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NEIL YOUNG (2)

LIVE AT MASSEY HALL 1971

Año de publicación: 2007

Puntuación:

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1) On The Way Home; 2) Tell Me Why; 3) Old Man; 4) Journey Through The Past;

5) Helpless; 6) Love In Mind; 7) A Man Needs A Maid/Heart Of Gold Suite;

8) Cowgirl In The Sand; 9) Don't Let It Bring You Down; 10) There's A World;

11) Bad Fog Of Loneliness; 12) The Needle And The Damage Done; 13) Ohio;

14) See The Sky About To Rain; 15) Down By The River; 16) Dance Dance Dance;

17) I Am A Child.

Neil Young Massey Hall.jpg

Un año adelante nos movemos cronológicamente respecto al álbum de coleccionista previo, pero entre ambos conciertos las diferencias no pueden ser más evidentes. Si en Live At The Fillmore East, una actuación de 1970, encontrábamos a Neil Young acompañado de Crazy Horse y Jack Nitzsche, aquí aparece el canadiense a solas en un formato acústico e intimista, con la guitarra o el piano. Se ha de tener mucha seguridad en uno mismo para hacer un concierto de este tipo, pero Neil venía de grabar el sensacional y emotivo After The Gold Rush y también tendría mucha ilusión en presentar algunas de las nuevas canciones que aparecerán en Harvest. No sabemos si el orden del concierto es el que aparece en el listado de canciones porque, si es así, eso significa que para ‘Journey Through The Past’ se cambia al piano por un momento, retoma la guitarra en ‘Helpless’ y posteriormente vuelve al piano en ‘Love In Mind’, aunque de todas maneras tendría los instrumentos cerca. Curiosamente, estas dos canciones citadas de piano formarán parte del directo Time Fades Away de 1973, aunque en este caso provenientes de otros conciertos.

 

La únicas canciones inéditas de este álbum en la carrera de Young son ‘Bad Fog Of Loneliness’, que se olvida rápidamente porque es la típica pieza agradable de estilo más folk de Neil, y ‘Dance Dance Dance’, una especie de balada country que llegó a aparecer en el debut de los Crazy Horse a solas, esto es, sin Young. Hay que avisar que, de sus casi seis minutos de duración, tan solo dos pertenecen a la canción, el resto son aplausos. Por otra parte, solo conocerán ‘On The Way Home’ quienes hayan escuchado el directo Four Way Street de Crosby, Stills, Nash & Young, que es el único álbum donde se podía escuchar hasta la fecha. Lo único flojo del álbum es ‘There's A World’, aunque puede servir de consuelo saber que con un piano a solas no acaba siendo tan horrorosa como la versión final orquestada que se encuentra en Harvest. Precisamente de esta obra, que entonces todavía estaba en período de gestación, descubrimos que ‘A Man Needs A Maid’ aparece unida de manera súbita a ‘Heart Of Gold’, de tal manera que cuando escuchamos a Neil en el límite de la desafinación al cantar la primera, llega de repente una humilde interpretación al piano de ‘Heart Of Gold’.

 

Por el contrario, a pesar de que tampoco había sido publicada, cabe destacar la emoción que transmite en ‘Old Man’. En general, más que alegrías en este álbum, nos llevamos alguna pequeña decepción como con ‘Down By The River’, pero decepción únicamente debida a que con una guitarra acústica no se puede alcanzar el potencial de esta composición, sino quedarnos en eso mismo, con su esqueleto. Esto último es lo que convierte este concierto en una grabación superflua, porque no aporta nada la interpretación acústica de una composición electrificada. Aun así, la convicción y determinación de Neil, así como la calidad de la mayoría de composiciones, permiten salvar el álbum del destierro. En cualquier caso, solo puede entenderse como un concierto publicitario, como acercamiento a la obra de Neil Young en ese momento, puesto que se echa en falta el acompañamiento de un grupo para exprimir el potencial de tantas excelentes composiciones.

CHROME DREAMS II

Año de publicación: 2007

Puntuación:

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1) Beautiful Bluebird; 2) Boxcar; 3) Ordinary People; 4) Shining Light; 5) The Believer;

6) Spirit Road; 7) Dirty Old Man; 8) Ever After; 9) No Hidden Path; 10) The Way.

