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BADFINGER

2020

MAGIC CHRISTIAN MUSIC

Año de publicación: 1970

Puntuación:

Puntuación:

Puntuación:

1) Come And Get It; 2) Crimson Ship; 3) Dear Angie; 4) Fisherman; 5) Midnight Sun;

6) Beautiful And Blue; 7) Rock Of All Ages; 8) Carry On Till Tomorrow; 9) I'm In Love;

10) Walk Out In The Rain; 11) Angelique; 12) Knocking Down Our Home; 13) Give It A Try; 14) Maybe Tomorrow; [BONUS TRACKS:] 15) Storm In A Teacup; 16) Arthur.

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2020

Antes de llamarse Badfinger, este grupo ya había tenido un recorrido de varios años como The Iveys, culminado en el álbum Maybe Tomorrow de 1969 gracias a que desde Apple, la compañía discográfica de los Beatles, les habían echado el ojo para ficharles y producirles su primer disco, de poco éxito. En Apple también les instaron a cambiarse el nombre y darles la oportunidad de volver a empezar. Para ello, aprovecharon hasta siete canciones de Maybe Tomorrow y grabaron otras siete nuevas, además de participar con tres de ellas en la banda sonora de la película The Magic Christian, a partir de la cual se basan para el título de este disco aunque no haya justificación para ello, ya que poco tiene que ver con la película. En España, la traducción del título no puede ser más estrambótica: Si quieres ser millonario no malgastes el tiempo trabajando. Precisamente en el film aparece Ringo Starr (con una actuación muy floja) junto a Peter Sellers como protagonistas de una película de humor inglés y absurdo con muchos cameos (Roman Polanski, Raquel Welch, algunos de los Monty Python…), pero que tampoco hace reír mucho. Sellers imitando acentos ingleses sí que tiene su gracia, pero no es un humor exportable más allá de las islas británicas y cualquier doblaje se lo carga.

 

Pero ya desde el principio estaba perfilado el liderazgo de los dos compositores, guitarristas y cantantes: Pete Ham y Tom Evans (aunque este último se acabaría pasando al bajo). Sin embargo, la canción más famosa de este disco es la donación de Paul McCartney ‘Come And Get It’, la cual descubrimos, gracias al Anthology 3, que llegó a ser grabada como posible canción para los Beatles pero quedó finalmente descartada. Aun así, no deja de ser la típica canción pop de McCartney, de las que ha grabado a decenas durante su carrera y que tampoco dejan más poso que una agradable sensación, más si cabe cuando los Badfinger la interpretan tal cual había hecho Paul, quizá temerosos de cambiar cualquier cosa y contrariarlo. También suenan típicos aunque siguen siendo agradables en ‘Fisherman’ y ‘Crimson Ship’, en las cuales entran con acierto en el terreno del pop coral de los Hollies. No obstante, en algunos casos los estribillos son demasiado simplones (‘Beautiful And Blue’) o nos topamos con inofensivos temas tranquilos, en el caso de ‘Angelique’ muy aburrido también. Solo el empleo del clavicordio la dota de algo de interés. De acuerdo a su comienzo, ‘Walk Out In The Rain’ parece que va a ser un verdadero tostón, pero se ha de reconocer que los intermedios corales entre estrofas son de una calidad excelente.

 

No faltan ejemplos de rock'n'roll clásico de poca inspiración y ninguna complicación, como ocurre en ‘Rock Of All Ages’. En cambio, en ‘Midnight Sun’ consiguen un resultado al menos aceptable al tocarlo en un estilo tipo McCartney, esto es, forzando la voz y con una enérgica parte de guitarra. Es precisamente cuando añaden más energía en las canciones que aportan mayor vitalidad al disco, sobre todo con acertadas piezas como ‘Give It A Try’, donde consiguen melodías vocales con cierto gancho. En ‘Maybe Tomorrow’ se exceden un poco con tanta repetición del estribillo. Eso se puede hacer en el pop cuando el estribillo es suficientemente poderoso para aguantar la continua repetición; en caso contrario, se pierde pronto el impacto inicial positivo. Eso sí, más bajo no pueden caer que cuando se lanzan a tocar música para teleserie de sobremesa, pues otra denominación para ‘Knocking Down Our Home’ no transmitiría la misma sensación de bochorno sin haber de escucharla. Más bochorno si cabe cuando descubrimos que es otra de las canciones repetidas del debut como The Iveys.

 

Escuchando los primeros acordes de ‘Carry On Till Tomorrow’ ya sabemos de dónde copiaron los Hombres G el inicio de ‘Devuélveme a mi chica’. Pero olvidémonos de esa sugerencia y degustemos un complejo y perfectamente estructurado tema donde se alternan unas delicadas estrofas con un glorioso estribillo vocal, todo fabulosamente acompañado de unos elegantes arreglos orquestales cortesía de George Martin, además de un breve pero eficaz solo de guitarra. Es la única joya que encontraremos en este álbum y quizá por ello la aprovecharon para la citada película. Por otro lado, la única composición del primer bajista que tuvo la banda y que solo estaría en The Iveys (en las nuevas canciones ya no está) es la inocente ‘Dear Angie’, cuya repetición del título en la canción le hace parecer más ingenua de lo que es, salvada por las segundas estrofas y unos pocos detalles sutiles como algún que otro punteo de guitarra.

 

Lo que encontramos en los bonus tracks no aporta nada nuevo: ‘Storm In A Teacup’ es otro olvidable tema pop con énfasis en el ritmo, mientras que ‘Arthur’ es un simple intento fallido de hacer algo al estilo de los Kinks de 1967 que queda como una imitación barata, siendo el título una mera coincidencia respecto a la asociación que acabamos de hacer. Bueno, la introducción de batería hace pensar en ‘Heaven And Hell’ de The Who y quizá eso ya no sea una coincidencia. Para quien le guste este álbum, que alguien habrá, podrá escuchar sin problema el citado Maybe Tomorrow, ya que hay algunas canciones que podrían haber reutilizado aquí sin problema en vez de otras tan flojas como ‘Angelique’ o ‘I'm In Love’, de la cual no he dicho nada porque tanta vulgaridad repele el pensamiento. De hecho, ese debut como The Iveys es ligeramente mejor que este Magic Christian Music pero tampoco sobrepasa lo que catalogaríamos como vulgar. Así pues, la etiqueta publicitaria que les colocaron al principio como “los nuevos Beatles” estaba muy alejada de la realidad. Bueno, teniendo en cuenta que la publicidad ya suele estar alejada de la realidad por sí misma.

