CLÁSICOS DEL ROCK 2
BIG STAR
2020
#1 RECORD
Año de publicación: 1972
Puntuación:
Puntuación:
Puntuación:
1) Feel; 2) The Ballad Of El Goodo; 3) In The Street; 4) Thirteen; 5) Don't Lie To Me;
6) The India Song; 7) When My Baby's Beside Me; 8) My Life Is Right;
9) Give Me Another Chance; 10) Try Again; 11) Watch The Sunrise; 12) ST 100-6.
2020
Alex Chilton había saboreado muy joven las mieles del éxito, pues con solo diecisiete años era el vocalista de The Box Tops, grupo formado en 1967 que muy pronto logró triunfar con la inolvidable ‘The Letter’. Luego llegó el decaimiento, pero eso no le restó ilusión y formó Big Star, una banda de exquisito power-pop (aunque en este debut se podría etiquetar más genéricamente como pop-rock) junto al guitarrista/vocalista Chris Bell (mismo rol que Chilton), el bajista Andy Hummel y el baterista Jody Stephens. Fue en la musical ciudad de Memphis (Tennessee), lugar de nacimiento de todos ellos excepto Hummel, pero ese lugar de origen no les dio tampoco notoriedad y la falta de reconocimiento les pasará factura muy pronto.
Pero vayamos a lo verdaderamente interesante, que es la impecable música pop-rock que encontramos en su debut, compuesto casi en su totalidad por el dúo Bell/Chilton. La influencia palpable son los grupos de la década anterior, sobre todo del sonido de moda en la primera mitad de los sesenta (la psicodelia no resultaba muy atrayente en los setenta). De hecho, una canción que recuerda directamente a The Byrds, los de sus primeros años de folk-rock, es ‘When My Baby's Beside Me’, mientras que ‘My Life Is Right’ podríamos asimilarla a la gloria de los Beatles de A Hard Day's Night. Pero no se estancan tampoco en esos años y se aprecia una mentalidad abierta. Solo hay que fijarse en ‘Feel’, la cual suena a Paul McCartney haciendo glam-rock, con una voz chirriante de Bell que luego repetirá en ‘Don't Lie To Me’, esta última la canción más discreta del álbum porque no deja buena impresión al principio con tanta repetición del título ni luego con tanto “don't”, para luego añadir un intermedio instrumental casi de rock duro que suena demasiado caótico.
La maestría compositiva que demuestran en una impecable balada acústica como ‘Thirteen’ denota la experiencia acumulada por Chilton y Bell en los años previos. Y no se trata de un simple acierto eventual, pues en ‘Give Me Another Chance’ consiguen otro grandioso resultado con pocos elementos, sobre todo con el impresionante juego de voces que en el estribillo llega a cotas melódicas y corales insuperables. Debemos esperar hasta ‘Try Again’ para escuchar una pieza acústica más convencional, aunque está bien adornada por una guitarra slide y luego se ve sucedida por la más animada e interesante ‘Watch The Sunrise’. Como una balada tranquila y poco vistosa comienza ‘The Ballad Of El Goodo’, pero llegados al memorable estribillo ya caemos rendidos y los arreglos instrumentales y vocales que acompañan luego a las estrofas ayudan a convertir esta canción en una de las mejores del disco, sin que falte un celestial puente para completar la pintura (“Been built up and trusted / Broke down and busted”).
El bajista Hummel escribe y canta la jovial pieza acústica ‘The Indian Song’, que suena más bien a folk. Su implicación en la composición tras la salida de Bell es lo que salvará la continuación inmediata de Big Star, pero aquí se conforma con tener un papel secundario. Pero es que teniendo a dos compañeros que consiguen joyas como ‘In The Street’, resulta intimidante el intento de componer. En esta canción llegan a la gloria en su estribillo coral (“Pass the street light / Out past midnight”), rematado cada uno de ellos con unos potentes acordes de guitarra. La final ‘ST 100-6’ dura tan solo un minuto y bien podría haber durado más porque posee un envolvente canto a dúo de Chilton y Bell, aparte de un cierto toque épico en las guitarras acústicas, que son lo único que acompañan las voces.
