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AIR

MOON SAFARI

Año de publicación: 1998

1) La femme d'argent; 2) Sexy Boy; 3) All I Need; 4) Kelly Watch The Stars; 5) Talisman;

6) Remember; 7) You Make It Easy; 8) Ce matin-la; 9) New Star In The Sky;

10) Le voyage de Penélope.

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Año de publicación: 1998

Puntuación:

Puntuación:

Puntuación:

Tenía que provenir de Francia una de las propuestas más originales de finales del siglo XX, en concreto de la pareja de amigos Jean-Benoit Dunckel y Nicolas Godin. No es que el sonido fuera realmente original, ya que su homenaje a la música precedente es más que evidente, sino que engarzaron estilos variados para crear un sonido a la vez moderno y retro, apoyado en unas ejecuciones impecables y algunas soberbias melodías. Podría resumirse como la fusión de la música electrónica con un cuarteto de cuerda, pero Air representa mucho más que eso.

 

Qué mejor muestra de amalgama de música electrónica, rock progresivo, disco, pop y quién sabe qué más en ‘Kelly Watch The Stars’, uno de esos temas que poseen una magia especial, pues a priori resultaría incomprensible que la repetición continuada del título pueda producir tal efecto. Pero el hipnótico ritmo y la manera de desarrollarlo añadiendo detalles y efectos le confiere un aura especial. A destacar especialmente otras dos versiones que se pueden encontrar: la del vídeo musical (menos electrónica y más dinámica) y la apabullante explosión de energía del remix de la edición especial por el décimo aniversario, ambas tan recomendables como la versión publicada en este álbum. ‘Sexy Boy’ no se queda nada atrás y explora todavía más allá las posibilidades de un ritmo más potente y bailable.

 

Algo especial percibimos en este dúo francés, intuyendo que estamos ante una verdadera sensación musical. Un aura misteriosa envuelve al álbum desde su tema inicial, el instrumental ‘La femme d'argent’, liderado por una intrigante melodía de bajo que acaba complementada por el teclado. Quizá debería haberse recortado un par de minutos al menos, porque siete parecen demasiado y se acaba perdiendo el efecto hipnotizador que crea su ambientación especial. Y bueno, esa melodía de bajo parece prestada de la canción 'Never Can Say Goodbye' de los Jackson 5, lo cual tampoco sería una sorpresa tratándose de Air, muy devotos de la música de los setenta. Menos justificada está la excesiva duración en ‘New Star In The Sky’, superando los cinco minutos. Tanta lentitud juega totalmente en su contra, ya que se acaba perdiendo la atención en las melodías y las voces procesadas están más que vistas en esa recta final del disco. Lo que parece una broma es ‘Remember’ por su simplona melodía vocal principal, distorsionando además la voz mediante un horroroso vocoder. Al menos la parte donde cantan los versos en francés le aporta un toque diferente y necesario. Se suele decir que el ritmo está copiado de ‘Do It Again’ de los Beach Boys, pero los ritmos no son exclusivos de nadie y poco hay en común entre ambas canciones.

 

No todo son voces procesadas de los franceses, sino que en un par de temas cuentan con la participación de una cantante de carne y hueso. Uno de ellos es ‘All I Need’, para cuyo comienzo recuperan una pegadiza melodía que aparecía en ‘Les professionnels’, recopilada más tarde en Premiers Symptômes. Esa melodía es lo que realmente la eleva por encima de la media, puesto que el resto del tema no es más que una agradable pieza de pop vocal, donde canta una tal Beth Hirsch. Ella misma es la encargada de cantar también la convencional balada pop ‘You Make It Easy’, agradable y poco más, aunque la parte instrumental de arreglos casi orquestales está bien conseguida.

 

Para un conjunto de estas características es previsible encontrar piezas instrumentales, pero todas ellas están ejecutadas a la perfección y con gusto por las melodías. Aires bucólicos sobrevuelan ‘Ce matin-la’, que expresan al mismo tiempo una fulgurante vitalidad, motivo por el cual contrasta muy bien en la tétrica película Las vírgenes suicidas, donde fue incluida. Es novedosa también por emplear los vientos, poco utilizados por Air, quienes suelen preferir las cuerdas. La memorable y emotiva melodía inicial del instrumental adecuadamente titulado ‘Talisman’ nos introduce en una pieza de perfecta estructura que recrea una ambientación introspectiva repleta de expresividad. Uno de esos temas que hacen caer rendido a su belleza. Para cerrar este vanguardista álbum, nada mejor que una versión moderna y actualizada del final de ‘Shine On You Crazy Diamond’ de Pink Floyd, o sea, del final de la segunda parte, tal cual es ‘Le voyage de Penelope’, que no se sabe si es alguna referencia homérica.

 

La aparición de Air supuso en su momento un soplo de aire fresco en el mundo de la música y una esperanza de que algo grande se estaba gestando. Una lástima que no progresaran mucho más y que dicha progresión tardara bastante en desplegarse y de manera tan breve. Pero bueno, Moon Safari queda como uno de los mejores discos de material nuevo publicado en 1998 y merece el status de obra de culto que ha alcanzado.