NO DICE

Año de publicación: 1970

Puntuación:

1) I Can't Take It; 2) I Don't Mind; 3) Love Me Do; 4) Midnight Caller; 5) No Matter What; 6) Without You; 7) Blodwyn; 8) Better Days; 9) It Had To Be; 10) Watford John;

11) Believe Me; 12) We're For The Dark;

[BONUS TRACKS:] 13) I Can't Take It (extended version); 14) Without You (mono studio demo version); 15) Photograph (Friends Are Hard To Find); 16) Believe Me (alternate version); 17) No Matter What (mono studio demo version).

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Mediante su segundo álbum, Badfinger demostraron que podían seguir teniendo un relativo éxito sin necesidad de apadrinamiento de algún Beatle y sin recurrir a composiciones ajenas. Esto no quiere decir que no haya una influencia clara de la música de la primera época de los de Liverpool, porque los maestros siempre son una referencia para los discípulos, así como tampoco debemos olvidar que su discográfica era Apple y eso significaba que podrían contar con el apoyo necesario respecto al aspecto promocional y al estudio de grabación. No en vano, el productor es nada menos que el ingeniero de sonido que tuvieron los Beatles: Geoff Emerick.

 

La canción más conocida de este álbum no lo es precisamente por Badfinger. ‘Without You’ fue un éxito masivo para Nilsson justo un año después y luego sería versionada por infinidad de artistas, incluyendo otro éxito masivo para Mariah Carey en 1994. Estos dos artistas sin lugar a dudas pueden ganar en el apartado vocal a los Badfinger, pero donde ninguna de esas exitosas versiones (que por otra parte han eclipsado por completo a la original) pueden competir, es en el apartado de los arreglos instrumentales. Desde la minimalista pero preciosa introducción de guitarra eléctrica hasta los diferentes solos que pueden escucharse, así como también esa guitarra estilo Harrison (o estilo similar al puente de ‘Badge’ de Cream, que viene a ser lo mismo) que se escucha durante el famoso estribillo. Y tampoco hay que olvidar el órgano barroco y el preciso ritmo, todo perfectamente ensamblado para una perfecta balada. Una defenestración injusta, por tanto, para esta sensacional versión original.

 

Tratándose de Badfinger, leer el título de ‘Love Me Do’ hace pensar inmediatamente en una versión de la canción de los Beatles, pero no tiene nada que ver aunque transcurre en unos convencionales parámetros de rock'n'roll clásico, repitiendo en exceso el título. Les falta chispa, igual que les ocurre en ese vulgar boogie titulado ‘Watford John’. Por tanto, deberían fijarse todavía más en los de Liverpool para mejorar sus composiciones, y eso es lo que hacen. Muy al estilo de cómo McCartney crea música de rock'n'roll clásico es lo que hacen aquí en ‘I Can't Take It’, es decir, afilando un poco más las guitarras y desgañitando ligeramente la voz. Lo que no hacía falta es incluir la versión extendida de los bonus tracks, ya que la coda se vuelve monótona con tanta repetición del título. La influencia Beatle parece estar limitada a fijarse en McCartney, ya que la balada ‘Midnight Caller’ podría haber salido de la pluma del Paul de Let It Be o Abbey Road.

 

En temas como ‘Better Days’ demuestran muy buen gusto para la instrumentación, de ahí que George Harrison los llamara para el concierto por Bangla Desh aunque fuera tan solo como músicos de acompañamiento. De hecho, consiguen con sencillez y poca dificultad atractivos power-pop que siguen los parámetros canónicos del género, tal como es el caso de ‘No Matter What’. El baterista Gibbins no solía componer mucho, pero con temas suyos como ‘It Had To Be’ demostraba una sensibilidad especial y un gusto por las melodías cálidas, lo cual acompañado de una preciosa parte de guitarra sirve para convertirla en una de las mejores canciones del disco.

 

Pero no todo va a ser un camino de rosas y también aparecen algunos de los problemas ya vistos en el debut. No se puede llegar a la perfección tan rápido después de una mediocridad como Magic Christian Music. De ahí que podemos encontrar aquí una irrelevante balada rock como ‘I Don't Mind’, aunque no podían haber hecho peor elección que cantar un lamentable country como ‘Blodwyn’. Si nos fijamos en las estrofas, ‘Believe Me’ es una reescritura de ‘Dear Angie’, delatado porque en ambas repiten el título al principio de cada verso pareado. Un estribillo pasable y, sobre todo, otro gran solo a dos guitarras, la salvan de la mediocridad más absoluta.

 

Para el final dejan una relajada pieza acústica (‘We're For The Dark’) de sencillo estribillo pero con gancho: “We're for the dark / Baby, you and I”. Esto nos lleva a unos bonus tracks dedicados a tomas alternativas de algunos de los temas ya citados, además de un inédito rock de afilada guitarra titulado ‘Photograph’. No Dice suele tener muy buena prensa, pero resulta exagerado porque no rompe ningún molde ni presenta suficientes melodías originales. Quizá ‘Without You’ sea la excusa para ensalzar el disco por completo, aunque se antoja insuficiente porque no encontraremos nada más a ese excelso nivel. No es un mal álbum, pero se eleva por encima de la mediocridad por muy poco, así que todavía debían mejorar un poco más.

 

STRAIGHT UP

Año de publicación: 1971

Puntuación:

1) Take It All; 2) Baby Blue; 3) Money; 4) Flying; 5) I'd Die Babe; 6) Name Of The Game;

7) Suitcase; 8) Sweet Tuesday Morning; 9) Day After Day; 10) Sometimes; 11) Perfection;

12) It's Over;

[BONUS TRACKS:] 13) I'll Be The One; 14) Name Of The Game (earlier version);

15) Baby Blue (US single mix); 16) Baby Please; 17) No Good At All; 18) Sing For The Song.