Parecía que nada podía ir mal tras la grabación de tan excepcional álbum. Pero lo cierto es que todo fue mal, vendieron muy poco y Chris Bell se fue, debido también a las tensiones personales, lo cual incluso le llevó a las manos con Hummel. En el documental Nothing Can Hurt Me incluso se asegura que fue al estudio de grabación y borró todo lo que había estado grabando para lo que hubiera sido la continuación del debut del grupo. Siendo coautor de casi todo el álbum y habiendo realizado tareas de producción para definir el sonido del grupo, resultaba un golpe muy duro para la supervivencia de Big Star. Afortunadamente, el instinto de Chilton y las nuevas aportaciones de Hummel (probablemente motivado por la intención de hacer olvidar pronto a Bell), les llevó a grabar la continuación muy pronto.
RADIO CITY
Año de publicación: 1974
Puntuación:
1) O My Soul; 2) Life Is White; 3) Way Out West; 4) What's Going Ahn;
5) You Get What You Deserve; 6) Mod Lang; 7) Back Of A Car; 8) Daisy Glaze;
9) She's A Mover; 10) September Gurls; 11) Morpha Too; 12) I'm In Love With A Girl.
¿Qué podía hacer Alex Chilton sin su imprescindible compañero Chris Bell? Pues simplemente seguir sin él y, afortunadamente, poder contar con Andy Hummel como destapado compositor, aunque el peso iba a recaer en Chilton. Así pues, quedaba el grupo establecido como trío y eso significaba menguar un poco el sonido (tanto por disponer de una guitarra menos, como por la aportación vocal de Bell), pero esto viene a demostrar el talento de estos chicos, que volvieron a crear otro disco de excelente pop-rock. Se nota también que Bell no está porque la producción es menos sugerente, aunque en realidad era de esperar un bajón cuando era un dúo tan bien compenetrado.
La interesante introducción instrumental de ‘O My Soul’, entre el rock y el funk, crea una excelente primera impresión que luego tampoco se rebaja al desarrollarse quizá más próximo al glam-rock, pero siempre desde la modestia que caracteriza a este grupo. Más claramente glam se muestran en ‘Mod Lang’, aunque la canción en sí es más discreta. Una de las interpretaciones vocales que transmiten más emoción es la de ‘Life Is White’, donde destaca también la prominente armónica. No se queda nada lejos ‘Daisy Glaze’, donde la voz de Chilton suena frágil y cercana, llegando al apogeo tras el imprevisible cambio de ritmo que transforma por completo lo que parecía una relajada balada. Como curiosidad, es el único tema compuesto conjuntamente por el trío. Más convencionales resultan ‘Back Of A Car’ o la atascada ‘She's A Mover’.
Aunque comienza como una discreta balada, tan pronto entra su reconocible melodía de guitarra y los coros en ‘What's Going Ahn’ nos adentramos en una sensacional balada de pop-rock. La que engancha desde el principio es ‘You Get What You Deserve’, que además desemboca en el estribillo más memorable de todo el álbum y la guitarra brilla en todo su esplendor, sobre todo en la recta final. En cuanto a ‘September Gurls’, posee esa gloria pop que nace de la sencillez, algo así como un ‘I Want To Hold Your Hand’ de los Beatles pero con una letra mucho menos inocente. O incluso podemos comparar su tono y estilo con la gloria pop española de ‘Chica de ayer’ de Nacha Pop, aunque la composición de Antonio Vega es todavía mejor. Hummel aparece como coautor en varios temas, pero el único en el que aparece como único autor es ‘Way Out West’, de interesante construcción instrumental y un estribillo que en primera instancia no llama mucho la atención, pero es muy inspirado.
Para finalizar el álbum nos dejan dos piezas que dejan una sensación rara, como si se les hubiera acabado el tiempo en el estudio de grabación y hubieran necesitado grabar algo rápido y sencillo. En el caso de ‘I'm In Love With A Girl’, tan solo guitarra acústica y voz, resulta un acierto. Sin embargo, la innecesaria ‘Morpha Too’ es como escuchar a Chilton delante del piano mientras graba una demo en el estudio de grabación. Pero bueno, dura minuto y medio y tampoco resulta molesta.
