementada con algunos punteos de guitarra. La interpretación vocal de Sonja es deslumbrante, al mismo tiempo poderosa y sensual, para una letra donde parece narrarnos una pequeña historia de ingenuidad ante los primeros síntomas del amor juvenil. Nos introducimos luego en el terreno de la balada orquestal mediante ‘Jumbo’, con un cierto regusto hollywoodiense que no ayuda mucho, pero salvado todo por la interpretación de Kristina, quien sabe dotar de matices a su interpretación vocal.

 

Los más de diez minutos de ‘Piece Of Mind’ deberían ser la prueba de fuego para que Curved Air demostrara su valía como grupo de rock progresivo. Ciertamente comienzan de manera titubeante, como si estuvieran dudosos de cómo desarrollar una pieza larga adecuadamente. Luego van apareciendo diferentes secciones, algunas de ellas interesantes, aunque tampoco logran alcanzar el gran nivel demostrado en el inicio del álbum. Lo peor llega sobre los nueve minutos y medio, cuando aparece un solo de teclado algo pueril que parece inspirado en la música popular mexicana. Y los dos últimos minutos tampoco convencen mucho, con tanta floritura vanidosa de sintetizador. De manera análoga, el apartado vocal de ‘Puppets’ contiene alguna melodía de interés, pero no así el componente instrumental, de tal manera que su duración de más de cinco minutos resulta totalmente excesiva y acaba resultando aburrida.

 

El resto del álbum denota la adopción de nuevos estilos para diversificar su propuesta, algo bastante arriesgado en ocasiones. En ‘Everdance’ buscan un sonido más bailable que podría servir a Sonja para lucirse como show-woman, pero quien más destaca es el baterista Pilkington-Miksa con todos los cambios de ritmo que realiza y, sobre todo, en la fulgurante entrada rítmica de esta canción. En cambio, ‘Bright Summer's Day '68’ transita entre el vodevil, la psicodelia y el rock progresivo, pero sin convencer en ninguna de ellas porque este juego de fusiones tampoco es precisamente la especialidad del grupo, mientras que ‘You Know’ parece el intento de hacer algo latino al estilo de Santana, pero tampoco parece que sea lo que mejor encaja con el estilo de Curved Air. En cualquier caso, estos temas les servían como banco de pruebas para poder definir mejor lo que iba a ser su futuro inmediato. Donde mejor se movían era en el terreno del rock progresivo, pues podían desarrollar interesantes piezas melódicas sin perder sus características propias. Así pues, en cierta manera puede tomarse este segundo álbum como transicional dentro de la evolución del grupo.

 

PHANTASMAGORIA

Año de publicación: 1972

Puntuación:

1) Marie Antoinette; 2) Melinda (More Or Less); 3) Nothing Quite The Same; 4) Cheetah;

5) Ultra-Vivaldi; 6) Phantasmagoria; 7) Whose Shoulder Are You Looking Over Anyway?;

8) Over And Above; 9) Once A Ghost, Always A Ghost.

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En un grupo todo funciona bien cuando todos los miembros se implican y colaboran con el resto para aportar ideas o para intentar que las ideas de los demás salgan lo mejor posible. Pero cuando observamos que algunos comienzan a realizar experimentos sonoros que probablemente dejaron estupefactos al resto, entonces es cuando hay que comenzar a preocuparse, sobre todo cuando ya había tensiones fuertes entre algunos miembros del grupo. De hecho, de los miembros fundadores tan solo continuará Sonja Kristina, a quien acompañará el nuevo bajista, un puesto en el que ya llevaban tres músicos diferentes, uno por cada nuevo álbum. Afortunadamente, se trataba de un grupo con bagaje y experiencia a su espalda, de tal manera que podemos observar una progresión y mejora en algunos temas de este disco, a pesar de los diversos traspiés que nos vamos encontrando. Como si tuvieran un cierto instinto comercial, vuelven a colocar sus mejores temas al principio, que la primera impresión siempre es importante para las ventas.

