top of page

THE NICE

2023

THE THOUGHTS OF EMERLIST DAVJACK

Año de publicación: 1968

Puntuación:

1) Flower King Of Flies; 2) The Thoughts Of Emerlist Davjack; 3) Bonnie K; 4) Rondo;

5) War And Peace; 6) Tantalising Maggie; 7) Dawn; 8) The Cry Of Eugene.

Nice Emerlist.jpg

2023

Del grupo The Nice no se acordaría nadie hoy en día si no fuera porque en él comenzó Keith Emerson, uno de los más grandes teclistas de la historia del rock que alcanzaría la fama en los setenta en el trío de Emerson, Lake & Palmer. La breve y algo convulsa trayectoria de The Nice comenzó aquí como un cuarteto al uso de guitarra, bajo, teclado y batería, donde la estrella era sin duda Emerson, mientras que el apartado vocal siempre será el talón de Aquiles de la banda. El título de su LP de debut proviene de las primeras letras de los apellidos de cada miembro, lo cual denotaba que no había líderes (pese al mayor nivel técnico de Emerson respecto al resto) y esto también se aprecia si nos fijamos en unos créditos de composición bien repartidos entre ellos.

 

La pieza más deslumbrante del álbum es el instrumental ‘Rondo’, versión en clave de rock de ‘Blue Rondo à la Turk’ de The Dave Brubeck Quartet, el cual originalmente se quedaba en un camino novedoso entre el jazz y la música clásica pero aquí se amplía su espectro musical para ubicarla entre el rock, el jazz y la música clásica, todo un logro. Se elimina el intermedio jazzístico de la original (que ni falta que hacía) y, cierto es, The Nice saben extraer todo el potencial del estribillo, con un Emerson que consigue hacer sonar su teclado como si fueran puñaladas (símil fácil y adecuado al Emerson de los setenta), unas puñaladas emocionales conseguidas mediante esas notas largas y frenéticas. Por medio escucharemos incisos de teclado inspirados en Bach, para engrandecer todavía más un tema que demostraba lo serio que podía ser el rock. No es de extrañar que Emerson mantuviera ‘Rondo’ en el repertorio en directo de Emerson, Lake & Palmer porque es una composición extraordinaria y le permitía convertirse en el showman del concierto.

 

No son los Beach Boys los que empiezan cantando una exuberante melodía vocal en ‘The Thoughts Of Emerlist Davjack’, por lo que es toda una sorpresa esa manera de iniciar el tema. Luego cambia la ambientación por completo y adoptan un tono sombrío donde juegan con la tensión porque en cualquier momento esperamos que vuelvan a la explosión de júbilo del inicio, lo cual acabarán reproduciendo igualmente para regocijo del oyente. Tampoco son The Jimi Hendrix Experience quienes ejecutan la densidad eléctrica de ‘Bonnie K’, liderada por la guitarra y una sección rítmica algo desquiciada, pues en cierta manera se inspiran en ‘Purple Haze’ de Hendrix. Algo más discreta queda ‘Dawn’, pero su relevancia es evidente, pues la voz susurrante probablemente sirvió de inspiración a Roger Waters para sus futuras piezas psicológicas con Pink Floyd. Así mismo, el teclado que escuchamos en los incisos instrumentales lo retomará en el futuro Emerson como recurso para alguna sección de ‘Tarkus’. Lo que sí vale la pena es escuchar el tramo final porque aparece un órgano que ejecuta unas soberbias melodías. El nombre de Eugene lo asociamos también a Pink Floyd, pero ‘The Cry Of Eugene’ queda como un pop más relajado que no pierde la riqueza instrumental desplegada a lo largo del disco, añadiendo además trompetas que aportan una majestuosidad ideal como final de esta obra pionera del rock progresivo.