En términos generales, puede decirse que salen bien airosos del percance con un recomendable álbum de pop-rock, bien facturado aunque más proclive a ser olvidado en el tiempo. La reivindicación de ‘September Gurls’ por las generaciones venideras es lo que le dará notoriedad también al álbum y al grupo, pero en cualquier caso #1 Record sigue siendo mejor y más inspirado, propio del trabajo conjunto de dos mentes compenetradas y creativas como fue el dúo Bell/Chilton. En cuanto a Big Star, las desgracias no vendrían solas y el bajista Hummel abandonó el grupo tras este álbum, llevándolo casi al colapso. Sin embargo, tal como veremos, la tenacidad de Chilton le llevará a seguir grabando durante un poco de tiempo más antes de disolver definitivamente este proyecto musical.
THIRD/SISTER LOVERS
Año de publicación: 1978
Puntuación:
1) Kizza Me; 2) Thank You Friends; 3) Big Black Car; 4) Jesus Christ; 5) Femme Fatale;
6) O, Dana; 7) Holocaust; 8) Kangaroo; 9) Stroke It Noel; 10) For You;
11) You Can't Have Me; 12) Nightime; 13) Blue Moon; 14) Take Care;
[BONUS TRACKS:] 15) Nature Boy; 16) Till The End Of The Day; 17) Dream Lover;
18) Downs; 19) Whole Lotta Shakin' Goin On.
Aunque fuera publicado en 1978, este álbum fue grabado en 1974. Tan solo quedaban Alex Chilton y el batería Jody Stephens de la formación original tras la deserción del bajista Hummel, pero podemos comprobar que eso no supuso ningún problema para que Chilton se reivindicara como compositor principal y casi exclusivo, de tal manera que esta obra es casi como un exorcismo de sus demonios internos. El nombre de Sister Lovers que se colocó en las futuras reediciones es el que llegaron a adoptar como grupo tras la grabación del álbum, aunque este quedara archivado unos años. Publicarlo bajo el nombre de Big Star fue una decisión de la discográfica que se hizo con los derechos, puesto que era la mejor manera de promocionarlo aunque el grupo ya no existiera y Chilton estuviera con sus propios proyectos. De todas maneras sus ventas fueron tan pobres como siempre, pues la reivindicación de Big Star por las nuevas generaciones no llegaría hasta la década siguiente.
El comienzo mediante ‘Kizza Me’ desconcierta bastante porque no se sabe bien qué tipo de canción es. La parte vocal es pop, mientras que la sección rítmica parece que quiere dirigirse hacia el rock duro y luego aparece un piano de honky-tonk por medio para acabar de liar más la madeja. Aunque presenta un inicio desconcertante, después ‘Jesus Christ’ no deja de ser un canto religioso en clave de convencional pop. Más sorprendente es ‘Holocaust’, puesta resulta estremecedora en el tono tétrico en que está interpretada, transmitiendo Chilton toda la agonía de la letra, aparte de los estremecedores arreglos donde el piano, el bajo y la guitarra parece que estén agonizando también. Se ha de reconocer el intento de sonar diferentes con una vertiente experimental, como ocurre en ‘Kangaroo’ aunque el experimento no acabe de convencer. Eso sí, la guitarra sonando como si fuera un slide lisérgico es todo un puntazo de originalidad, pero los cencerros se los podían haber ahorrado, como también podría haberse descartado la versión lacrimógena de ‘Femme Fatale’ de la Velvet Underground, donde queda desaprovechada la presencia de Steve Cropper en la guitarra.
Pero no pensemos que este álbum es experimental, pues en buena parte se basa en el pegadizo pop de su producción previa, donde en ‘Thank You Friends’ le añaden voces femeninas al final como aportación novedosa. Otras canciones como ‘Big Black Car’ pasan de forma muy discreta, mientras que, por ejemplo, ‘O, Dana’ queda algo tosca. Lo único destacable de ‘Stroke It Noel’ es la adición de violines, pero no ofrecen nada especial y parece una primera aproximación a su empleo que, justo a continuación, se verá enormemente mejorado en esa pequeña joya titulada ‘For You’, que contiene la mejor parte vocal de todo el álbum y una emotiva manera de alargar los “you” por parte de Chilton. Lo más sorprendente de todo es que ‘For You’ es una composición del batería Stephens, la única compuesta por él a solas de toda la carrera de Big Star. Precisamente la batería es lo más destacado de ‘You Can't Have Me’, cuya parte vocal queda algo forzada pero Stephens se toma su libertad para saltarse los convencionalismos del pop.