 

La convulsa figura de María Antonieta se nos muestra con inteligencia en la pieza multiparte ‘Marie Antoinette’. Durante los dos minutos y medio iniciales asistimos a la presentación de esta reina francesa como figura legendaria que no veía venir la incipiente revolución (“Vive la nation!”, nos acaban cantando en francés). A continuación, un inciso instrumental con una sencilla pero efectiva melodía nos prepara para el inicio de la revuelta (“Clamouring in the square / The rabble have gone insane”), donde nos transmiten toda la descarga de frustración de la población con la expectante voz de Kristina y el incisivo solo de guitarra. Toda esa agresividad se desahoga cuando capturan a María Antonieta y se la llevan a su trágico final (“They've taken the guillotine / They're coming to take the Queen”). La repetición de la segunda estrofa como final, aplicando un ritmo rápido, transmite la sensación de ser el lamento de un hecho que se veía venir y que representa esa manera terrible de la justicia aplicada por el pueblo, una justicia primaria. Pero no ha de olvidarse que, en una situación de opresión y miseria, el pueblo suele reaccionar con la lógica de Fuenteovejuna y la responsabilidad es de quienes han provocado las condiciones que han llevado a la reacción popular. En definitiva, una excelente composición que puede disfrutarse desde diferentes vertientes. Ya podría haberla empleado Sofia Coppola para su biopic, pues la banda sonora ya contenía música rock para enfatizar esa óptica algo kitsch con la que enfocaba algunos momentos de la película.

 

Casi que podrían haber realizado una obra conceptual sobre la decadente realeza francesa si hubieran aprovechado la ostentosa introducción de ‘Nothing Quite The Same’, de aires señoriales debido a las fastuosas trompetas, para añadirle una letra consecuente. La voz de Sonja comienza transmitiendo fortaleza hasta llegar a un fragmento donde se nos muestra más introspectiva y sensual, con ese tono tan propio de ella. Cabe destacar el intermedio instrumental que llega a los dos minutos, con un sintetizador que nos deja una melodía de timbre quizá demasiado infantil. Una de las más bellas baladas de Curved Air es ‘Melinda (More Or Less)’, cuyos cuidados arreglos y sus aires bucólicos son el complemento ideal para la voz emotiva y evocadora de Sonja, quien aparte de única compositora de la canción también aparece acreditada como ejecutora de la guitarra acústica en tono de folk. Sin embargo, ‘Phantasmagoria’ parece el intento de convertir a Sonja en una estrella de la música, de las que hacen bailoteos mientras cantan, en vez de mantener su rol de vocalista de un grupo de rock progresivo. Tiene su gancho la canción, pero se desarrolla en un pop comercial con algunos destellos instrumentales interesantes.

 

La soberana tontería llamada ‘Ultra-Vivaldi’ no es más que coger ‘Vivaldi’ de Air Conditioning e ir acelerándolo con los sintetizadores como si fuera un juego o como si tuviera alguna gracia. Al menos es breve, algo que no podemos decir de esa abominación de atonalidades titulada ‘Whose Shoulder Are You Looking Over Anyway?’, que es todo un insulto al oyente. No se sabe si es que querían parecerse a King Crimson o a qué estaban jugando, pero el intento se queda bien lejos de su objetivo. En cambio, en ‘Over And Above’ a quienes quieren parecerse es a Gentle Giant y acaban sonando repetitivos y aburridos, cuando lo que parecían buscar es una vertiente más artística que no les sale. En el último minuto se arregla todo bastante con la entrada de la guitarra distorsionada bajo un solemne entramado instrumental liderado por el sonido de trompetas. Justo a continuación llega ‘Once A Ghost, Always A Ghost’ para que nos demuestren que lo de antes podía rehacerse de una manera más rítmica y conseguir algo verdaderamente aceptable.

 

Respecto al instrumental ‘Cheetah’, se trata de una composición del violinista Darryl Way y por tanto se basa en su instrumento, pero no presenta mayor interés. Significaba la imposición de un tema que sirviera a su autor para disfrutar tocando el violín y sintiéndose el líder, pero eso solo podía servir para desgastar más la unidad en el seno del grupo. Phantasmagoria podría haber sido el mejor álbum de Curved Air y la culminación de su primera etapa si se hubieran dejado de experimentos inútiles, pues en las composiciones más serias (por llamarlo de alguna manera) muestran una consistencia e inspiración notables, pero se queda todo en un irregular disco con grandes momentos y otros para olvidar. Pero Sonja Kristina no se rendirá y proseguirá con el nombre del grupo, consiguiendo que, alejado de egos, Curved Air se vuelvan una verdadera máquina musical de rock progresivo.