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PREMIERS SYMPTÔMES

Año de publicación: 1999

Puntuación:

1) Modular Mix; 2) Casanova 70; 3) Les professionnels; 4) J'ai dormi sous l'eau;

5) Le soleil est près de moi; 6) Californie; 7) Brakes On.

El debut de Air en la escena musical tuvo lugar mediante una serie de singles grabados entre 1995 y 1997 que acabaron recopilados en este EP, publicado acto seguido del éxito conseguido mediante Moon Safari. El orden seguido es casi cronológico, ya que el tema final se lo salta al incluirse previamente la cara B de ‘Sexy Boy’.

 

Los dos primeros temas (el primero de 1995, el más antiguo) evocan ese estilo de música que asociamos con películas de acción de los años setenta, donde las líneas de bajo marcan el devenir junto a unos etéreos teclados, creando un ritmo a la vez inquietante y seductor. Ese sonido se profesionaliza más, nunca mejor dicho, en la siguiente ‘Les professionnels’, en cuyo tramo final se puede escuchar la pegadiza melodía que luego volverían a aprovechar en ‘All I Need’. El verdadero talento de este dúo aparece en ‘J'ai dormi sous l'eau’, de 1997, donde con una sencilla melodía de cinco notas consiguen un efecto deslumbrante, desarrollándola luego con esa especial habilidad para ir añadiendo arreglos de diversa índole que engrandecen el resultado final. Incluso algo mejor es ‘Le soleil est près de moi’, de cuidada elaboración y delicadas melodías, con algo de vocoder para repetir el título, del cual consiguen extraer una solemnidad sorprendente. Rememora en cierta manera lo que habían hecho Art Of Noise quince años antes con ‘Moments In Love’.

 

Para quien llegue hacia el final pensando que a este disco le haría falta algo de marcha, al menos podrá quedar mínimamente satisfecho con los dos últimos temas. Bueno, con ‘Californie’ (la citada cara B del single de ‘Sexy Boy’) no del todo, porque su fulgurante comienzo poco tiene que ver con su posterior desarrollo más ambiental. La etiqueta de dúo electrónico de Air solo estaría justificada en la final ‘Brakes On’, de impactante y frenético ritmo que, tras un inciso de instrumentos de cuerda que sirve de descanso, se vuelve algo vulgar.

 

Parafraseando el título del álbum, los síntomas eran buenos desde el principio. Faltaba por ver hasta donde podían llegar con todo este bagaje, ya que la evolución que iban a seguir era una incógnita.

 

THE VIRGIN SUICIDES

Año de publicación: 2000

Puntuación:

1) Playground Love; 2) Clouds Up; 3) Bathroom Girl; 4) Cemetery Party; 5) Dark Messages; 6) The Word 'Hurricane'; 7) Dirty Trip; 8) Highschool Lover; 9) Afternoon Sister;

10) Ghost Song; 11) Empty House; 12) Dead Bodies; 13) Suicide Underground.

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La sucesora cronológica de Moon Safari fue esta banda sonora para la película de mismo título que servía de debut de Sofia Coppola, una truculenta historia que no da respuestas y juega con esa inquietud que provoca el desconocimiento del impulso que dirige la decisión final de cada una de las cinco hermanas. O sea, que tampoco es una película para rascar mucho más allá de su impecable producción, lo cual ya es todo un mérito tratándose de una ópera prima. Recuerda en cierta manera lo que hiciera el director Peter Weir en su etapa australiana en la inquietante pero también sin respuestas Picnic en Hanging Rock (1975). La película de Sofia Coppola en realidad no se basa expresamente en este álbum, sino que recogía también algo de música de Moon Safari así como canciones de pop-rock de mediados de los setenta, época en la que está ambientada.

 

Respecto al contenido musical de este álbum y dado que esta no era tampoco la ocasión de experimentar demasiado, el dúo mantiene de alguna manera los mismos parámetros de Moon Safari para la creación de nueva música que sugiera el ambiente necesario para el hipotético desarrollo de la historia. La canción más recordada es la única que está cantada, la inicial ‘Playground Love’ que, en cierta manera, toma como inspiración ‘La Femme D'Argent’, añadiéndole voz y saxofón. Como toda banda sonora que se precie, algunas melodías se irán repitiendo con diferentes arreglos y así ‘Playground Love’ aparece como deliciosa pieza de piano en ‘Highschool Lover’, pronto acompañada por violines, bajo y una ligera percusión. Continuando con la influencia del estilo desarrollado en el disco de debut, podemos decir que ‘Bathroom Girl’ sigue el patrón de ‘Talisman’, pero crear una composición basada en memorables melodías desarrolladas en un juego estructural no es precisamente una objeción, sino que es todo un acierto. Muy pronto se retoma este tema con diferentes arreglos en ‘Cemetery Party’ y con gran empleo de los vientos en ‘Afternoon Sister’.