Convencen en las tres baladas acústicas (‘Nightime’, ‘Blue Moon’ y ‘Take Care’) que cerraban el LP original, o al menos una de las diversas ediciones que salieron de aquel Third original, adornadas dos de ellas con una deliciosa guitarra slide. En ‘Take Care’ aparecen además unos vientos para crear una ambientación más adecuada para enfatizar el triste final que suponía este álbum. Quedan como una última afirmación introspectiva del carácter de Chilton, para quien debió suponer una desilusión tremenda el final de lo que había comenzado como una renovadora banda de pop-rock. En los bonus tracks no hay apenas nada que resaltar, salvo quizá la versión power-pop de ‘Till The End Of The Day’ de The Kinks, a la cual le añaden como introducción, en un toque de sutil humor, los acordes de guitarra de ‘Anyway, Anyhow, Anywhere’ de The Who. Hemos de recordar que años después, cuando Ray Davies estuvo viviendo en Nueva Orleans, hizo una gran amistad con Alex Chilton, hecho atestiguado en las memorias de Ray tituladas Americana: The Kinks, the riff, the road: the story, así como en la mención y recuerdo que se le hace en el documental sobre Davies Imaginary Man, cuando el fallecimiento de Chilton estaba reciente. En el polo opuesto, nos toca tragarnos las irritantes disonancias de ‘Downs’, que parece tocada sin ganas.
El transcurso del tiempo colocará este álbum a un nivel equiparable al de los dos primeros, pero en conjunto es inferior. Les gana en que es más aventurado a la hora de experimentar con sonidos y estructuras en algunos temas, pero las melodías no son tan originales y probablemente hubiera salido mejor de haber dispuesto de mayores recursos instrumentales. Sale ganando con las consiguientes escuchas, pero tampoco consiguen llegar al nivel demostrado en sus dos primeros álbumes, de tal manera que la disolución de Big Star parecía el final lógico de esta aventura que mereció mejor suerte. Como dato final, señalar que Chris Bell falleció en un accidente de coche cuando se publicó este álbum, eliminando toda probabilidad de reunión de la formación original. Alex Chilton continuará con una irrelevante carrera musical, lo cual no impedirá un nostálgico retorno en el siglo XXI, espoleado por la reivindicación que harán los nuevos músicos sobre la influencia de Big Star.
LIVE
Año de publicación: 1992
Puntuación:
1) September Gurls; 2) Way Out West; 3) Mod Lang; 4) Don't Lie To Me; 5) O My Soul;
6) Interview; 7) The Ballad Of El Goodo; 8) Thirteen; 9) I'm In Love With A Girl;
10) Motel Blues; 11) In The Street; 12) You Get What You Deserve; 13) Daisy Glaze;
14) Back Of A Car; 15) She's A Mover.
Visto el interés que había surgido en Big Star a partir de los ochenta, en 1992 se publicó este álbum que contiene un concierto de 1974, es decir, de cuando el bajista Hummel ya se había marchado. Quedaba el grupo configurado igualmente como un trío, pues llegó un sustituto para el bajo, aunque este no duraría mucho porque no llegó a participar en la grabación de Third. Si nos fijamos en el repertorio interpretado, deducimos que todavía no tendrían ni en mente su tercer álbum, puesto que todo pertenece (salvo una canción inédita) a los dos primeros. En realidad se trata de una actuación en una emisora de radio para promocionar Radio City, por lo cual ya debió suponer suficiente estrés la necesidad de buscar un bajista nuevo.