 

El instrumental ‘War And Peace’ no parece que tenga nada que ver con la magna obra de León Tolstói, pues no evoca guerras franco-rusas ni triángulos amorosos, pero en todo caso se trata de otra demostración de la habilidad técnica de este grupo. En cambio, podríamos denominar a ‘Flower King Of Flies’ como psicodelia progresiva, tanto por su surrealista título como por sus voces corales y su espectacular entramado instrumental donde, tras el estribillo, el órgano de Emerson alcanza esa gloria de las grandes piezas clásicas con ese instrumento. Al notable solo de guitarra le falta que lo hubieran colocado durante la fase de producción en un lugar más preeminente. El único tropiezo de este álbum, y bastante lamentable que es, lo encontraremos en ‘Tantalising Maggie’, cuyo apartado vocal es tan irritante que resulta complicado centrarse en lo único positivo que tiene, que son algunos detalles y pasajes instrumentales. Pero bueno, que este error mayúsculo no nos perjudique para poder disfrutar de un excelente álbum de debut del cual es difícil encontrar ejemplos similares. No todos los días se encuentra un grupo influenciado por la música clásica, el pop, el rock, el jazz y la psicodelia, que aparte se encuentra entre los pioneros del futuro rock progresivo.

ARS LONGA VITA BREVIS

Año de publicación: 1968

Puntuación:

1) Daddy Where Did I Come From; 2) Little Arabella; 3) Happy Freuds;

4) Intermezzo From The Karelia Suite; 5) Don Edito El Gruva;

[ARS LONGA VITA BREVIS:] 6) Prelude; 7) 1st Movement – Awakening;

8) 2nd Movement – Realisation; 9) 3rd Movement – Acceptance "Brandenburger";

10) 4th Movement – Denial; 11) Coda – Extension To The Big Note.

Sólo habían hecho que debutar con un notable álbum y el grupo se quedó sin guitarrista. Lejos de hacerse con un sustituto, decidieron seguir como trío con toda la responsabilidad y dificultad que ello conllevaba. Para un grupo normal, esto hubiera significado la muerte (artística), pero en The Nice estaba Keith Emerson y él sólo necesitaba una sección rítmica consistente, lo demás ya lo ponía él con su teclado. El problema histórico de la voz, que eso sí era importante, parece que no les preocupaba lo más mínimo. Ya podrían haber incorporado algún vocalista al menos para las sesiones de grabación, para cuatro canciones que tienen con letra, pero era la época en que nada tenía importancia, todo tenía cabida en el mundo discográfico. Así que el bajista e incluso Emerson (!) en algunos momentos son quienes realizan también esa tarea. No hay sorpresas respecto al debut porque en 1968 todavía existía la psicodelia, pero aquí apuestan con convicción por incorporar la música clásica y fusionarla con el rock. Tampoco tenían muchas opciones más porque la composición no era el fuerte de ningún miembro del grupo, ni siquiera de un joven Emerson.

 

Igual que en su debut, encontramos nada más empezar un sonido pop en ‘Daddy Where Did I Come From’ muy alegre y casi psicodélico que podría pasar por un tema jovial del repertorio de The Move. Le falta algo de gancho melódico, pero lo suplen con una estructura llamativa y una instrumentación experimental e impecable, aparte de lo curioso que es escuchar a Emerson como vocalista, lo cual obviamente no es su fuerte. Él quizá no lo entendió así en ese momento, o no vio otra salida, y vuelve a repetir como cantante en ‘Happy Freuds’, donde vuelve a faltar una mayor seriedad para conseguir algo más destacable y lo mejor es un sensacional puente que llega tras una florida y continuada percusión, pues el teclado de Keith suena ahí glorioso. Una lástima que sea tan breve. Ciertamente hay mejores piezas en el estilo de ‘Little Arabella’ si uno quiere escuchar algo de swing, puesto que The Nice no sería la parada adecuada a pesar de salir airosos por los pelos gracias al excelente trabajo de Emerson, por supuesto. Le añaden un inciso de trompetas que parece de los Beatles, pero poco más.

 

Para los amantes de la música clásica y el rock progresivo (es decir, ambas cosas conjunta e indisolublemente), tiene aquí una pequeña joya titulada ‘Intermezzo From The Karelia Suite’, que es una interpretación en clave de rock y con mucha vitalidad (en los momentos más rockeros, claro) de la Suite Karelia del mejor compositor finlandés de la historia: Jean Sibelius. Es para quitarse el sombrero ante la grandeza de Keith Emerson en los teclados, aunque decir eso es una obviedad. La brevísima ‘Don Edito El Gruva’ se la podrían haber ahorrado porque suena un silbato muy molesto y no se entiende la broma, aparte de que el silbato lo volveremos a escuchar en el preludio de la pieza central que da título al álbum y ocupa la mitad de su duración, conformada por seis movimientos. Este preludio presenta pasajes interesantes y es una demostración pionera de que se podían fusionar la música clásica y el rock, antes de que Jon Lord ideara el Concerto For Group And Orchestra con Deep Purple.