AIR CUT

Año de publicación: 1973

Puntuación:

1) The Purple Speed Queen; 2) Elfin Boy; 3) Metamorphosis; 4) World; 5) Armin;

6) U. H. F.; 7) Two-Three-Two; 8) Easy.

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Las tensiones internas y la divergencia en la visión artística dentro de la banda provocaron que los dos miembros que aportaban la gran mayoría de composiciones (el guitarrista y teclista Francis Monkman y el violinista Darryl Way) se marcharan. Esto no amilanó a Sonja Kristina, quien pronto se rodeó de nuevos músicos, entre quienes destacaba un jovencísimo Eddie Jobson, violinista y teclista que pronto se cambiará a Roxy Music. Encontramos así una nueva banda cuyo único nexo con el pasado es la insigne vocalista, quien vuelve a hacer inconfundible la música de Curved Air, una música que aquí suena más variada que nunca como si estuvieran tanteando hacia qué camino dirigirse en el futuro inmediato. Pero los resultados son excepcionales, dadas las circunstancias, pues se nota que los músicos acogieron la creación del álbum con ilusión y entusiasmo.

 

Se le puede objetar a Curved Air que hayan perdido parte de su esencia, lo que les hacía diferenciarse del resto de grupos. Pero si esa despersonalización les lleva a crear grandiosas piezas como ‘Metamorphosis’, bienvenida sea. Este tema posee un comienzo de piano que hace pensar inmediatamente en Renaissance y cuando entra la percusión marcial nos recuerda el estilo de Camel. De hecho, podríamos pensar en una analogía con el tema de estos últimos ‘Dunkirk’ (sobre todo por los punteos alargados de guitarra) si no fuera porque en 1973 todavía no lo habían grabado, de tal manera que la influencia es a la inversa, probablemente les sirviera a Camel para grabar esa pieza bélica en The Snow Goose. Pasado el minuto y medio llega la memorable melodía de sintetizador que transmite una épica de grandes proporciones, engrandecida todavía más por la emocionante parte vocal de Sonja. Por medio introducen un solo de piano de unos tres minutos que puede resultar demasiado lento y deslavazado, pero podemos tomarlo como un respiro antes de que llegue otra sobresaliente sección de consistente sección rítmica que acompaña a un órgano solemne y luego un estupendo solo de guitarra. Esto nos llevará a la vuelta de la percusión marcial del principio y a la estructura ya conocida.

 

Si nos fijamos en el pasado del grupo, el instrumental ‘Armin’ representa la culminación de composiciones anteriores al estilo de ‘Vivaldi’, pues coloca en primer plano una vibrante parte de violín que luego dará paso en su segunda mitad a un épico solo de guitarra al estilo del de ‘Echoes’ de Pink Floyd. Puede que sea el mejor solo de toda la carrera de Curved Air. La trepidante ‘The Purple Speed Queen’ enlaza una parte vocal más pop con un armazón instrumental de rock progresivo enfilado a los ritmos bailables, mientras que la breve ‘World’ se desenvuelve por el music-hall al mismo tiempo que Jobson añade un violín de tono country. Queda un poco rara la manera arrastrada de cantar en ‘U. H. F.’, de tortuoso riff rayano en el rock duro. Luego acaban repitiendo unos acordes de ‘The Purple Speed Queen’ antes de que el tema se transforme en una hermosa balada épica que bien pudo haber influenciado al grupo Queen tanto por el título como por la música.

 

La delicada balada acústica ‘Elfin Boy’ casi que pasa sin llamar la atención por su escasa instrumentación, pero si le prestamos atención nos daremos cuenta de que es una elaborada canción donde Kristina demuestra que ha nacido con una envidiable voz. Es también ella misma quien toca la guitarra acústica que se puede escuchar. Con Sonja establecida como vocalista principal, sorprende escuchar una voz masculina en ‘Two-Three-Two’, sobre todo cuando suena tan floja en comparación. Y menos mal que llega Sonja al rescate. Quien canta es el compositor, el bajista Wedgwood, de una canción más convencional pero reforzada en los coros y en un extenso solo de guitarra que ocupa la segunda mitad del tema y que transmite fortaleza.