Chrome Dreams (o sea, lo que vendría a ser el primer volumen) fue uno de tantos álbumes descartados a lo largo de su carrera que el hiperactivo de Neil Young dejó en los archivos para luego ir aprovechando el material cuando él lo viera adecuado. Sin apenas nada que pudiera conectar Chrome Dreams II con esas grabaciones primigenias, Neil se limitó a producir otro de esos álbumes donde alterna piezas acústicas con eléctricas, unas más introspectivas y otras más extrovertidas, ofreciéndonos ejemplos de diferentes vertientes de su música ya conocidas en su discografía. No encontraremos sorpresas y en esos casos lo que podemos desear es al menos no decepcionarnos, lo cual sí consigue esta vez el bueno de Young.

 

Eso sí, comenzamos con la típica canción acústica de guitarra y armónica, ‘Beautiful Bluebird’, con esos aires country que tantas veces hemos escuchado ya. Pero la grandeza de Neil Young como músico de rock se aprecia en buena medida a través de los casi veinte minutos de la épica ‘Ordinary People’, engrandeciendo el sonido con los instrumentos de viento, si bien esa duración resulta algo excesiva porque al final es repetir la misma estructura y unirlo todo mediante unos solos bastante inspirados pero no entre sus mejores logros como improvisador. No se queda ahí la grandilocuencia (bien entendida) del canadiense, porque más adelante nos toparemos con los quince minutos de ‘No Hidden Path’, en un tono más incisivo y un reconocible riff de los que crean afición. Nuevamente podría haberse recortado sin problema la duración, pero puede escucharse con interés de igual manera y es una opción deseable en comparación con el relleno que añade en el disco.

 

Así, encontraremos canciones agradables pero sin mayor recorrido, sea el pop-rock de ‘The Believer’, la más country ‘Ever After’ o la casi infantil (tal es la impresión que dejan los coros) ‘The Way’. Todavía peor resulta toparnos con una balada rockera ideal para abuelos, ‘Shining Light’, pero aburrida para quien busque algo de emoción honesta. Sin embargo, vuelve a recordarnos mediante ‘Spirit Road’ que él fue el precursor (o uno de los precursores) de aquella etiqueta comercial llamada grunge que sirvió en los noventa para poner un nombre nuevo a lo que ya se conocía desde mucho antes. Esta canción es uno de los puntos fuertes del disco y nos muestra a un rockero imperecedero. Sin embargo, no nos vamos a salvar de encontrar también morralla grunge porque el rock tosco y distorsionado no ofrece muchas posibilidades (‘Dirty Old Man’).

 

Consigue aunar el sonido tradicional del banjo con la fortaleza del rock como en los mejores momentos de Harvest (tipo ‘Old Man’) en la pegadiza ‘Boxcar’, la mejor canción de este álbum algo irregular como siempre. No obstante, el hecho de que las dos piezas que superan los diez minutos dejen una buena impresión motivan a su vez a que uno quede, dentro de lo que cabe, satisfecho con lo que ha podido escuchar en este álbum, a pesar de que no pueda contarse entre lo mejor de este músico. Tampoco se le puede exigir mucho más a un artista tan prolífico y de carrera tan larga. Es una leyenda y aquí mantiene su reputación.

2023

SUGAR MOUNTAIN: LIVE AT CANTERBURY HOUSE 1968

Año de publicación: 2008

Puntuación:

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1) Emcee intro; 2) On The Way Home; 3) Songwriting rap; 4) Mr. Soul; 5) Recording Rap;

6) Expecting To Fly; 7) The Last Trip To Tulsa; 8) Bookstore rap; 9) The Loner;

10) ''I Used To…'' rap; 11) Birds; 12) Winterlong (excerpt) and ''Out Of My Mind'' intro;

13) Out Of My Mind; 14) If I Could Have Her Tonight; 15) Classical Gas rap;

16) Sugar Mountain intro; 17) Sugar Mountain; 18) I've Been Waiting For You;

19) Songs rap; 20) Nowadays Clancy Can't Even Sing; 21) Turning rap and ''The Old Laughing Lady'' intro; 22) The Old Laughing Lady; 23) Broken Arrow.