 

Hay composiciones que son ideales como banda sonora, ya que por ejemplo ‘Dirty Trip’ (Trip es uno de los personajes) transmite todo el desasosiego posible para una película de estas características, creando un clima envolvente muy rítmico que engancha tanto por esto último como por lo tenebroso de su clima. Justo antes tenemos otro ejemplo similar en ‘The Word 'Hurricane'’, en el cual se reproducen los comentarios sobre huracanes que aparecen en la película. Son las piezas más rápidas del álbum, más incluso que lo que podíamos encontrar en Moon Safari, solo hay que echarle un vistazo también a la frenética ‘Dead Bodies’, donde los músicos echan el resto. También con un entretenido ritmo encontramos la breve pero interesante ‘Clouds Up’.

 

Tampoco podía faltar en una banda sonora alguna pieza atonal de música circunstancial, como es el caso de ‘Dark Messages’. Mejor es el caso de la crimsoniana ‘Ghost Song’, donde las guitarras crean un pasaje claustrofóbico que sirve de preludio para la siguiente ‘Empty House’, en la cual el tono trágico alcanza su clímax en las notas agudas de teclado que entran pasado el primer minuto, más evocadoras de visiones fantasmagóricas tal cual rezaba el título anterior. La final ‘Suicide Underground’ nos introduce innecesariamente en la historia con una voz distorsionada, quizá sean las mismas palabras del narrador de la película. El acompañamiento instrumental es eso mismo, un simple acompañamiento y por ello no vale la pena escucharla.

 

La sensación que transmite al final este álbum es que su carácter de banda sonora restringe la necesidad de haber incluido más temas originales (esto es, descontando las repeticiones con arreglos variados) para compensar aquellos ideados más bien para acompañar las imágenes. Pero bueno, más o menos se puede quedar satisfech@ quien desee conocer más material de este dúo francés.

10 000 Hz LEGEND

Año de publicación: 2001

Puntuación:

1) Electronic Performers; 2) How Does It Make You Feel?; 3) Radio #1; 4) The Vagabond;

5) Radian; 6) Lucky And Unhappy; 7) Sex Born Poison; 8) People In The City;

9) Wonder Milky Bitch; 10) Don't Be Light; 11) Caramel Prisoner.

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Tras el éxito de Moon Safari y la publicidad adicional de haber participado en la banda sonora del debut de la hija de Francis Ford Coppola, el dúo Air decide que ha llegado el momento de romper las ondas comerciales y llegar al número uno de ventas. Para ello, viendo hacia dónde iba el panorama musical, toman la decisión de volver su música más sencilla y accesible, con mucho truco de estudio. Para lograr mayor notoriedad, llaman a un artista como Beck, quien ya había logrado sobrepasar la barrera que separa el mundo indie de la fama mundial y era un reclamo muy bueno para interesar a más gente. Así que los ingredientes del éxito fácil estaban a su disposición, ¿qué pudo fallar?

 

Algo ha empeorado cuando el comienzo del álbum es un tema electrónico tan insulso como ‘Electronic Performers’ (con unas horripilantes voces distorsionadas y solo salvado por algunos detalles instrumentales en su recta final) y la carta de presentación el single ‘Radio #1’, este un intento descarado de sonar comerciales donde solo insuflan algo de vida esas notas de sintetizador que suenan tras la repetición del título como estribillo. La voz más real que se escucha al final, entonando la letra como por libre, trae recuerdos de lo que hicieran The Beatles en aquella broma titulada ‘You Know My Name (Look Up The Number)’. No será la única vez que recordemos a los de Liverpool, como si hubieran sido una influencia para Air a la hora de intentar sonar comerciales. Siempre es bueno fijarse en los mejores. En la parte instrumental de sus estrofas, ‘How Does It Make You Feel?’ es una reescritura de ‘Playground’ de la banda sonora de The Virgin Suicides, rematada en un estribillo también más propio de una canción de los Beatles.

 

Una buena opción para facilitar la entrada en el mercado japonés es incluir el nombre de alguna ciudad japonesa en los títulos o, como es el caso de la flojísima ‘Sex Born Poison’, unas estrofas cantadas en su idioma. Es curioso cómo sirve de conexión involuntaria con lo que sería el siguiente paso de Sofia Coppola en la dirección. También viene bien algo de sonido retro, en lo cual Air tenían experiencia, y por ello ‘Lucky And Unhappy’ nos lleva inmediatamente a los años ochenta, pero fijándose en esos grupos techno que creaban piezas serias basadas en sintetizadores, tipo Ultravox o Human League. ‘People In The City’ presenta un tono bastante similar, pero sus arreglos son más orgánicos gracias al empleo de instrumentos reales y le aporta así un aire diferente y de mayor frescura.