 

Para el final nos dejan la pieza de mejores y más diversas melodías vocales de todo el álbum: ‘Easy’. Es una composición exclusiva de Kristina y quizá por ello sabe extraer todo el potencial de su voz para transitar por diversos registros que pronto transportan al oyente a una excitante experiencia sonora. El intermedio instrumental esta vez está inspirado en el jazz, aunque lo más curioso es cómo suena el solo de sintetizador que llega en el tramo último, como si hubieran estado jugando con la tecla del sonido del instrumento. Esta pieza deja una última sensación buenísima para un álbum que siempre se ha quedado en un segundo plano dentro de la discografía de Curved Air, pero que se confirma como el más consistente, diverso y emocionante de su carrera, a pesar de no contener ninguna de las canciones conocidas de la banda. Aparte, resulta meritorio que consiguieran un álbum tan fabuloso tras reformar la mitad de la formación, incluyendo a dos miembros que habían sido clave. Sin embargo, tras este álbum se acabarán disolviendo, no sin antes realizar algunas grabaciones que emergerán dos décadas después como recuerdos de archivo en Lovechild.

2022

LIVE

Año de publicación: 1975

Puntuación:

1) It Happened Today; 2) Marie Antoinette; 3) Back Street Luv; 4) Propositions;

5) Young Mother; 6) Vivaldi; 7) Everdance.

Tras la disolución de la formación anterior, a finales de 1974 se volvieron a juntar los miembros originales (excepto el bajista) para realizar una serie de conciertos. De ahí salió este álbum en directo que repasa las tres primeras obras grabadas por el grupo, que es donde participaron los miembros originales. Air Cut quedaba así proscrita como algo ajeno a lo que había sido la visión artística de la banda, si bien de Phantasmagoria solo encontraremos ‘Maire Antoinette’. Así pues, el mayor aliciente de este álbum, aparte de ser el primero de ellos en directo y el único que publicarán antes de su disolución final (hasta la reunión de los noventa para únicamente actuar en directo), es comprobar cómo iban a sonar después de pulir rencillas y, en teoría, volver a luchar por un objetivo común.

 

Ya en el riff de entrada de ‘It Happened Today’ observamos que flojea un poco respecto al equivalente de estudio, así como la voz de Kristina más chillona de lo esperado, pero esto debemos entenderlo como una consecuencia de la complejidad de algunos fragmentos. Si con años de experiencia detrás les salía de esta manera, no debió ser mucho mejor en su primera época. Tampoco parecen encajar bien del todo ni el entramado de sintetizador ni el canto de Sonja en ‘Back Street Luv’, pues esta se acaba desgañitando más de la cuenta para lo que debía ser una interpretación más comedida. Es también una lástima que en ‘Propositions’ introduzcan un intermedio instrumental tan monótono por culpa del exceso de sintetizador centrado en hacer bucles, a pesar del fantástico solo de guitarra inicial (que no el que llega después del sintetizador), pues la interpretación es excepcional y Sonja incluso se atreve con el característico estribillo regurgitado, aunque podemos observar que existe una segunda voz que le complementa alguna parte que sería imposible de reproducir en directo. Esas improvisaciones de sintetizador vuelven a lastrar el resultado en ‘Young Mother’, como si no tuvieran otra manera de rellenar tiempo.

 

La excusa para tocar con el violín piezas tradicionales y demasiadas divagaciones es en la originalmente instrumental ‘Vivaldi’, donde la sorpresa es escuchar a Kristina cantando hacia la mitad, en lo que es el mejor momento junto a, obviamente, los potentes principio y final. También parece volver a aflorar ‘Vivaldi’ por medio de ‘Everdance’, un final enérgico para este álbum que nos muestra a un grupo enérgico en el escenario y con muchas ganas de demostrar su poderío. Aunque en el estudio suenen mejor, nos sirve para descubrir un lado todavía más rockero del grupo y disfrutar de su música desde otra perspectiva.

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2022

MIDNIGHT WIRE

Año de publicación: 1975

Puntuación:

1) Woman On A One Night Stand; 2) Day Breaks My Heart; 3) The Fool;

4) Pipe Of Dreams; 5) Orange Street Blues; 6) Dance Of Love; 7) Midnight Wire.

