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BLACK BOX RECORDER

2022

ENGLAND MADE ME

Año de publicación: 1998

Puntuación:

Puntuación:

Puntuación:

1) Girl Singing In The Wreckage; 2) England Made Me; 3) New Baby Boom;

4) It's Only The End Of The World; 5) Ideal Home; 6) Child Psychology; 7) I. C. One Female; 8) Up Town Top Ranking; 9) Swinging; 10) Kidnapping An Heiress; 11) Hated Sunday.

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2022

Aproximándose ya la disolución de The Auteurs, el siguiente proyecto de Luke Haines fue Black Box Recorder, un trío formado junto a John Moore (que había estado en The Jesus and Mary Chain) y la vocalista Sarah Nixey. El nombre no parecía comercialmente muy acertado cuando en el Reino Unido todavía podía resonar el nombre de Black Box, ese producto musical que triunfó en las pistas de baile de 1990 con el single ‘Ride On Time’. Afortunadamente, Black Box Recorder se basará en texturas sonoras más relajadas e interesantes, apoyándose en la melodía y el carisma de la vocalista para desarrollar con delicadeza las composiciones.

 

El tradicional costumbrismo inglés lo vemos actualizado a los nuevos tiempos en la atractiva ‘Girl Singing In The Wreckage’. De hecho, ‘Ideal Home’ parecía idónea para las futuras parejas británicas que buscaban un hogar común, mientras que ese odio a los domingos (‘Hated Sunday’) ya nos lo había enseñado Morrissey mediante esa oda al tedio existencial titulada ‘Everyday Is Like Sunday’. Aquí, en ‘Hated Sunday’ nos transmiten la resignación británica hacia el día que resulta más deprimente para una parte de la población, si nos atenemos a las múltiples referencias culturales que pueden encontrarse. El talento de Haines (esperaríamos que fuera él) sale a relucir en brillantes detalles como la segunda parte del estribillo de ‘New Baby Boom’, con ese giro melódico donde rebajan el tono al cantar “The kid is gone, he's not my son”. Por otra parte, la delicadeza particular que consiguen gracias a la voz sensible de Sarah consigue que composiciones menos notables como la que da título al álbum sea una de las mejores, como también lo es la dinámica ‘Kidnapping An Heiress’ gracias a una memorable melodía de guitarra, así como a la parte de guitarra en general.

 

Las estrofas narradas de ‘Child Psychology’ buscan que parezca una confesión real de una joven hastiada con su entorno y que se refugia en su intimidad, aunque una de las soluciones que se sugieren en el estribillo de estilo Beatle (Lennon, por supuesto) no es nada apropiada. Algo similar buscan con la voz robótica de ‘Up Town Top Ranking’ bajo un ritmo de trip-hop, pero sin melodías discernibles donde sustentarla, poco pueden conseguir, quedando como lo más flojo del álbum. Más ambiental resulta ‘It's Only The End Of The World’ y por ello no deberían haberla alargado hasta sobrepasar los cinco minutos, siendo con diferencia la canción más larga del disco. En cualquier caso, obtienen un mejor resultado en la similar ‘Swinging’, como también ‘I. C. One Female’ hubiera quedado mejor de haber perfeccionado las transiciones hacia el estribillo, quedando este muy tosco también.

 

Nos queda así un excelente debut de un proyecto efímero (pues tampoco podían ofrecer mucho más de lo aquí mostrado) que todavía nos regalará algunas pequeñas joyas más antes de su disolución. Sus ventas fueron escasas para el buen nivel que ofrecían. Quizá en ese momento los británicos, sus paisanos, preferían a grupos de rock galeses y más estridentes (aunque con menos talento) como Catatonia o Manic Street Preachers.

THE FACTS OF LIFE

Año de publicación: 2000

Puntuación:

​​1) The Art Of Driving; 2) Weekend; 3) The English Motorway System; 4) May Queen;

5) Sex Life; 6) French Rock'n'Roll; 7) The Facts Of Life; 8) Straight Life; 9) Gift Horse;

10) The Deverell Twins; 11) Goodnight Kiss;

[BONUS TRACKS:] 12) Start As You Mean To Go On; 13) Brutality.

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Si comparamos el nivel del debut de Black Box Recorder con el de How I Learned To Love The Bootboys, el último álbum de The Auteurs, comprendemos por qué Luke Haines finiquitó a estos últimos y se centró en sus nuevos compañeros. No obstante, comprobamos en este segunda entrega que la frescura del debut se había perdido y aparecía un peligroso estancamiento musical. Tampoco se podía pedir mucho más de los ingredientes ya conocidos, pero la ilusión que todos tendrían todavía en el proyecto sirve para que salgan airosos y con suficientes aciertos a lo largo del disco.