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2023

En noviembre de 1968, un Neil Young hastiado de la vida dentro de una banda donde había demasiados caracteres fuertes, realizó tres conciertos acústicos en Estados Unidos de dos de los cuales se incluye aquí una selección. El formato no podía ser más básico porque se trata de Neil con su guitarra acústica, nada más. Todavía no se habían disuelto los Buffalo Springfield, quienes habían de publicar todavía su Last Time Around. Así pues, estos conciertos sirvieron de presentación de un tema que formaría parte de esa despedida del citado grupo, ‘On The Way Home’, que es justo con la que comienza. Vista la cantidad de canciones interpretadas que formarán parte del debut en solitario de Young, es evidente que este no apostaba ya por Buffalo Springfield y se veía más fuera que dentro. Lo que observamos aquí es a un músico humilde e introspectivo, pero con mucha confianza en sí mismo y que habla animadamente con el público para romper cualquier distanciamiento.

 

En cuanto a la música, todas las canciones que conocemos por sus arreglos eléctricos suenan aquí, obviamente, como si fueran las demos. Esto hasta cierto punto sería tolerable si fueran unas pocas, pero un concierto completo de esta manera pierde fuelle. Algunas de las canciones simplemente se dejan escuchar por contener ganchos evidentes que mantienen el interés, como es el caso de ‘The Loner’ o ‘If I Could Have Her Tonight’, pero en otras el resultado es bastante mejorable. Despojado de su fiereza eléctrica, ‘Mr. Soul’ parece una broma porque suena como un blues flojo. Lo que parece un crimen es tener que soportar algo tan insulso y monótono como ‘The Last Trip To Tulsa’ durante casi nueve minutos, casi tanto como los cerca de ocho minutos de ‘The Old Laughing Lady’, donde el fuerte cambio de ritmo sirve para quitarnos momentáneamente el sueño.

 

Como suele ocurrir con el cancionero de Neil Young, encontramos una pieza inédita, pero a pesar de su graciosa presentación ‘Out Of My Mind’ es otra olvidable balada que pasa sin más pena ni gloria. ‘Birds’ no sería publicada hasta After The Gold Rush y aquí entendemos por qué, pues suena a descarte desde que empieza. De lo mejor del concierto es la interpretación de ‘Sugar Mountain’, pero resulta que es la misma que ya apareció en el recopilatorio Decade de 1977. En resumen, fuera del contexto e importancia histórica del presente álbum podemos afirmar que el Unplugged de 1993 resulta mejor opción para escuchar al Young acústico. El presente álbum suena agradable y poco más.

FORK IN THE ROAD

Año de publicación: 2009

Puntuación:

1) When Worlds Collide; 2) Fuel Line; 3) Just Singing A Song; 4) Johnny Magic;

5) Cough Up The Bucks; 6) Get Behind The Wheel; 7) Off The Road; 8) Hit The Road;

9) Light A Candle; 10) Fork In The Road.

La portada de este álbum con nuevo material de estudio ya nos avisa de que está hecho en modo casero y sin pretensión alguna. De hecho, la mayor preocupación de Neil Young en los últimos tiempos había sido convertir un coche Lincoln antiguo de su propiedad en eléctrico y aprovecharlo para recorrer en él los Estados Unidos y grabar un documental sobre el cambio climático. Así pues, siendo la música algo secundario en los intereses del canadiense, Fork In The Road no ofrece nada relevante ni nada que no conozcamos ya de este artista. Participan algunos de sus músicos habituales, pero dejó en descanso a los Crazy Horse.

 

Casi el único tema que puede calificarse como consistente de principio a fin de todo el álbum es ‘Just Singing A Song’, si bien suena al típico Young de siempre. Pero claro, qué se le puede exigir de original a estas alturas de la vida. Lo que sí se le podría pedir es que no nos obligara a escuchar bodrios como ‘Johnny Magic’, uno de esos insultos al buen gusto que nos cuela a veces. Encontraremos canciones con riffs triviales que se salvan por la actitud desenfadada y el ímpetu eléctrico del canadiense y sus acompañantes (‘When Worlds Collide’) y otras que no llegan ni a salvarse, como ‘Hit The Road’. Un rock más clásico siempre queda bien, como en ‘Get Behind The Wheel’ y ‘Fork In The Road’, pero resulta decepcionante cuando se trata de un músico notable como Neil.