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La reunión de la formación original no llevó finalmente a nada más tras finalizar la serie de conciertos que tenían acordada. Quienes continuaron con el proyecto fueron Sonja Kristina y el violinista Darryl Way y reclutaron a nuevos músicos entre los que cabe destacar al baterista Stewart Copeland, quien debutaba así en el mundo de la música y todavía no podría ni imaginar que acabaría formando y triunfando con The Police. Igual que ocurrió en el cisma anterior, que les llevó a grabar algo tan atípico como Air Cut, aquí de nuevo les vemos cambiando continuamente de estilos y sin un rumbo fijo, como si necesitaran probarse ellos mismo y comprobar lo que se les puede dar mejor. Desafortunadamente, observaremos cómo se van despojando de las características del rock progresivo para abrazar un sonido más accesible, salvado todo por la profesionalidad y experiencia que atesoraban los miembros principales.

 

Antes no podríamos habernos imaginado a Sonja cantando algo tan próximo al rock clásico como ‘Woman On A One Night Stand’, pero acaba siendo su show y lo aprovecha muy bien, pues con otra cantante esta canción no hubiera llamado la atención más allá de sus vistosos acordes de guitarra. Mucho menos podríamos habernos imaginado a Curved Air con una canción tipo bolero como ‘Day Breaks My Heart’, donde el solo de guitarra viene a salvar un poco la situación aunque es lo más flojo del álbum, mientras que ‘The Fool’ no es más que un divertimento de relleno, que al menos suena pasable. Igual de entretenida resulta ‘Orange Street Blues’, pero al menos se aprecia una mayor energía en el apartado instrumental, de tal manera que no se trata de un mero blues como parece indicar el título, sino que contiene suficientes cambios de ritmo y una variada interpretación vocal para que sea una canción destacada.

 

En cualquier caso, la cohesión de la nueva formación a la hora de tocar es para destacarla y aparte queda confirmada en el instrumental ‘Pipe Of Dreams’, donde falta alguna melodía llamativa para que pueda ser un tema destacado y al final deja la sensación de que han acabado divagando. La mayor dulzura que puede extraer Sonja de su voz es la que escuchamos en ‘Dance Of Love’, cuyo estribillo decepciona un poco y acaba resultando demasiado repetitivo por lo poco que ofrece. La única demostración de grandeza la encontraremos en la canción que da título al álbum, pues a pesar de un comienzo discreto como balada de piano, cuando llegamos al fastuoso y memorable estribillo es cuando recordamos de verdad por qué este grupo ha entusiasmado a tanta gente que lo ha descubierto. A partir de ese momento el tema ya no decae en ningún momento y en sus siete minutos caben también un par de sensacionales solos de guitarra. Es la mejor manera de finalizar este irregular álbum, recordándonos al mismo tiempo que la valía de Curved Air estaba sobre todo en el rock progresivo, aparte del carisma de Sonja Kristina. Pero el final del grupo se acercaba con los nuevos tiempos y la incapacidad de superarse o de como mínimo encontrar un camino a seguir.

AIRBORNE

Año de publicación: 1976

Puntuación:

1) Desiree; 2) Kids To Blame; 3) Broken Lady; 4) Juno; 5) Touch Of Tequila;

6) Moonshine; 7) Heaven (Never Seemed So Far Away); 8) Hot & Bothered; 9) Dazed; [BONUS TRACK:] 10) Baby Please Don't Go.

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El final de Curved Air resulta previsible cuando se ha escuchado este último álbum y observamos que los créditos de composición están repartidos casi por igual entre los miembros del grupo. Esto quiere decir que un joven y poco experimentado en la creación Stewart Copeland se estrenaba como compositor y además por partida doble. Nuevamente la diversidad de estilos interpretados revela una falta de dirección que ya resultaba alarmante, sobre todo cuando se enfilan en muchas ocasiones hacia un sonido comercial donde nada reseñable pueden ya ofrecer.