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Si de todos los Beatles habíamos asociado hasta ahora a Badfinger con Paul McCartney, para su tercer álbum la figura clave resulta ser George Harrison, pues este actúa como productor en la mitad de las canciones. Pero vayamos por pasos, porque la gestación de este álbum fue convulsa en ese sentido. En primer lugar, tenían ya suficientemente material grabado para publicar un nuevo LP con la producción de Geoff Emerick, quien fuera ingeniero de sonido con los Beatles. Pero Harrison se interesó por ellos y logró convencerlos para desechar algunas de las canciones y componer otras nuevas, pues podían alcanzar un nivel más alto, de tal manera que él se convirtió en el productor de esta nueva fase de la grabación. Su labor llegaría a su fin de manera abrupta debido al desastre de Bangladesh, que llevó al bueno de George a deshacerse de cualquier compromiso para organizar el famoso concierto y recaudar fondos de ayuda al necesitado país, un concierto en el que participarían los Badfinger como músicos de acompañamiento. El tercer productor que acabaría de grabar el resto de canciones (con Harrison acabaron grabando solo cuatro) también sería un nombre de prestigio como el del músico Todd Rundgren, quien sabría igualmente extraer un sonido cristalino y denso que ayudara a ensalzar las inspiradas composiciones que completan este estupendo disco.

 

La impecable producción del álbum queda manifiesta desde el principio con esa introducción de piano eléctrico de ‘Take It All’ a la que pronto se suma una pulcra sección rítmica, mientras Pete Ham canta con su voz entre desesperada y resignada. Cabe destacar también un fantástico solo de órgano durante el intermedio instrumental. Pero para introducción espectacular está la de ‘Baby Blue’, cuyo ritmo intermitente sirve de complemento ideal a sus sensacionales melodías vocales. Tuvo un renacido éxito en el siglo XXI al ser incluida en el último capítulo de la exitosa serie Breaking Bad, que puede que fuera la edición en single aquí añadida como bonus track, en la cual se pulen un poco más los arreglos para que brille más su introducción.

 

El glorioso riff que presenta ‘Money’ de entrada demuestra que Badfinger era mucho más que un simple grupo de pop-rock. Aparte, la batería añade varios cambios de ritmo que mantienen el interés todo el tiempo. Sin lugar para un descanso, aunque en realidad sirva de respiro gracias a una sencilla introducción de piano y voz, el pop de ‘Flying’ retoma las melodías vocales al estilo Beatles. Las inevitables reminiscencias de los Beatles (es decir, de los primeros Beatles) asoman con claridad en ‘Sometimes’, muy devota de ‘She's A Woman’, como también podríamos señalar ecos de ‘Get Back’ en ‘Suitcase’, esta última producida por Harrison. Ambas canciones citadas de los Beatles son composiciones de McCartney, quien quedaba así como el preferido de Molland, compositor de las correspondientes piezas de Badfinger. Por otro lado, ‘Sweet Tuesday Morning’ es una pieza acústica de pegadizo ritmo, cuyo estilo consiguen perfeccionar (nunca mejor dicho) en ‘Perfection’, otro adorable tema de irresistible pop. Parece una buena opción colocar ‘It's Over’ como final de lo que era el LP original, pues condensa todas las virtudes de este grupo aunque no contenga melodías tan memorables como las conseguidas en otros momentos de este álbum.

 

Las canciones que tuvieron a Harrison como productor son cuatro y se concentran en la zona intermedia del disco. La guitarra slide de ‘Day After Day’ la toca el propio Harrison, quien aporta así el toque diferencial para lo que parece una variación de ‘Baby Blue’. También sabe afianzar el pegadizo pop-rock melódico de ‘I'd Die Babe’, donde cabe una afilada guitarra. Pero donde la mano de George Harrison es bastante evidente es en ‘Name Of The Game’, poseedora de un estilo épico de gran expresividad que bien podría haber salido del monumental All Thing Must Pass, como si todos hubieran aprendido bien la lección de Phil Spector, productor del citado álbum en el cual a su vez participaron también los Badfinger. La versión primeriza, con Emerick de productor, incluida en los bonus tracks sigue siendo una delicia y pueden apreciarse las diferencias, pues en esta se añaden algunos arreglos orquestales.

 

Aparte de lo ya citado, en los bonus tracks se concentran las grabaciones realizadas con Geoff Emerick de productor, donde podemos comprender por qué George Harrison rechazó varias canciones antes de ponerse como productor. Aunque no suenan mal los aires country de ‘I'll Be The One’, queda bastante convencional. Tampoco convencen para nada ‘Baby Please’ y ‘No Good At All’, las cuales se desarrollan en el lenguaje del rock'n'roll clásico, sobre todo la segunda, de sonido demasiado vulgar que se vuelve empachoso. Más agradable resulta la final ‘Sing For The Song’, cuyo título es muy adecuado por su estribillo ideal para cantar al unísono. Pero todas ellas quedan en una posición inferior a lo que podemos escuchar en el álbum final, que representa la culminación de lo que habían estado haciendo gracias a unas composiciones muy inspiradas donde abundan las grandes melodías y una madurez en el sonido propias de las grandes bandas.

ASS

Año de publicación: 1973

Puntuación:

1) Apple Of My Eye; 2) Get Away; 3) Icicles; 4) The Winner; 5) Blind Owl; 6) Constitution;

7) When I Say; 8) Cowboy; 9) I Can Love You; 10) Timeless;

[BONUS TRACK:] 11) Do You Mind.

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Conociendo que este fue el último álbum en la discográfica Apple, tanto la portada como el título sugieren un final poco amistoso. La producción nuevamente fue tumultuosa, pues esta vez fue Todd Rundgren quien se fue tras haber grabado dos canciones. Al grupo no se le ve especialmente motivado, quién sabe si por conocer su próxima salida de la empresa para la que grababan, así que las composiciones se resienten de la poca inspiración que asoma.

 

La ubicación de las canciones puede dar al principio una falsa impresión de que estamos ante otro buen disco de la banda. De todas formas, la balada rock ‘Apple Of My Eye’ no está mal, pero es justo el tipo de canción que esperamos de Badfinger y a estas alturas ya no llama la atención salvo por su letra dedicada a su salida de la discográfica, como disculpándose. Es la única composición de Pete Ham junto a la que cierra lo que era el LP original. Donde sí llegan a la excelencia de la balada pop-rock es en ‘Icicles’, de memorable parte vocal y un intermedio instrumental donde la guitarra nos vuelve a recordar a George Harrison. La atrayente introducción de ‘Get Away’ con un piano y una guitarra que se van alternando mientras suena el bajo pulsante, da luego paso a un rock más clásico de la manera en que lo hubiera hecho Paul McCartney (‘Smile Away’ viene a la mente, pero es sobre todo por el título similar). Sobra decir que es una composición de Molland, el más devoto de McCartney, como atestigua también otra canción suya, ‘The Winner’, en ese estilo pop muy pegadizo que el de Liverpool dominaba como nadie.