 

Busca sonar moderno e interesante en ‘Cough Up The Bucks’ con esa manera de recitar el título, que recuerda bastante a lo que hizo Alice Cooper en ‘Enough's Enough’, pero acaba resultando cansino y por lo demás no consigue destacar en nada más. Por otro lado, demasiado tosco suena tanto el riff principal como la voz sin fuelle de Neil en ‘Fuel Line’, mientras que ‘Off The Road’ es una balada decente pero olvidable. Más interesante resulta el tono sombrío de la otra canción lenta del álbum, ‘Light A Candle’, aparte de su sabor country y la genuina steel guitar que da siempre gusto escuchar. Es de lo poco salvable de este álbum totalmente olvidable y prescindible, destinado a engrosar el catálogo de Young.

DREAMIN' MAN LIVE '92

Año de publicación: 2009

Puntuación:

1) Dreamin' Man; 2) Such A Woman; 3) One Of These Days; 4) Harvest Moon;

5) You And Me; 6) From Hank To Hendrix; 7) Unknown Legend; 8) Old King;

9) Natural Beauty; 10) War Of Man.

Resulta extraña la publicación de este álbum en directo porque recoge interpretaciones en formato acústico de la gira de 1992, la de presentación de Harvest Moon, y se nutre de diferentes conciertos para incluir exclusivamente el contenido del citado álbum pero no en el mismo orden en que aparecían allí. Así pues, con su guitarra acústica (y el banjo en algún momento), el piano y la armónica, escuchamos una versión de Young que ya conocemos bien, de tal manera que este álbum está dirigido exclusivamente a

 

Deja una buena impresión inicial con las dos primeras canciones (‘Dreamin' Man’ y ‘Such A Woman’), más intimistas y donde Neil sabe transmitir emoción, pero a partir de ‘One Of These Days’ y su ritmo más marcado se diluye esa ambientación inicial y ya solo podemos visualizar a un cantautor aislado y sin posibilidad de sorprender. Hemos de esperar hasta la final ‘War Of Man’ para que nos transmita de verdad algo de energía y emoción simultáneas, teniendo en cuenta las limitaciones del formato de concierto elegido. Las interpretaciones son tan profesionales como cabe esperar de un músico experimentado como el canadiense, con la excepción de ‘Old King’ porque suena algo amateur, como si estuviera tocando en el porche de su casa de campo. Aunque tampoco era una canción destacable en Harvest Moon.

 

Precisamente la única interpretación que suena decepcionante es la de la canción ‘Harvest Moon’ porque acaba resultando demasiado repetitiva. Pero Neil se muestra valiente y mantiene la misma duración original de más de diez minutos de ‘Natural Beauty’ a pesar de ser en acústico, aunque es evidente que una guitarra y una armónica son pocos ingredientes para tanto tiempo seguido tocando una misma pieza. No hay en realidad mucho que decir de este álbum superfluo, pero siempre es una delicia escuchar ‘From Hank To Hendrix’ y esto una excusa débil (pero excusa) para echarle una ojeada a este disco acústico en directo.

LE NOISE

Año de publicación: 2010

Puntuación:

1) Walk With Me; 2) Sign Of Love; 3) Someone's Gonna Rescue You; 4) Love And War;

5) Angry World; 6) Hitchhiker; 7) Peaceful Valley Boulevard; 8) Rumblin'.

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Antes de la publicación de este álbum, el Neil Young hiperactivo e ingeniero sufrió un revés importante (y no sería el único) con un coche Lincoln de los años cincuenta que él había reconvertido en eléctrico unos años antes. Bautizado como LincVolt, se prendió fuego dentro del garaje y le dejó sin su juguete de cuatro ruedas con el que había recorrido una parte de Estados Unidos. Esto quizá le llevó a dedicar más tiempo a la música y por fin se decidió a hacer algo diferente y arriesgado, lo cual uno no sabe bien si llamarlo buena noticia o no. El nombre del disco está referido a que fue grabado en los estudios Le Noise, un nombre que al mismo tiempo es un retruécano respecto al de su dueño, el prestigioso productor Daniel Lanois que aquí también trabaja junto a Neil Young. Precisamente este último buscó a Lanois para que aportara su visión modernista y experimentada a la música tradicionalmente rockera de Young. Como curiosidad, los dos son canadienses, aunque Lanois procede de la zona francófona, tal como delata su apellido.