 

El estadounidense Beck Hansen aparece como invitado en dos temas. El primero es ‘The Vagabond’, donde canta y toca la armónica, un pop bien llevado en las estrofas pero con un estribillo bastante flojo que en realidad suena más a Beck que a Air, ya que el primero toma el protagonismo absoluto. El segundo tema donde participa es ‘Don't Be Light’, una experimentación sonora con cambios de ritmo que repite ideas y naufraga por todos lados. En ‘Wonder Milky Bitch’ se descubre alguna buena melodía al principio, pero el grueso de la canción es un vulgar pop cantado con voz distorsionada que podría pasar igualmente por un descarte de lo peor de Beck. Bueno, de lo peor de Beck no, porque aquellos primeros álbumes que grabó son auténticas abominaciones por muy paródicos y deconstructivos que pretendan ser.

 

La única joya que encontraremos en este más que mediocre disco es el instrumental ‘Radian’. Se ha de tener mucha paciencia, puesto que tarda tres minutos en arrancar nada menos, pero luego su parte central es todo un paraíso de las melodías con una estructura muy elaborada que permite dar señales de vida al talento de los franceses. La parte final es una repetición de la melodía con el teclado y su efecto es menor respecto a los precisos arreglos que la han adornado previamente. Contrasta respecto a lo que es la idea de la música de Air que solo haya dos piezas instrumentales en este álbum, signo de su propósito comercial. La otra es la final ‘Caramel Prisoner’, enfocada hacia las texturas sonoras pero sin ofrecer apenas ninguna melodía interesante.

 

Muy bajo habían caído lanzándose hacia una comercialidad no sustentada en composiciones de suficiente nivel. Algo de vergüenza propia les entraría cuando su siguiente obra resultó ser todo lo contrario. Pero bueno, eso es lo importante, aprender de los errores. Ya les había quedado claro que nunca iban a ser unos superventas, por lo que al menos podían dedicarse a no defraudar a sus seguidores.

TALKIE WALKIE

Año de publicación: 2004

Puntuación:

1) Venus; 2) Cherry Blossom Girl; 3) Run; 4) Universal Traveler; 5) Mike Mills;

6) Surfing On A Rocket; 7) Another Day; 8) Alpha Beta Gaga; 9) Biological;

10) Alone In Kyoto.

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Llegamos por fin a la gran obra de Air. Rebajada la arrogancia que les había hecho creer que podían ser unas estrellas mediáticas musicales y nuevamente enfrascados en conseguir una música que exprese emociones convincentes, los resultados no tardan en aparecer. Algo tendría que ver la participación de Nigel Godrich (conocido sobre todo por su trabajo con Radiohead) para que el dúo francés consiguiera un sonido más introspectivo y universal al mismo tiempo.

 

La belleza musical de muchos temas es asombrosa, demostrando el cuidado que se había llevado esta vez con las melodías y las texturas sonoras, como por ejemplo en la acústica ‘Cherry Blossom Girl’, que aprovecha unas etéreas voces femeninas para subrayar su carácter apacible y relajante. También puede decirse que ‘Run’ posee un carácter hipnótico a base de manipular las voces y añadir diferentes capas sonoras de sintetizadores, pero el efecto está perfectamente conseguido. Esa delicada mezcla de secciones acústicas de cuerda con electrónica puede parecer ya muy vista para cuando llega ‘Universal Traveler’, pero sus diferentes giros melódicos la convierten en toda una sensación que no hay que perderse.

 

El título de ‘Mike Mills’ es el nombre de un director de cine que había dirigido el documental sobre Air en sus inicios: Eating, Sleeping, Waiting and Playing, motivo por el cual le dedican como homenaje este adictivo tema cuya melodía principal en forma de bucle recuerda a la de los primeros minutos de Hergest Ridge de Mike Oldfield, pero más acelerada. Las referencias cinematográficas no acaban aquí, puesto que ‘Alone In Kyoto’ pertenece a la banda sonora de la segunda película de Sofia Coppola Lost In Translation, una humilde oda a la soledad. Es una sorprendente pieza acústica que presenta la guitarra en primer plano, acompañada por el piano y el sintetizador, creando en conjunto una serie de bellas melodías que la convierten en una composición bien singular, incluso en el catálogo de Air. Tampoco es que se haya pasado página respecto a lo que habían hecho hasta ese momento, ya que ‘Another Day’ nos retrotrae a la música envolvente y tétrica, pero ejecutada con gusto, de The Virgin Suicides.

 

Que haya tal cantidad de material de primera calidad no significa que este álbum carezca de algunas deficiencias, aunque sean poco importantes. La solemnidad en el ritmo de ‘Venus’ acaba perdiendo su efecto por su excesiva repetición, si bien sigue siendo uno de los temas destacados del álbum y una buena selección para comenzarlo. En cambio, ‘Biological’ parece una simple excusa para emplear vocabulario en inglés relacionado con la biología, ya que musicalmente es bastante monótona y no coge algo de brío hasta los últimos dos minutos, cuando llega un pasaje instrumental final de sutiles arreglos. A pesar de contar con un animado ritmo, ‘Surfing On A Rocket’ carece de una parte vocal lo suficientemente atrayente, a diferencia de la similar pero mucho mejor ‘Alpha Beta Gaga’, cuya melodía silbada es de las que se quedan grabadas en el subconsciente y en todos los lóbulos existentes en el cerebro. Incluso fue empleada de sintonía por un programa de La 2 que no consigo recordar, validando el buen gusto musical que suele mostrarse en los programas de esta segunda cadena que no son musicales per se.