 

De ‘Blind Owl’ puede destacarse el juego de guitarras que nos deja un ameno riff, lo cual permite acabar una primera mitad del álbum bastante buena. Lamentablemente la segunda mitad es un verdadero despropósito salvo la final ‘Timeless’. Para encontrar algo de agresividad en este disco debemos esperar a la llegada de ‘Constitution’, pero es una composición floja y tan solo la necesidad de escuchar una aguerrida guitarra eléctrica es lo que permite aceptarla en primera instancia con buenos ojos. A continuación llega la olvidable ‘When I Say’ cuyo único mérito es poseer otro solo de guitarra de los más fieros del álbum, que con Badfinger tampoco es llegar a mucha fiereza. Si Molland es McCartney, aquí vemos que el baterista Gibbins desea colocarse al nivel de Ringo Starr y aporta aquí el lamentable country-pop de ‘Cowboy’, que suena tan infantiloide y vulgar como solo el bueno de Ringo podía conseguir cuando intentaba colar alguna composición suya entre las obras maestras de sus excompañeros.

 

Donde ponen toda la carne en el asador es en ‘Timeless’, pues no todos los días se encuentra un tema de Badfinger que supere los siete minutos de duración. Comienza como una delicada balada como pudiera ser ‘Without You’ y su sección central es la única aburrida hasta que se lanzan a los tres últimos minutos instrumentales donde pretenden sonar duros y progresivos al mismo tiempo, sin acabar de convencer del todo en ambas vertientes. Resulta pomposa y excesiva esa coda instrumental porque uno acaba pensando si los músicos se están mirando el ombligo mientras tocan, ya que no se aprecia melodía ni estructura salvo en la repetición del ritmo. La canción adicional que encontramos en esta reedición en CD, ‘Do You Mind’, es otra pieza de agradable pop escrita por Molland.

 

Todavía no hemos llegado aquí a la primera tragedia del grupo. Aunque este álbum suponía un traspiés inesperado, las circunstancias ajenas a Badfinger probablemente propiciaron una grabación más caótica de lo esperado que esta vez afectó al resultado final. La nueva discográfica por la que iban a fichar y comenzar a grabar en muy breve tiempo era nada menos que Warner Bros. Records, así que la motivación debía estar por las nubes para una banda que todavía no había alcanzado el éxito que se merecía, o quizá algo de éxito pero ellos no se enteraban porque sus cuentas corrientes seguían bastante mermadas. Y esto sí que iba a suponer un problema importante a corto plazo. Aparte, en el Reino Unido su publicación fue postergada y no saldría hasta un mes después del que sería su siguiente álbum. Otro despropósito más a sumar a esta banda ajena a la buena suerte.

BADFINGER

Año de publicación: 1974

Puntuación:

1) I Miss You; 2) Shine On; 3) Love Is Easy; 4) Song For A Lost Friend; 5) Why Don't We Talk; 6) Island; 7) Matted Spam; 8) Where Do We Go From Here?; 9) My Heart Goes Out;

10) Lonely You; 11) Give It Up; 12) Andy Norris.

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El cambio de empresa de Badfinger pronto les llevó a la desilusionante realidad, transversal a todo tipo de empresa y sectores: los que están en los puestos de arriba no están interesados en el producto o servicio, sino en que los beneficios aumenten. Apple era lo contrario (y eso fue uno de los motivos de su quiebra), pero la Warner era una discográfica donde predominaba el marketing sobre la música. Aun así, tienen los medios necesarios y al mismo productor de Ass, el experimentado Chris Thomas que estaba trabajando en los mejores álbumes de Roxy Music y además había participado en The Dark Side Of The Moon. Parecía que nada podía fallar para que Badfinger despegara por fin, pero no iba a ser así. Igual que en el álbum anterior, la originalidad a la hora de componer es un obstáculo importante e incluso el productor comete graves errores a la hora de decidir el sonido del grupo.

 

No da esa impresión en el comienzo. Con sus pianos, órganos y teclados en general como única instrumentación, la celestial ‘I Miss You’ deja la sensación de que podría haber dado paso a algo grandioso, pero al final queda como si fuera una introducción que no acaba nunca de dejar paso a la verdadera canción, sin que ello sea desmerecer su impecable trabajo vocal. El tipo de música que siempre esperamos como representativa de Badfinger es algo como el pop jovial y pegadizo de ‘Shine On’, una composición conjunta de Ham y Evans. Justo a continuación, Molland intenta hacer algo similar con ‘Love Is Easy’, pero se encuentra con un productor que juega por completo en su contra y ahoga su voz, además de excederse con el efecto de eco y fallar estrepitosamente con la adición de detalles instrumentales, pues lo único que consiguen es sulfurar. Por otro lado, con un poco más de elaboración en la parte vocal, que no acaba de convencer y menos en el estribillo, ‘Give It Up’ podría haber dejado una mejor sensación, también por aprovechar su segunda mitad dedicada a un electrizante apartado instrumental donde la densidad sonora recuerda a la de ‘I Want You’ de los Beatles pero añadiendo una frenética guitarra en primer plano y unos coros.

 

El comienzo de ‘Song For A Lost Friend’ nos hace acordarnos nuevamente del George Harrison de All Things Must Pass y sus cuidados ritmos de guitarra, pero el desarrollo posterior es en un lenguaje pop. En cambio, ‘Island’ es un rock ubicado entre el boogie y el hard, con una parte vocal pop como corresponde a estos chicos y una coda de exaltada guitarra. Cierran el disco con el rock también clásico de ‘Andy Norris’, pero le imprimen tanta fuerza y entusiasmo en su desarrollo que consiguen que sea un tema pegadizo que deja ganas de volverlo a escuchar. Esto se podría haber conseguido más veces, como ya se ha indicado con anterioridad, pero los errores se repiten y se puede achacar el pobre resultado de ‘Where Do We Go From Here?’ a una pésima producción que provoca que los efectos de eco, las voces y los instrumentos en general suenen a una mediocridad total, si bien la composición en sí no es precisamente un dechado de virtudes.

