top of page

ARCTIC MONKEYS

2022

WHATEVER PEOPLE SAY I AM, THAT'S WHAT I'M NOT

Año de publicación: 2006

Puntuación:

09 stars.png
AM Whatever People Say.jpg

2022

La prensa musical siempre está ávida de poder presentar a lo que considera grupos estrella emergentes, aunque luego esa estrella se desvanezca con el transcurso del tiempo porque el grupo en cuestión no era tan emergente como se pensaba (y eso es lo que parecía la historia predeterminada para estos chicos). Pero bueno, eso es el aspecto mercadotécnico de la música, que no nos interesa. Aparte, también se ha de reconocer la necesidad de dar un empuje a los nuevos grupos para que puedan seguir progresando. Si luego no progresan, pues al menos se ha intentado. El caso es que el nuevo grupo de moda en 2006 fueron los Arctic Monkeys, formados en Sheffield (igual que Pulp) y liderados por Alex Turner, quien ejerce de compositor, vocalista y guitarrista. El entusiasmo que provocó la irrupción del grupo con este álbum de debut todavía colea y se entiende muy bien por qué, puesto que en el siglo XXI resultaba ya muy difícil que un grupo basado en guitarras consiguiera notoriedad. Los Arctic Monkeys se muestran aquí seguros de sí mismos y con un sonido rompedor y actualizador de aquel punk que murió tan pronto a finales de los setenta.

 

Vemos de entrada que mediante ‘The View From The Afternoon’ pretenden impactar al oyente con un sonido abrumador y un falso final totalmente inesperado. Ciertamente es como una actualización del punk, con canto influenciado por el rap y ritmos a su vez influenciados por el hip-hop. El estribillo es bastante convencional, eso sí, pero la canción posee un notable poderío, con la guitarra desgranando algunos potentes riffs. La combinación de riff reconocible, canto agresivo y ritmo rápido es todo un seguro para que muchas canciones como ‘You Probably Couldn't See For The Lights But You Were Staring Straight At Me’, ‘Perhaps Vampires Is A Bit Strong But...’ (vaya con los títulos elegidos) o ‘Still Take You Home’ llamen inmediatamente la atención. Y apenas encontraremos similitudes entre canciones diferentes, que es todo un mérito cuando se trata de un álbum tan uniforme en sonido. De ahí que encontremos cosas como ‘Dancing Shoes’, donde tiene su gracia que efectivamente suene en su comienzo a música bailable.

 

La manera en la cual avanza la frenética ‘I Bet You Look Good On The Dancefloor’ sin que ello sea un impedimento para que nos vayan dejando ganchos vocales casi sin que nos enteremos, denotan el talento especial de Turner como compositor. Más convencional es ‘Fake Tales Of San Francisco’, aunque no deja mala impresión porque el entusiasmo que imprimen estos chicos se deja sentir en la música. Es casi una sorpresa encontrar una canción relajada como ‘Riot Van’, pero ahí todavía denotan que Turner no ha explorado lo suficiente su lado más sensible, cosa que sí hará en el futuro. Ellos se dan cuenta de cuál es su fortaleza y por ello, aunque ‘When The Sun Goes Down’ parezca otra canción más reposada, pronto cambian las tornas para introducirnos de nuevo en el rock frenético de estos chicos. Aparte, lo de ir acelerando paulatinamente el ritmo les sale muy bien, como demuestran en ‘From The Ritz To The Rubble’, donde cabe destacar también su trepidante último minuto. Por otra parte, la introducción de guitarra de ‘Mardy Bum’ es lo mejor que tiene como composición, puesto que luego se desarrolla de manera más convencional.

