CLÁSICOS DEL ROCK 2
2020
THE AUTEURS
NEW WAVE
2020
Año de publicación: 1993
Puntuación:
1) Showgirl; 2) Bailed Out; 3) American Guitars; 4) Junk Shop Clothes;
5) Don't Trust The Stars; 6) Starstruck; 7) How Could I Be Wrong; 8) Housebreaker;
9) Valet Parking; 10) Idiot Brother; 11) Early Years; 12) Home Again.
Hablar de The Auteurs es hablar de Luke Haines: compositor, vocalista, guitarrista, teclista y productor del grupo. Ah, y también el líder, por si alguien tenía alguna duda. Como su novia de entonces tocaba el bajo, decidió montar un grupo en vez de grabar bajo su propio nombre. Por tanto, The Auteurs durarán tanto como Alice Readman de bajista. Así pues, Luke se hizo con los servicios de un baterista y un violoncelista para completar los músicos que necesitaba y así darle vida a sus composiciones, bien frescas y meditadas para sorprender por su perfección tan temprana.
El dominio del lenguaje pop que demuestran en las paradas rítmicas de ‘Showgirl’ ya es indicativo de que nos encontramos ante una propuesta bien seria, como también lo es esa pregunta final de “Don't you recognize us?” implicando al oyente. Jugadas magistrales de un gran compositor como Luke Haines, quien demuestra que no es cosa de un momento de inspiración, sino que transmite la misma idea de implicación y elaboración en piezas no tan brillantes pero destacadas como ‘Valet Parking’. También nos sabe enganchar con sensacionales ritmos acústicos como el de ‘Bailed Out’.
Tanta delicadeza no significa que haya miedo a utilizar guitarras eléctricas bien afiladas como en ‘American Guitars’, ya que de ninguna manera se pierden por ello los memorables estribillos, en esta caso apoyado también en una irresistible melodía de guitarra. Nada que ver con la canción de los Kinks, ‘Starstruck’ es otra lograda composición donde se engarzan unas bellas melodías en las estrofas con un cálido estribillo. Lo más curioso de la emocionante ‘Early Years’ es que comienza al estilo de unos The Smiths para luego descubrirse en un estilo más próximo a los Pixies, sobre todo por esa electrizante guitarra que actúa de estribillo instrumental.
Algunas canciones son más convencionales, como ‘Housebreaker’, la larga ‘Idiot Brother’ o la relajada ‘Junk Shop Clothes’, en la cual solo puede destacarse la mención al malogrado cómico de los setenta Lenny Bruce, del cual por cierto se recomienda el biopic de Bob Fosse de 1974, Lenny, donde Dustin Hoffman encarnaba al provocador humorista. En cualquier caso, lo único flojo que encontraremos en este álbum es ‘Don't Trust The Stars’, que comparado con la música pop-rock que radian las emisoras de moda no estaría tan mal, pero no podemos caer en el error de comparar con la vulgaridad. ‘Home Again’ parece que va a ser un final relajado y poco vistoso para este estupendo debut. Y en realidad lo es, porque lo que encontramos por sorpresa es un tema oculto una vez ha acabado ‘Home Again’. Su título es ‘Subculture (They Can't Find Him)’ y es un ágil pop de pegadizo ritmo (que al principio parece una versión rápida de la introducción de ‘All Along The Watchtower’ de Bob Dylan) y estribillo, acorde a lo que hemos estado escuchando a lo largo del álbum.
Comenzaba así la andadura musical de Haines, mediante una espectacular obra de exquisito pop-rock de impecable producción. No hay nada que objetarle salvo que ya no podrá igualar este nivel durante la corta carrera de The Auteurs. Solo queda disfrutar sin más de una música emotiva y muy agradable, unas canciones de las que un@ acaba enganchándose durante mucho tiempo.