 

En ‘Ars Longa Vita Brevis’ es mejor pasar de lado el primer movimiento (que no el preludio) porque se basa en atonalidades varias y luego un solo de batería que ya comenzaba a instaurarse como una mala tradición. Cualquiera podría esperar que fuera una pieza enteramente instrumental, pero el segundo movimiento es el más rockero y contiene una parte vocal un tanto deficiente porque el bajista Jackson evidentemente no podría ganarse la vida como cantante, pero acaba tomando el liderazgo el teclado y ya es dejarnos llevar por Emerson hasta el tercer movimiento, el mejor de todos. Y es el mejor porque toma como referencia la melodía principal del memorable Allegro del Concierto de Brandeburgo nº 3 en sol mayor, BWV 1048, de Johann Sebastian Bach y con ello realizan una soberbia interpretación de rock sazonada con la grandeza del compositor alemán. La parte improvisada y exquisitamente ejecutada prosigue en el cuarto movimiento, pero vuelve a entrar una penosa parte vocal que desentona por completo con la instrumentación, mientras que la breve coda es simplemente el final en modo apoteósico que merece ‘Ars Longa Vita Brevis’, una pieza que abarca en total unos veinte minutos de duración.

 

El valor histórico de este álbum es más que evidente porque The Nice fueron pioneros en la fusión de música clásica y rock. Previamente ya se habían adaptado piezas clásicas al rock o se habían tomado préstamos de fragmentos melódicos o de instrumentos clásicos, pero el resultado final siempre se podía catalogar como rock. En cambio, aquí obtienen una mezcla que puede decirse que está al 50% entre el rock y la música clásica, lo cual abría la puerta a un nuevo mundo que sólo los grandes instrumentistas podrán explorar con resultados notables en los siguientes años.

NICE

Año de publicación: 1969

Puntuación:

1) Azrael Revisited; 2) Hang On To A Dream; 3) Diary Of An Empty Day; 4) For Example; 5) Rondo (69); 6) She Belongs To Me.

Consolidados ya como un trío de estructura similar a los futuros ELP, Emerson (teclados), Jackson (bajo y voz) y Davison (batería) muestran aquí sus graves carencias como compositores. Sólo hay dos composiciones originales. El fuerte de The Nice estaba en la ejecución y en la adaptación al lenguaje del rock, aparte de que la salida del guitarrista que tuvieron en el inicio acabó de sepultar cualquier probabilidad de destacar por encima de la inspiración que tuviera Emerson. Aparte, no es casualidad que este primer y único guitarrista participara en la composición y fuera partícipe de buena parte de los (pocos) ganchos pop que existen en el debut. Pero bueno, la realidad era la que era y el trío decidió seguir adelante sin más incorporaciones. Así que continuamos aquí con el que ya podía denominarse como el grupo de Keith Emerson, un músico que probablemente ya estuviera pensando en un futuro diferente.

 

Algo tienen The Nice que parece que no pueden abstenerse de intentar irritar al personal. Aquí nos ofrecen ‘Azrael Revisited’, cuyo apartado vocal parece que esté vomitado y el inciso instrumental no muestra ni un ápice del virtuosismo que atesoraba Emerson. Contrasta sobremanera con la versión de ‘Hang On To A Dream’, un tema de Tim Hardin, que llega a continuación, pues en ella cuidan el delicado apartado vocal (a pesar de las limitaciones obvias para cantar), apoyándose en coros como compensación, y Keith se muestra inspirado con el teclado tantos en los desarrollos jazzísticos como en los más melódicos. ‘Diary Of An Empty Day’ es su versión de una pieza de un compositor francés llamado Lalo, pero más bien parecen tomar como referencia ‘America’ de Leonard Bernstein, una pieza que sí interpretarán en un futuro próximo y que aquí escucharemos brevemente hacia el final de ‘For Example’, una composición cuya energía es precursora de ELP y en sus primeros dos minutos se aprecian fragmentos que serán reciclados o reutilizados para ‘Tarkus’. Luego entra una línea de bajo bien marcada que inicia una sección bastante penosa por – cómo no – la irritante voz de Jackson, hasta que por fin volvemos a entrar en zona pre-Tarkus y ya resulta más interesante aunque la voz volverá a entrar nuevamente para que la pesadilla nunca se disipe por completo.