 

En cambio, la memorable melodía llevada por el bajo y luego replicada en algún momento por la guitarra, convierte a ‘Red Light Indicates Doors Are Secured’ en uno de los mejores momentos de todo el álbum, aparte de contener un brutal solo de guitarra. El futuro del grupo se deja entrever en la final ‘A Certain Romance’, pues en ella concentran en cinco minutos todo lo que podía ofrecer el grupo, ofreciendo al mismo tiempo una diversidad inédita en el resto del disco. Comienza de manera tan potente e impactante como cabe esperar de la mejor versión de ellos, pero sorprendentemente ahora se relajan y se acaban deslizando hacia una especie de ritmo reggae-rock que parece disminuir el interés. Pero luego llega el memorable estribillo y es entrar en la gloria musical que el grupo todavía guardaba como potencial sin explotar. En definitiva, Arctic Monkeys pueden tomarse como la respuesta británica a las propuestas punk más mainstream que venían del otro lado del Atlántico, como Green Day. Era una noticia alegre que un álbum como este consiguiera un éxito comercial y artístico tan grande, principalmente porque en este caso fue merecido.

FAVOURITE WORST NIGHTMARE

Año de publicación: 2007

Puntuación:

08 stars.png

1) Brianstorm; 2) Teddy Picker; 3) D Is For Dangerous; 4) Balaclava;

5) Fluorescent Adolescent; 6) Only Ones Who Know; 7) Do Me A Favour;

8) This House Is A Circus; 9) If You Were There, Beware; 10) The Bad Thing;

11) Old Yellow Bricks; 12) 505;

[BONUS TRACKS:] 13) Da Frame 2R; 14) Matador.

AM Favourite Worst Nightmare.jpg

Desde allí, justo donde se quedó el álbum de debut del grupo, continúa la siguiente entrega de los Arctic Monkeys. No se trata exactamente de una simple copia de su disco previo que delatara una falta de talento, pues resultaba evidente que Alex Turner poseía una capacidad creativa que le elevaba por encima de los convencionalismos del rock y del azar que lleva a otros a conseguir algo inspirado de manera eventual. Pero estos son los comienzos del grupo y habían triunfado con una propuesta potente y deslumbrante, de tal manera que no había necesidad de cambiar sustancialmente y menos con tan poco tiempo para reposar el éxito conseguido. De todas maneras sí se observa una pequeña evolución, algunas novedades que permiten discernir que se trata de un grupo que busca ideas nuevas aunque todavía sea pronto para que surjan de manera inspirada en repetidas ocasiones.

 

Estos chicos saben de qué van y cuál es su potencial; por ello buscan un ritmo frenético para impactar desde el inicio de álbum mediante ‘Brianstorm’, que no defraudaría entonces a quienes esperaban fervientemente la continuación de esta banda. Y es que su ímpetu es una garantía para no fallar en piezas potentes de esa clase o cuando añaden cambios de ritmo para seguir haciendo vibrar al oyente de diferentes maneras, como ocurre en ‘Old Yellow Bricks’. Así, los bonus tracks ‘Da Frame 2R’ y ‘Matador’ tiran de energía y actitud para no ofrecer nada nuevo pero sí una música suficientemente estimulante y que consigue su objetivo. Canciones como ‘D Is For Dangerous’ se pueden encuadrar dentro del estilo asumido por el grupo, pero realizado con gusto y suficiente originalidad. Para entender esto último mejor, se puede comparar con otra canción como ‘This House Is A Circus’, que es reconocible también dentro del estilo de los Arctic Monkeys pero ya no suena original, salvo que contemos como original ese teclado tipo Casio que añaden por medio.

 

Muestran un lado más pop en ‘Teddy Picker’ o ‘Fluorescent Adolescent’, aunque sin perder esa actitud punk que le da un sabor diferente y que les obliga a acabar abruptamente de una manera mejorable. Saben jugar también con los ritmos en ‘Balaclava’, donde su mejor momento es en el intermedio instrumental, y en la estupenda ‘Do Me A Favour’, de ritmos casi latinos y una irresistible melodía de guitarra que acaban convirtiendo en leitmotiv hasta llegar a un sencillo estribillo con mucho gancho. Otro estribillo resueltamente atrayente lo encontramos en ‘The Bad Thing’, mientras que ‘If You Were There, Beware’ no va más allá de un impactante riff similar a otros ya conocidos de ellos y el apartado vocal también parece más de lo mismo.

