CLÁSICOS DEL ROCK 2
BUFFALO SPRINGFIELD
BUFFALO SPRINGFIELD
Año de publicación: 1966
Puntuación:
1) For What It's Worth; 2) Go And Say Goodbye; 3) Sit Down, I Think I Love You; 4) Nowadays Clancy Can't Even Sing; 5) Hot Dusty Roads; 6) Everybody's Wrong;
7) Flying On The Ground Is Wrong; 8) Burned; 9) Do I Have To Come Right Out And Say It; 10) Leave; 11) Out Of My Mind; 12) Pay The Price.
Buffalo Springfield fueron aupados muy pronto como la banda estadounidense sucesora de los Byrds, también de Los Ángeles, quizá porque no se habían limitado simplemente a seguir los pasos de estos últimos, sino que habían buscado una voz propia desde el principio en base a la creatividad y personalidad de sus dos guitarristas y compositores principales: Stephen Stills y Neil Young. También había un tercer guitarrista y compositor, menor en comparación a sus citados colegas pero con buenas dotes como cantante, Richie Furay, si bien su aportación en la guitarra es muy básica y en este debut no hay ninguna composición suya.
En este álbum encontramos el único clásico que ha sobrevivido a la banda, aunque originalmente ni siquiera estaba incluido porque había sido publicado como single, pero dado su éxito fue enseguida añadido en las siguientes ediciones del LP. Nos referimos al pegadizo ‘For What It's Worth’ escrito por Stills, llevado por esos agudos punteos de guitarra con eco y la voz nerviosa de su autor hasta llegar al inolvidable estribillo, que primero da la sensación de que se acaba demasiado pronto, pues no es hasta el final que consigue un efecto muy superior con la repetición continua. La letra habla de los disturbios que había en la época, donde las protestas juveniles eran fácilmente respondidas con fuego por las fuerzas de seguridad, que ya sabemos que en Estados Unidos los poderes fácticos pueden hacer cualquier cosa si se planea bien y se inventa una buena explicación para después.
En estos inseguros comienzos no podían faltar las imitaciones del estilo de los Byrds, la banda estadounidense más importante en ese momento, como es el caso de ‘Everybody's Wrong’ o ‘Flying On The Ground Is Wrong’. Incluso ‘Pay The Price’ puede adherirse al estilo característico de los de McGuinn y sirve como jovial nota final que cierra este irregular disco. Irregular por casos como el intento de sonar cañeros mediante ‘Leave’, que ciertamente deja que desear ya que suenan como una banda amateur, incluido el solo de guitarra. Hay aparte varios temas más que quedan bastante discretos (‘Sit Down, I Think I Love You’, ‘Hot Dusty Roads’) y demuestran que estos chicos necesitaban un poco más de rodaje y seguir ganando en experiencia.
Igualmente encontramos ejemplos más positivos, como un temprano arquetipo de country-rock bien entendido en el caso de ‘Go And Say Goodbye’. Los cambios de ritmo de ‘Nowadays Clancy Can't Even Sing’ denotan que su compositor es el inquieto Neil Young. Es su mejor tema, ya que el resto son demasiado convencionales aunque presenten algún que otro detalle diferenciador o, como en ‘Burned’, no acaban de estar bien producidas unas ideas bastante buenas. Lo más curioso es que sus temas los canta Furay, lo cual se agradece en una delicada balada como ‘Do I Have To Come Right Out And Say It’, que con la voz principal de Young hubiera quedado seguramente peor y Furay consigue extraer emoción casi de cada verso. De ‘Out Of My Mind’ podría destacarse el particular sonido de guitarra, pero tampoco es nada excepcional.
El nivel global del álbum queda muy justo, se salva por los pelos de la mediocridad. Pero no es debido a la calidad de los músicos, que queda demostrado que la poseían, sino porque las composiciones todavía no han alcanzado una madurez suficiente. Además, pronto absorberían la música de su entorno para abrir la mente y desplegar una variedad de sonido acorde a los tiempos venideros.
AGAIN
Año de publicación: 1967
Puntuación:
1) Mr. Soul; 2) A Child's Claim To Fame; 3) Everydays; 4) Expecting To Fly;
5) Bluebird; 6) Hung Upside Down; 7) Sad Memory; 8) Good Time Boy;
9) Rock & Roll Woman; 10) Broken Arrow.