 

Ya desde el principio, en ‘The Art Of Driving’, colocan en primer plano el carisma de Nixey para que se haga con el oyente con esos simples “na, na, na”, mientras que el ritmo intermitente y marcial mantiene la atención. Después solo hay que dejarse llevar por la agradable cadencia que sigue. Un ritmo similar y alguna frase hablada emplean nuevamente poco después en ‘The English Motorway System’ o la canción que da título al álbum, pero todavía con cierta originalidad. El problema es cuando vuelven a repetir más o menos los mismos ingredientes en ‘French Rock'n'Roll’, que parece ya más de lo mismo a pesar de que le añaden un xilófono para que sea más llamativa. Y esto es el mayor problema que se observa en este segundo álbum, es decir, que parece que se hayan adherido a una fórmula concreta de composición.

 

‘May Queen’ es la típica canción relajada y casi ambiental donde al principio podemos acordarnos fácilmente de ‘Dear Prudence’ de los Beatles. Más convencional resulta ‘Weekend’, pero consiguen llamar la atención con ese ritmo que parece extraído de un órgano Casio de los ochenta en ‘Straight Life’, cuyo estribillo es también llamativo. Precisamente un pegadizo estribillo y el empleo original de sintetizadores para conseguir sonidos alejados de toda comercialidad es lo que caracteriza ‘Sex Life’, como también salen ganadores cuando se muestran sencillos pero cuidando los arreglos instrumentales que enfatizan la carga emocional de la voz de Sarah en ‘The Deverell Twins’.

 

Las canciones que aparecen como bonus tracks, ‘Start As You Mean To Go On’ y ‘Brutality’, las comentaremos más adelante porque aparecerán en la recopilación de caras B de singles The Worst Of Black Box Recorder. De esta manera, lo que queda como final del álbum es lo único flojo que encontraremos en él, que es la indolente balada ‘Goodnight Kiss’. Poco recorrido le quedaba ya a esta banda, pero más vale dejar las cosas a tiempo que seguir hundiéndose conscientemente.

THE WORST OF BLACK BOX RECORDER

Año de publicación: 2001

Puntuación:

1) Seasons In The Sun; 2) Watch The Angel Not The Wire; 3) Jackie Sixty;

4) Start As You Mean To Go On; 5) The Facts Of Life (remix); 6) Lord Lucan Is Missing;

7) Wonderful Life; 8) Uptown Top Ranking (remix); 9) Brutality; 10) Factory Radio;

11) Soul Boy; 12) Rock'n'Roll Suicide.

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Este álbum es una recopilación de los singles que habían ido publicando en su corta trayectoria, exceptuando los temas que ya pertenecían de por sí a England Made Me o The Facts Of Life. No obstante, algunas de las canciones de esta recopilación se han ido incluyendo como bonus tracks en las reediciones de sus álbumes, así que la novedad del contenido acaba siendo más escasa. En cualquier caso, los singles suelen ser una vía de escape para que los grupos y artistas prueben con algo diferente y a veces puede traer resultados excelentes, o simplemente que aciertan con algo similar a lo que venían haciendo. Aquí encontramos algo de diversidad, pero el estilo del grupo sigue siendo inconfundible y eso se aprecia sobre todo en las versiones. Por medio nos encontraremos unas innecesarias remezclas de ‘Uptown Top Ranking’ y ‘The Facts Of Life’ con más efectos de sonido como única novedad.

 

Sorprende encontrar algo tan rockero en ellos como ‘Lord Lucan Is Missing’, que es como si hubieran encajado restos del brit-pop con otro tanto del grunge, que junto al gusto por la melodía les sirve para obtener una recomendable píldora de energía rock. Quitando esto, lo más cerca que nos encontraremos de algo con energía es ‘Brutality’, más acorde con la idiosincrasia de esta banda y con el gancho melódico que se espera de ellos. Así pues, a pesar de su guitarra de estilo indie, ‘Watch The Angel Not The Wire’ prosigue el mismo estilo ya observado en esta banda, pero lo saben hacer con gusto. Una parte del contenido no ofrece ninguna sorpresa. Por ejemplo, ‘Factory Radio’ encaja a la perfección con el contenido de The Facts Of Life, aunque también suena redundante respecto a lo ya conocido, mientras que ‘Soul Boy’ copia con descaro el gancho melódico que tenía ‘New Baby Boom’. En su inicio, ‘Wonderful Life’ puede recordar a ‘Girl Singing In The Wreckage’, aunque su desarrollo nos hace olvidar cualquier comparación ulterior puesto que, aun finiquitándose en un sencillo estribillo, le añaden esos sonidos como de xilófono que le proporcionan un encanto especial.