 

La rabia electrificada de Neil aparece con furia nada más comenzar el álbum mediante ‘Walk With Me’ y esto no es tampoco una novedad en él. La mano de Lanois vendrá después con la introducción de efectos de sonido variados, aplicados también a la voz de Young. Escuchado este primer tema, ya podemos hacernos una idea de lo que encontraremos a lo largo del álbum. A pesar del tono experimental, habrá lugar para la introspección acústica, tan necesaria para descansar dentro de un disco densamente eléctrico, pero la magia de ‘Sign Of Love’ se acaba cuando suenan unas notas de guitarra acústica que recuerdan directamente a las del riff principal de ‘My My, Hey Hey (Out Of The Blue)’, uno de los temas clásicos de Neil. No será el último préstamo que tomará a sí mismo, pues más adelante replica el riff de ‘Drive Back’ de Zuma para darle algo diferenciador a ‘Sign Of Love’.

 

En cualquier caso, sí que consigue transmitir emoción cuando se muestra más delicado como en ‘Someone's Gonna Rescue You’, a pesar de que el tratamiento musical no permite descansar al oyente ni un instante. Es quizá la acústica ‘Peaceful Valley Boulevard’ la que mejor ejemplifica el tono algo más reposado del canadiense, que aparte lo sabe desarrollar con valentía durante siete minutos y aporta las mejores melodías vocales del disco, aunque en realidad se limita a repetir varias veces una misma estructura. Es curioso el tono oriental de la introducción, casi como si fuera la que empleó David Bowie para su ‘China Girl’. A veces abusan un poco de los efectos, como en ‘Angry World’, pero cuando aparecen menos efectos, como en ‘Hitchhiker’, parece que Neil esté imitando al primer Billy Bragg, el gran sensibilizador eléctrico de sus primeros años. Curiosamente, esta última canción era un descarte de los setenta.

 

En la canción final, ‘Rumblin'’, podemos observar cómo extraen lo mejor posible de las ideas implementadas en el álbum, pues aparte lo hacen con mesura y aportando una atmósfera en este caso necesaria. De esta manera deja un buen sabor final para ser un disco experimental, porque afortunadamente ha cuidado las melodías y los pasajes de guitarra lo suficiente. Esto puede tomarse como el ejemplo de lo que Neil Young debería haber hecho con la banda sonora de Dead Man, pero por entonces Daniel Lanois tampoco estaba para estos experimentos.

A TREASURE

Año de publicación: 2011

Puntuación:

1) Amber Jean; 2) Are You Ready For The Country?; 3) It Might Have Been;

4) Bound For Glory; 5) Let Your Fingers Do The Walking;

6) Flying On The Ground Is Wrong; 7) Motor City; 8) Soul Of A Woman;

9) Get Back To The Country; 10) Southern Pacific; 11) Nothing Is Perfect; 12) Grey Riders.

Otra nueva búsqueda en los archivos de Neil Young nos traslada a unas actuaciones del período 1984-85, unos años donde iba cambiando de estilo continuamente y que, en ese momento, nos mostraba a un artista enfilado hacia la música country. Bautizó a los músicos que le acompañaban como International Harvesters, lo cual no tiene mayor relevancia porque era algo circunstancial, simplemente eran los músicos que se ajustaban al sonido que buscaba en esa época. Como es evidente, no se trata de una música emocionante ni distinguible de otros grupos o artistas de estilo similar, así que este disco está dirigido a fans de Neil Young. Quienes profesen devoción por el country tampoco encontrarán nada de especial interés y quizá vean como una profanación alguna de las últimas canciones incluidas.

 

Por si alguien empieza a escuchar este álbum de manera desprevenida, fijándose sólo en su esperanzador título, se despeja toda duda cuando empiezan a sonar el violín y la pedal steel guitar en ‘Amber Jeans’; ya sabemos de esta manera que estamos en la época country de Old Ways. De este álbum encontraremos algún título, como la acelerada ‘Get Back To The Country’. Pero no pensemos que el repertorio incluido beberá de su álbum más reciente, puesto que Neil ha recurrido al country en repetidas ocasiones a lo largo de su carrera y por ello nos encontraremos ‘Motor City’ de Re·ac·tor o una interpretación todavía más country, si cabe, de ‘Are You Ready For The Country?’ de Harvest.