 

No obstante, una excelente impresión nos deja de entrada el memorable riff de ‘Desiree’, que sería copiado una década después por George Harrison y compañía para ‘Handle With Care’, la famosa canción que sirvió de estreno para aquel efímero proyecto amistoso llamado The Traveling Wilburys. El apartado vocal es también muy pegadizo y posee la sensualidad característica de Sonja, finiquitado todo en un irresistible estribillo. Pero pronto comprobamos que no todo es de color de rosa en este disco, pues a continuación llega ‘Kids To Blame’ y nos deja la sensación de ser la versión tosca de ‘Desiree’, con un riff más simplón y rudo. Esta canción es una de las dos composiciones que aporta Copeland, siendo la otra ‘Heaven’, que acerca al grupo a un rock más convencional que denotaba la falta de dirección que padecían.

 

Si nos atenemos a su duración, ‘Moonshine’ es la pieza central del álbum y donde deberían demostrar su estado de forma real, tratándose de un grupo de rock progresivo. Lo cierto es que deja totalmente diferente hasta que sobrepasamos los tres minutos, que es cuando entramos en terreno de rock, pero no llama la atención en ningún momento y acaban divagando demasiado. Al menos no llega a aburrir, lo cual también es un mérito para durar once minutos. Por el contrario, ‘Broken Lady’ es una bella balada de aires medievales y muy evocadora, de precisos arreglos que enriquecen y solemnizan la canción de una manera poco vista en la carrera de Curved Air. Más adelante encontraremos otra balada, ‘Dazed’, que suena más convencional e intentan darle un toque diferente con las voces en contrapunto del estribillo, aunque eso no es suficiente.

 

‘Juno’ nos muestra a un grupo que busca tener una canción bailable para las discotecas, pero este no era su juego y suena algo forzado, aunque el intermedio instrumental con el xilófono en primer término queda gracioso. Floja queda también ‘Hot & Bothered’, desarrollada en un estilo rayano al music-hall donde acaba entrando un vulgar saxofón que era lo que nos faltaba por soportar en un disco despersonalizado de Curved Air, mientras que en el olvidable relleno de ‘Touch Of Tequila’ parece que quieran imitar a un borracho con la manera de cantar en el estribillo. Como canción adicional se incluye una versión del blues ‘Baby Please Don't Go’ de Big Joe Williams, interpretado aquí en modo casi de baile, por lo que tampoco es que nos recuerde a lo que debería ser Curved Air, sino a un grupo del montón con ganas de agradar. Fue publicado como single tras la publicación de Airborne, así que queda como un incomprensible final para esta banda y un motivo más que justificaba la disolución. Podemos extraer algo positivo de ello y es que Copeland quedará libre para fundar uno de los grandes grupos de la historia del rock.

LOVECHILD

Año de publicación: 1990

Puntuación:

1) Exsultate Jubilate; 2) Lovechild; 3) Seasons; 4) The Flasher; 5) Joan;

6) The Dancer; 7) The Widow; 8) Paris By Night.

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Tras la grabación del glorioso (aunque no percibido así en su momento) Air Cut, los Curved Air tenían la intención de proseguir con la nueva formación, llegando a grabar varios temas (algunos más bien demos) en 1973 que acabaron quedando archivados porque hubo una nueva desbandada de personal. De hecho, en los créditos se observa que participan una cantidad de músicos mayor de lo habitual, debido a que los cambios en la formación se fueron sucediendo incluso durante estas grabaciones, de tal manera que pensar en Curved Air en algunos temas resulta dudoso. La pregunta que se hace cualquiera de por qué se quedó en el archivo un álbum que se nos muestra acabado y cuyas composiciones no fueron aprovechadas, tiene su respuesta si nos fijamos en que tan solo cuatro de los ocho temas pueden acreditarse a lo que eran Curved Air como grupo, puesto que el resto parecen propuestas en solitario. Así que emplear su nombre no sería del todo apropiado, puesto que cuatro de los ocho temas nos presentan de manera individual (o casi) a algunos miembros de entonces, por lo que esos temas se podrían acreditar a cualquier otro grupo o artista sin que supusiera ningún problema. Quedaba bien claro que la esencia del grupo ha sido la voz de Sonja Kristina, como si se tratara de un instrumento más pero muy difícil de emular para quien pretendiera conseguir algo similar.