 

Encontramos cierta diversidad estilística en el álbum, aunque no falte algo de relleno como la agradable y olvidable balada ‘Lonely You’. Tomar la opción del funk no parece la mejor opción, como demuestra ‘Matted Spam’, cuyas trompetas de inicio no auguran nada bueno. Para tocar un estilo tan definido como el funk, se debe llevar muy profundizado en el interior o es fácil acabar sonando tan superficiales como les ocurre aquí a los Badfinger. Se dirigen al country en ‘Why Don't We Talk’, cuyo comienzo es original porque suena primero como si los estuviéramos escuchando desde la habitación contigua, mientras que la aportación de Gibbins, ‘My Heart Goes Out’, sorprende al tratarse de un folk acústico de guitarras y sin batería, todo muy agradable pero nada original.

 

En resumen, poco puede denostarse de este álbum salvo ‘Matted Spam’, pero tampoco consigue cautivar ni contiene ninguna canción que pueda adjuntarse a la bolsa de grandes éxitos del grupo. El cambio de discográfica no había supuesto ningún cambio positivo, pues disponer de más medios no asegura que se vaya a mejorar. Es fácil imaginar el impacto negativo que tuvo en el Reino Unido la publicación de Ass tan solo un mes después de este álbum, pues ambos son igual de flojos y quien comprara uno de ellos probablemente no tendría ganas de hacerse con el otro. En esta época podría pensarse con razón que el proyecto Badfinger estaba acabado (no emplearé el adjetivo ‘muerto’ por evitar el fácil humor negro), pero al final lo único que les faltaba era elevar la motivación y la confianza en sus capacidades, como demostrarían en menos de un año.

WISH YOU WERE HERE

Año de publicación: 1974

Puntuación:

1) Just A Chance; 2) You're So Fine; 3) Got To Get Out Of Here; 4) Know One Knows;

5) Dennis; 6) In The Meantime/Some Other Time; 7) Love Time; 8) Kind Of The Load (T);

9) Meanwhile Back At The Ranch/Should I Smoke.

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Con tantos problemas legales que habían interferido en sus álbumes anteriores, los Badfinger no tardaron ni medio año en volver al estudio de grabación para seguir desarrollando su consolidado estilo pop-rock. Estando en la Warner, era cuestión de aprovechar el tiempo al máximo y conseguir por fin el ansiado éxito que merecían. Desafortunadamente, una denuncia del manager del grupo provocó que este disco fuera retirado de las tiendas a los dos meses de estar a la venta, cercenando nuevamente las posibilidades de poder lograr alguna relevancia. Una verdadera lástima, porque aquí por fin escuchamos a los Badfinger en buena forma y de nuevo con frescura a la hora de desarrollar melodías pop con gancho.

 

Un sonido más modernizado de potente sección rítmica como comienzo de álbum mediante ‘Just A Chance’ nos muestra a un grupo con ganas de destacar en la escena musical. Lo que siempre esperamos encontrar en Badfinger son piezas pop pegadizas y de potente sección rítmica como ‘Dennis’, con suficiente variación melódica en la parte vocal para que no decaiga el interés, incluyendo una placentera coda. Lo curioso es que durante el tema se escuchan algunos acordes que recuerdan a ‘I Want You’ de The Beatles. Pero Badfinger están en plena forma e incluso un entretenido tema de aires country como ‘You're So Fine’, aparentemente inofensivo, toma fuerza conforme avanza hasta llegar a un sensacional estribillo en el que demuestran su maestría del lenguaje pop.

 

Como una balada acústica transcurre ‘Got To Get Out Of Here’, aunque en la parte vocal notamos pronto que algo raro debe haber porque la voz, primero con eco y luego doblada de Molland, suena de todo menos dulce, en conformidad con su letra depresiva y creando un curioso contraste con el acompañamiento musical, en el cual cabe destacar también el prominente órgano al estilo Bach. De haberla cantado Pete Ham, cuyo suicidio llegaría un año después, esta canción hubiera cobrado una significación muy especial. No menos idónea sería la introducción orquestal inquietante de ‘In The Meantime/Some Other Time’, que parecería más apropiada para una banda sonora de Bernard Herrmann. Pero luego da paso a otra sensacional joya del power-pop, también de tono algo inquietante, que incluye además un sobresaliente solo de guitarra.

 

En cambio, ‘Love Time’ es un pop tranquilo de base acústica, aunque no falte un solo de guitarra eléctrica. No podía faltar en el disco contenido de relleno, como ese sucedáneo de canción para toda la familia de McCartney que parece ‘Know One Knows’. Aparte, queda un poco cutre la voz en japonés que aparece hacia la mitad. ‘Kind Of The Load (T)’ también suena más convencional y lo único reconocible que posee es la melodía inicial de teclado que luego seguirá apareciendo. Finalizan el disco con buen nivel mediante una canción que puede tomarse como la quintaesencia del sonido del grupo, ‘Meanwhile Back At The Ranch/Should I Smoke’, pues se trata de una consistente balada de medio tempo con una prominente sección rítmica y unas electrizantes guitarras.

 

Acaba así un recomendable álbum que volvió a caer en desgracia por circunstancias ajenas al grupo. Pete Ham estaba tan harto de la situación que abandonó momentáneamente Badfinger tras este álbum, aunque hubo de volver ante la presión de la discográfica, pues no aceptaba la continuación de Badfinger sin él. Quien sí se iría después de la gira de presentación de Wish You Were Here fue Molland, de tal manera que un nuevo miembro entraría para suplirle y grabarían el álbum Head First, que ni siquiera llegó a ser publicado por los ya recurrentes motivos legales. Tan deprimente debió ser la situación, agravada por la falta de liquidez a la que llegaron los miembros del grupo debido a un manager de dudosa ética, que Pete Ham se quitó la vida y ya no se volvería a grabar nada bajo el nombre de Badfinger hasta el final de la década. Pero, como decíamos, tan desapercibido debió pasar en su momento este Wish You Were Here, que un famoso grupo de Cambridge le pondría el mismo título a su álbum de 1975.

AIRWAVES

Año de publicación: 1979

Puntuación:

1) Airwaves; 2) Look Out California; 3) Lost Inside Your Love;

4) Love Is Gonna Come At Last; 5) Sympathy; 6) The Winner; 7) The Dreamer;

8) Come Down Hard; 9) Sail Away;

[BONUS TRACKS:] 10) One More Time; 11) Send Me Your Love; 12) Steal My Heart;

13) Love Can't Hide; 14) Can You Feel The Rain.