 

Su versión de ‘Seasons In The Sun’, un tema original de Jacques Brel, es aquí un inofensivo pop con suficiente encanto en la parte vocal y algunos detalles chocantes como la estridente guitarra que añaden en su tercio final. Conformada en forma de crescendo rockero la gran ‘Rock'n'Roll Suicide’ de David Bowie, en su primera parte Sarah no desentona y con su encanto personal sabe llevarla a su terreno. Pero claro, luego el tema va ganando en intensidad y, cuando esperamos escuchar el grito de “You're not alone!”, escuchamos a cambio la misma voz dulce de siempre y eso ya deja un poco decepcionado. Y el caso es que, para quien conozca la versión original de Bowie, mientras ve llegar el momento del clímax de la composición pero a Sarah tan relajada como siempre, se puede decir que la catástrofe ya la ve uno venir.

 

Por suerte, en algún momento debían acertar de pleno Haines y Moore con algún artefacto pop sencillo pero muy efectivo, que aquí consiguen por ejemplo en ‘Jackie Sixty’, si bien la verdadera joya pop es ‘Start As You Mean To Go On’, que aparte de sus fabulosas melodías vocales contiene detalles de gran talento como el vibrante riff de guitarra, la estruendosa percusión, el teclado distorsionado sobre el minuto y medio e incluso alguna que otra campanita. Queda así una recopilación bien compensada que asegura algo más de media hora de agradable entretenimiento y algunos detalles de talento. Su título deberían haberlo reservado para su último álbum.

PASSIONOIA

Año de publicación: 2003

Puntuación:

1) The School Song; 2) GSOH Q.E.D.; 3) British Racing Green; 4) Being Number One;

5) The New Diana; 6) These Are The Things; 7) Andrew Ridgeley;

8) When Britain Refused To Sing; 9) Girl's Guide For The Modern Diva;

10) I Ran All The Way Home.

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Igual que ocurriera con The Auteurs, llegó un momento en el cual el proyecto musical ya había dicho todo lo que tenía que decir. Las cartas estaban mostradas y los ingredientes de la música suficientemente exprimidos, por lo que en situaciones así el peso recae sobre todo en la inspiración de los compositores, lo cual es insostenible a largo plazo. ¿Qué podían hacer en su tercer álbum respecto al sonido? Pues los arreglos instrumentales ya eran sobradamente conocidos y los recursos de Sarah Nixey también se habían desplegado por completo previamente. La solución fue lanzarse a un sonido más electrónico, pero ese tipo de sustitución no suele ser muy fructífera.

 

Nada alentador resulta el comienzo de ‘The School Song’ con esos coros simplones de los que se escuchan en eventos deportivos gritando “Black Box Recorder!”. Luego lo arreglan presentando un estribillo con gancho, aunque las estrofas en plan recitado vuelven a dejar una sensación de falta de melodías. El sonido completamente electrónico es también un aviso de que las novedades no iban a ser para mejor. De hecho, de lo poco que recuerda el estilo más clásico del grupo pero en su mejor versión es la agradable ‘The New Diana’. Tampoco es muy original basar la musicalidad en el deletreo de letras (‘GSOH Q.E.D.’), cantar rap (por medio de ‘When Britain Refused To Sing’) o recordar al olvidado compañero de George Michael en Wham! (‘Andrew Ridgeley’) para llamar la atención, incluso citándose a sí mismos en la letra: “This is Sarah Nixey talking”.

 

Se agradece encontrar algún tema de estribillo más elaborado como ‘British Racing Green’ o una canción tan pegadiza y con variedad melódica en el apartado vocal como ‘Being Number One’, la cual sin embargo queda lastrada por la fe ciega en los sintetizadores que han adoptado para este álbum. Al menos se despiden con un tema tan vistoso como ‘I Ran All The Way Home’, que aun quedando por debajo de lo mejor que hicieran durante su carrera, contiene una atractiva parte vocal y en el estribillo logran un gran efecto incrementando la tensión con los instrumentos. Esta despedida no consigue quitarnos la idea de que se trata del álbum más flojo de Black Box Recorder, pero al menos está realizado con suficiente dedicación. Todavía publicarían un nuevo single a finales de la década, pero el trío quedará disuelto para siempre. Luke Haines seguirá con una carrera en solitario de nula relevancia, pero siempre nos quedarán esos excelentes instantes de pop-rock que consiguió con The Auteurs y Black Box Recorder.

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