 

Les costó, pero por fin consiguieron Dunckel y Godin una obra acorde a las expectativas que habían creado tras su aparición estelar en el panorama musical con Moon Safari. Por desgracia, ya no volverán a conseguir ninguna obra más a este nivel, como si hubieran agotado toda la originalidad posible en este álbum. Pero bien vale aislarlo del resto de su obra y disfrutar de sus delicadas y sutiles melodías, así como de su cálida cadencia y la visión futurista de algunos temas. No todos los días se puede disfrutar a nivel mundial de la música vanguardista de Francia.

POCKET SYMPHONY

Año de publicación: 2007

Puntuación:

1) Space Maker; 2) Once Upon A Time; 3) One Hell Of A Party; 4) Napalm Love;

5) Mayfair Song; 6) Left Bank; 7) Photograph; 8) Mer du Japon; 9) Lost Message;

10) Somewhere Between Waking And Sleeping; 11) Redhead Girl; 12) Night Sight.

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Cuando parecía que por fin habían encontrado la fórmula de la consistencia artística y que asistíamos al principio de una nueva leyenda musical, este álbum sepultó cualquier esperanza de progreso. Repitiendo fórmulas y a Nigel Godrich como productor, lo único que se requería era un esfuerzo similar en la composición, pero esta vez la inspiración brilla por su ausencia. La sorpresiva falta de inspiración les lleva a intentar recrearse en lo que han hecho hasta ahora para reutilizar ideas y presentarlas de una nueva manera que no sea evidente. Pero, obviamente, se acaba notando cuando ya se conoce su trayectoria previa.

 

No se tarda mucho en descubrir que las líneas de bajo en las partes principales de ‘Space Maker’ son meras variaciones de las de ‘La femme d'argent’ de Moon Safari. De igual manera, ‘Photograph’ también deja la sensación de ser una combinación lineal entre esta última y alguna canción tipo ‘Playground Love’. O de ‘Redhead Girl’ podríamos decir que recoge el testigo de ‘Alone In Kyoto’ pero sin la bella guitarra acústica de esta última. En definitiva, comenzamos a tener la fuerte impresión de que este dúo ya ha aportado todo o buena parte de lo que podía aportar a la escena musical y no puede sino repetirse en sus propuestas. Aun así, algo de la grandeza del álbum anterior se deja todavía entrever en ‘Once Upon A Time’, quizá por ello fue la elegida como single de presentación, aunque acaba sonando algo repetitiva por tener una duración de cinco minutos. En ese sentido, ‘Mer du Japon’ deja mejor impresión al quedarse en tres minutos donde desarrollar suficientemente su animado ritmo y algunos cambios melódicos. También suena interesante ‘Napalm Love’ debido a su atractivo ritmo, si bien el estribillo es demasiado sencillo para lograr un efecto positivo más duradero.

 

En la intrigante balada ‘Somewhere Between Waking And Sleeping’ canta Neil Hannon (The Divine Comedy), a quien parecía agradarle la música francesa porque ya había participado en algunos discos de Yann Tiersen. Más sorprendente es la participación de Jarvis Cocker (Pulp) en ‘One Hell Of A Party’, que solo podrá encantar a quienes sean devotos de la particular forma de cantar de Jarvis. El mayor problema es la cantidad de temas que podrían catalogarse como música de ascensor (traduciendo literalmente el término elevator music), es decir, que suenan agradables pero insustanciales. Tal es el caso de ‘Mayfair Song’, ‘Left Bank’ o ‘Lost Message’, entre otros, donde puede encontrarse alguna melodía suelta rescatable, pero no ofrecen apenas nada que merezca recordarse. La impresión que deja la directamente ambiental ‘Night Sight’ es la de los típicos temas de New Age, que suenan agradables pero simultáneamente parece que estemos escuchando todo el tiempo lo mismo. Si Air solo hubiera grabado este álbum, todavía se le podría dar un poco más de consideración, pero teniendo en cuenta todo lo que habían hecho hasta ahora, ciertamente produce indiferencia.

LOVE 2

Año de publicación: 2009

Puntuación:

1) Do The Joy; 2) Love; 3) So Light Is Her Footfall; 4) Be A Bee;

5) Missing The Light Of The Day; 6) Tropical Disease; 7) Heaven's Light; 8) Night Hunter;

9) Sing Sang Sung; 10) Eat My Beat; 11) You Can Tell It To Everybody; 12) African Velvet.

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Les costaba un poco a estos colegas franceses darse cuenta de que su fuerte era su aproximación con originalidad a la música de las décadas previas. Aquí prosiguen sin sorpresas con lo que ya habían demostrado sobradamente que sabían hacer pero poniendo algo más de interés en el intento. Estaba claro que habían dejado de pertenecer a la vanguardia hace mucho tiempo, pero afortunadamente al menos el reciclaje de ideas previas no es tan flagrante como en Pocket Symphony, por lo que temas como ‘So Light Is Her Footfall’ se pueden disfrutar sin complejos.