 

Es evidente que existen miles de discos de country donde escuchar cosas como ‘It Might Have Been’, ‘Soul Of A Woman’ o ‘Bound For Glory’, para esto no es necesario elegir a Neil Young como una opción que sobresalga sobre las demás. Lo que no puede tolerarse es cuando suenan igual que la verbena de un pueblo del interior de Estados Unidos, que es la sensación que transmite ‘Let Your Fingers Do The Walking’. Como curiosidad, podemos observar cómo reciclaría ideas de ‘Flying On The Ground Is Wrong’ para la canción ‘Harvest Moon’, mientras que el apartado vocal toma alguna que otra idea de ‘Have You Ever Seen The Rain?’ de la Creedence Clearwater Revival. Son estas curiosidades las que captan el interés del conocedor de la obra del canadiense, a pesar de que sea poca recompensa.

 

Es una suerte que al final del álbum, donde las tres canciones últimas ya son de actuaciones de 1985, le aflore a Neil el rockero que lleva dentro y no es casualidad que ruja la guitarra al principio de ‘Southern Pacific’ a pesar de que se siga desarrollando en parámetros similares a los que hemos observado previamente. Es justamente el violín el que se desgañita de una manera alejada del country y próxima a lo que hacían los violinistas en los grupos de rock de los setenta. El único tesoro de este álbum, que debería ser a lo que hace referencia su título, es la canción final, que tampoco puede ubicarse entre lo mejor de su autor pero sí vale la pena conocer. Previamente hemos de tragarnos la empalagosa balada ‘Nothing Is Perfect’, quizá colocada para que por contraste nos llame la atención instantáneamente el ritmo eléctrico de ‘Grey Riders’. La intención más rockera de esta última es evidente cuando, tras cada estribillo, entra una impactante guitarra distorsionada que parece cortar con navaja el ambiente. Los solos de guitarra suenan también tan brillantes como cabe esperar de Young cuando está inspirado y, siendo ya de una actuación de finales de 1985, preludia su siguiente cambio de registro para Landing On Water. Como cabe prever, ‘Grey Riders’ fue publicada como single de promoción del álbum, pero no es precisamente una canción que defina el contenido de A Treasure, así que es de prever también la decepción que se llevaría mucha gente al pensar que encontraría de verdad algunos tesoros escondidos en este álbum.

AMERICANA

Año de publicación: 2012

Puntuación:

1) Oh Susannah; 2) Clementine; 3) Tom Dula; 4) Gallows Pole; 5) Get A Job; 6) Travel On;

7) High Flyin' Bird; 8) Jesus' Chariot (She'll Be Coming Round The Mountain);

9) This Land Is Your Land; 10) Wayfarin’ Stranger; 11) God Save The Queen.

Un álbum de versiones para un artista consagrado suele ser un oasis de relajación mediante el cual seguir vendiendo producto con poco esfuerzo. En el caso de Neil Young, recurre al cancionero tradicional norteamericano con una justificación más que aceptable. En una entrevista declaró que, como el cancionero tradicional solía tratar sobre supervivencia, lucha por los derechos o directamente asesinatos, pues la música debería tener un tratamiento más oscuro o enérgico, acorde a lo que se estaba narrando en la letra. Así pues, el mejor acompañamiento para este propósito era el de los Crazy Horse, de tal manera que nos dejan una reinterpretación de canciones muy conocidas en Norteamérica en el estilo habitual al que ya estamos acostumbrados. La experiencia y saber hacer de la banda sirve para conseguir un resultado consistente.

 

Lo que sí se aprecia la mayor parte del tiempo es que la idea musical ha sido tocar una canción tradicional con unos arreglos rockeros o, en algunos casos, como si estuvieran pensando en otra canción diferente al interpretarla. Nada más comenzar, entendemos bien cuál es la jugada realizada por el canadiense, puesto que en modo grunge le dan la vuelta a la casi infantil ‘Oh Susannah’ y al mismo tiempo la cantan como si fuera ‘Venus’, la famosa canción original del grupo neerlandés Shocking Blue. De igual manera, seguro que tenían en mente ‘Like A Hurricane’ cuando se pusieron con ‘Tom Dula’ e igualmente se fijaron en ‘Hey Hey, My My (Into The Black)’ cuando ensayaron ‘Jesus' Chariot (She'll Be Co-ming Round The Mountain)’, pues en ésta hasta el solo de guitarra recuerda a la inolvidable canción de 1979. En cambio, a Woody Guthrie lo respeta y mantiene ‘This Land Is Your Land’ en modo de himno, similar a la versión que ha sobrevivido al paso de los años como canción de llamamiento al activismo social.