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Originalmente esto no iba a ser un álbum de Badfinger. El suicidio de Pete Ham había provocado la disolución del grupo unos años antes y cada miembro siguió su camino. En el caso de Joey Molland, se acabó juntando con un guitarrista llamado Joe Tansin y un baterista, con la intención de grabar un álbum. La necesidad de disponer de un bajista con garantías les llevó a contactar con Evans y este encadenamiento de sucesos llevó a resucitar de nuevo el nombre de Badfinger para esta nueva formación, aunque Gibbins ya no participara. Como Tansin era también compositor en un estilo de pop-rock similar al de sus compañeros, parecía razonable que retomaran el nombre de Badfinger y que el nuevo álbum sirviera de enlace con su trayectoria previa. Aparte, aquí cuentan con la inestimable participación del gran Nicky Hopkins en los pianos y órganos, todo un lujo que queda un tanto desaprovechado.

 

Lamentablemente, lo que comprobamos en este retorno es en general un deslizamiento hacia una música pop-rock agradable pero convencional y muy despersonalizada, aunque con algunos momentos de lucidez creativa que lo salvan de ser un mal disco. Una bonita introducción de piano invita a escuchar ‘The Dreamer’ con interés, aunque luego no es más que un agradable pop con arreglos de cuerda y una guitarra eléctrica que deja algún destello destacado. Y eso ya lo llevaba haciendo la Electric Light Orchestra desde hacía años y con más originalidad, no era necesario un retorno de Badfinger para eso. Siguiendo con las innecesarias imitaciones, ‘Come Down Hard’ es un rock al estilo McCartney que no ofrece nada destacable salvo el siempre acertado trabajo de la guitarra. Afortunadamente, lo que encontramos de relleno está al menos ejecutado con gusto y profesionalidad, pues la experiencia siempre es un grado y eso permite que salgan indemnes con canciones discretas como ‘Love Is Gonna Come At Last’ o ‘The Winner’.

 

Los Badfinger también sucumbieron a la moda de la música disco, pero lo hicieron bien como los Rolling Stones, es decir, adoptaron el estilo sin que afectara a su esencia melódica. Así, ‘Sympathy’ queda como una pieza pegadiza y entretenida donde no falta un aguerrido solo de guitarra que sería impensable en un estilo más puramente disco. Queda un poco rara la coda, pues el ritmo transmite jovialidad pero la guitarra no. El comienzo de piano y coros de ‘Lost Inside Your Love’ no podría sonar más a McCartney (cuántas veces habré ya escrito su nombre aquí). Suena a agradable pop de primer nivel, que ya es suficiente a estas alturas. No hemos dicho que el comienzo del álbum es como una pequeña broma, pues empezamos a escuchar una sencilla canción de blues acústico que súbitamente se ve interrumpida por una pieza de dinámico pop (‘Look Out California’) y prominente ritmo, es decir, buscan el mayor contraste posible.

 

El LP original finalizaba con una emotiva balada liderada por el piano de Hopkins, ‘Sail Away’, donde la parte vocal suena convincente en un terreno peligroso en el que fácilmente se puede caer en lo lacrimógeno. En cuanto a los bonus tracks, conformado por descartes, resulta curioso que sean todo composiciones del nuevo y efímero miembro, Joe Tansin, donde tan solo ‘Love Can't Hide’ cuenta con Molland como coautor. ‘One More Time’ es una agradable balada acústica al estilo McCartney, pero el resto son vulgares piezas de pop comercial que podrían hacer cientos de bandas sin talento. Más vulgar si cabe resulta ‘Steal My Heart’ con los sintetizadores en primer plano. En definitiva, bien podrían haberse ahorrado la inclusión de estas flojas canciones adicionales que empeoran la impresión que deja este retorno que no va más allá de las convencionalidades del pop, pero un pop ya retro para unos años en los que la originalidad asomaba sobre todo a través de la llamada new wave. Como curiosidad final, Tansin no aparece en la imagen de la portada porque abandonó el grupo antes de realizarse esas sesiones fotográficas, según lo que relata él mismo en el libreto del CD.

SAY NO MORE

Año de publicación: 1981

Puntuación:

1) I Got You; 2) Come On; 3) Hold On; 4) Because I Love You; 5) Rock'n'Roll Contract;

6) Passin' Time; 7) Three Time Loser; 8) Too Hung Up On You; 9) Crocadillo; 10) No More.

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Llegamos aquí al último álbum grabado por Badfinger, aunque muchos años después saldrá publicado ese álbum archivado previamente y titulado Head First. Para la gira realizada tras la publicación de Airwaves contaron nada menos que con la participación de Tony Kaye, el primer teclista que tuvieron Yes, y la experiencia fue tan placentera para Evans y Molland que decidieron contar con él para grabar un nuevo álbum. Es curioso que en el libreto del CD se nombre a un segundo guitarrista (Glenn Sherba) en el texto de presentación pero luego no aparezca cuando se nombra a los miembros del grupo en ese momento. En cualquier caso, la música del grupo se vuelve predecible e igual que si se hubieran recluido en una burbuja desde 1974 (o incluso antes).

 

De hecho, comenzar mediante el rockabilly de ‘I Got You’ les cataloga en 1981 como irrelevante banda revival cuando en realidad ese no sería su propósito. De esta manera, volvemos a escuchar música al estilo de lo que habían hecho en la década previa, como por ejemplo el rock clásico al estilo McCartney de los setenta de ‘Come On’. Más atrás en el tiempo incluso se dirige ‘Because I Love You’, pues podría pasar por un outtake de With The Beatles y acaba tomando brío en el estribillo. Si nos fijamos en los créditos, en ‘Hold On’ vemos como coautor a Joe Tansin (el otro es Evans), el guitarrista de breve recorrido que tuvieron en Airwaves. Es una pieza más pop y que busca el gancho melódico fácil, pero que acaba sonando convencional en su comercialidad. De Evans encontramos otra canción de tono similar: ‘Too Hung Up On You’, también olvidable.

 

Afortunadamente y aunque sea de manera muy puntual todavía mantienen ese instinto para captar la atención desde el comienzo de una canción. Eso lo consiguen en ‘Rock'n'Roll Contract’ de Evans, nuevamente muy devota del sonido Beatle y con un extenso solo de guitarra que demuestra que, por mucho que pase el tiempo, algo queda siempre del talento original, solo falta encontrarlo. Lo más destacado de ‘Passin' Time’ es el fiero solo de guitarra que se marca Molland, pues por lo demás pasaría totalmente desapercibida. Y es que Badfinger tampoco estaban para mucho más que crear agradable relleno al estilo de ‘Three Time Loser’ o ‘No More’. Su tiempo ya había pasado. Por el contrario, la amigable introducción de piano de ‘Crocadillo’ da paso rápidamente a otro rock de corte clásico que se vuelve demasiado empachoso y queda como lo más flojo del disco.