 

El comienzo del disco mediante un fade-in de ‘Do The Joy’ nos introduce en un ritmo pegadizo y unos prominentes sintetizadores que suenan desquiciados pero mantienen una ambientación inquietante, donde los efectos de sonido sirven para acrecentar esa sensación. La inspiración en la música de décadas anteriores les lleva a buscar ese sonido particular de guitarra eléctrica de ‘Be A Bee’, el cual hace pensar enseguida en banda sonora de película de James Bond, lo cual junto a un rápido ritmo la dota de unos aires futuristas. El mayor éxito quizá se encuentre en ‘Tropical Disease’, puesto que consiguen por fin elaborar una composición interesante basada en algunas –solo algunas– disonancias, todo un logro en un dúo tan dependiente de las melodías para superar la mediocridad. Presenta además una estructura cambiante que permite escucharla con interés durante sus casi siete minutos. Por otro lado, lo mejor de ‘Love’ es que desarrollan unas melodías interesantes dentro de la animada ambientación general.

 

Hacia el final del disco se concentran varias canciones de relleno para agradar al oyente casual pero no para convencer al conocedor de la obra de Air. Nos referimos a la tanda de ‘You Can Tell It To Everybody’, la rítmica ‘Eat My Beat’ y a ‘Sing Sang Sung’, esta última útil solamente para una lección de inglés. En ‘Night Hunter’ se sobrepasan con el efecto de reverberación del sintetizador, aparte de que las melodías son bastante pueriles, siendo por tanto lo más flojo del álbum. Precisamente ese efecto lo han empleado con mayor mesura justo antes en ‘Heaven's Light’, de agradable cadencia vocal que recuerda los mejores momentos de Talkie Walkie, si bien aquí se vuelve algo repetitivo conforme avanza. Respecto a ‘Missing The Light Of The Day’, puede catalogarse sin problema como otro tema de relleno.

 

Para el final parece que nos van a introducir en alguna veleidad étnica mediante ‘African Velvet’, pero el título es engañoso porque no hay nada en el sonido que recuerde a África. En cualquier caso, es una de las mejores piezas del álbum y deja una buena sensación para finalizar, muy necesario porque justo antes se encuentra la fase más vulgar con la tanda de temas indicados. Retomando todo el contenido en conjunto, nos encontramos ante un aceptable álbum que se escucha con agrado pero que resulta notablemente intrascendente.

2020

LE VOYAGE DANS LA LUNE

Año de publicación: 2012

Puntuación:

1) Astronomic Club; 2) Seven Stars; 3) Retour sur terre; 4) Parade; 5) Moon Fever;

6) Sonic Armada; 7) Who Am I Now?; 8) Décollage; 9) Cosmic Trip; 10) Homme Lune;

11) Lava.

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2020

Un proyecto tan apetecible y de tanta responsabilidad como el de crear la banda sonora de una película clásica del cine mudo parecía la única manera de que Air tuvieran un aliciente para intentar recuperar lo mejor de ellos mismos. La película elegida es el clásico de ciencia ficción Viaje a la luna de Georges Méliès, de 1902, cuyo título original es el elegido para el nombre de este álbum donde la portada reproduce una de las imágenes más icónicas del film, todo un prodigio de los efectos especiales de la época, si es que pueden llamarse así a lo que era todo un alarde de creatividad. Curiosamente, para tratarse de un dúo francés que está componiendo música para una película francesa, resulta chocante que insistan en colocar títulos en inglés. Quizá fuera condescendencia hacia la discográfica que les pagaba, la británica Virgin.

 

Aunque pensemos que se trata de una obra instrumental, encontraremos dos piezas cantadas, lo cual no es nada habitual cuando se quiere añadir música a una película de la era del cine mudo. Resulta curioso ver cómo puede encajar con la dinámica de las imágenes. En ‘Seven Stars’ actúa como vocalista nada menos que Victoria Legrand de los interesantes Beach House y ciertamente la música tiene un aire a lo que realiza este dúo. Más discreta resulta ‘Who Am I Now?’, en la cual aparecen como vocalistas las componentes del conjunto estadounidense Au Revoir Simone, pero no consiguen evitar que la canción suene muy repetitiva. Podemos escuchar también coros en la brevísima ‘Homme Lune’ y en ‘Cosmic Trip’, esta última una pieza que demuestra que Air todavía saben desenvolverse bien bajo ritmos movidos.