 

El resultado es menos interesante cuando simplemente se dedican a pasarlo bien, como en ‘Get A Job’, o cuando se deslizan hacia el previsible country-rock, como en ‘Travel On’ o en ‘Wayfarin’ Stranger’, aunque esta última está implementada con un tono más sombrío e interesante. Donde no pueden fallar es dirigiéndose al rock épico de ‘Clementine’, porque eso les sale ya de serie. Por otra parte, Led Zeppelin ya había extraído toda la fiereza posible a ‘Gallows Pole’ –¡sin variar el modo acústico!– y a Young sólo le quedaba la opción de darle un tratamiento enfocado a la melodía en vez de a la energía. De esta manera, la hacen sonar como si la hubiera compuesto Kurt Weill y éste le hubiera añadido una percusión fuerte. Respecto a ‘High Flyin' Bird’, también posee su versión folk-rock definitiva en la interpretación de Jefferson Airplane, así que Neil se anima a afilar más la guitarra eléctrica y a añadir unos memorables coros que visten muy bien la canción.

 

Como estaba claro que no iban a elegir la irreverente composición de los Sex Pistols, en el himno británico ‘God Save The Queen’ se muestran respetuosos aunque quizá le sobre la percusión martilladora porque rompe el encanto de la composición y de los acertados coros que aparecen. Se puede tomar también como una manera de llamar la atención hacia un álbum sin mayor importancia pero que posee una facturación impecable para tratarse de versiones de temas tradicionales. Está destinado a los fanes, obviamente, pero cualquier amante del rock podrá disfrutar de este repertorio de música folklórica modernizada, al menos en la primera escucha.

2024

PSYCHEDELIC PILL

Año de publicación: 2012

Puntuación:

CD I: 1) Driftin' Back; 2) Psychedelic Pill; 3) Ramada Inn; 4) Born In Ontario.

CD II: 1) Twisted Road; 2) She's Always Dancing; 3) For The Love Of Man;

4) Walk Like A Giant; 5) Psychedelic Pill (alternate mix).

2024

Las sesiones de grabación de Americana sirvieron a Neil Young y los Crazy Horse para volver a retomar la compenetración que les había caracterizado siempre. Esto les llevó a grabar nuevo material y para ello parece que hicieron un ejercicio de trasladarse mentalmente en el tiempo treinta y cinco años atrás. Vuelve ese sonido denso y consistente, algo tosco también, donde la guitarra de Young se desenvuelve con naturalidad junto al acompañamiento de un segundo guitarrista, un bajista y un baterista, que es la formación de Crazy Horse. En esta ocasión, buscan la pureza en el sonido y se nota que todo o casi todo ha sido grabado de manera simultánea, motivo por el cual la voz de Neil suena perfectamente imperfecta, nada de grabar la voz en una pista aparte (como mucho, los coros). Es esa cercanía lo que juega a favor de estos temas, varios de ellos de muy larga duración.

 

Parece una barbaridad que grabe una canción de casi media hora como ‘Driftin' Back’, así que resulta obvio pensar que habrá largos pasajes instrumentales. Pero salen bien airosos del desafío. Comienza en modo acústico, tan sólo Neil y su guitarra, hasta que entra el resto de músicos y también la guitarra entre psicodélica y pesada que se reconoce instantáneamente como del canadiense. En realidad, en los primeros minutos ya se ha dicho todo lo que tenían que decirnos, pero saben llevar su desarrollo con suficientes variaciones como para que no resulte aburrida en ningún momento ni decaiga el interés, bien apoyado todo en la guitarra y, según el momento, en un apartado vocal pegadizo aunque se repita tantas veces. No es el único momento en que se desmelenan así, puesto que otros dos temas superan los quince minutos. Algo dubitativa comienza ‘Ramada Inn’, pero luego se desliza por una estructura bien implementada con la vibrante guitarra de Neil en primer plano, una guitarra que suena mejor que nunca, transmitiendo una honda emoción como en sus mejores momentos. El otro tema extenso es ‘Walk Like A Giant’, algo más enérgico y épico y con un estribillo que hace recordar vagamente a ‘Like A Hurricane’.