NOW I'M A COWBOY
Año de publicación: 1994
Puntuación:
1) Lenny Valentino; 2) Brainchild; 3) I'm A Rich Man's Toy; 4) New French Girlfriend;
5) The Upper Classes; 6) Chinese Bakery; 7) A Sister Like You; 8) Underground Movies;
9) Life Classes/Life Model; 10) Modern History; 11) Daughter Of A Child.
Tras la experiencia positiva del debut, llegaba la continuación que demostraba que The Auteurs no eran flor de un día ni el producto de la eventual inspiración inicial de Luke Haines. Encontramos aquí la canción más conocida de The Auteurs y puede que también, aunque sea injusto, la ÚNICA conocida: ‘Lenny Valentino’. Puede dar la impresión de que han cambiado de tercio en este álbum por las duras guitarras que se colocan en primer plano en esta canción hasta que entra la atractiva parte vocal que desemboca en un sencillo pero irresistible estribillo. Igualmente, la guitarra distorsionada que aparece en la última entrada de la estrofa principal es pura gloria rockera.
Justo a continuación no podía llegar nada más diferente que ‘Brainchild’, una relajada balada con cierto toque country. Pero lo que esperamos encontrar en un disco de The Auteurs es pop pegadizo, un estilo muy recurrente y que reaparece repetidamente como por ejemplo en ‘Chinese Bakery’ o ‘Life Classes/Life Model’. Aun así, Haines no es ajeno a la música que le envuelve y a las modas del momento (como tampoco a las décadas pasadas), por lo que absorbe esas influencias y eso se deja notar aunque a veces cueste asimilarlo. Por ejemplo, después de escuchar las misteriosas estrofas de ‘I'm A Rich Man's Toy’, desconcierta un poco su potente estribillo con la guitarra tan tosca y distorsionada, claramente influida por el grunge. ‘A Sister Like You’ nos recuerda la solemnidad del Bob Dylan de ‘One More Cup Of Coffee’, sobre todo porque añaden también una cuidada parte de violín que dota a la canción de un carácter especial. Y hablando de Dylan y de semejanzas, ¿no recuerda el comienzo de la acústica ‘Underground Movies’ un poco a ‘All Along The Watchtower’? Y ya es la segunda vez que un tema de The Auteurs nos recuerda a esta canción. Por suerte, está suficientemente trabajada como para llamarla imitación y su estribillo es verdadera gloria melódica.
El Haines más intimista aparece en ‘The Upper Classes’, poseedora de una delicada parte de guitarra que vuelve a quedar algo frustrada por las súbitas distorsiones que le inyectan. La duración resulta excesiva también, ya que en la mitad de sus más de seis minutos se ha dicho todo, pero Luke necesitaba espacio para desgranar su letra sobre esa persona que se vuelve millonaria y reniega de su pasado, esa peculiar forma de autoengaño en la cual una persona entra en una clase de mundo que no conocía y prefiere mimetizarse en el nuevo entorno menospreciando todo lo que provenga del nivel antiguo, inferido este como inferior. El momento aburrido del álbum llega mediante ‘Modern History’, que ni siquiera en la letra pretende hacer honor al título, pues para hablar/cantar sobre historia ya está Al Stewart y lo hace fenomenal. Por otro lado, ‘New French Girlfriend’ recuerda bastante a ‘Show Girl’, demasiado quizá, y no solo por las paradas rítmicas.
Haines elige finalizar el disco con una agradable y tranquila canción titulada ‘Daughter Of A Child’, cuyo punto fuerte es la acertada instrumentación que transmite toda la emoción que le falta en este caso al vocalista. Tampoco se le puede reprochar mucho a un músico que lo hace casi todo, hasta labores de producción, y que había conseguido grabar dos álbumes tan seguidos y con un nivel cualitativo tan bueno. Lástima que la etapa con The Auteurs fuera tan corta y en sentido descendente.
AFTER MURDER PARK
Año de publicación: 1996
Puntuación:
1) Light Aircraft On Fire; 2) Child Brides; 3) Land Lovers; 4) New Brat In Town;
5) Everything You Say Will Destroy You; 6) Unsolved Child Murder;
7) Married To A Lazy Lover; 8) Budhha; 9) Tombstone; 10) Fear Of Flying;
11) Dead Sea Navigators; 12) After Murder Park.