En directo es complicado conjugar la perfección y la magia especial que aparece cuando un artista se encierra en el estudio de grabación. Y Big Star no son una excepción, aunque ya de entrada ‘September Gurls’ deja buena sensación. Sin embargo, ‘You Get What You Deserve’ pierde puntos aunque no deja de ser un tema destacado. Tampoco podemos esperar muchas sorpresas en la manera de interpretar sus canciones porque el trío de músicos ya tiene suficiente papelón con poder desgranar el repertorio de sus dos primeros discos sin desmerecer los elaborados arreglos del estudio. Aun así, ‘Don't Lie To Me’ le sirve a Alex para mostrar su habilidad de transmitir todo tipo de sensaciones con la guitarra, en este caso una fiereza nada habitual en él. Sin embargo, a veces no aciertan y canciones como ‘Mod Lang’ suenan toscas y poco atractivas.
La única novedad que encontramos en este concierto es una composición ajena, ‘Motel Blues’, una discreta pieza acústica donde solo escuchamos a Alex con su guitarra. Porque el intimismo no le sale a Chilton, como si no estuviera suficientemente relajado para que afloren sus tormentos internos. De ahí que la primera mitad de ‘Daisy Glaze’, más intimista, no acabe de resultar convincente tampoco. Precisamente la parte central del concierto es como la citada ‘Motel Blues’, es decir, Chilton con la guitarra acústica. Pero en el caso de ‘The Ballad Of El Goodo’ y ‘Thirteen’ sí consigue transmitir suficiente emoción como para no acordarnos de lo bien producidas que estaban en el estudio.
Se incluye una breve entrevista a Chilton donde se atisba el problema que padeció el grupo para fracasar, ya que una de las preguntas finales es, tras comentar la comparación con los Beatles, si piensa que su música es anacrónica para mediados de los setenta. Todo un hachazo en la yugular en un programa que debía ser en realidad una promoción de su música. Más pesadumbre transmite una respuesta previa, cuando el entrevistador le habla de la aclamación de la crítica a Radio City y Chilton contesta que espera que se venda, porque la aclamación también la tuvieron para su álbum anterior. Así pues, esta entrevista es lo más significativo de este disco, más propicio para quienes sean seguidores del grupo y tengan curiosidad por escucharlos en directo.
IN SPACE
Año de publicación: 2005
Puntuación:
1) Dony; 2) Lady Sweet; 3) Best Chance; 4) Turn My Back On The Sun; 5) Love Revolution;
6) February's Quiet; 7) Mine Exclusively; 8) A Whole New Thing; 9) Aria, Largo;
10) Hung Up With Summer; 11) Do You Wanna Make It; 12) Makeover.
Aunque parecía imposible un retorno del grupo, algo cambió en el pensamiento de Alex Chilton para que decidiera reformar nuevamente Big Star y publicar un nuevo álbum treinta años después de la disolución. Chris Bell falleció a finales de los setenta y Hummel se había desentendido por completo de la música profesional, por lo que el único miembro original que encontramos aquí, aparte de Chilton, es el baterista Jody Stephens. Para completar la nueva formación se unieron nada menos que dos miembros de The Posies, quienes curiosamente estrenaron también un nuevo álbum ese mismo año. En realidad, esta misma formación ya había actuado como Big Star en 1993, llegando a publicar un álbum en directo, aprovechando el interés tardío que había surgido hacia el grupo. No se le puede reprochar nada a Alex Chilton, sabiendo que en los ochenta hubo de pasar por penalidades económicas y nunca perdió la ilusión por la creación musical. Bien está que el reconocimiento le fuera de provecho.
El apartado compositivo está repartido a partes iguales entre los cuatro miembros, así que tampoco cabe esperar mucha conexión con los Big Star de los setenta, aunque dada la exigua y tumultuosa trayectoria de aquellos años, no puede decirse que llegaran a establecer un estilo definido más allá de la introspección de Chilton. En cualquier caso, disponer de una segunda guitarra sirve para mejorar el sonido respecto a lo realizado tras la salida de Chris Bell. Otro cantar es la composición. Casi parece que no haya pasado el tiempo cuando empieza a sonar ‘Dony’, que bien podría haber pertenecido a #1 Record aunque hubiera sido lo más discreto de aquel álbum. Las primeras canciones del disco dejan más o menos una buena impresión, así que puede crear ilusiones vanas pensar que todo el álbum va a ser del mismo nivel, cuando desafortunadamente no es así. Por ello, la elaborada estructura de ‘Best Chance’ denota el interés del grupo por hacer algo notable, como también el irresistible comienzo y luego el memorable estribillo de impecable acompañamiento coral de ‘Lady Sweet’ logran que esta canción quede como una pequeña joya escondida en este álbum.