 

Los dos últimos temas están interpretados en directo y nos muestran la mejor y la peor cara del grupo. Era evidente que el tema estrella de The Nice (como lo será de Emerson a lo largo de su carrera) es el ‘Rondo’ de Dave Brubeck y aquí no dudan en volverlo a incluir porque a base de interpretarlo habían alcanzado una maestría innegable. No encontraremos nada verdaderamente novedoso en esta nueva versión (bautizada como ‘Rondo (69)’) salvo la ausencia de guitarra, pero se aprecia que la percusión es más densa y Keith realiza todas las variaciones posibles con las melodías principales, convirtiéndose en el centro de atención y demostrando que la falta de guitarra no se echa en falta cuando hay un magnífico teclista como él. En cualquier caso, el ‘Rondo’ de su debut es superior a este. De Bob Dylan interpretan una irreconocible versión de ‘She Belongs To Me’ que alargan sin miramientos hasta sobrepasar los diez minutos sin que por medio ofrezcan una justificación para tal decisión. Es la quintaesencia del aburrimiento y creaba un precedente muy funesto para el futuro de The Nice: eran también capaces de lo peor cuando interpretaban material ajeno.

2024

FIVE BRIDGES

Año de publicación: 1970

Puntuación:

1) Fantasia: 1st Bridge/2nd Bridge; 2) Chorale: 3rd Bridge; 3) High Level Fugue: 4th Bridge; 4) Finale: 5th Bridge; 5) Intermezzo: 'Karelia Suite';

6) Pathetique (Symphony No. 6, 3rd Movement);

7) Country Pie/Brandenburg Concerto No. 6; 8) One Of Those People.​​

Nice Five Bridges.jpg

2024

En septiembre de 1969 los Deep Purple ya habían grabado y publicado su Concerto For Group And Orchestra donde habían aunado, tal como anunciaba su título, los instrumentos de rock de la banda con los de una orquesta filarmónica. Tan solo un mes después, en octubre de 1969, The Nice hicieron lo mismo y grabaron un concierto apoyados por una orquesta, por lo cual Keith Emerson debió de tirarse de los pelos por no haber sido el primero en haber implementado esa idea novedosa en una actuación en directo. Sin embargo, el resultado obtenido por ambos grupos es bien dispar, puesto que Jon Lord (el teclista y compositor del Concerto de Deep Purple) buscó cómo integrar el rock dentro de una obra orquestal, mientras que Emerson puede decirse que compuso una obra orquestal donde él se encarga de los instrumentos de teclado. Después ya buscaría cómo meter el bajo, la batería y la voz, que algo debían hacer sus compañeros. La obra fue un encargo y por ello Five Bridges se refiere a los cinco puentes que por aquel entonces atravesaban el río de Newcastle. El resto del concierto lo completaron con adaptaciones clásicas, alguna de ellas ya conocida, y también añadieron un nuevo tema de estudio.

 

Comencemos, pues, con la pieza principal del álbum: The Five Bridges Suite. Los dos primeros movimientos, denominados como ‘Fantasia’, nos muestran únicamente a la orquesta en modo clasicista pero sin demasiado brillo. No es hasta el ‘Chorale’ que llega el primer momento de lucimiento de Emerson, pues él mismo introduce la pieza a solas con su piano de una manera que preludia claramente la futura pieza de ELP ‘Take A Pebble’, antes de que vuelva a aparecer la orquesta. De manera análoga, pronto observaremos en ‘High Level Fugue’ que el admirable trabajo de Emerson contiene ideas que serán tomadas posteriormente en ‘Tarkus’. Pero menudo contraste entre la voz de Lake en el futuro trío y la voz aquí de Jackson, que más horrorosa no puede sonar. Menos mal que para el quinto movimiento la voz de este se adapta al tono solemne y reposado de la música, sonando así al menos de manera aceptable. Para una suite uno se espera siempre un final apoteósico y justo antes no puede faltar un solo de piano frenético, antes de que el grupo al completo se embarque en una sección instrumental enérgica donde vuelve a horrorizarnos la voz de Jackson, mientras que Emerson parece que vaya a introducir la conocida melodía de ‘America’ de Leonard Bernstein. El supuesto final apoteósico queda un tanto caótico, pero en conjunto tampoco convence del todo la suite y queda inferior a ‘Ars Longa Vita Brevis’.