Para su tercera entrega, The Auteurs se dejan caer en los brazos del productor Steve Albini para ver si así caen al mismo tiempo en los brazos del éxito de ventas. El problema es que, para que un productor consiga algo importante con la música, es necesario que las composiciones sean también lo suficientemente originales. De otra manera, lo único que puedes conseguir es ser otro grupo del montón pero con una buena producción.
Como si fuera una pequeña broma, una guitarra acústica desgranando una melodía pop es lo primero que escuchamos en ‘Light Aircraft On Fire’, para inmediatamente pasar a las guitarras eléctricas distorsionadas que suponen en este caso un sorprendente acompañamiento a la voz susurrante de Luke. La introducción de ‘Land Lovers’ es también engañosa porque esa tierna melodía interpretada con violines nos hace pensar en la música tradicional de los Balcanes, pero luego se marca un acentuado contraste con la entrada de las guitarras eléctricas bien estridentes, incluido un afilado solo de guitarra más propio de la música heavy.
Cuando el grunge parece tomar ventaja en una composición, lo que queda es la vulgaridad de ‘Budhha’ o de ‘New Brat In Town’, en la cual Luke acaba cantando un poco desgañitado, como si quisiera emular la rabia de Kurt Cobain pero de forma impostada. Enfadarse es algo que no le salía. Más relleno de lo que podríamos denominar como grunge-pop lo encontramos en ‘Everything You Say Will Destroy You’. Por otro lado, se podrían haber tomado algunas decisiones mejores a la hora de mejorar el contenido de este disco. Por ejemplo, se podría haber recortado sin problema la duración de la balada acústica ‘Child Brides’ a casi la mitad y no se notaría; y por no hacerlo pierde fuelle. La balada acertada sería ‘Fear Of Flying’, sobre todo porque se sustenta en una impecable instrumentación, si bien al mismo tiempo nos deja la sensación de que ya hemos escuchado antes este tipo de balada pomposa.
El tipo de composición pop más clásico de The Auteurs lo encontramos aquí en ‘Tombstone’ o en ‘Unsolved Child Murder’, cuyos arreglos de cuerda eventuales le aportan unos aires muy agradecidos a los Beatles. La canción que da título al álbum es también una agradable pieza de pop que sirve para dejar una buena sensación final. Y si nos fijamos en los aires épicos y con algo de orquesta de ‘Dead Sea Navigators’, junto a una voz más rasposa de lo habitual de Haines, lo que parece que estemos escuchando es a The Waterboys. Mejor incluso resulta esa cierta épica que asoma en el lamento de ‘Married To A Lazy Lover’, canción que en buena medida recoge todas las virtudes de la banda bajo unas expresivas melodías vocales. Ojalá hubieran incidido en composiciones como esta última aunque la inspiración tampoco se pueda forzar; o aparece o no se la puede esperar. Por tanto, seguía así la senda descendente de The Auteurs, un camino que llevaría irrevocablemente a la disolución de la banda para que Haines se dirigiera hacia otros proyectos musicales. Sin embargo, pronto volvería a resucitar el nombre del grupo para un último y fallido canto de cisne.
HOW I LEARNED TO LOVE THE BOOTBOYS
Año de publicación: 1999
Puntuación:
1) The Rubettes; 2) 1967; 3) How I Learned To Love The Bootboys;
4) Your Gang, Our Gang; 5) Some Changes; 6) School;
7) Johnny And The Hurricanes; 8) The South Will Rise Again; 9) Asti Spumante;
10) Sick Of Hari Krisna; 11) Lights Out; 12) Future Generation.