Muy pronto comenzaban las fricciones y convulsiones dentro del grupo. En eso no se iban a diferenciar de The Byrds. Neil Young iba ya a su aire y desaparecía cuando se le antojaba, de tal manera que en el Festival de Monterrey hubo de ser sustituido por David Crosby. Incluso uno de los temas aquí incluidos (‘Expecting To Fly’) solo presenta arreglos orquestales sin la participación de nadie de la banda excepto Young, ni siquiera en las voces. Ante tal clima de individualidad, Richie Furay no dejó pasar la oportunidad de reclamar su espacio y colocar hasta tres composiciones suyas, ninguna de ellas consiguiendo llegar a la grandeza de sus compañeros.
Stills y Young están en forma y con ganas de epatar, por lo que no se restringen a estilos tradicionales y se dejan influenciar por la apertura de miras de la época y la incipiente psicodelia que impregnaba todo. Respecto a Stills, el sorprendente toque de jazz de ‘Everydays’ sirve para crear una atmósfera envolvente donde las voces van fluyendo de forma natural. Es tan atmosférica que Yes haría una versión en su segundo álbum, de 1970. Depués del patinazo de ‘Leave’ en el debut, aquí Stills ha aprendido la lección y en ‘Bluebird’ crea un tema de rock enérgico más acorde a aprovechar la capacidad de esta banda. Lo más curioso es que, cuando parece ha finalizado sobre los tres minutos, se convierte a continuación en una pieza acústica dominada por el banjo. En cuanto a ‘Hung Upside Down’, no parece que vaya a ser nada excepcional hasta que llega su memorable estribillo repleto de armonías vocales y un espectacular pasaje instrumental donde brilla la guitarra, momento a partir del cual solo cabe caer rendid@. Aunque para gloriosas armonías también tenemos ‘Rock & Roll Woman’, con otra parte instrumental de gran fuerza.
‘Expecting To Fly’, de Young, es una de las mejores baladas psicodélicas que se hayan grabado nunca. No es precisamente perfecta porque le sobra un principio y un final demasiado extensos, ambos de más de medio minuto. Pero lo de en medio es pura gloria para los oídos. Si las estrofas ya muestran delicadas melodías vocales, el estribillo es la delicadeza en estado puro: “By the summer it was healing / We had said goodbye / All the years we'd spent with feeling / Ended with a cry”. Lo singular de los arreglos es que son orquestales pero con un toque atonal, creando en conjunto una ambientación onírica ideal. Pero la verdadera rayada mental de Young como compositor llega en la final ‘Broken Arrow’, pues lo que podría ser otro precioso tema relajado se complementa con insertos de otros temas grabados del álbum o sonidos variados sin venir a cuento (al final se escuchan unos latidos de corazón, adelantándose a Pink Floyd), lo cual perjudica el resultado global. A saber qué se le pudo pasar por la cabeza para tomar esa decisión y arruinar un tema bien notable. Quizá era la única manera de alargarlo sin que resultara repetitivo. Por otro lado, el estilo de ‘Mr. Soul’ trae recuerdos inmediatos de ‘Satisfaction’ de los Rolling Stones, pero tampoco puede decirse que sea una reescritura, aparte de que incluye un fiero y piscodélico solo de guitarra que es todo un puntazo. Precisamente ‘Broken Arrow’ se inicia con una grabación en directo de ‘Mr. Soul’ cantada por el batería Dewey Martin, según da a entender la voz que se escucha, como certificando que Young solía estar ausente de los conciertos.
Como ya se ha dicho, Furay aporta composiciones propias por primera vez y en la primera de ellas ya delata cuál iba a ser su carrera tras Buffalo Springfield. ‘A Child's Claim To Fame’ es una canción de country melódico y la mejor de las tres. En cambio, ‘Sad Memory’ es una sencilla balada acústica de guitarra donde la voz de Furay la salva de caer en la mediocridad. Y ‘Good Time Boy’ no se sabe ni lo que es, o quizá sí, una pieza de soul vulgar y olvidable para que, en este caso, el batería demuestre que sabe cantar con voz negra, aunque tenga potencia pero no expresividad. Esa demostración de camaradería (dejar que otro cante tu canción) no sería más que una excepción a la regla de individualismo que azotaba la dirección de la banda y propiciaría su próximo deceso sin vuelta atrás. Al menos nos dejaban este fantástico álbum como muestra del talento que asomaba y que, ya fuera de la banda, acabaría desplegándose con mayor continuidad.
LAST TIME AROUND
Año de publicación: 1969
Puntuación:
1) On The Way Home; 2) It's So Hard To Wait; 3) Pretty Girl Why; 4) Four Days Gone;
5) Carefree Country Day; 6) Special Care; 7) The Hour Of Not Quite Rain; 8) Questions;
9) I Am A Child; 10) Merry-Go-Round; 11) Uno Mundo; 12) Kind Woman.