 

Posiblemente para dejar una mejor sensación en el público asistente, echan luego mano de valores seguros como Sibelius, Chaikovski y Bach. De esta manera, vuelven a tocar el ‘Intermezzo From The Karelia Suite’ pero no consiguen mejorar, ni siquiera igualar, la sensacional interpretación incluida en Ars Longa Vita Brevis, un error imperdonable cuando tenían a su disposición una orquesta sinfónica. Bueno, lo que es imperdonable es haber de escuchar las molestas distorsiones que crea Emerson con los teclados (¿les clavaría cuchillos entonces?), pero era necesario para que un grupo de orientación clásica fuera tan molón como un grupo de rock duro. De Chaikovski interpretan el tercer movimiento de su sexta sinfonía y dejan la sensación de que la batería y el bajo no pintan nada ahí. Por otro lado, antes de adentrarse en Bach se lanzan a una reinterpretación de ‘Country Pie’ de Bob Dylan para tocar algo ligero y accesible, si bien nuevamente lastrado por los berreos de Jackson. Pero Bach tardará en llegar.

 

La nueva canción de estudio, ‘One Of Those People’, llega como final del álbum y es una composición conjunta de Emerson y Jackson. Esto significa que el apartado de teclado es impecable y el apartado vocal execrable, pues aparte de cantar mal (que era lo esperable) le añaden un penoso efecto robótico a la voz. Al final, la sensación que deja este álbum es que se trata de la consecución de un sueño personal de Keith Emerson, esto es, grabar un concierto de fusión de música rock y clásica. Recordemos que ELP publicaron su primer LP en 1970 y eso quiere decir que Emerson ya tendría en mente un  futuro alejado de The Nice, una banda que en realidad ya era como una extremidad de sí mismo.

ELEGY

Año de publicación: 1971

Puntuación:

1) Hang On To A Dream; 2) My Back Pages; 3) 3rd Movement, Pathetique Symphony;

4) America.

Para cuando se publicó Elegy no sólo se habían disuelto The Nice sino que Emerson ya había fundado ELP y estos habían publicado su excelente álbum de debut el cual, en realidad, se puede tomar como una continuación de donde se quedaron las cosas en The Nice. Así que Elegy se trata en realidad de un disco para aprovechar los restos sobrantes de las grabaciones de la banda. Igual que en Five Bridges, se alternan interpretaciones en directo con otras en el estudio, pero esta vez sin orquesta y, aparte, el total de temas incluidos se queda en cuatro, un número escaso que se compensa con duraciones de más de diez minutos. Para el conocedor de la idiosincrasia de Keith Emerson, esto último significa que tendrá muchos momentos de lucimiento con su teclado, que es lo suyo porque para eso uno se molesta en escuchar a The Nice. El baterista cumple su papel y el bajista suena más discreto, si bien lo más molesto de todo el álbum vuelve a ser el apartado vocal, aunque por fortuna es muy escaso. Y curiosamente el contenido son todo versiones, no llegaron a grabar nada original porque seguramente Emerson ya estaría pensando en su futuro y guardándose sus ideas de composición para su siguiente proyecto. Lo que sí encontraremos aquí son ideas que luego recuperará para las futuras composiciones de ELP.

 

La interpretación extendida en directo de ‘Hang On To A Dream’ (grabada en estudio para el álbum Nice) es, como cabe esperar en todo el disco, la excusa perfecta para el lucimiento de Emerson mediante un extenso solo de piano que abarca casi toda su duración de trece minutos. El problema es cuando parece cansarse de tocar de manera formal sobre los cinco minutos y asistimos a una parte de percusión sola que no se sabe bien qué sentido tiene, pues es bastante básica, mientras escuchamos sonidos raros del teclado. Pero no tardará mucho Keith en volver a introducir su piano como corresponde, aunque de manera demasiado discreta. El tercer movimiento de la Sinfonía Patética de Chaikovski ya lo habían interpretado en directo y con orquesta en Five Bridges, pero aquí es sin orquesta de acompañamiento y eso le da valor a los músicos de rock, en completa desventaja respecto a los músicos de la orquesta (salvo Emerson, por supuesto, que sobrepasa en técnica a cualquier miembro de orquesta).