Como ya se ha dicho, Luke Haines decidió tras After Murder Park que The Auteurs era un proyecto ya amortizado, de tal manera que se lanzó a otros diferentes, uno bajo el atrevido nombre de Baader Meinhof, en cuyo disco homónimo contaba la historia de estos dos terroristas de ideas lamentablemente extremistas, cuando al menos la segunda poseía suficiente cultura e inteligencia para haber extendido sus ideas sin violencia. El otro proyecto fue musicalmente más interesante, pues bajo el nombre de Black Box Recorder se juntó con los músicos John Moore y Sarah Nixey. No obstante, retomó la idea de resucitar una última vez el nombre de The Auteurs, aunque por desgracia no fue para mejorar lo que ya conocíamos, sino para alargar un poco más la agonía de la muerte creativa del grupo.
En principio, lo que esperamos es escuchar algo similar a lo que había sido el álbum precedente, si acaso con algún toque especial de originalidad. Para empezar, el título ‘The Rubettes’ no engaña porque nos hace pensar en esos grupos femeninos de la Motown de principios de los años sesenta y eso mismo recoge la canción, sobre todo en el estribillo, una modernización de esas canciones pegadizas de soul que aquí, sin embargo, no resulta tan pegadiza. Y lo más gracioso es que The Rubettes fue un conjunto real, pero de hombres británicos y de la década de los setenta. Justo a continuación llega ‘1967’, que por desgracia no es un tema psicodélico, sino que vuelve a incidir más en ese sonido pop pasado por el matiz de Motown. La que sí suena psicodélica es la canción que da título al álbum, tanto por la voz entre distorsionada y susurrante, como por los efectos de sonido variados que añaden, aunque el estribillo parece más destinado a las pistas de baile que a un viaje astral. Haines va más allá en ‘Johnny And The Hurricanes’ y juega con las disonancias y los sonidos tétricos, algo también inesperado si esperamos, por su título, que se rememore la música de ese grupo instrumental norteamericano de principios de los sesenta. Ni siquiera puede tomarse como nostalgia al estilo de The Kinks, otro grupo que citó a la misma banda en alguna de sus canciones. El tono lúgubre nos acompaña también en la experimental ‘Asti Spumante’, pero sin alcanzar nada destacable.
Queda graciosa la broma de ‘Sick Of Hari Krisna’ al repetir tanto la palabra “Krisna”. Es lo que podría haber compuesto John Lennon (al estilo de ‘I'm So Tired’) de haberse cansado del espiritualismo oriental, aunque George Harrison seguro que no se lo hubiera perdonado. Por otro lado, ‘School’ no es la versión de la estupenda canción de Supertramp pero tiene suficientes cambios de ritmo para alejarla del convencionalismo pop al que The Auteurs se veía abocado a caer. Detalles que muestran la decadencia de The Auteurs como grupo son las guitarras sintéticas que acompañan ‘Your Gang, Our Gang’, que unido a otro nuevo intento de Luke de parecer enfadado, cuando ya demostró en el pasado que le resultaba imposible transmitir enfado o ira con su voz, convierten esta canción en lo peor del disco. Hasta ahora, Haines había tenido siempre unos estándares mínimos de calidad que hacían remota la posibilidad de que se colara un tema tan lamentable, pero las ideas escaseaban cada vez más y aquí tenemos el resultado.
Afortunadamente, todavía encontramos algo de ese pop atractivo con pegadizas melodías vocales y detalles instrumentales interesantes que caracterizó lo mejor de este grupo, aunque aquí sea a cuentagotas. Pero pueden disfrutarse con gusto ‘The South Will Rise Again’, ‘Some Changes’ o ‘Lights Out’ como últimos vestigios de todo aquello por lo que valió la pena interesarse por ellos. En ese mismo sentido, la final ‘Future Generation’ deja una buena sensación, de esperanza de que podrían haber conseguido un mejor resultado a pesar de que el nivel general del álbum es definitivamente inferior a las cotas de excelencia pop que alcanzaron en el álbum de debut y en diversos momentos posteriores. Es lo mejor que nos puede pasar tras escuchar esta última obra de The Auteurs, esto es, que nos quedemos con una buena sensación. Ahora quedaba comprobar cómo evolucionarían los Black Box Recorder tras el excepcional England Made Me.