 

Todavía no saben desenvolverse muy bien en temas lentos como ‘Only Ones Who Know’, pues Turner no sabe adornarlo instrumentalmente de manera apropiada y se queda en la mera contemplación. Tiene que llegar la final ‘505’ para que pueda demostrar su valía como compositor y también la precisión de los arreglos, implementados para que la canción vaya ganando en intensidad hasta que en su segunda mitad se despliega todo su potencial, añadiendo por el final una bonita melodía de guitarra que recuerda a las de Robert Smith (The Cure). Una vez más, los Arctic Monkeys nos dejaban con una sensación rara, pues por un lado parecían un grupo más de rock moderno (a pesar de toda su fortaleza sonora), pero por otro lado asomaba un talento que todavía requería su tiempo para madurar.

HUMBUG

Año de publicación: 2009

Puntuación:

1) My Propeller; 2) Crying Lightning; 3) Dangerous Animals; 4) Secret Door;

5) Potion Approaching; 6) Fire And The Thud; 7) Cornerstone; 8) Dance Little Liar;

9) Pretty Visitors; 10) The Jeweller's Hands;

[BONUS TRACKS:] 11) I Haven't Got My Strange; 12) Red Right Hand.

07 stars.png
AM humbug.jpg

La trayectoria de los Arctic Monkeys era imparable. Sus álbumes llegaban al número uno en el Reino Unido (y lo seguirán haciendo) y no había quien les tosiera. Ellos seguían a lo suyo, aunque en esta tercera ocasión ya no se puede hablar de un estilo más o menos monolítico en su música, sino que cada vez más iban abriendo su abanico estilístico incorporando nuevas ideas o tendencias. Aquí incorporaron un nuevo productor para adoptar en algunos casos un sonido menos frenético y más sombrío de lo habitual, lo cual reflejaba que el grupo había llegado a esa encrucijada inevitable donde se ha de elegir entre renovarse o morir. No es que no hubieran realizado hasta ese momento algunos experimentos eventuales, pero aquí sí se aprecia con mayor nitidez que habían escogido una nueva vía de apertura musical. El mayor problema vendrá en que parece que centran sus esfuerzos en eso mismo, esto es, en la producción y no en la composición.

 

Un sensacional riff de tono tétrico abre el disco y ‘My Propeller’, donde se nos muestra un lado menos impetuoso pero más consistente de la banda. Esa consistencia se aprecia a lo largo del álbum, pero cabe preguntarse dónde están las melodías memorables necesarias para llevar la música a un lugar acorde a las altas ventas de álbumes del grupo. En ‘Crying Lightning’ no se aprecian, pero aunque ‘Dangerous Animals’ presente un reconocible riff, no es suficiente para señalar la canción como algo diferente a lo que ya conocemos de sobra de los Arctic Monkeys. Casi que tenemos que llegar hasta ‘Secret Door’ para escuchar un estribillo suficientemente original y que demuestra talento por parte de su autor, aunque no llegue a la grandeza de ocasiones anteriores.

 

Para encontrar un tema que enganche desde el inicio con su parte vocal, lo cual significa que nos sumergimos en el lado más pop del grupo, hemos de esperar hasta la llegada de ‘Cornerstone’. Como era tradición, para cerrar lo que era el álbum original encontramos otra pieza pegadiza, ‘The Jeweller's Hands’, esta vez apoyada en un sugerente xilófono y con una notable parte de guitarra que busca la sutileza en detrimento del impacto. En un tono más apagado se desenvuelve ‘Dance Little Liar’, aunque va ganando paulatinamente intensidad y acaba dejando buena sensación. Aires psicodélicos asoman en ‘Fire And The Thud’, pero se olvidan de añadir alguna melodía o gancho que evite el aburrimiento que acaba llegando. Ni siquiera el solo distorsionado de guitarra lo consigue.

 

Los mismos ingredientes de siempre encontramos en ‘Potion Approaching’, mientras que demasiado tosca queda esa amalgama de música de serie de terror, punk y canto gregoriano que encontramos en ‘Pretty Visitors’. En los bonus tracks encontramos un minuto y medio de neopunk (‘I Haven't Got My Strange’) y una versión de Nick Cave & The Bad Seeds donde le dan la vuelta por completo a ‘Red Right Hand’ y la transforman en una descomunal pieza de rock, que es quizá como hubiéramos esperado escuchar a los propios Bad Seeds. Bueno, hay que ser honestos y señalar que los Arctic Monkeys la tocan de una manera que la hacen suya, aparte de que saben extraer todo su potencial bajo un ritmo vigoroso y deslumbrante, sobrepasando por completo a la interpretación original y quedando así como lo mejor de este decepcionante álbum que parecía confirmar que lo mejor de este grupo ya había quedado plasmado en su debut.