Aunque en la portada veamos únicamente a Neil Young mirando en una dirección diferente al resto, la realidad era que el grupo ya estaba completamente desunido y este álbum actuaba como certificado de defunción. O sea, que podrían haber hecho la foto con cada miembro mirando para un lado diferente y hubiera sido más realista. Pero ciertamente Young es el más ausente, ya que solo tres canciones llevan su autoría y una de ellas es junto a Furay y con pocas ganas puestas en el asunto. Por si fuera poco, el bajista Palmer, de nacionalidad canadiense como Young y de comportamiento errático y adicción a las drogas, fue despedido por sus continuos problemas que incluyeron una deportación por los arrestos por posesión de drogas. Sería sustituido por músicos de sesión e incluso por Jim Messina, quien entraba así en la banda aunque su cometido principal fue el de productor. Cuenta Neil Young en sus memorias El sueño de un hippie que la salida de Palmer fue decisiva para que Buffalo Springfield se disolviera, ya que su forma de tocar el bajo era insustituible para la música de la banda.
Quien más se preocupa de que todo funcione bajo un estándar mínimo es Stephen Stills. Las delicadas melodías de ‘Pretty Girl Why’ preceden la importancia del apartado vocal en su próxima etapa con Crosby y Nash, además de recoger ecos jazzísticos que tan bien le habían funcionado en el disco anterior. Estilísticamente, ‘Special Care’ es un antecesor directo de ‘Wooden Ships’, pero con una guitarra más afilada y distorsionada, cortesía de Neil Young, con quien realiza una pequeña batalla guitarrera en la coda. También muy emocionante resulta la potente ‘Questions’, aunque no llega a la misma grandeza, y ‘Four Days Gone’ suena agradable pero es más discreta si la comparamos con las canciones ya citadas. Su gusto por los ritmos latinos y el idioma castellano macarrónico aparece en ‘Uno Mundo’ (sic), que queda algo ingenuo en comparación con lo que estaban haciendo Santana y otros por esa época. Lo gracioso es que cuando cantan los coros “Uno mundo” parece que estén diciendo “Unamuno”, con lo cual este tema podría haberse convertido fácilmente en un homenaje al controvertido escritor e intelectual que tuvo la gallardía y honestidad de enfrentarse como rector de la Universidad de Salamanca al mandamás fascista repleto de odio de la Legión, Millán Astray, con la Guerra Civil de por medio. Una lástima que Stills no conociera o no hubiera asociado tímbricamente a la letra el nombre de Unamuno.
Como ya hemos dicho, la implicación de Young es escasa para lo que debía haber sido, ya que él podría haber mejorado esta despedida. Pero bueno, al menos sus aportaciones, quitando la escrita con Furay, están a un buen nivel: ‘On The Way Home’ está perfectamente construida y presenta arreglos orquestales que embellecen el resultado final, mientras que ‘I Am A Child’ es una de sus baladas míticas que en su carrera en solitario no faltaría en los conciertos, si bien aquí presenta unos arreglos country que la vulgarizan un poco. Quizá el exceso de pasotismo de Young es lo que permitió a Messina incluir una penosa composición suya titulada ‘Carefree Country Day’
Quien no levanta el vuelo como compositor es Furay, dejando claro que todo hubiera ido mejor dejándolo en las riendas de Stills y Young, si estos se hubieran avenido bien en una hipotética visión musical conjunta. Tanto ‘It's So Hard To Wait’ (con sorprendente coautoría de Young, ya que no se aprecia nada de él) como ‘Kind Woman’ son muy aburridas, igual que la balada orquestal ‘The Hour Of Not Quite Rain’, donde demuestra definitivamente que no está a la altura de Young, si es que alguien lo dudaba. En cuanto a ‘Merry-Go-Round’, denota un nivel demasiado amateur en la composición para alguien que llevaba grabados tres álbumes y tenía cerca a Stills y Young. Bueno, si pensamos que a Ringo Starr le costó siete años componer algo mínimamente decente como ‘Octopus's Garden’ teniendo a Lennon, McCartney y Harrison para aprender, tampoco cabe ensañarse mucho con Furay.
Todo en conjunto, este último álbum da a entender que era una obligación contractual que debían satisfacer para poder emprender sus respectivas carreras en solitario. Las canciones de Furay y Messina son un pesado lastre que agranda la diferencia entre lo mejor y lo peor, dejando un disco muy irregular y que en conjunto es también mediocre. La disolución de Buffalo Springfield daría lugar a la formación de Crosby, Stills & Nash, la fundación de Poco (por parte de Furay y Messina) y el inicio de la dilatada carrera de Neil Young.