 

Lo mejor de ‘America’, la celebérrima pieza de Leonard Bernstein (al letrista no lo nombramos porque la interpretación es instrumental), es obviamente cuando repite su adictiva y universal melodía principal, excepto cuando lo realiza mediante distorsiones del teclado hacia el final de la interpretación, que eso ya queda bastante tosco. En la versión de ‘My Back Pages’ de Bob Dylan aparece en primer lugar la melodía vocal interpretada por el piano de Emerson, que es infinitamente mejor que escuchar a Jackson cantando/berreando la letra poco después. Tanto que este incluso acaba tarareando los finales de estrofa, una decisión bastante cutre. Todavía queda mejor que el piano cuando Keith se pasa al órgano y toca nuevamente con él la melodía vocal para pasar luego a un solo que es lo mejor del tema. Curiosamente es casi el único momento del álbum en que puede escucharse con claridad al bajo participando en la improvisación instrumental, algo entendible porque a ver quién se atreve a competir con Emerson. Por medio de este tema escucharemos pasajes que los fans de ELP reconocerán con claridad. Tampoco se espera que nadie tenga mucho interés en escuchar este álbum salvo los seguidores acérrimos de Emerson.

AMERICA: THE BBC SESSIONS

Año de publicación: 1996

Puntuación:

1) America; 2) One Of Those People; 3) Azrael Revisited; 4) St. Thomas; 5) For Example;

6) Five Bridges Suite; 7) Pathetique (Symphony No. 6, 3rd Movement); 8) Little Arabella;

9) Happy Freuds; 10) Better Than Better; 11) Sombrero King; 12) Aries;

13) Diary Of An Empty Day; 14) Ars Longa Vita Brevis (2nd Movement).

Lo primero que ha de prevenirse al oyente incauto es que la palabra BBC no le haga pensar en las excelentes ediciones de actuaciones de artistas británicos que esta empresa audiovisual ha publicado a lo largo de los años. La presente edición parece un bootleg porque su nivel cualitativo está lejos de los estándares a los que nos ha acostumbrado la cadena británica. Se recogen grabaciones de toda su carrera, entre 1967 y 1970, así que sirve también de retrospectiva de la banda. Eso sí, ‘Little Arabella’ es directamente la versión de estudio, es decir, que fue lo que radiaron en su momento para publicitarlos pero obviamente no debió haberse incluido aquí. La mala calidad de sonido de ‘America’ deja una primera impresión bastante deficiente, aunque posteriormente esa calidad mejorará bastante. Pero claro, si uno se centra en el teclado de Emerson, pues incluso vale la pena aguantarlo. El cariño que le tenía Keith a este tema de Leonard Bernstein queda muy claro cuando nos lo inserta brevemente hasta en ‘For Example’, tal como hacía también en el equivalente de estudio.

 

Los fans de The Nice podrán estar contentos de encontrar varios temas nuevos, dos de ellos versiones. ‘Sombrero King’ es una versión de ‘Sombrero Sam’, del conjunto de jazz The Charles Lloyd Quartet, y es la única interpretación del álbum en la que escucharemos al también único guitarrista que hubo en The Nice, motivo por el cual no se ha de obviar. Una lástima que la calidad de sonido vuelve a ser mala. También hay una floja versión del instrumental del saxofonista de jazz Sonny Rollins titulado ‘St. Thomas’ en el cual participa cantando con una letra inventada Roy Harper, aquel que llegaría a cantar en ‘Have A Cigar’ de Pink Floyd y a quien también Led Zeppelin dedicó una canción bastante penosa en su tercer álbum. La versión queda floja porque suena algo infantil y el teclado de Emerson da para mucho más.

 

El comienzo de ‘Aries’ parece el de la banda sonora de una película de acción, una ambientación bien lograda pero luego destrozada con la entrada de la habitualmente penosa parte vocal. En cambio, el comienzo de piano de ‘Better Than Better’ nos hace pensar en ‘Take A Pebble’ de ELP, si bien el apartado vocal no tiene nada que ver, aun manteniendo el tono reposado y el propósito relajante de la futura excelente composición de ELP. Deja buena sensación cuando aceleran el ritmo aunque tampoco acaban de llegar a ningún clímax, que hubiera sido lo deseable. A cambio, hay varios minutos para el lucimiento de Emerson. Como siempre, es el excelso teclista quien engrandece este álbum y los excelentes pasajes instrumentales que en él se hallan, a pesar de que cualitativamente deja un poco que desear.

bottom of page