2023

SUCK IT AND SEE

Año de publicación: 2011

Puntuación:

07 stars.png

1) She's Thunderstorms; 2) Black Treacle; 3) Brick By Brick;

4) The Hellcat Spangled Shalalala; 5) Don't Sit Down 'Cause I've Moved Your Chair;

6) Library Pictures; 7) All My Own Stunts; 8) Reckless Serenade; 9) Piledriver Waltz;

10) Love Is A Laserquest; 11) Suck It And See; 12) That's Where You're Wrong;

[BONUS TRACK:] 13) The Blond-O-Sonic Shimmer Trap.

AM Suck it and see.jpg

2023

La continuación exacta y perfecta (o sea, perfecta como continuación, no como obra musical) de Humbug llegó muy pronto porque el proyecto de The Last Shadow Puppets no parecía tener una continuación para Alex Turner, como tampoco parecía nada importante su debut en solitario con una banda sonora de película, pues se trataba de un EP y la prioridad eran los Arctic Monkeys. Por algo seguían siendo uno de los grupos más vendedores del Reino Unido. Como decimos, se advierte una cierta apertura estilística tal como nos habían demostrado en el álbum previo, pero sin que exista la suficiente consistencia melódica, de tal manera que volvemos a encontrarnos con un disco destinado a los fans, quienes volvieron a auparlo al número uno de ventas en el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Y ya iban cuatro álbumes consecutivos alcanzando esa posición, la misma a la que llegarán los siguientes.

 

Sin embargo, para el oyente avezado musicalmente la impresión no puede ser demasiado buena porque parece que estemos ante un grupo que quiere y no puede, o al menos con la sensación que transmiten unos temas a los que les falta en general un mayor recorrido. Por ejemplo, nada más empezar el álbum, la sensación que transmite ‘She's Thunderstorms’ es la de una composición con potencial pero que no acaba de llegar a donde pensamos que debería llegar. Tampoco están mal los arranques de energía de ‘Library Pictures’, pero no es nada que no puedan hacer otras bandas. Y bueno, encontraremos abundancia de relleno con canciones como  ‘Black Treacle’, ‘The Hellcat Spangled Shalalala’ o la que da título al álbum.

 

Hay pocos momentos donde el grupo pueda demostrar su talento, pero en el imprevisible cambio central de ritmo de ‘Brick By Brick’ se aprecia esa magia especial que permitía albergar esperanzas de futuras mejoras en el material del grupo. Sin embargo, a pesar de sus interesantes aires orientales, ‘All My Own Stunts’ tampoco consigue ofrecer nada realmente relevante. En cambio, ‘Love Is A Laserquest’ tiene su encanto gracias a la guitarra, mientras que la gracia de ‘Don't Sit Down 'Cause I've Moved Your Chair’ se acaba en su título, pues se mueve en el terreno del rock tosco y sin melodías originales. No obstante, lo más insulso que se puede uno echar aquí al coleto es ‘That's Where You're Wrong’, una manera poco afortunada de acabar el álbum original y que luego ha quedado atenuada gracias al intrépido bonus track ‘The Blond-O-Sonic Shimmer Trap’.

 

Queda gracioso que dos de las mejores canciones sean tituladas como serenata (‘Reckless Serenade’) y vals (‘Piledriver Waltz’). La primera nos gratifica con una notable parte de guitarra acompañada de esos pegadizos juegos de ritmos que los Arctic Monkeys dominaban, mientras que la estupenda ‘Piledriver Waltz’ es una regrabación de una canción que Turner, en solitario, había compuesto para la banda sonora de la entretenida Submarine (de 2010), aquí con un tratamiento más rockero y movidito, aunque sin perder la esencia de sus pegadizas melodías y el glorioso cambio de ritmo que llega con el estribillo. Eso sí, un servidor se queda con la versión de la banda sonora, como también repudia este álbum como una vulgar muestra del rock del siglo XXI. Se agradece que existan grupos de guitarra, pero que al menos ofrezcan algo que parezca original.