 

La breve y relajada ‘Retour sur terre’ da paso a la dinámica ‘Parade’, que bajo un animado ritmo ofrece algunas notables melodías para que a continuación se retome el teclado como instrumento principal en ‘Moon Fever’ en el mismo tono tranquilo y desarrollando una bonita melodía. El exceso de sintetizadores de ‘Sonic Armada’ puede volverse algo indigesto, pero se ha de reconocer que intentan ser creativos con ellos. Por otro lado, temas como ‘Astronomic Club’ o ‘Décollage’ denotan de forma clara que su existencia es absolutamente dependiente de la acción fílmica. El momento de mayor lirismo (y el mejor de toda la banda sonora) se lo reservan para el tema final, aparte de que ‘Lava’ sirve de síntesis de lo mejor que hemos podido escuchar en este álbum. Por ello, en el primer minuto cambia drásticamente de registro y su introspectivo lirismo desaparece para poder retomar el poderío musical demostrado en algunos de los temas previos, lo cual incluye hasta la entrada de un banjo, quizá el último instrumento que esperaríamos encontrar en un dúo francés con gusto por la electrónica y las cuerdas.

 

La verdadera valoración de esta música debería ser en sincronización con la película, si bien la original no llegaba a quince minutos y la nueva versión en color y con escenas añadidas no llega a los diecisiete. Por tanto, no es exactamente el álbum al completo lo que se puede escuchar durante el visionado del film. En algunas ediciones de este álbum se incluye la nueva versión de la película con la música de Air para poder comprobar cómo queda. Otro aspecto a valorar es la idoneidad de añadir música actual a una película de un siglo antes, es decir, que cuando se emplea música clásica para estas situaciones no es solo por lo sencillo del recurso, sino también porque es más acorde con la época de estas películas. De hecho, viendo la película la música resulta entretenida pero hay momentos en que de la sensación de que no acaba de encajar bien en el contexto. En todo caso, y en lo que respecta al álbum, no deja de ser una aceptable obra tan olvidable como inolvidable es el film al que acompaña.

MUSIC FOR MUSEUM

Año de publicación: 2014

Puntuación:

1) Land Me; 2) Reverse Bubble; 3) The Dream Of Yi; 4) Angel Palace; 5) Art Tatoo;

6) Kiss Volcano; 7) Integration Desintegration; 8) Octogum; 9) North Cloud.

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Air se habían convertido en unos músicos de encargo y, después de crear la banda sonora anacrónica de Viaje a la luna, su siguiente pedido fue componer música para el museo artístico más importante de Lille. Que sea un encargo no significa nada, pues recordemos que los grandes compositores de siglos anteriores componían la mayoría de veces bajo pedido, en ocasiones la única manera de ganarse el sustento (¡Bach llegó a tener diez hijos que mantener!). Por el título del álbum y el contenido de música ambiental que encontraremos, la primera referencia obligada que nos viene a la mente es Brian Eno como fuente de inspiración.

 

Así pues, no se ve nada claro lo que pueden ofrecer unos chicos que ya no tenían nada nuevo que decir desde hacía tiempo y que se lanzaban a un estilo tan restrictivo y poco dado a la innovación como la música ambiental. Aparte, cuando pretenden sonar artísticos no pasan más allá de resultar graciosos, pues por ejemplo mal camino toman en ‘Reverse Bubble’ cuando se limitan a recrear con la música lo que serían unas burbujas. Está bien conseguido, ¿pero esto es música o es una demostración circense? Sobre todo porque con un minuto era suficiente para hacer la demostración, mientras que aquí sobrepasan los siete.

 

El recurso de emplear notas monocordes y luego adornarlas con sintetizadores es tan antiguo que ‘The Dream Of Yi’ no es más que un soporífero tema de cinco minutos que parecen los diez del que llega a continuación, ‘Angel Palace’, el cual al menos presenta algún que otro detalle pare redimirlo, pero resulta muy aburrido si no se está especialmente predispuest@ a escuchar algo así. De hecho, este álbum no está pensado para fans de Air ni seguidores de su música, puesto que aquí se han trasladado al mundo de la New Age con todo lo que ello conlleva de lentitud, repeticiones, capas de sonido, etc.

 

Como si quisieran darnos un premio hacia el final por haber tenido paciencia de haber escuchado lo anterior (aunque lo más probable es que hayamos utilizado la tecla correspondiente para avanzar), llegamos a ‘Octogum’ para escuchar por fin un ritmo rápido, una estructura elaborada y, al menos en apariencia, un propósito determinado diferente a dejar fluir la música sin más. La final ‘North Cloud’ también puede escucharse con un mínimo de interés, pero no sería más que una pieza de relleno en cualquier álbum previo del dúo. ‘Land Me’ también se aleja de vulgaridades sin destacar demasiado, de tal manera que el principio y el final de este disco es lo único que puede tener un pase más allá del mero acompañamiento de fondo.

 

Que Air se lanzaran a la música ambiental solo puede entenderse como requisito marcado por el cliente, es decir el museo paga y el museo dice que debe ser así. De otra manera, resulta inexplicable que publicaran una obra así aunque fuera de forma limitada. En cualquier caso, de manera análoga a como ya se dijo para Le voyage dans la lune, para poder valorar este álbum correctamente habría de escucharse en el contexto para el que fue creado, es decir, hacer una visita a Lille cuando las vacaciones nos lo permitan. Pero si se va a Lille, será mejor olvidarse de este disco y disfrutar del museo y de la ciudad con otra música mejor.