 

Puestos a hacer comparaciones, cabe decir que ‘Twisted Road’ recuerda a ‘Come On Baby Let's Go Downtown’, aunque aquí suena más amistosa por su estribillo cantable de estilo country. Se acuerda de sus raíces en la las letras de este álbum, como por ejemplo en la autobiográfica y algo desenfadada ‘Born In Ontario’, que quizá por ello también tienda al country. Más discreta es ‘She's Always Dancing’, aunque la guitarra siempre está ahí para salvarnos de un posible aburrimiento, como tampoco pretende nada con la tranquila ‘For The Love Of Man’, que sirve de descanso ante tanta energía mostrada a lo largo del álbum. Por otro lado, se nota que le había tomado cariño al riff de ‘Drive Back’ porque aquí lo vuelve a reciclar para ‘Psychedelic Pill’ y le añade efectos de phasing para distraernos la atención. Podemos escuchar al final una versión alternativa que elimina el phasing y que deja así una mejor sensación al sonar más real. Precisamente es la autenticidad una de las principales virtudes de este álbum que nos mostraba a un músico cercano a los setenta años que todavía sabía transmitir energía y emoción con sus mejores credenciales de siempre. Larga vida a Neil Young para que siga encantándonos de esta manera.

A TREASURE

Año de publicación: 2011

Puntuación:

1) Amber Jean; 2) Are You Ready For The Country?; 3) It Might Have Been;

4) Bound For Glory; 5) Let Your Fingers Do The Walking;

6) Flying On The Ground Is Wrong; 7) Motor City; 8) Soul Of A Woman;

9) Get Back To The Country; 10) Southern Pacific; 11) Nothing Is Perfect; 12) Grey Riders.

LIVE AT THE CELLAR DOOR

Año de publicación: 2013

Puntuación:

1) Tell Me Why; 2) Only Love Can Break Your Heart; 3) After The Gold Rush;

4) Expecting To Fly; 5) Bad Fog Of Loneliness; 6) Old Man; 7) Birds;

8) Don't Let It Bring You Down; 9) See The Sky About To Rain; 10) Cinnamon Girl;

11) I Am A Child; 12) Down By The River; 13) Flying On The Ground Is Wrong.

Nuevo concierto rescatado de los archivos de Neil Young, aunque esta vez ya empieza a repetirse un poco porque se trata de una selección de conciertos realizados a finales de 1970, lo cual significa que necesariamente presenta muchas similitudes con Live At Massey Hall 1971, publicado en 2007, un concierto que databa de enero de 1971. Igual que en aquella ocasión, escucharemos a Neil a solas y alternando entre el piano o la guitarra como instrumentos de acompañamiento, interpretando una selección de su carrera hasta ese momento donde aparecen varias canciones de After The Gold Rush y alguna del futuro Harvest.

Queda curioso que de su primera banda, Buffalo Springfield, escoja una canción de cada uno de los tres álbumes que llegaron a publicar. Del debut homónimo encontramos ‘Flying On The Ground Is Wrong’, cuyos siete minutos de duración son debidos a que Neil está más de tres minutos hablando y bromeando con el público. Entre otras cosas, les llega a decir que toca el piano desde hace un año y que exigió en su contrato un piano de cola Steinway, que será de lo más selecto. La canción no es nada del otro mundo, así que mejor que se haya quedado en unos tres minutos de interpretación. De Again encontramos una inesperada ejecución al piano de ‘Expecting To Fly’, donde quizá se excede un poco marcando varias notas fuertes al final de los estribillos, mientras que del tercer álbum de Buffalo Springfield no podía faltar ‘I Am A Child’, una predilección personal de Neil porque suele incluirla en su repertorio en directo.

 

La anteriormente inédita ‘Bad Fog Of Loneliness’ ya la conocimos en Live At Massey Hall 1971, y aquí se puede decir que deja una mejor impresión, sin ser una canción destacada. Como cabe suponer, la valentía de interpretar piezas basadas en un fondo eléctrico sufren en su transformación acústica, pero en ‘Don't Let It Bring You Down’ sí consigue mantener la fuerza de la composición con la guitarra. En cambio, en ‘Cinnamon Girl’ se pierde por completo toda la esencia al replicar su potente riff eléctrico original con un simple piano y ‘Down By The River’ queda como una convencional balada de guitarra acústica. Como cabe suponer, este álbum en directo es totalmente prescindible y sin novedades reseñables, aunque al menos puede escucharse con agrado.

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