2024

AM

Año de publicación: 2013

Puntuación:

1) Do I Wanna Know?; 2) R U Mine?; 3) One For The Road; 4) Arabella;

5) I Want It All; 6) No. 1 Party Anthem; 7) Mad Sounds; 8) Fireside;

9) Why'd You Only Call Me When You're High?; 10) Snap Out Of It;

11) Knee Socks; 12) I Wanna Be Yours.

Arctic Monkeys AM.jpg

2024

La madurez de Alex Turner como compositor, aunque en realidad el apartado musical se acredite a todo el grupo, llega aquí a su momento culminante con una remesa de canciones en las cuales el componente melódico se convierte en el elemento principal y con la calidad necesaria. Con todo a su favor, los Arctic Monkeys por fin superan con creces las expectativas y todo lo que se les podía objetar en cuanto a su falta de personalidad lo destruyen por completo. Tampoco podemos engañarnos porque las influencias en la banda son evidentes, pero lo suplen con canciones repletas de ganchos y ejecutadas con buen gusto, dispuestos a reivindicarse como uno de los nombres importantes en el panorama rock del siglo XXI. Por fin.

 

La percusión algo falsa y marcial de ‘Do I Wanna Know?’ no es la mejor de las presentaciones, pero cuando entran los seductores acordes de guitarra el gancho de la canción es más que evidente, si bien al final deja una sensación como de no haber alcanzado todo el potencial que presagiaba, básicamente por su tempo relajado. No obstante, la mejor parte de la canción es cuando Alex se alterna cantando con los coros. Lo que demuestra la evolución de la banda desde sus inicios es que prácticamente en todas las canciones buscan algo concreto que la identifique. Tan sólo ‘Mad Sounds’ deja una sensación de relleno sin más, con ese estribillo trillado de “Ooh, la, la, la” que pasa sin pena ni gloria. En cambio, el atrayente ritmo de ‘Fireside’ engancha desde el principio y su grandeza de power-pop consolida la excelente evolución como compositor de Turner, pues no se trata de un acierto puntual como demuestran justo a continuación en la sensacional ‘Why'd You Only Call Me When You're High?’.

 

Se pueden encontrar influencias concretas en algunos momentos del álbum y por ello, en los acordes de guitarra que provocan las paradas de ‘Arabella’ y que luego prosiguen en el estribillo, es inevitable no pensar en ‘War Pigs’ de Black Sabbath. Y claro, si uno se acuerda de eso, los Arctic Monkeys son menos Arctic Monkeys como los Led Zeppelin son menos Led Zeppelin cuando uno conoce todas las fuentes de sus composiciones propias. Pero tampoco debemos ser exigentes con la originalidad cuando nos ofrecen temas como ‘I Want It All’ y ‘Snap Out Of It’ en los que ejecutan un ejemplar glam-rock del siglo XXI. También nos toparemos con un retorno del neopunk de sus primeros años en ‘RU Mine?’. Por otra parte, para un grupo que jugaba antaño con la inmediatez, es curioso que ahora trabajen la paciencia y debamos esperar al tramo final de ‘One For The Road’ para disfrutar de verdad de la composición gracias a su vibrante solo de guitarra y el clímax vocal que recoge después.

 

El irónico título de ‘No. 1 Party Anthem’ esconde una canción nada festiva y centrada en la sensación de perdedor que se tiene cuando acaba la fiesta y los problemas personales se mantienen. Por el contrario, de haberle acelerado un poco más el ritmo, ‘Knee Socks’ hubiera sido sin problema una pieza de baile. Tampoco estamos nada acostumbrados a la solemnidad de un tema como ‘I Wanna Be Yours’, que sirve de perfecto final para el álbum más redondo de los Arctic Monkeys y que aguantará el paso del tiempo con firmeza por su calidad melódica.

bottom of page