 

En resumen, se trata de un álbum absolutamente superfluo que no ofende pero de ninguna manera entusiasma. Es un ejemplo claro de música vulgar que al menos está realizada con buena intención y con cierto gusto; eso salva el álbum de caer todavía más bajo. En todo caso, después de esto llegará el suicidio de Evans en 1983 y el final obligado de Badfinger. Musicalmente ya no tenían nada más que aportar, pero es una verdadera lástima que acabara todo así y por culpa de la codicia de unos managers que buscaron el enriquecimiento a costa del esfuerzo y la confianza de una banda que mereció mejor suerte. En definitiva, fueron víctimas de este mundo abyecto donde, quien ama el dinero por encima de todo, busca siempre aprovecharse de la buena voluntad de la gente.

DAY AFTER DAY

Año de publicación: 1990

Puntuación:

1) Sometimes; 2) I Don't Mind; 3) Blind Owl; 4) Give It Up; 5) Constitution; 6) Baby Blue;

7) Name Of The Game; 8) Day After Day; 9) Timeless; 10) I Can't Take It.

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Comenzaba el rescate de los archivos sonoros de Badfinger mediante esta grabación de un concierto de 1974 que Joey Molland se encargó aquí de pulir y manipular mediante la agregación de nuevas partes para solventar las deficiencias técnicas y prácticas de la grabación original. Estamos en la época del cambio de discográfica del grupo, una época de ilusión que se desvanecería muy pronto y en directo no percibimos tampoco ningún entusiasmo especial. Vemos que en el repertorio incluyen en general las canciones más rockeras, pues para 1974 ya querían cambiar su imagen más pop, alargando para ello los fieros solos de guitarra de tal manera que la duración esperada de tres minutos para una canción estándar de power-pop no se cumple en muchos casos. Hasta ‘Baby Blue’ suena estridente con las guitarras todavía en tono guerrero y eso le hace perder algo de la magia original.

 

Pero debemos desengañarnos pronto cuando vemos que el repertorio recoge hasta tres temas de Ass y uno de Badfinger, mientras que no escucharemos la mayoría de las mejores composiciones que habían creado en sus primeros años de existencia. Desgraciadamente, Badfinger no eran un prodigio en directo y no consiguen engrandecer, como mucho igualar, el nivel de las canciones en el equivalente de estudio. Y tratándose del repertorio seleccionado, más bien pesadumbre es lo que se percibe ante unas insustanciales interpretaciones que quizá expliquen el fracaso comercial que siempre tuvieron. Es decir, si sus actuaciones en directo eran tan mediocres como las aquí incluidas, ciertamente se entiende la indiferencia con que el público acogía cada nuevo álbum del grupo. Por ejemplo, el solo de guitarra de Ham en ‘Blind Owl’ nos muestra a un músico que parece estar tocando duro por el gusto de hacerlo, no porque esté expresando ninguna emoción.

 

En general escuchamos mucha guitarra eléctrica pero pocas composiciones destacables en las que puedan lucirse. De hecho, temas como ‘Constitution’ quedarían en casi nada si no fuera por la parte de guitarra. Aunque si nos fijamos en ‘Day After Day’ también se echa de menos la guitarra slide que tocaba George Harrison en ella, quedando así una interpretación discreta. Uno de los pocos temas donde transmiten fuerza y no fallan con los juegos de voces es ‘Give It Up’, quizá porque es la composición que entonces era más reciente y por ello suena fresca y consistente. Y cuando se olvidan de tanta estridencia y se centran en un gran tema épico como ‘Name Of The Game’ les queda entre lo mejor del álbum. Para finalizar hacen un guiño a sus primeros pasos como banda al interpretar el rock'n'roll clásico de ‘I Can't Take It’, perteneciente a No Dice. Queda como un final irrelevante al mismo nivel de la irrelevancia de este álbum que nos deja claro por qué la grabación quedó archivada en su momento. La manipulación del sonido en el estudio para mejorar la calidad no esconde la mala decisión que tuvieron en su momento de querer sonar más duros de lo que eran, un lastre muy pesado del que no pueden deshacerse.

2021

BBC IN CONCERT 1972-3

Año de publicación: 1997

Puntuación:

1) Better Days; 2) Only You Know And I Know; 3) We're For The Dark;

4) Sweet Tuesday Morning; 5) Feelin' Al­right; 6) Take It All; 7) Suitcase;

8) Love Is Easy; 9) Blind Owl; 10) Constitution; 11) Icicles; 12) Matted Spam;

13) Suitcase; 14) I Can't Take It; 15) Come And Get It.

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2021

De los siempre valiosos archivos de la BBC encontramos este disco que recoge dos conciertos diferentes de Badfinger, ambos en el mismo escenario y con un repertorio de siete canciones, pues ‘Come And Get It’ viene de una actuación de 1970. Las fechas de los conciertos son el 8 de junio de 1972 y el 10 de agosto de 1973, pero afortunadamente eso no significa que se solape el contenido de cada uno de ellos, ya que tan solo ‘Suitcase’ se repite. Lo más curioso es que no se incluya ninguno de los éxitos del grupo hasta ese momento, siendo la radio un medio esencial para la promoción y encontrando a cambio versiones de temas ajenos que ni siquiera habían formado parte de los álbumes de estudio. Igual que habíamos visto en Day After Day, se centran mucho en tocar sus canciones más rockeras y agresivas, como si en directo hubieran querido siempre hacerse un lavado de imagen y parecer más duros de lo que aparentaban. Así, el liderazgo absoluto recae en las guitarras de Ham y Molland, quienes se arrogan una responsabilidad mayor de la que deberían haber aceptado.

 

Lo peor de todo es que, para ser unas grabaciones de la BBC, en muchos momentos no encontramos ese sonido pulcro y perfectamente grabado. Por ejemplo, la calidad de sonido de ‘Sweet Tuesday Morning’ no es muy buena y en ‘Matted Spam’ el ritmo (incluida la guitarra) suena horroroso Aunque esto último puede que no tenga una culpa de índole tecnológica, pues los Badfinger no están en su mejor versión, lo cual parece un delito al tratarse de dos conciertos diferentes. La sensación que deja de entrada ‘Better Days’ es la de un grupo amateur intentando hacer un rock clásico para pasar el rato. Resulta curioso que, cuando se lanzan a tocar algo acústico como ‘We're For The Dark’, es cuando mejores sensaciones transmiten.