 

Todo el mundo que haya leído alguna vez alguna reseña biográfica sobre Mozart se habrá quedado con ese comentario de que escribía obras musicales a los seis años. Lo que nadie sabrá es qué obras son esas y si se han llegado a interpretar alguna vez, puesto que un genio no puede asombrar a la humanidad sin suficiente experiencia. Bueno, si has nacido en un pesebre, no has ido a la escuela y eres hijo de un carpintero, se dice que con muy poca edad sí puedes ir dando lecciones a los pensadores más eminentes, pero eso ya forma parte de las creencias sobrenaturales de algunas personas. Pero no nos desviemos de lo musical, puesto que a un Mozart niño suena precisamente el pomposo inicio del álbum mediante ‘Exsultate Jubilate’, que menos mal que es muy breve. Aunque en el libreto se indica que es una pieza tradicional, puede que esté copiada de un motete de mismo título que escribió Mozart antes de los veinte años, pero en cualquier caso la escuchamos masacrada por una producción reprobable.

 

El teclista de entonces, Eddie Jobson, aporta dos instrumentales con su piano, ambos insustanciales. Uno es el florido y breve ‘Joan’, mientras que el otro es el extenso y aburridísimo ‘Paris By Night’, que convierte hasta la pieza más caótica de Debussy en algo preferible para los no iniciados antes que siquiera acabar de escuchar esta infumable composición de Jobson. Estas piezas que llevamos comentadas son tres de las cuatro que no deberían ni considerarse como composiciones de Curved Air, según lo dicho en el primer párrafo. La cuarta composición es el entretenido instrumental ‘The Flasher’, que no ofrece tampoco nada relevante y sirve únicamente como relleno.

 

Hasta aquí hemos comentado el contenido inservible de este álbum, por lo cual nos queda hablar de lo verdaderamente interesante y lo que nos indica que el grupo todavía estaba en disposición de hacer cosas importantes, como todavía demostrarían en Midnight Wire aunque en realidad el único nexo de ambas formaciones sea su excelsa cantante. El violín de entrada de ‘Seasons’ ya era marca de la casa también, creando un desasosegante comienzo para que la voz de Kristina contribuya a la intriga antes de la entrada de la sección rítmica y la incursión en una parte más dulce y apacible, pero no exenta de la idiosincrasia del grupo. Su duración quizá sea excesiva porque se limita a repetir la misma estructura y el último minuto de instrumentación contenida se alarga en exceso, pero por medio nos regala un notable solo de guitarra. Muy pegadiza resulta ‘The Widow’, pero las buenas ideas se acaban pronto y lo intentan enmendar mediante dos minutos instrumentales, que no es la mejor opción precisamente.

 

Una memorable parte vocal nos muestra en ‘Lovechild’ a una Sonja en pleno apogeo transmitiendo diferentes estados de ánimo con su encomiable voz mientras el resto de músicos aportan un variado acompañamiento rítmico y algunas sensacionales melodías en los incisos instrumentales, aparte de un afilado solo de guitarra en la coda. Todavía más cautivadora resulta de entrada ‘The Dancer’ con los pizzicatos de violín y la bellísima melodía que luego se ve acompañada por la seductora voz de Kristina, quien nos permite fluir con la canción hasta unos geniales toques melódicos en los cambios de entonación de los últimos versos que actúan como estribillo. Estas dos magníficas canciones justifican con creces la existencia de este álbum apócrifo que servía para volver a disfrutar de la magia particular de Curved Air, aunque fuera solo en la mitad de su contenido. En ese mismo año de 1990 se volverían a juntar para tocar en directo, así que quizá Lovechild fue la excusa para verificar previamente el interés que podía existir todavía en la banda.

ON AIR

Año de publicación: 1995

Puntuación:

1) Vivaldi; 2) Propositions; 3) It Happened Today; 4) Young Mother In Style; 5) Situations;

6) Blind Man; 7) Thinking On The Floor; 8) Stretch; 9) Stark Naked;

10) Woman On A One Night Stand; 11) Midnight Wire; 12) Hot 'N' Bothered; 13) The Fool.

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La BBC es siempre una fuente de excelente música en directo y gracias a sus archivos podemos disfrutar también de una panorámica de Curved Air en su primera etapa y en la última. Así, los tres primeros temas fueron interpretados en 1970, los siguientes en 1971 y luego hay un salto considerable porque los últimos cinco temas provienen de una actuación de 1976, de esos últimos coletazos de la banda donde ya estaba Stewart Copeland en la batería. Como cabe esperar de los grupos de rock progresivo con cierta habilidad instrumental, las interpretaciones no son meros calcos de las piezas grabadas en el estudio, aunque en algunos casos no se salen del guion prefijado en las composiciones.