Es curioso como en la entrevista incluida en Live se tachaba la música del grupo como anacrónica, cuando parecía excesivo calificarla de esa manera, y precisamente el adjetivo de anacrónico encaja a la perfección con buena parte de este álbum, pues el grupo se inspira claramente en los sesenta. Esto lo vemos, por ejemplo, en la percusión al estilo de ‘Be My Baby’ de las Ronettes en ‘Hung Up With Summer’, o en la inspiración clara en The Kinks que desprende ‘Turn My Back On The Sun’, pero al menos desarrollada con gusto. Los primeros Beatles asoman en ‘Do You Wanna Make It’, incluso con el mismo sonido de banda cuasi amateur, aunque el ritmo resulta lo suficientemente entretenido como para no prestar atención a otros detalles. Sin embargo, ‘A Whole New Thing’ es un pastiche en el que mezclan un ritmo de Chuck Berry con voces estilo Beatles y una introducción de guitarra que podría haber firmado Marc Bolan, pero todo sin una pizca de gracia y con la palabra imitación retumbando todo el tiempo. Y bueno, la versión de ‘Mine Exclusively’ se la podrían haber ahorrado porque sí que suena demasiado anacrónica.
En el polo opuesto se encuentra ‘Love Revolution’, pues en ese fragmento en el cual suena la voz con sonido de megafonía muestran una voluntad de sonar modernos, no se sabe si queriendo emular a los Super Furry Animals o, si nos fijamos en los vientos y los joviales coros, a los Boo Radleys. Es lo único que llama la atención, puesto que no deja de ser otra pieza de agradable pop que se olvida rápido, como es el caso también de ‘February's Quiet’. No se entiende qué pretendían conseguir con la aparatosa traslación al lenguaje rock de una pieza de música barroca (‘Aria, Largo’) perteneciente a un oscuro músico llamado Georg Muffat. Por momentos suenan a aprendices, quizá por meterse en un tipo de música que requiere una especial técnica. También podrían haber evitado la tentación de sonar duros en la final ‘Makeover’, una bochornosa manera de acabar el disco, como si quisieran demostrar que podían tocar con mayor energía pero terminan sonando absurdos.
En definitiva, no tenía ningún sentido volver a recuperar el nombre de Big Star cuando ya no se podía caer en nada más que una imitación sin gracia, en el mejor de los casos, de lo que habían hecho en los setenta. Peor todavía, en muchos momentos parecen únicamente una banda de homenaje a los sesenta. Así pues, si no sirven para homenajearse a ellos mismos, que es lo que como mínimo hubiera dado sentido a este retorno, hubiera sido mejor seguir dedicándose a tocar en directo sus discos de los setenta. Pero bueno, disculpemos el ejercicio de nostalgia de Chilton y Stephens y hagamos como que nunca existió.
VÍDEOS
NOTHING CAN HURT ME
Año de publicación: 2012
Para conocer de primera mano todas las vicisitudes y desgracias que acompañaron a la breve trayectoria de Big Star, este documental es la mejor opción, aparte de que será difícil encontrar información sobre ellos. Contiene fragmentos de entrevistas actuales a Stephens y Hummel, aunque no de Chilton, por lo que puede deducirse que el documental se creó a partir de su fallecimiento en 2010, pues podemos ver imágenes del envidiable homenaje que le rindieron en forma de concierto. Cabe señalar que Hummel falleció tan solo tres meses después que Chilton, así que más emotiva no puede ser su participación, tanto en el documental como en el homenaje. En el documental podemos ver las claves de la salida de Chris Bell (una mezcla de falta de éxito, celos hacia el reconocimiento casi exclusivo de Chilton, problemas de depresión y drogas) y la vulgarización en la que fue cayendo Alex Chilton, cuyo punto más bajo quizá sea el fragmento que podemos ver de un concierto de finales de los setenta, donde canta ‘The Letter’ berreando como si fuera punk. Curiosamente se habla muy poco de Third. Y de In Space, afortunadamente, tan solo vemos el dibujo de la portada.