 

Se muestran como admiradores de Dave Mason y tocan dos canciones suyas, una de sus inicios en Traffic. Esta es una extensa interpretación de ‘Feelin' Al­right’ que alcanza los nueve minutos para que los músicos se explayen, sobre todo el dúo de guitarras de Ham y Molland. La otra canción de Mason pertenece a su carrera en solitario, ‘Only You Know And I Know’, elegidas ambas probablemente para poder tocar unas piezas más rockeras de lo habitual en ellos, aunque los Badfinger ya se encargan también de que, por ejemplo, ‘Suitcase’ suene más agresiva en directo. Sin embargo, en esta última se exceden demasiado dedicando más de cinco minutos a una improvisación instrumental que no va a ningún sitio y se vuelve repetitiva al poco de comenzar.

 

En resumen, este álbum en directo, igual que el anterior, nos hace perder la esperanza con este grupo. La habilidad y técnica que desplegaban en el estudio no la podían replicar en el escenario, ni tampoco parece que quieran intentarlo, si nos atenemos al repertorio elegido. Tampoco está claro hasta qué punto es necesario un álbum en directo de Badfinger donde no tocan sus mejores temas ni desarrollan sus mejores virtudes, pues vulgarizarse en dirección a un sonido más duro es lo que peores resultados les ha proporcionado.

HEAD FIRST

Año de publicación: 2000

Puntuación:

CD I: 1) Lay Me Down; 2) Hey, Mr. Manager; 3) Keep Believing; 4) Passed Fast;

5) Rock'n'Roll Contract; 6) Saville Row; 7) Moonshine; 8) Back Again; 9) Turn Around;

10) Rockin' Machine.

CD II: 1) Time Is Mine; 2) Smokin' Gun; 3) Old Fashioned Notions; 4) Nothing To Show;

5) You Ask Yourself Why; 6) Keep Your Country Tidy; 7) To Say Goodbye;

8) Queen Of Darkness; 9) I Can't Believe In; 10) Thanks To You All; 11) Lay Me Down.

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Habiendo publicado ya dos álbumes en 1974, en el mes de diciembre de ese mismo año volvieron a juntarse Badfinger en el estudio para grabar durante dos semanas este nuevo álbum que finalmente quedó archivado. Y fue contra la voluntad de unos músicos perplejos ante un entramado contractual y jurídico que acabó pasando factura a la salud mental y luego a la vida de Ham y, años después, de Evans. Así pues, ya en el año 2000 se acabó publicando este álbum que mantenía la dirección positiva mostrada en Wish You Were Here, toda una proeza porque apenas tuvieron tiempo para preparar nuevas composiciones y luego tan solo dos semanas para dejar el disco preparado. Molland había salido del grupo y en su lugar entró Bob Jackson, quien se encargaría de la segunda guitarra y el teclado, aparte de participar en la composición de varias canciones. Este álbum incluye dos discos porque el segundo está dedicado a unas demos registradas antes y después de la grabación de Head First por los miembros participantes.

 

Las primeras canciones hacen presagiar lo peor, pues no es hasta que llegamos a ‘Passed Fast’ que descubrimos que a finales de 1974 Badfinger todavía tenían cosas interesantes que decir. Todo el poderío que transmiten con el épico entramado instrumental, en cierta manera influenciado por ‘While My Guitar Gently Weeps’ de The Beatles, y la parte vocal donde se palpa la emoción, conforman en conjunto uno de los grandes temas perdidos del grupo. Al estilo de los últimos Beatles, en un rock de medio tempo sosegado donde la parte vocal va evolucionando melódicamente hasta un estribillo de voces dobladas, se desarrolla ‘Moonshine’, con una florida guitarra cuyo timbre recuerda a ese cuasi-final de Abbey Road mediante la guitarra de ‘The End’. En clave de folk acústico ejecutan ‘Back Again’, añadiendo sintetizadores para darle un toque diferente y separar las estrofas, aunque es un tema discreto en cualquier caso. Jackson aporta una composición propia, es decir, compuesta en solitario, la incisiva ‘Turn Around’ donde las guitarras deslumbran por su poderío y por ello podemos disfrutar igualmente de un espectacular solo.

 

Vuelven a resucitar el espíritu del Paul McCartney de los setenta en ‘Lay Me Down’ (del cual encontramos una demo en el segundo disco), mientras que en ‘Hey, Mr. Manager’ se acercan a The Kinks, pues incluso la voz recuerda a Dave Davies y su letra directa y acusadora bien podría haber salido de la pluma del hermano Ray. A continuación, el comienzo de ‘Keep Believing’ es de los que quitan las ganas de continuar, aunque su desarrollo resulta más agradable dentro de un estilo pop convencional pero de exquisita ejecución que denotaba que Badfinger no eran un grupo del montón. Ya conocíamos ‘Rock'n'Roll Contract’ porque la volvieron a grabar para las sesiones de Say No More, pero aquí comprobamos que originalmente tenía un ritmo ligeramente más lento y se dirigen al sonido beat general de mediados de los sesenta, voces corales incluidas, destacando la vistosa guitarra que nos va dejando afilados punteos y algún notable solo. También cabe destacar la letra cruda que reflejaba la desesperación y pesar de Evans con el mundo empresarial de la música, sintiéndose un esclavo de lo que un manager interesado les había hecho firmar. Precisamente Evans es también el autor de la citada Hey, Mr. Manager’.

 

Treinta segundos dura ‘Saville Row’ y su título cuadra con lo que escuchamos, una música que podría estar destinada a una serie de sobremesa con ese nombre. Para finalizar lo que hubiera sido el LP original, se puede decir que se van al delta del Mississippi para tocar la breve ‘Rockin' Machine’ con el sonido genuino de cuello de botella. Sirve también de transición para el segundo disco de demos, donde la calidad de sonido es muy justita y las demos en general quedan como una curiosidad sin relevancia y sin apenas nada reseñable. La única que podría destacarse es ‘Keep Your Country Tidy’ por colocar una bella melodía vocal en primer plano, aunque la calidad de sonido sea de las peores en estas demos. Pero podemos obviar perfectamente este segundo disco y quedarnos con la mitad de su contenido, unos temas que mostraban a un grupo consistente y competente al que todavía le quedaba recorrido si no hubieran tenido tanta mala suerte.

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