 

Un buen ejemplo de lo que debe ser una interpretación en directo es ‘Propositions’, pues sin perder la fiereza y la energía del estudio se añaden unos pasajes instrumentales que no la hacen decaer en ningún momento. Otra interpretación que cabe destacar es la de ‘Midnight Wire’, pues la guitarra vibra más que nunca mientras Kristina realiza una deslumbrante interpretación. En cambio, el intermedio de ‘Vivaldi’ no queda muy convincente al lanzarse a un terreno de folk-rock primero y luego seguir con demasiada distorsión y extremismo, pero en el inicio y el final se nos muestran tan potentes como siempre. Algunas diferencias son escasas pero suficientes para que parezca algo diferente, como por ejemplo es el caso de ‘Blind Man’, que en realidad es similar al equivalente de estudio pero suena más juguetona

 

Como puede intuirse, ‘Young Mother In Style’ no es más que ‘Young Mother’ pero con cambios en la letra, mayores florituras y excesivo protagonismo de los sintetizadores y, lo peor de todo, que Kristina se reparte el apartado vocal con el violinista Darryl Way. Afortunadamente, ese atrevimiento es breve y sus más de tres minutos instrumentales resultan atractivos. Pero encontraremos dos novedades en este disco, es decir, dos canciones inéditas, cada una de una época diferente. El comienzo de ‘Thinking On The Floor’, una composición de 1971, es muy tosco con ese repetitivo y simplón riff de violín y por ello deja una mala impresión de entrada. El desarrollo instrumental al menos mejora esa impresión inicial. En cambio, para ser de 1976, el instrumental ‘Stark Naked’ es una demostración de energía donde todos los músicos dan lo mejor de sí, menos Sonja que se quedaría bailando o quizá se esperaría a salir al escenario porque es la primera pieza que interpretan en esa actuación.

 

Acabar con dos piezas tan vulgares y nada relevantes dentro del cancionero del grupo como ‘Hot 'N' Bothered’ y ‘The Fool’ (cuya duración extendida no tiene más justificación que escuchar al guitarrista y el violinista tocar mientras se miran el ombligo) parece un suicidio artístico, aunque en la primera Way se deja la piel con el violín a pesar de que no logra conseguir nada reseñable. Que esta mala impresión no empañe demasiado lo que es un recomendable documento del grupo en directo, en un entorno cerrado para que la música suene compacta y perfecta. No podemos tampoco apreciar diferencias significativas entre las dos épocas de Curved Air más allá del repertorio implementado, así que simplemente hay que dejarse llevar por la música y disfrutarla, perdonando algunos devaneos egocéntricos que aparecen por medio.

VÍDEOS

MASTERS FROM THE VAULTS

Año de publicación: 2002

​Se ha de tomar con precaución este DVD porque lo que se nos presenta como un concierto apenas dura media hora. El resto del contenido es una entrevista a Darryl Way (cuyo nombre escriben erróneamente como Daryl por todo el DVD) e imágenes y actuaciones de otros grupos de esta colección. En lo que es la actuación grabada para algún canal de televisión en 1972, Curved Air interpretan cuatro temas. ‘Propositions’ y, sobre todo, ‘Marie Antoinette’ nos muestran a un grupo de potente y consistente sonido en directo. Resulta una sorpresa comprobar cómo ‘Melinda (More Or Less)’ está interpretada por Kristina en la voz y guitarra acústica, con un punteo de estilo folk y el único acompañamiento del bajista en segundo plano. En cambio, en ‘Vivaldi’ a Way se le suben las ínfulas grandilocuentes y se empecina en rasgar su violín de todas las maneras posibles, lo cual no sirve para aportar nada de interés. Si Jimmy Page no conseguía nada interesante pasando un arco de violín por la guitarra eléctrica, tampoco cabe esperar mucho más de un violinista con su instrumento. También es discutible la decisión de intercalar imágenes de animales durante la actuación, como si los promotores hubieran pensado que se ahorraban dinero yendo a grabar a un zoológico en vez de a Pompeya, que era lo que entonces había puesto de moda cierto grupo inglés.

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