TWENTYEARS

Año de publicación: 2016

Puntuación:

CD II: 1) Planet Vega; 2) Flowerhead; 3) Crickets; 4) The Duelist; 5) High Point;

6) Au fond du rêve doré; 7) Danger Zone; 8) Indian Summer;

9) The Way You Look Tonight; 10) Roger Song; 11) J'ai dormi sous l'eau;

12) Remember; 13) Trente millions d'amis; 14) Adis Abebah.

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Este triple disco es una retrospectiva de la trayectoria musical de Air, donde el primero de ellos es un mero recopilatorio y el tercero un conjunto de remixes realizados para otros artistas que no comentaré. El segundo disco es el que presenta novedades, pues recoge singles y rarezas grabadas a lo largo de su carrera, y por tanto este análisis se centrará exclusivamente en él.

 

Esta recopilación de material novedoso abarca también casi todos los años de trayectoria musical de Air, aunque la mitad de los temas pertenecen al intervalo de 2007 a 2009. Para el primero de los temas, hemos de remontarnos a 1999 y a un experimento destinado a un álbum colectivo en que los artistas probaban un nuevo sintetizador. Hasta que no han transcurrido los dos primeros minutos, bien insustanciales, no comienza a sonar interesante ‘Planet Vega’, pues mediante un solemne órgano al estilo réquiem de ‘A Saucerful Of Secrets’ de Pink Floyd, consiguen que las melodías siguientes nos capten la atención. Poco tiempo se lleva con La cara B de cuando publicaron el single ‘Radio #1’, que es una olvidable pieza instrumental titulada ‘Flowerhead’. Precisamente un descarte de 10 000 Hz Legend como es la humilde balada acústica ‘The Way You Look Tonight’ (una de las pocas canciones con parte vocal que encontraremos aquí) solo puede sonar mediocre como lo hacían los temas más pop de ese álbum, aquí empeorado con los excesivos sonidos electrónicos en su recta final.

 

Como cara B de single de uno de los temas de Pocket Symphony apareció en su momento el agradable instrumental ‘High Point’. Los dos temas previos pertenecen también a la época del citado álbum. ‘Crickets’ no es más que un crescendo bien implementado, mientras que lo único que tiene ‘The Duelist’ de novedoso es el canto a dúo de Jarvis Cocker (Pulp) y Charlotte Gainsbourg, si bien se ha de reconocer la ambientación especial que se consigue con una sencilla parte de piano en tono menor. Por otro lado, ‘Au fond du rêve doré’ es la versión grabada en 2009 de una canción de Françoise Hardy que no recoge casi nada de lo que debería ser el estilo de Air. Es la única versión que encontraremos aquí junto a la interpretación en directo de ‘Trente millions d'amis’ que, al ser de la época de Moon Safari, transmite todo el entusiasmo de una pareja de músicos y amigos que entonces querían comerse el mundo. Aparte, potencian su memorable melodía principal (que probablemente Ray Davies tomó prestada para su ‘Juke Box Music’ de los Kinks) y eso es toda una delicia.

 

Para quien busque temas de sus primeros años, saldrá algo decepcionado, aunque encontrará una original versión orquestal de ‘Remember’ que a priori podría parecer poco adecuada por las voces robóticas que contiene. Pero una interpretación en directo de ‘J'ai dormi sous l'eau’ siempre es bienvenida, sobre todo si es de 1998. Encontramos un tema completamente inédito, es decir, que todavía no había sido publicado de ninguna manera, y es el instrumental ‘Roger Song’ de 2010, cuya amigable melodía principal recuerda a aquellas cabeceras de series de sobremesa de los años ochenta. Por lo demás, encontraremos temas sin justificación para existir porque no ofrecen nada de interés (‘Danger Zone’ o la más pasable ‘Adis Abebah’) y algún otro que nos recuerda también lo aburridísimos hasta la extenuación que podían llegar a ser (‘Indian Summer’).

 

La sensación que nos deja esta recopilación de rarezas es que podría haber sido peor, dada la irregular trayectoria que había llevado este dúo desde su unión, pero si hacemos balance nos damos cuenta de que hay bastantes temas que destacan por algún motivo o que, como mínimo, suenan interesantes. De todas maneras, es un álbum superfluo que no es necesario conocer y que parece cerrar la carrera de Air porque de momento no hay más encargos de museos ni productoras de cine.

VÍDEOS

EATING, SLEEPING, WAITING AND PLAYING

Año de publicación: 2000

Lanzado en pleno apogeo de popularidad por las ventas y la estupenda recepción de la crítica hacia Moon Safari, este DVD documenta la gira efectuada a tal efecto. Sin embargo, resulta decepcionante porque se centra más en el backstage que en las actuaciones, por lo que solo podrá gustar a los fans más acérrimos del dúo. Lo mejor es poder ver en los extras el vídeo musical de ‘Kelly Watch The Stars’, no por el vídeo en sí (un tanto ingenuo con el ping-pong), sino porque es una versión diferente a la incluida en Moon Safari, de ritmo más rápido casi bailable.

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